TEXTO ÍNTEGRO: ¿El MUNDO está preparado para otra PANDEMIA?, expertos ALERTAN vulnerabilidad mundial por Nuevas AMENAZAS

La pandemia de COVID-19 demostró que existen grandes desigualdades en el acceso a diagnósticos, tratamientos y vacunas, tanto dentro de los países como entre ellos. Los servicios sanitarios se vieron desbordados, las economías sufrieron graves trastornos y se perdieron casi siete millones de vidas.

En un tiempo donde la incertidumbre ha dejado una cicatriz indeleble en la memoria colectiva, los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud han logrado algo insólito: un consenso histórico, forjado durante más de tres años de arduas negociaciones.

  • No es solo un documento: es una declaración de voluntad compartida, una apuesta por un futuro donde la prevención, la preparación y la solidaridad reemplazan al caos y la descoordinación vividos durante el COVID-19.
  • Según palabras del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el borrador alcanzado «demuestra que el multilateralismo sigue vivo».
  • También un recordatorio poderoso de que en un planeta marcado por profundas divisiones políticas, aún es posible encontrar un terreno común cuando lo que está en juego es la supervivencia colectiva.

El acuerdo —que aún debe ser ratificado— representa una estructura integral que incluye desde sistemas de intercambio de patógenos hasta mecanismos financieros de respuesta rápida, y una apuesta decidida por el enfoque «One Health», que integra salud humana, animal y ambiental en una sola estrategia global.

Un largo proceso

Este proceso comenzó en diciembre de 2021, cuando el mundo aún tambaleaba bajo los efectos de la pandemia. En aquel entonces, los Estados miembros de la OMS dieron luz verde a la creación del Órgano de Negociación Intergubernamental (INB), encargado de diseñar un instrumento legal que fortaleciera la capacidad global para evitar futuras crisis sanitarias.

Trece rondas formales —nueve de ellas prolongadas— y un sinfín de reuniones informales culminaron ahora en un texto que busca ser el escudo del mañana.

Ya han pasado 5 años: así se veía el mundo durante la pandemia

El documento propone, entre otras medidas, la creación de una red de suministro y logística global, el fortalecimiento de los sistemas sanitarios, y el establecimiento de capacidades científicas y de desarrollo tecnológico en diversas regiones del mundo.

Asimismo, incluye un compromiso claro para facilitar la transferencia de conocimientos y tecnologías sanitarias, siempre bajo acuerdos mutuos, lo que representa una delicada solución de compromiso ante las reticencias de países con grandes industrias farmacéuticas.

El controvertido Artículo 11

Uno de los puntos más discutidos del borrador fue el controvertido Artículo 11, relativo a la transferencia obligatoria de tecnologías médicas a países en desarrollo. Durante la pandemia de COVID-19, muchos de estos países denunciaron el acaparamiento de vacunas y pruebas diagnósticas por parte de naciones ricas.

  • Aunque el acuerdo no impone tales transferencias de forma obligatoria, sí promueve su incentivación mediante mecanismos regulatorios, acuerdos de licencia y condiciones financieras favorables.
  • En paralelo, el texto enfatiza de forma explícita el respeto a la soberanía nacional, desmintiendo las teorías conspirativas que sugerían que la OMS podría imponer confinamientos, mandatos de vacunación o cerrar fronteras de forma unilateral.

El acuerdo deja claro que la OMS no tendrá poder para alterar leyes nacionales ni imponer medidas sanitarias obligatorias, reafirmando así la autonomía de cada Estado en la gestión de su salud pública.

  • Desde Sudáfrica hasta Francia, desde Tailandia hasta Brasil, la pluralidad de voces que lideraron este proceso refleja un esfuerzo verdaderamente global.

Precious Matsoso, copresidenta del INB, subrayó que este acuerdo no solo aumenta la equidad global, sino que protege a las generaciones futuras del sufrimiento vivido durante la última pandemia.

  • Su homóloga, la embajadora francesa Anne-Claire Amprou, destacó el valor de un enfoque coordinado para proteger al mundo de futuras amenazas sanitarias mediante respuestas más rápidas, eficaces y justas.
  • Y quizá ese sea el verdadero triunfo de este acuerdo: no solo prepara al mundo ante lo inevitable, sino que lo hace recordándonos que, al final, nuestra mayor fortaleza no está en la tecnología, sino en nuestra capacidad de actuar como una sola humanidad.

Cauto optimismo: La firma de un acuerdo sobre pandemias

La pandemia de COVID-19 demostró que existen grandes desigualdades en el acceso a diagnósticos, tratamientos y vacunas, tanto dentro de los países como entre ellos. Los servicios sanitarios se vieron desbordados, las economías sufrieron graves trastornos y se perdieron casi siete millones de vidas.

