PRECIO de la CANASTA BÁSICA sube a nivel RÉCORD en 25 años; costo se ubica en los 2,453 pesos

Hace 25 años, en julio del 2000, una persona que habitaba en una zona rural necesitaba 444.03 pesos para comprar una canasta alimentaria; el mes pasado ese monto ascendió a mil 856.91 pesos. En el caso de la zona urbana, el precio pasó de 599.66 pesos hace 25 años, a 2 mil 453.34 pesos, es decir, en dos décadas y un lustro hubo incrementos de 318.19 por ciento y 309.12 por ciento, respectivamente, de acuerdo con datos del valor monetario de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

  • Algo similar pasó con la canasta alimentaria y no alimentaria. En el mismo mes de referencia, pero del año 2000, en una zona rural se podía encontrar en 989.26 pesos y en una urbana en mil 550.90 pesos, lo que significó un aumento de 244.40 por ciento y de 204.24 por ciento, respectivamente, pues actualmente tienen un costo de 3 mil 396.71 pesos y de 4 mil 718.55 pesos.
  • El incremento en el costo de la canasta alimentaria también se dio el mes pasado respecto a julio de 2024. Para adquirir una canasta alimentaria en una zona rural se registró un aumento de 2.9 por ciento, mientras que en una zona urbana el costo ascendió a 4.3 por ciento más, indicó el Instituto de estadística.

En el mes de referencia, la variación porcentual en las zonas rurales se ubicó por debajo de la inflación general anual de 3.5 por ciento, mientras que en las urbes se mantuvo por encima de ésta.

  • Según las Líneas de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI), en julio del año en curso, en comparación con el mismo mes del año pasado, “la variación en las LPEI disminuyó 5.0 puntos porcentuales en el ámbito rural y 3.0 puntos porcentuales en el urbano (estas eran de 7.9 y 7.3 por ciento, respectivamente)”.
  • El aumento de la canasta alimentaria en zonas rurales tuvo origen por un incremento en el costo de los alimentos y bebidas que se consumieron fuera del hogar, aunque también por un alza en el bistec y la carne molida de res; mientras que en las urbanas fue la leche de vaca pasteurizada la que tuvo un precio mayor, pero también registraron aumento otros productos.

En las poblaciones rurales, los alimentos y bebidas que se consumieron en el hogar registraron un incremento de 7.8 por ciento con una incidencia relativa de 56.3 por ciento; el bistec de res aumentó 18 por ciento y la carne molida de res 16.6 por ciento. Para el caso de las zonas urbanas, los alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar aumentaron 7.8 por ciento; bistec de res, 18 por ciento, y la leche pasteurizada de vaca 8.3 por ciento.

El Instituto de estadística señaló que las Líneas de Pobreza por Ingresos (LPI), que incluye canasta alimentaria y no alimentaria, así como los cambios porcentuales anuales de las LPI, mostraron que en zonas rurales se tuvo un incremento de 3.1 por ciento y en las urbanas de 3.6 por ciento. Además, destacó que en el campo mexicano fueron por debajo de la inflación y en las ciudades sólo tuvieron un aumento de 0.1 puntos porcentuales. Es decir, en julio de 2025 una persona requirió 3 mil 396.71 pesos para adquirir la canasta alimentaria y no alimentaria en una zona rural, y 4 mil 718.55 pesos para comprarla en una urbana.

  • “La variación anual de las LPI respecto al mismo mes del año anterior disminuyó 3.0 puntos porcentuales en el ámbito rural y 2.4 en el urbano (6.1 por ciento en ambos ámbitos)”, añadió el organismo. También los productos que forman parte de la canasta alimentaria fueron los que originaron el cambio anual de las LPI; en el ámbito urbano tuvieron una incidencia de 61 por ciento y en el rural fue menor, con 51.1 por ciento.

“Respecto a la canasta no alimentaria, destacaron los rubros de cuidados personales y de educación, cultura y recreación por ser los de mayor incidencia en el ámbito rural. En el urbano, por su parte, destacaron los de educación, cultura y recreación, así como los de vivienda y servicios de conservación”, agregó el Inegi.

Asimismo, en julio de 2025 la variación anual del costo de los combustibles como la gasolina magna disminuyó 1.2 por ciento, “lo que se adhiere a más de tres años de disminuciones —excepto en mayo de 2025, cuando se registró un aumento de 0.5 por ciento—“. En las zonas rurales, aumentaron a tasa anual la canasta alimentaria, 2.9 por ciento; cuidados personales, 5.5 por ciento, y educación, cultura y recreación, 5.7 por ciento. Y en las urbanas, la canasta alimentaria se incrementó 4.3 por ciento; educación, cultura y recreación, 5.7 por ciento; vivienda y servicios de conservación, 3.8 por ciento.

“El objetivo de las Líneas de Pobreza es ofrecer un referente monetario para determinar si los ingresos mensuales de la población son suficientes para adquirir los productos de las canastas alimentaria y no alimentaria”, añadió el instituto.

Pobreza general 

El Inegi también mide la línea de pobreza general por ingresos, que es cuando a la canasta alimentaria se le agregan otros bienes y servicios no alimentarios, como educación, salud y transporte.

  • El instituto reportó que los cambios porcentuales anuales de las líneas de pobreza general por ingresos fueron de 3.1% anual en el ámbito rural y 3.6% anual en el urbano.

“El incremento en el ámbito rural fue menor a la inflación general anual (3.5%), mientras que, el del urbano fue superior en 0.1 puntos porcentuales. La variación anual de las líneas de pobreza general por ingresos respecto al mismo mes del año anterior disminuyó 3.0 puntos porcentuales en el ámbito rural y 2.4 en el urbano (6.1% en ambos ámbitos)”, destacó el Inegi./Agencias-PUNTOporPUNTO

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