ALARMANTE CAÍDA en los INGRESOS del País

Igual iniciaron los gobiernos de Zedillo, Fox, Calderón y Peña, sólo que en el primer caso vino una gran devaluación y el Fobaproa

Las finanzas públicas se complicaron en lo que fue prácticamente el primer mes de la Administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

  • En enero, los ingresos públicos totales ascendieron a 447 mil 959 millones de pesos, un monto 7.5 por ciento inferior a igual mes del año pasado, según el informe mensual de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Se trata de la reducción más fuerte que han tenido los ingresos para el mismo mes desde 2009, de acuerdo con las estadísticas de la dependencia.

  • Los ingresos además fueron 5.2 por ciento menores a la meta prevista por Hacienda, lo que equivale a 24 mil 400 millones de pesos que no ingresaron conforme a lo planeado.

Petróleo y la baja recaudación fueron los causantes de esta situación.

  • Los ingresos petroleros del Gobierno cayeron 52.3 por ciento debido a la reducción de 7 por ciento en el precio del crudo mexicano de exportación y de 10 por ciento en la producción de petróleo.

Por su parte, la recaudación estuvo por debajo de las expectativas del Gobierno.

  • Los ingresos derivados del Impuesto Sobre la Renta (ISR), el gravamen más importante para el fisco, sumaron 172 mil 13 millones de pesos, lo cual fue 1.4 por ciento mayor en términos reales respecto a enero de 2018.

Sin embargo, este monto se ubicó en 3 mil 716 millones de pesos por debajo del programa establecido por Hacienda para dicho mes.

  • Y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), cuya evolución está más ligada a la actividad económica, tuvo una caída de 12.3 por ciento; se recaudaron en total 90 mil 664 millones de pesos.
  • Además, los ingresos por este impuesto fueron 6 mil 662 millones inferiores al programa. La Secretaría de Hacienda reportó un gasto total en enero por 506 mil 709 millones de pesos, uno por ciento menos que el primer mes de 2018.

En el informe destaca la reducción de 5.8 por ciento en el gasto de secretarías, 95.5 por ciento en la oficina de la Presidencia y 55 por ciento en ramos autónomos, entre los que están los poderes Legislativo y Judicial, el Instituto Nacional Electoral, el Inegi y la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

La caída en los ingresos gubernamentales se compensó con un ajuste drástico al gasto, permitiendo a la actual Administración alcanzar con cierta holgura el déficit público prometido.

Entre un sexenio y otro…

Entre 1993 y 1995, México vivió una cadena de horrores. Cada seis meses, ocurrió un asesinato en la escena pública. Fueron acribillados el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo; el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio Murrieta y el secretario general priista, José Francisco Ruiz Massieu. Luego, la noche del 19 de diciembre de 1994, el Gobierno mexicano decidió devaluar la moneda nacional frente al dólar. Las reservas federales habían caído en un máximo histórico porque, se explicó oficialmente, “la economía estaba sostenida con alfileres”.

  • Tras esa decisión, México pasó a “la mayor crisis económica del XXI (aun cuando el siglo no había cambiado)”, como la llamó el ex Secretario del Tesoro estadounidense, Robert Rubin. Cientos de empresarios tuvieron que cerrar, miles de estudiantes vieron truncados sus sueños y millones de familias renunciaron a un estatus para cruzar el umbral hacia la pobreza, a la par que la economía mexicana se paralizaba.
  • En los muchos análisis que se han hecho de aquella crisis social y económica se asoman como causas las políticas económicas fallidas, la corrupción en la cúpula gubernamental, la ausencia de transparencia y el sometimiento de las instituciones al poder.
  • En general, esa época es una herida abierta en la sensibilidad de muchos mexicanos. Pocos hablan de sus recuerdos, como si se tratara de un trauma insuperable. Y a la hora de repartir responsabilidades, los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León se colman de reproches mutuos, pero sin mostrar conclusiones de qué pasó.

Todos los países cometen errores, pero no todos aprenden las lecciones. Esa es la coincidencia de algunos protagonistas de aquella época y expertos que ven que la tragedia parece repetirse (o hay un dejà vu) ahora cuando el promedio de aprobación para el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, no supera el 40 por ciento, cifra muy parecida a la que tuvieron Carlos Salinas y Ernesto Zedillo. Uno al concluir el sexenio y el otro al arrancarlo.

El «error de diciembre» en 1994

  • Los problemas económicos de 1994 se intrincaron. El Gobernador del Banco Central y el Secretario de Hacienda se inclinaban por dejar al peso flotar con libertad hasta encontrar su propio nivel. Los empresarios no estaban de acuerdo y argumentaban que sólo se requería una corrección. Discutían, debatían y todos se echaban la culpa, pero sólo el pueblo fue el que pagó.
  • Y una noche, la del 19 de diciembre, el Gobierno Federal devaluó la moneda mexicana en 15 por ciento. Veinte días después de esa decisión, el saldo de las reservas internacionales de México era de tres mil 483 millones de dólares cuando 11 meses antes, ese mismo saldo había reportado 29 mil 155 millones de dólares. En 330 días se habían esfumado de México casi 26 mil millones de dólares. También con un profundo silencio.
  • México fue capaz de hacer frente a sus obligaciones por tesobonos sólo gracias al paquete de rescate de más de 50 mil millones de dólares que absorbió el Tesoro de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y varios bancos centrales que operaban en su mayoría a través del Bank for Internacional Settlements.
  • El inicio del Gobierno de Ernesto Zedillo estuvo marcado por la crisis económica desatada aquella negra noche. Inició con una aprobación cercana a 76 por ciento. Para enero, esa cifra era menor de 50 por ciento y en febrero de 1995, sólo 23 por ciento de los mexicanos aprobaba su forma de gobernar, la cifra más baja jamás observada.

Las decisiones de la noche del 19 de diciembre fueron pagadas muy caras. Ernesto Zedillo ha responsabilizado a Salinas. Y Salinas ha responsabilizado a Zedillo, al grado que bautizó el momento como “el error de diciembre”. En poco más de veinte años se han acumulado los reproches, la culpas, pero jamás las cuentas rendidas.

En los muchos análisis sobre la crisis que han elaborado reconocidos estudiosos se asoman como posibles causas las políticas económicas fallidas, las disputas políticas intestinas, la corrupción en el Gobierno Federal, la ausencia de Transparencia y el sometimiento de las instituciones al poder político. /SCHP- REFORMA- SIN EMBARGO- PUNTOporPUNTO

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