Esta ha sido la motivación que ha llevado a los países a reunirse para trabajar en un acuerdo que garantice que el mundo haga frente a la próxima pandemia de una manera más justa y eficaz.

  • Cuando los delegados lleguen a Ginebra el lunes 19 de mayo, redactarán el texto del acuerdo, que Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), describió como “vital para las generaciones futuras”.
  • Si se adopta el acuerdo, supondrá un gran avance en la forma en que el mundo afronta las pandemias y las crisis sanitarias. Sin embargo, las negociaciones siguen siendo delicadas desde el punto de vista político:
  • Varias naciones, entre ellas Estados Unidos, han expresado su preocupación por la soberanía nacional y los derechos de propiedad intelectual. Aun así, en las últimas semanas, el doctor Tedros expresa “cauto optimismo” en alcanzar un consenso.

El cambio climático: Una amenaza existencial

La crisis climática no se limita al aumento de las temperaturas: está poniendo vidas en peligro. El clima extremo y los brotes de enfermedades van en aumento, amenazando la salud de millones de personas.

  • Un plan de acción creado por la OMS pide que las políticas climáticas y sanitarias trabajen juntas, refuerce la resiliencia y garantice financiación para salvaguardar a las comunidades vulnerables.

Una versión preliminar del plan se publicó tras una resolución adoptada en la conferencia de 2024 y, este año, se espera que los delegados finalicen el borrador, que incluye estrategias para adaptarse a los riesgos sanitarios relacionados con el clima y mitigarlos.

Salud para todos: Volver a encarrilar la sanidad universal

  • Garantizar que todas las personas tengan un acceso asequible a toda la gama de servicios sanitarios de calidad que necesitan es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que todos los Estados miembros de la ONU firmaron en 2015.
  • Sin embargo, la meta sanitaria está muy lejos de cumplirse; de hecho, las mejoras de los servicios sanitarios se han estancado en los últimos diez años.
  • No obstante, la cobertura sanitaria universal será una de las prioridades de la Asamblea, en la que los delegados debatirán estrategias para reforzar los sistemas de atención primaria, garantizar una financiación sostenible y atender a las poblaciones vulnerables.

Comienzos saludables: Salud materna y neonatal

  • Cerca de 300.000 mujeres pierden la vida cada año a causa del embarazo o el parto, mientras que más de dos millones de bebés mueren en su primer mes de vida. En abril, la OMS lanzó una campaña de un año de duración para acabar con las muertes maternas y neonatales evitables.
  • Titulada Comienzos sanos, futuros esperanzadores, instará a los gobiernos y a la comunidad sanitaria a redoblar sus esfuerzos para poner fin a las muertes maternas y neonatales evitables, y a dar prioridad a la salud y el bienestar a largo plazo de las mujeres.

Es de esperar que en la Asamblea se anuncien nuevos objetivos y compromisos renovados para acabar con las muertes evitables.

Cerrar las brechas: Enfermedades no transmisibles

  • Las enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías, el cáncer y la diabetes, matan a decenas de millones de personas cada año. Alrededor de tres cuartas partes de esas muertes se producen en países de renta baja y media.
  • Podrían salvarse muchas vidas si más países tuvieran respuestas nacionales sólidas, que ofrecieran detección, chequeo y tratamiento, así como cuidados paliativos.
  • En preparación de una reunión de la OMS sobre estas enfermedades y sobre salud mental que se celebrará en septiembre, los delegados examinarán el modo en que la agencia sanitaria de la ONU colabora con los gobiernos.

También la sociedad civil y el sector privado para prevenir y controlar estas enfermedades, y abordarán formas de mejorar el acceso a medicamentos esenciales y tecnologías sanitarias.

Poner las finanzas en orden

Este año se ha descrito como uno de los más difíciles de la historia de la ONU, que está siendo sacudida por presiones extremas sobre sus finanzas. Estados Unidos, uno de los principales donantes, anunció que abandonaría la OMS en enero, y otros países también han recortado su financiación para el desarrollo y la ayuda.

  • En la Asamblea de este año, los Estados miembros negociarán un aumento del 50% en el presupuesto base, algo que se lleva barajando desde la reunión de 2022. Si se aprueba un aumento de la financiación, supondrá un impulso vital en un momento difícil.

La OMS también está buscando contribuciones voluntarias adicionales, y se prevén nuevas promesas de contribuciones de los Estados Miembros y organizaciones filantrópicas.

«La próxima pandemia no esperará»

La Junta Mundial de Vigilancia de la Preparación (GPMB, por sus siglas en inglés) alertó sobre la necesidad de comprender urgentemente la «vulnerabilidad mundial ante las amenazas de nuevas pandemias», a la vez que reclamó «un replanteamiento radical del enfoque colectivo de la preparación» ante este tipo de eventos.

