Congreso: el recorte necesario

AMLO ha propuesto una serie de medidas que incluyen al Legislativo

Para que sea efectiva, la austeridad en el Congreso de la Unión debe ir más allá de recortar dietas o prestaciones a los diputados y senadores. La austeridad en el Legislativo implica también disminuir y transparentar las subvenciones que se entregan a las bancadas, así como rubros del Presupuesto de Egresos cuya asignación queda enteramente en manos de los congresistas.

  • Legisladores electos de Morena han propuesto diversas medidas de austeridad para el Senado y la Cámara de Diputados con las que se plantean ahorros de hasta 4 mil millones de pesos
  • Estas medidas incluyen desde la disminución a su dieta mensual, la eliminación del seguro de gastos médicos mayores, de los servicios de telefonía y la reducción de los gastos en viajes.
  • A estas disposiciones deberán sumarse otras para eliminar la discrecionalidad en el gasto público, como la regulación del Ramo 23; sin embargo, se anticipa un choque de trenes entre los que hoy todavía son aliados

Dentro del bloque que llevó al poder al virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador —Morena, PT y PES—, no todos están de acuerdo en hacer un recorte generalizado de los ingresos y prestaciones. Argumentan que debe haber recortes, pero no que paralicen el trabajo legislativo.

Gastos millonarios

 El Poder Legislativo se ha caracterizado por tener gastos excesivos y poco transparentes que han provocado observaciones constantes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

  • Tan sólo en 2017 el Congreso de la Unión gastó 14 mil 838 millones de pesos. La Cámara de Diputados fue la más costosa con egresos por 7 mil 707 millones de pesos y el Senado gastó 4 mil 598 millones de pesos.
  • Para la labor de la Auditoría Superior de la Federación, brazo vigilante del gasto público —dependiente de la Cámara baja—, se destinaron 2 mil 532 millones de pesos.
  • Constantemente se han revelado escándalos sobre los gastos de legisladores y los grupos parlamentarios

Por ejemplo, en servicios personales, el Legislativo gastó 9 mil 532 millones de pesos en el pago de salarios y prestaciones a sus trabajadores y congresistas.

  • Cada uno de los diputados recibe 74 mil 672 pesos mensuales por concepto de dieta; además, a cada uno de los 500 se le entregan 45 mil 786 pesos para asistencia legislativa —contratación de asesores— y 28 mil 772 pesos para atención ciudadana —instalación de un módulo de atención y contratación de personal. Ninguno de estos rubros debe comprobarse.
  • Los senadores reciben 118 mil 300 pesos mensuales por concepto de dieta; además, 75 mil pesos para asistencia legislativa y 60 mil para atención ciudadana.

Quienes laboran en el Congreso de la Unión, tanto legisladores como personal operativo, reciben sueldos y prestaciones que superan los 100 mil pesos y que son para cubrir gastos de telefonía celular y viajes, entre otros

A esos ingresos se suman las prestaciones como el seguro de gastos médicos mayores para el beneficiario y su familia, el seguro de vida, el seguro de separación — una caja de ahorro en que pueden ahorrar una cantidad de su dieta y el Legislativo los dota de una parte igual—, telefonía, vales de gasolina, boletos de avión para volver a sus lugares de origen, pago de casetas y, en algunos casos, automóviles.

  • El exceso en estos gastos no es sólo de los legisladores. El personal operativo de las Cámaras del Congreso cuenta con ingresos aún mayores que los propios congresistas.
  • El secretario general de la Cámara de Diputados percibe 156 mil 491 pesos mensuales y el del Senado 117 mil 900 pesos.
  • El aparato burocrático del Congreso se compone además de otros funcionarios de alto rango con salarios superiores a los 100 mil pesos mensuales, más todas las prestaciones.

Pero no se trata sólo de los ingresos de los congresistas o el personal operativo; el Congreso tiene otros gastos que han provocado constantes escándalos.

Por ejemplo, en marzo del 2016, se arrendaron 80 autos eléctricos con un costo de 29 millones de pesos y para pagar las pólizas de seguros de gastos médicos mayores se invirtieron más de 165 millones.

Tan sólo en agua purificada, café, azúcar, galletas y refrescos para seis meses se gastaron 3.7 millones de pesos. Para telefonía el gasto fue de casi 30 millones de pesos.

