Petróleos Mexicanos (Pemex) anunciará este martes un capítulo más en su reestructuración interna, y aunque en menos de un año del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum, pasó de ser una empresa productiva del Estado a una pública, e inició un proceso de integración vertical, aún es necesario realizar considerables cambios de fondo, señalaron especialistas consultados por El Financiero.
- Oscar Ocampo, director de desarrollo económico del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señaló que hay dos necesidades urgentes que Pemex debe atender en su plan de reestructuración.
- “En primer lugar, deben darle liquidez a la empresa y pagar sus deudas; la colocación de notas precapitalizadas que hicieron la semana pasada, junto con Hacienda, les va a ayudar mucho para cubrir amortizaciones más inmediatas, pero todavía tiene que cubrir la deuda con proveedores”, indicó el especialista.
Y como segunda prioridad, Ocampo destacó la necesidad de invertir en actividades de exploración y producción, sobre todo en un contexto en el que la producción petrolera está cayendo, en promedio, un 10 por ciento anual.
“Tienen que anunciar un mecanismo que genere nuevas inversiones, seguramente veremos más detalles de asignaciones mixtas, pero no pueden ser solamente 11 proyectos que te aporten 60 mil barriles diarios de hidrocarburos, eso no es suficiente para revertir el declive de la plataforma de producción”, dijo.
Sin embargo, a reserva de lo que se anuncie este martes, Ocampo estimó que hay poco margen para actuar, ya que, si el Gobierno desea lograr la consolidación fiscal y limitar los niveles de endeudamiento, la Secretaría de Hacienda no está en condiciones de aportar mayor liquidez ni de contraer más deuda para apoyar a la empresa petrolera.
Clave, una reingeniería operativa
Marcial Díaz, presidente de la Asociación de Regulados del Sector Energético (ARSE), indicó que para sanear financiera y operativamente a Pemex es necesario realizar acciones que son políticamente costosas, como una reingeniería operativa, en la que se cierren unidades improductivas y se simplifiquen, aún más, las estructuras corporativas.
“Por ejemplo, de sus seis refinerías en operación (sin contar Dos Bocas), al menos cuatro operan por debajo del 50 por ciento de su capacidad instalada. La rehabilitación de estas plantas y la entrada plena de Dos Bocas requieren CAPEX (inversión) adicional, recursos que Pemex no tiene sin recurrir nuevamente al endeudamiento”, dijo.
- Adicionalmente, Pemex enfrenta pasivos laborales contingentes por más de 1.2 billones de pesos, correspondientes a pensiones y jubilaciones, que presionan aún más su flujo de efectivo y elevan su deuda total a niveles insostenibles para cualquier estándar corporativo.
- Coincidió en la necesidad de establecer alianzas estratégicas. “Se debe buscar atraer capital privado en esquemas de farm-outs, coinversiones y contratos de servicios integrales, especialmente en aguas profundas y refinación”, subrayó.
Carga financiera
Para Arturo Carranza, especialista en el sector energético, también existe la urgencia de saldar las deudas financieras con proveedores, que, hasta el cierre del primer semestre del año, ascendían a 430.5 mil millones de pesos.
“Hasta el momento, las medidas tomadas han resultado insuficientes para lograr que las empresas pequeñas, medianas y grandes sigan operando y complementando las actividades sustantivas de Pemex. Conforme el tiempo avanza y el problema no se resuelve, el costo de la solución se incrementa”, dijo.
- Por lo tanto, el experto espera que el anuncio de este martes incorpore acciones que le den a Pemex el suficiente flujo de efectivo para pagar, de manera gradual y transparente, las deudas con contratistas y proveedores.
“Las lecciones del pasado sugieren que, esquemas como el factoraje o el programa de cadenas productivas, han resultado insuficientes. La medicina para la petrolera debe ser más fuerte”, recomendó.
La calificadora HR señaló en un reporte que los principales riesgos a los que Pemex se enfrenta son la tendencia a la baja en la producción de crudo, la alta dependencia sobre los campos maduros, junto con la falta de inversión para la exploración y explotación de nuevos yacimientos petroleros; además, la volatilidad del tipo de cambio./Agencias-PUNTOporPUNTO