La GPMB es una iniciativa respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial que realiza un seguimiento de los factores que impulsan el riesgo de pandemia y supervisa la preparación mundial.

  • Ahora, presentó este informe en la 15ª Cumbre Mundial de la Salud celebrada en Berlín. El documento describe 15 factores clave del riesgo de pandemia, clasificados en cinco grupos distintos: sociales, tecnológicos, medioambientales, económicos y políticos.
  • En este nuevo informe recuerda los recientes brotes de virus de Marburgo, mpox y la última cepa de gripe aviar (H5N1), «un duro recordatorio de la vulnerabilidad del mundo ante las pandemias». Así, en 2024 ya se han producido 17 brotes de enfermedades peligrosas.
  • «Cada nuevo brote deja al descubierto fallos en la actual arquitectura de prevención de pandemias y en la preparación mundial para responder a los brotes de enfermedades», añade.

Por todo ello, la GPMB advierte sobre «la plétora de riesgos que aumenta la probabilidad de nuevas pandemias». Además, insiste en que «la falta de confianza entre los países y dentro de ellos, la desigualdad, la ganadería intensiva y la probabilidad de cruce entre humanos y animales» son algunas de las principales amenazas.

  • El documento también identifica nuevos riesgos al margen de los factores sanitarios tradicionales. La conectividad digital ha permitido a los científicos secuenciar y compartir rápidamente datos sobre patógenos y adaptar las respuestas cada vez con mayor rapidez. Sin embargo, señala que esta huella digital deja expuestos a los sistemas sanitarios y a las sociedades.

«Los ciberataques, el aumento de las amenazas a la bioseguridad y la rápida difusión de información errónea aumentan el riesgo de pandemia», afirman.

  • Ahora, presentó este informe en la 15ª Cumbre Mundial de la Salud celebrada en Berlín. El documento describe 15 factores clave del riesgo de pandemia, clasificados en cinco grupos distintos: sociales, tecnológicos, medioambientales, económicos y políticos.

En este nuevo informe recuerda los recientes brotes de virus de Marburgo, mpox y la última cepa de gripe aviar (H5N1), «un duro recordatorio de la vulnerabilidad del mundo ante las pandemias». Así, en 2024 ya se han producido 17 brotes de enfermedades peligrosas. «Cada nuevo brote deja al descubierto fallos en la actual arquitectura de prevención de pandemias y en la preparación mundial para responder a los brotes de enfermedades», añade.

  • Por todo ello, la GPMB advierte sobre «la plétora de riesgos que aumenta la probabilidad de nuevas pandemias». Además, insiste en que «la falta de confianza entre los países y dentro de ellos, la desigualdad, la ganadería intensiva y la probabilidad de cruce entre humanos y animales» son algunas de las principales amenazas.
  • El documento también identifica nuevos riesgos al margen de los factores sanitarios tradicionales.
  • La conectividad digital ha permitido a los científicos secuenciar y compartir rápidamente datos sobre patógenos y adaptar las respuestas cada vez con mayor rapidez. Sin embargo, señala que esta huella digital deja expuestos a los sistemas sanitarios y a las sociedades.

«Los ciberataques, el aumento de las amenazas a la bioseguridad y la rápida difusión de información errónea aumentan el riesgo de pandemia», afirman.

Mayor investigación e inversión

  • El informe proporciona un marco para que los responsables políticos adapten las estrategias sanitarias existentes y mejoren las medidas de protección frente a futuras pandemias. Esto incluye garantizar que los planes de prevención y respuesta se revisen periódicamente y sean lo bastante flexibles para responder a todas las situaciones.

«La próxima pandemia no seguirá el mismo camino que Covid-19, las lecciones aprendidas de esa experiencia deben guiar pero no definir la preparación», detalla el documento.

  • Así, defiende que la resiliencia en futuras emergencias sanitarias depende de la inversión en investigación y desarrollo, la mejora de la tecnología, una infraestructura sanitaria equitativa y una mejor comprensión de la naturaleza dinámica de todos los factores de riesgo de pandemia.
  • «En el mundo interconectado de hoy, la comunidad mundial debe asumir una responsabilidad colectiva en la prevención y respuesta a las enfermedades, en lugar de considerar la preparación como una actividad individual de cada país o sector», finaliza el documento.

Los cuatro virus que podrían desencadenar la próxima pandemia

Los científicos no pueden predecir con precisión cuándo ni cómo podría comenzar el brote, pero dicen que es probable que ocurra pronto, tal y como recoge el diario The Sun en un reportaje. La doctora Zania Stamataki, viróloga de la Universidad de Birmingham, advierte a The Sun que podrían empezar a aparecer casos en diversos lugares del mundo.