Sin embargo, al interior del Congreso, el principal foco de opacidad y gasto está en las subvenciones a los grupos parlamentarios; al exterior, en la asignación de recursos sin reglas establecidas que se prestan para el manejo político del dinero público.

¿Subvenciones y los moches?

Uno de los gastos más opacos en las Cámaras del Congreso de la Unión son las subvenciones que se entregan a los grupos parlamentarios.

  • Tan sólo en 2017, las cinco bancadas del Senado recibieron 982.7 millones de pesos: 416.6, el PRI; 298 el PAN; 112.8 el PRD; 96.9 el PT y 57.6 el PVEM.
  • El dinero que se entrega a los legisladores para sus gastos internos, junto con el que proviene de las partidas como el Ramo 23, se reparten de manera opaca ya que nadie sabe en dónde terminan o para qué se usaron esos recursos
  • En la Cámara de Diputados, los grupos parlamentarios recibieron 986.4 millones de pesos entre marzo del 2017 y febrero del 2018.
  • De ellos, 372.7 fueron para el PRI; 202.2 para el PAN; 121.8 para el PRD; 85.2 para Morena; 82.4 para el PVEM; 46.4 para el PES; 42.6 para MC y 32.7 para Nueva Alianza.

Este dinero se entrega a las bancadas para sus gastos operativos, pago de personal, comidas y otros gastos internos. El problema es que no tienen obligación de transparentarlo, por lo que el dinero se gasta de manera discrecional.

La Auditoría Superior de la Federación ha detectado estas irregularidades y en sus informes sobre la Cuenta Pública se ha pronunciado respecto a la opacidad de esos recursos.

  • Por ejemplo, en el 2016, la Cámara de Diputados entregó mil 691 millones de pesos a los grupos parlamentarios, de los que la Auditoría Superior no tuvo documentación comprobatoria de su ejercicio.
  • “No se proporcionó documentación que sustenta la aplicación de los recursos otorgados y, por tanto, no se contó con la información que permitiera evaluar la razonabilidad del gasto o comprobar que los recursos se ejercieron en trabajos legislativos”
  • En el caso del Senado se entregaron mil 16 millones de pesos a los grupos parlamentarios y, al igual que en la Cámara baja, no se sabe en qué fueron utilizados esos recursos.
  • “No fue posible comprobar que esos recursos se aplicaron en los fines para los cuales fueron otorgados, además de que los gastos y erogaciones que realicen los legisladores estén amparados con Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI) que se ajusten a las facilidades de comprobación establecidos en los mencionados criterios”, expuso la Auditoría.

El virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ha pedido a los legisladores electos de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’ —Morena, PT y PES—, que además de la reducción de sus ingresos, también se disminuya y se transparenten las subvenciones que reciben las bancadas en el Congreso.

Además de estos recursos, los congresistas electos de Morena han ofrecido también eliminar o reestructurar el Ramo 23, llamado Provisiones Salariales y Económicas, una de las partidas del Presupuesto de Egresos de la Federación mediante el que se envían recursos a obras en estados y municipios, pero del que se ha pervertido su uso.

Varios de los programas o fondos que contiene este Ramo no se encuentran debidamente regulados en cómo se otorgan los recursos, lo que ha permitido que su manejo sea meramente político.

Además, estos fondos se han prestado también para el mal uso en las asignaciones. En 2014 estalló un escándalo por la asignación de recursos, pues se dijo que ciertos diputados —especialmente del PAN—, pedían comisiones o “moches” a cambio de enviar dinero a ciertos estados o municipios.

Así, por ejemplo, se crearon fondos como el de Fortalecimiento Financiero, a través del que se entregan miles de millones de pesos a los estados para obras sin ninguna regla de operación establecida, por lo que la Secretaría de Hacienda lo distribuye a discreción.

En 2016 este fondo, conocido como “Fortalece”, tuvo asignados mil 481 millones de pesos; a septiembre de de ese año ya llevaba erogados 21 mil 466 millones de pesos. Es decir, se habían gastado ya 14.5 veces más que lo presupuestado.

En el Ramo 23 también se ubican los programas de pavimentación, apoyo al deporte y a la cultura, para los que los diputados etiquetaban una bolsa de recursos en la que cada uno de ellos decidía a dónde mandar el dinero “que le correspondía”, aunque no necesariamente era a sus comunidades o distritos de origen./ CON INFORMACIÓN DE REPORTE INDIGO

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