Mitos sobre la sexualidad femenina

Hola amigo lector de “sexo y salud” tu sección preferida del diario digital www.puntoporpunto.com/web bienvenido al tema de “mitos sobre la sexualidad femenina”, mismo que está creado con el fin de eliminar de nuestra mente, las ideas falsas acerca de la respuesta sexual femenina. Te recuerdo que existe un correo electrónico en espera de tus comentarios, dudas y sugerencias: [email protected] así como la dirección de twitter del autor: @jd_contreras

Para iniciar te diremos que un mito es una idea cuyo origen puede ser variado, pero su conclusión e interpretación es falsa; luego entonces los mitos sobre la sexualidad de la mujer, son precisamente ideas erróneas basadas en creencias populares y del machismo que durante siglos ha persistido en todo el mundo.

En esta ocasión nuestro tema será desarrollado mediante una lista acerca de los mitos más comunes sobre la sexualidad femenina:

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  • La ausencia del himen significa que la mujer no es núbil (virgen). El termino ausencia no es igual a ruptura del himen, es raro pero no imposible que una mujer no lo tenga. Hay hímenes que se desgarran sin sangrar, incluso en algunas mujeres, permite una abertura que no se rompe a la primera relación sexual y en casos extremos, se desgaja hasta el parto; por tanto el himen no es un sello de garantía de la nubilidad (virgen).
  • La primera relación sexual en la mujer es doloroso. La valoración del dolor varía entre las mujeres y según la circunstancia. Durante tensión y nerviosismo la percepción al dolor es mayor; cabe señalar que aunque sea la primera vez, si se tiene una adecuada preparación física que incluye una lubricación adecuada el dolor en caso de existir sería mínimo; también es difícil que el “dolor” de la primera vez pase desapercibido ya que las vías nerviosas para el dolor y el placer son las mismas.
  • La primera relación sexual femenina forzosamente tiene que ser sangrante. La cantidad de sangrado depende de la extensión de la rasgadura del himen y de la irrigación sanguínea (su vascularidad), al ver la ropa manchada es imposible calcular cuánto sangró la mujer. Generalmente el sangrado no es abundante y solo en escasas ocasiones algunas mujeres refieren haberse desmayado, pero hay que evaluar otros factores fuera de la pérdida de sangre para el desmayo o mareo en caso de sufrirlo.
  • No se pueden tener relaciones sexuales con la menstruación. Entran en juego el aspecto estético y de higiene en forma relativa, ya que como es bien sabido el desecho menstrual huele y sabe de una manera característica que puede ser desagradable o excitante. Debes saber que esa sangre es de alguna manera la misma que circula en el interior del cuerpo. En algunas mujeres la humedad y lubricidad adicional que crea el fluido menstrual, puede hacer más excitante la experiencia erótica al aumentar las sensaciones. Además muchas parejas gozan más del sexo al despreocuparse de un embarazo.
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  • La vagina se puede romper en la penetración. La vagina adulta, es un tejido muy elástico y resistente que incluso se puede estirar hasta 10 cm. de diámetro en el parto, con la cabeza del bebé, por lo tanto no hay posibilidades que a la penetración se rasgue a menos que falte lubricación o se fuerce; y en cuanto a la profundidad, se acomoda igual, pues forma la llamada «plataforma orgásmica.» Finalmente un desgarro del cuello uterino por penetración es factible cuando se hace sin excitación, y a la introducción forzada, durante una agresión sexual.
  • La mujer debe esperar que el hombre la provoque. Esto más que un mito, es una actitud basada en el machismo. La mujer aprende a asumir el papel pasivo, pues de otra forma su modo puede confrontar a su pareja con un desarrollo inadecuado de su identidad de género; incluso en algunas culturas se piensa que cualquier mujer que toma la iniciativa es inmoral. Sin embargo el que ella tome la iniciativa es de celebrar, pues mejora la comunicación erótica, disminuye la angustia, integra a la escena erótica sus fantasías, conecta a la pareja y elimina los errores de comunicación.
  • Cualquier mujer que porta un preservativo es una mujer fácil. Obvio que si la mujer porta un preservativo es precavida; tiene el derecho a disfrutar de su vida sexual como cualquiera independiente del género, además, cumple con el deber de protegerse a sí misma y a su pareja.
  • Dicen que soy frígida por que no siento nada. Hay que señalar y aclarar que frígida es la mujer que no expresa deseo, excitación sexual y no logra el orgasmo. Sin embargo resulta que muchas mujeres calificadas supuestamente como, son cariñosas y responden eróticamente ante sus parejas. En todo caso se debe acudir con el especialista para que elabore el diagnóstico preciso.
  • La mujer llega al orgasmo solo al sentir la penetración. La penetración no siempre es necesaria para que la mujer logre el orgasmo. Como es bien
  • sabido, debe darse apropiada estimulación de sus zonas erógenas para que la tensión sexual alcance un nivel que facilite el reflejo orgásmico, ya que existen varios tipos de orgasmos y varias zonas y puntos erógenos en toda mujer.
  • El sexo es solo para mujeres menores de 30 años. Siendo que la realidad es otra ya que la respuesta sexual aumenta con la edad, hace su momento o pico más alto entre los 35 y 45 años de edad y continúa a través de toda la vida. También hay que decir que el interés sexual puede disminuir, lo mismo que el funcionamiento corporal y orgánico debido a alguna enfermedad con la edad.
  • El embarazo y el parto disminuyen el deseo y respuesta sexual. Algunas mujeres experimentan inclusive un incremento en su respuesta sexual en el embarazo mismo incluso después del parto, probablemente esto se debe a los cambios fisiológicos que ocurren durante el embarazo como lo son mayor irrigación sanguínea en el área de la pelvis.
  • El sexo oral produce cáncer. Tanto la llamada felación (excitación del hombre a partir de besar sus genitales) como el cunnilingus, (estimulación oral en el área genital femenina) representan riesgo solo cuando la boca o los órganos sexuales cuentan con heridas o ulceras que sean la puerta de entrada a los microorganismos patógenos, pero nunca al cáncer.