«Las infecciones no conocen fronteras y no respetan las fronteras de los países. Las personas viajan y las infecciones viajan con ellas, ya sea en una persona o en transportadores animales, por lo que no se puede excluir la propagación fuera de las fronteras de un país», dice.

Estos son los cuatro posibles virus que pueden provocar una pandemia.

  • Ébola y Marburgo: El Ébola y el Marburgo son filovirus graves y altamente infecciosos que provienen de los murciélagos y matan a muchos de los que infectan. Paul Hunter, de la Universidad de East Anglia, dice a The Sun que en los últimos años se han producido varios brotes importantes de ambas infecciones en África y que ambas tienen «el potencial de propagarse ampliamente».

Sin embargo, generalmente solo se propagan a través de un contacto bastante cercano, lo que hace poco probable que se produzca un brote mundial en el futuro cercano. «Para que se conviertan en pandemia, tendrían que cambiar su modo de transmisión de forma muy drástica», explica el experto.

«El único tema del que nos hemos vuelto más conscientes en los últimos años ha sido la transmisión sexual, por lo que podría ser un problema, especialmente porque el virus puede eliminarse en el semen durante algún tiempo después de la recuperación», añadió.

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Dice que es más probable que se produzca un brote mundial en África, donde existen sistemas de vigilancia débiles y una infraestructura de salud pública deficiente.

  • El ébola y el Marburgo comienzan de forma abrupta, con fiebre alta, dolor de cabeza intenso y malestar general. Muchos pacientes desarrollan síntomas hemorrágicos graves, incluido sangrado de orificios corporales, como los ojos o los órganos internos.

En promedio, el ébola mata a alrededor del 50% de las personas que enferma, aunque las tasas de letalidad varían entre el 25 y el 90%, según la OMS. El virus de Marburgo también mata a alrededor del 50% de las personas que infecta, aunque las tasas de letalidad varían entre el 24 y el 88%, dicen los expertos.

  • SARS: El síndrome respiratorio agudo severo (SARS) es una enfermedad respiratoria viral causada por el coronavirus, que también causó la Covid-19. Al igual que otras enfermedades respiratorias como la gripe y el resfriado común, el SARS afecta las vías respiratorias de los pulmones.
  • Hunter dice que el SARS, que se cree que proviene de los murciélagos, es la enfermedad «con mayor probabilidad de causar otra pandemia». Esto se debe a que es muy contagioso.
  • Se transmite a través de gotitas respiratorias que se producen cuando una persona con el virus tose o estornuda, o por contacto con objetos o superficies que contienen el virus.

Los síntomas incluyen dolor de cabeza, dolores corporales, síntomas respiratorios leves, posible diarrea, eventual tos seca y neumonía en la mayoría. Los científicos dicen que es muy probable que el virus haya pasado de los murciélagos a las civetas, parecidas a los gatos, antes de infectar a los humanos.

El profesor Hunter dice que si surgiera otro brote de SARS, probablemente vendría del sudeste asiático, donde se pueden encontrar los llamados mercados húmedos.

  • Nipah: El profesor Hunter advirtió que el Nipah, un virus que se propaga a través de los murciélagos frugívoros o el ganado, también podría ser la próxima pandemia.

El virus ataca el cerebro, provocando su inflamación y tiene una tasa de mortalidad de hasta el 75%. De los que sobreviven, alrededor del 20% quedan con afecciones neurológicas a largo plazo, incluidos cambios de personalidad o trastornos convulsivos.

Se identificó por primera vez en cerdos en Malasia y Singapur a finales de la década de 1980, aunque originalmente provenía de murciélagos frugívoros. «En la actualidad, la transmisión entre humanos es muy ineficiente, pero puede propagarse por contacto cercano», explicó el experto.

  • Machupo: También conocida como ‘tifus negro’ o fiebre hemorrágica boliviana, el virus del Machupo fue descubierto por primera vez en Bolivia en 1959. Proviene de roedores, específicamente de un ratón encontrado en Bolivia, que según el profesor Hunter podría ser la forma en que se convierta en pandemia.

«Se cree que la transmisión de persona a persona es rara, pero podría producirse una pandemia si el virus comienza a propagarse entre roedores a nivel mundial», dijo el profesor Hunter.

Los síntomas son parecidos a los del ébola e incluyen sangrado, fiebre alta, dolor y muerte rápida. Según la OMS, el Machupo mata a entre una cuarta parte y una tercera parte de las personas a las que infecta. Hasta el momento sólo se han reportado brotes en América del Sur. /PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro a Continuación:

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