«Chemsex», o cuando combinas sexo y drogas

Luego del reto de la cocaína entre jóvenes de alto poder adquisitivo, nos llega otra moda que pretende igualmente caer en la decadencia moral y que pone en peligro seriamente la salud. Se llama “chemsex” y es el uso de drogas con el fin de mantener relaciones sexuales, un fenómeno que se ha hecho viral en jóvenes europeos y que fomenta su popularidad a través de las redes sociales.
En México ya se han reportado algunas “chemsex” entre jóvenes gay que logran ponerse de acuerdo a través de las aplicaciones especializadas para smartphones. Estas «sex parties» tienen lugar en espacios privados durante el fin de semana y las relaciones sexuales son a tope tras utilizar drogas como mefedrona, flakka, cristal, éxtasis y cocaína. Aunque en México las que se han logrado rastrear comienzan un día por la tarde y terminan hasta el mediodia siguiente, al igual que allá se permite de todo y en el lugar se provee de drogas.
La mefedrona y la flakka (alfa-PVP) están consideradas nuevas drogas con efectos estimulantes derivadas de una planta, denominada catha edulis, y pertenecientes al grupo químico de las «catinonas». La más distribuida es la mefedrona —llamada también “la reina de la fiesta” por ser muy adictiva—, y con ella las personas sufren euforia, aumento de la energía, estado de alerta, urgencia de hablar, mejora de la función mental, aumento de la percepción de la música, disminución de sentimientos hostiles e incremento del deseo sexual.
En ciudades de España o Gran Bretaña estas fiestas duran 72 horas de sexo y drogas sin parar, ni siquiera para comer o para dormir, y aunque el movimiento inició en Estados Unidos, poco a poco se fue extendiendo. Por testimonios de participantes, expertos documentan las que se han realizado en México con ayuda del “boom” que las aplicaciones de celular tienen entre los jóvenes mexicanos.
El «chemsex «es una práctica sexual peligrosa que supone una vía de alto riesgo para infecciones de transmisión sexual, pues el consumo de drogas sintéticas hace que se pierda la percepción del peligro y por tanto se decida no usar preservativo. Entre los testimoniantes se encuentran hombres de entre 20 a 45 años que han reconocido haber usado la mefedrona, la metanfetamina de cristal y el GHB (hidroxibutirato)/GBL (butirolactona), conocidas como tina y G.
En la entrega anterior hablamos de la nula preparación de la policía para combatir las drogas sintéticas; pero ante este tipo de actividades de tan alto riesgo poco o nada pueden hacer por su naturaleza clandestina e inrastreable.
PARA EL REGISTRO ¿Recuerdan a aquellos bebés que murieron en una comunidad indígena de Chiapas luego de aplicárseles una vacuna contaminada de la hepatitis B? Pues bien, el Instituto Mexicano del Seguro Social ha sido demandado por la cantidad de 102.8 millones de pesos como indemnización. Nos cuentan quienes ya revisaron el caso que la dependencia puede perder el juicio. Gracias y hasta mañana.
 
 
@betata75

 

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