Se va, se fue… Evo

Por Carlos Ramos Padilla

Cuando ganan es democracia, cuando pierden es fraude. Usan a la pobreza como bandera pero viven de manera ostentosa. Desgastan a los movimientos revolucionarios para traducirse en dictaduras. Prometen hacer cumplir los mandatos de la constitución pero la tentación del poder los orilla a proponer reelecciones.

Dicen que llegan porque el pueblo manda pero lo primero que cortan son los derechos de expresión. Si está usted pensando en una de las personas que cumplen estos requisitos le atino: Evo Morales, un activista, un sindicalista, un nativo de Orinoco que aprovechó su herencia física de indígena para, con sweaters multicolores, crear una imagen populista.

Asume la presidencia desde el dos mil seis en enero y este noviembre del 19 pierde la gran oportunidad de una segunda vuelta. Consideran que es como ellos proponen o todo está en su contra. La izquierda mexicana lo califica dentro de un movimiento progresista protegido por el Foro de São Paulo y fundamentalmente Venezuela. Creen ser eje del cambio histórico mundial pero evaden explicar, cómo Evo Morales aparece en una fotografía compartiendo los alimentos con el chapo Guzmán y con Pablo Escobar Gaviria.

No pueden o no quieren dar detalle de sus sospechosos donativos a sus campañas políticas que les permite hablar de amnistía a grupos poderosos del crimen. Evo se equivocó, el gobierno, el poder presidencial no es unipersonal y hay instituciones sólidas (aunque las menosprecien o manden al diablo) que son las columnas vertebrales de la sociedad.

Ahora Mexico se apunta para darle asilo a Morales mientras se enfurecen agriamente contra los que llaman conservadores o miembros de la derecha. Insisto sólo su ideología, la de izquierda debe prevalecer, lo demás es desechable pero no se dan cuenta que los primeros en ser eliminados son los tiranos y así, con esa negra mancha, se les recordará en la historia.

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