Texto Íntegro: CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA está 50% por encima de los niveles PREINDUSTRIALES

Los niveles del gas continúan subiendo, cuando se necesita que bajen, agregaron los científicos. El nivel de anhídrido carbónico este año es de casi 1,9 partes por millón más que hace un año, un aumento ligeramente mayor que el registrado de mayo de 2020 a mayo de 2021.

La cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera ha superado un nivel clave —más de 50% por encima de los niveles preindustriales—, algo no registrado desde millones de años atrás, cuando la Tierra era un invernadero cubierto por un océano, advirtieron científicos federales estadounidenses.

  • La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) dijo que su estación de monitoreo en Mauna Loa, Hawai, promedió 421 partes por millón del gas —también llamado anhídrido carbónico o bióxido de carbono—, durante mayo, que es cuando el importante gas de efecto de invernadero llega a su pico anual.

Antes de la revolución industrial a finales del siglo XIX, los niveles estaban en 280 partes por millón, dijeron los científicos, así que la actividad humana ha cambiado significativamente la atmósfera. Algunos activistas y científicos quieren que la cantidad baje a un nivel de 350 partes por millón. Las emisiones industriales de dióxido de carbono provienen del uso de carbón, petróleo y gas natural.

  • Los niveles del gas continúan subiendo, cuando se necesita que bajen, agregaron los científicos. El nivel de anhídrido carbónico este año es de casi 1,9 partes por millón más que hace un año, un aumento ligeramente mayor que el registrado de mayo de 2020 a mayo de 2021.

“El mundo está tratando de reducir las emisiones y uno realmente no lo ve. Dicho de otro modo, si estás midiendo la atmosfera, no ves que esté sucediendo nada ahora en términos del cambio climático”, declaró el científico de la NOAA Pieter Tans, que monitorea las emisiones globales de gases de invernadero para la agencia.

  • Científicos ajenos a la NOAA dijeron que los números muestran un problema grave para el cambio climático.

“La humanidad tiene que hacer esfuerzos más serios y registrar un decrecimiento rápido en las emisiones de gases de invernadero o los impactos del cambio climático van a seguir empeorando”, advirtió Jonathan Overpeck, decano del ambiente en la Universidad de Michigan.

El climatólogo de la Universidad de Illinois Donald Wuebbles dijo que si no se aplican recortes en la contaminación con carbono, “registraremos niveles cada vez más dañinos de cambio climático, más olas de calor, más inundaciones, más sequía, más tormentas poderosas y niveles del mar más elevados”.

1 de 6 muertes en el mundo es por la contaminación

Un informe revela la existencia de “zonas de sacrificio” medioambientales, lugares cuyos residentes sufren consecuencias devastadoras para su salud y ven violados sus derechos por vivir en focos de polución y zonas altamente contaminadas. Un relator de derechos humanos pide su limpieza y llama la atención sobre la intoxicación que sufre el planeta.

  • Nos estamos envenenando y estamos envenenando el planeta: en un su último informe, el relator* especial sobre la cuestión de las obligaciones de derechos humanos relacionadas con el disfrute de un medio saludable asegura que la intoxicación de la Tierra se intensifica, sin que ello sea motivo de atención por parte de la opinión pública.

“Mientras la emergencia climática, la crisis mundial de la biodiversidad y el COVID-19 acaparan los titulares, la devastación que la contaminación y las sustancias peligrosas causan en la salud, los derechos humanos y la integridad de los ecosistemas sigue sin suscitar apenas atención. Sin embargo, la contaminación y las sustancias tóxicas causan al menos nueve millones de muertes prematuras, el doble del número de muertes causadas por la pandemia en sus primeros 18 meses”, afirma David R. Boyd.

De hecho, una de cada seis muertes en el mundo está relacionada con enfermedades causadas por la contaminación, una cifra que triplica la suma de las muertes por sida, malaria y tuberculosis y multiplica por 15 las muertes ocasionadas por las guerras, los asesinatos y otras formas de violencia.

  • La contaminación atmosférica es el mayor contribuyente ambiental a las muertes prematuras, al causar unos siete millones de ellas cada año.
  • La exposición a sustancias tóxicas aumenta el riesgo de muerte prematura, intoxicación aguda, cáncer, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades respiratorias, efectos adversos en los sistemas inmunológico, endocrino y reproductivo, anomalías congénitas y secuelas en el desarrollo neurológico de por vida.

Una cuarta parte de la carga mundial de morbilidad se atribuye a factores de riesgo ambientales evitables, la inmensa mayoría de los cuales implica la exposición a la contaminación y a las sustancias tóxicas.

