Minutos antes de que saliera rumbo a la Cámara de Diputados, la residencia particular del ex Presidente Enrique Peña Nieto y sus alrededores lucían desolados. Estaban por abrirse las puertas del 1325 de Palmas, cuando dos empleadas domésticas que pasaban por ahí se detuvieron a preguntar a quién esperaban las cámaras de video, por lo que al enterarse optaron por quedarse. El mexiquense salió con la banda presidencial -una de las tres que le compraron en este sexenio con valor de 35 mil pesos- ya puesta. Entre la decena de reporteros y escoltas, una de las mujeres se abrió paso para saludarlo. “¡Excelente Presidente!”, le dijo mientras estrechaba su mano. Ya sin simpatizantes que le pidieran una selfie, el mexiquense abordó una de las camionetas Suburban del convoy para dirigirse a la sesión en San Lázaro, donde entregaría la banda a Andrés Manuel López Obrador. Insistió en que se retirará de la vida política y participará en el sector privado, sin precisar si manejara sus propios negocios./REFORMA
Recibe nuestro boletín informativo, suscríbete usando el formulario