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  • Ingerir semen es dañino. Científicamente se ha comprobado que entre los componentes del semen se encuentran proteínas, pero difícilmente se podría asegurar que su ingestión signifique aumentar de peso y de la misma manera, no hay evidencia de que tragar secreciones vaginales o semen sea dañino a la salud.
  • La mujer no eyacula. Para muchas mujeres es motivo de vergüenza mojar sábanas, o incluso el colchón, con el fluido segregado involuntariamente al momento del orgasmo, suele ser confundido con orina. Es bien sabido que la mujer produce una secreción vaginal al momento de la excitación, que tiene como objetivo lubricar las paredes del órgano para que la penetración no resulte dolorosa y muchas mujeres lubrican abundantemente como resultado de las contracciones pélvicas durante el orgasmo; aclarando que no todas las mujeres presentan lubricación abundante. Y al margen de su lubricación igualmente existe la eyaculación como tal, presentándose generalmente en casos de llegar al clímax femenino.
  • La vagina no debe expulsar aire. También es causa de pena para muchas mujeres el hecho de que durante el encuentro sexual su órgano reproductor expulse aire y haga ruido similar a la salida de gases estomacales por el ano; existen dos maneras de que haya presencia de aire en la vagina: en el caso de la presencia de ciertas levaduras (hongos) en el área y cuando este es el caso la expulsión de aire será casi imperceptible e irá acompañado de un olor un tanto desagradable; y por otro lado se forma aire al tener relaciones sexuales: ya que el movimiento del pene empuja aire al interior del útero, de manera que tenderá a salir cuando el mismo pene lo permita, pudiendo ser incluso un tanto ruidoso (para algunas chicas igualmente penoso).
  • La penetración anal solo lo permiten las pervertidas. La práctica del sexo anal es calificado como «sucio», «perverso» y «del gusto de los y las depravadas». Lo cierto es que el ano tiene tantas terminaciones nerviosas sensibles como vagina o pene, por lo cual es igualmente capaz de producir placer; incluso, algunas investigaciones al respecto indican que hay mujeres que sólo pueden alcanzar el orgasmo por esta vía, sin que intervenga vagina o clítoris, aunque no es lo más frecuente.
  • La mujer no puede quedar embarazada en su primera relación sexual. Mucha gente considera imposible que se geste la concepción durante el primer encuentro sexual, lo cual no tiene fundamento médico, ya que biológicamente no existe ningún impedimento para que así suceda; es más, algunas mujeres por efecto del nerviosismo y la ansiedad previa a la noche de bodas o de su primera relación pueden adelantar la ovulación y facilitar la concepción.
  • Todas las pastillas e inyecciones anticonceptivas engordan. Algunos hormonales para evitar el embarazo tienen como efecto secundario el aumento de peso; sin embargo, la industria farmacéutica ha seguido investigando y ha lanzado al mercado nuevos métodos anticonceptivos hormonales como parches, comprimidos orales o inyecciones que tienen menos efectos secundarios e incluso mejoran ciertos aspectos físicos, como el cutis, al cual protegen del acné.
  • El coito o penetración afecta y daña al feto. Cuando la gestante se encuentra en buen estado de salud puede tener vida sexual activa sin ningún problema, lo importante es buscar posiciones que eviten que el abdomen de la embarazada sufra presión.
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  • El deseo sexual se acaba con el climaterio y menopausia. Es cierto que existen cambios hormonales donde la mujer disminuye el apetito sexual, pero eso no significa que todo termine en relación a la vida sexual y la pérdida de la menstruación solamente marca el fin de la vida fértil; una opción es recurrir al tratamiento médico con hormonas sintéticas que sustituyan a las que ya no se producen, las cuales, además de ayudar a eliminar síntomas del climaterio, influyen positivamente en el mantenimiento de la libido (deseo sexual).
  • La capacidad y el deseo sexual de la mujer son menores que las del hombre. Esta idea se escucha no sólo en boca de hombres, sino en boca de las propias mujeres quienes realmente piensan que ellas tienen menos necesidades sexuales, siendo que es obvio que el desarrollo y el disfrute de la sexualidad es libre en ambos géneros como seres humanos, teniendo más o menos capacidad de respuesta erótica sin que tenga que ver el ser mujer u hombre.

De esta manera concluimos el tema “mitos sobre sexualidad femenina”, esperando sea de utilidad en tu práctica diaria. Recuerda que estamos en espera de tus comentarios, dudas y sugerencias en el correo:[email protected] así como en la dirección de twitter del autor: @jd_contreras y hasta la próxima edición de “sexo y salud” en el diario digital www.puntoporpunto.com/web

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