El envenenamiento se intensifica

“La toxificación del planeta Tierra se intensifica”, dice Boyd, que señala que, aunque hay algunas sustancias que se han prohibido o cuyo uso se está eliminando, la producción, el uso y el desechado de productos químicos peligrosos, en general, sigue aumentando rápidamente.

  • Cada año se emiten o vierten cientos de millones de toneladas de sustancias tóxicas al aire, el agua y el suelo. La producción de sustancias químicas se duplicó entre 2000 y 2017, y se espera que se duplique de nuevo para 2030 y se triplique para 2050, produciéndose la mayor parte del crecimiento en los países no miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el resultado de este crecimiento será un aumento de la exposición a los riesgos y un empeoramiento de las repercusiones para la salud y el impacto ambiental.

  • “El mundo está pasando apuros para hacer frente a las amenazas químicas de antes y de ahora”, dice Boyd, que ha contado con el apoyo para su informe del relator especial sobre las implicaciones para los derechos humanos de la gestión y eliminación ambientalmente racionales de las sustancias y los desechos peligrosos, Marcos Orellana.
  • Por ejemplo, el plomo se sigue utilizando de forma generalizada a pesar de que se conoce desde hace tiempo su toxicidad y sus devastadoras consecuencias para el desarrollo neurológico en la infancia. El plomo causa cerca de un millón de muertes al año, así como daños demoledores e irreversibles en la salud de millones de niños.

Entre los motivos de preocupación recientes figuran las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, los alteradores endocrinos, los microplásticos, los plaguicidas neonicotinoides, los hidrocarburos aromáticos policíclicos, los residuos farmacéuticos y las nanopartículas.

Sustancias eternas

Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas son un grupo de miles de sustancias químicas de extendido uso en aplicaciones industriales y de consumo, como las espumas para sofocar incendios y los revestimientos hidrófugos y lipófobos para textiles, papel y utensilios de cocina.

  • Se les conoce como “sustancias químicas eternas” (forever chemicals) debido a su persistencia en el medio ambiente.
  • Además, son tóxicas y bioacumulativas, pues van acumulándose en los tejidos de los organismos vivos y aumentando su concentración según ascienden en la cadena alimentaria.

Prácticamente todas las personas de los países industrializados tienen sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas en su organismo. La exposición a estos productos se ha asociado a lesiones hepáticas, hipertensión, disminución de la respuesta inmunitaria, disminución de la fertilidad, menor peso al nacer y cáncer testicular y de riñón.

  • En la Unión Europea, los costos relacionados con la salud que se derivan de las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas oscilan entre los 52.000 y los 84.000 millones de euros anuales, mientras que los costos de tratamiento y recuperación del suelo y las aguas contaminadas van de los 10.000 a los 170.000 millones de euros.
  • Otras formas de contaminación más conocidas proceden de la extracción, el procesamiento, la distribución y la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), que producen ingentes volúmenes de contaminación y sustancias químicas tóxicas.

Los combustibles fósiles son también la principal materia prima de las industrias petroquímica y del plástico, altamente contaminantes. La agricultura industrial contamina el aire, el agua, el suelo y la cadena alimentaria con plaguicidas, herbicidas, fertilizantes sintéticos y medicamentos peligrosos.

Otras industrias que producen enormes volúmenes de contaminación y sustancias tóxicas son la minería y la fundición, la industria manufacturera, el sector textil, la construcción y el transporte.

Polución omnipresente

Los contaminantes tóxicos son omnipresentes hoy en día, hallándose desde las más altas cumbres del Himalaya hasta las profundidades de la Fosa de las Marianas.

Los seres humanos están expuestos a sustancias tóxicas a través de la respiración, los alimentos y la bebida, por contacto con la piel y a través del cordón umbilical en el vientre materno. Los estudios de biomonitorización revelan la presencia de residuos de plaguicidas, ftalatos, pirorretardantes, sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, metales pesados y microplásticos en nuestro organismo. Incluso se encuentran sustancias tóxicas en los recién nacidos.

Además, todas esas sustancias tóxicas están relacionadas con los otros dos aspectos de la triple crisis ambiental mundial: la emergencia climática y el declive de la biodiversidad.

  • La industria química agudiza la emergencia climática al consumir más del 10 % de los combustibles fósiles producidos en el mundo y emitir unos 3300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero cada año.
  • El calentamiento global contribuye a la liberación y movilización de contaminantes peligrosos procedentes del deshielo de los glaciares y del permafrost.

La contaminación y las sustancias tóxicas constituyen también uno de los cinco principales motores del catastrófico declive de la biodiversidad, con efectos especialmente negativos para los polinizadores, los insectos, los ecosistemas de agua dulce y marinos (incluidos los arrecifes de coral) y las poblaciones de aves./Agencias-PUNTOporPUNTO

Documento íntegro:

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