El país que liberó, a través de su héroe internacional Simón Bolívar, libertador de varios países: Colombia (Batalla de Boyacá, 1819), Ecuador (Batalla de Pichincha, 1822), Panamá (formó parte de la Gran Colombia en 1821-1931), Perú (batallas de Junín en 1824 y de Ayacucho en 1824), Bolivia (nació como república en 1825, conocido como Alto Perú); hoy en día, Venezuela, donde nació la independencia de buena parte de América, está secuestrada, y distintos presidentes se vuelven algunos cómplices, otros opositores. Gustavo Petro, de Colombia, que apoya abiertamente a los secuestradores; en Bolivia, Luis Arce apoya la dictadura también; en Perú, Dina Boluarte no reconoce el gobierno de Maduro; el mismo caso que Daniel Novoa de Ecuador, quien no reconoce la dictadura, y en Panamá el presidente José Raul Mulino no reconoce tampoco a Maduro.
Aunque la mayoría de los países no reconoce al dictador de Venezuela, resulta interesante observar que aquellos que no reconocen a Maduro mantienen relaciones tensas con el gobierno mexicano. Panamá rechazó el nombramiento de Pedro Salmerón como embajador en 2022; Ecuador tuvo fricciones por la protección que brindó la embajada mexicana al correísta Jorge Glas en 2024; y la presidenta Dina Boluarte acusó a México luego de que el presidente López Obrador criticara enérgicamente el encarcelamiento del golpista Pedro Castillo y lo reconociera como presidente legítimo en 2025. Todas estas acciones y choques diplomáticos han modificado la tradición equilibrada y conciliadora de la cancillería mexicana, construida desde principios del siglo XX, hacia una conducta radical de tendencia de ultraizquierda.
Esta suficientemente documentado que Nicolás Maduro y sus secuaces son secuestradores, torturadores y traficantes de drogas con una forma de actuar terrorista hacia el pueblo venezolano, sus enemigos de otros carteles y son un peligro para la democracia de América. La semana pasada leimos y escuchamos con asombro cómo los relatores de la ONU han criticado a Estados Unidos por atacar embarcaciones vinculadas al narcotráfico, señalando que, desde su perspectiva, estos barcos serían civiles. Argumentan que estas acciones podrían considerarse ejecuciones extrajudiciales y violaciones al derecho internacional, ya que las operaciones en aguas del Caribe para presionar al régimen de Maduro han resultado en ataques contra embarcaciones utilizadas por traficantes de drogas.
Estos secuestradores de Venezuela diseñaron un plan desde el siglo XX, en conjunto con Fidel Castro que en los años 60s apoyó intentos de insurgencia armada, recordemos que el presidente Rómulo Betancourt (1959-1964), rompio relaciones diplomáticas con Cuba (1961), posteriormente Fidel hizo lo posible para infiltrarse en las Fuerzas Armadas venezolanas durante los años 70, adoctrinar a militares y, posteriormente, tomar el poder mediante el voto en 1998, utilizando la imagen de Hugo Chávez, un teniente a todas luces comunista, su tesis en el ejercito se titulo: “Transición del ejercito convencional al ejercito de guerrillas” (1975), con pocos escrúpulos, que creo el Movimiento V República lo que actualmente en México imita la 4 Transformación, y que terminó siendo el destructor del país. Más adelante, Chávez enfermó —o, según algunas versiones no oficiales, fue envenenado por el círculo de Nicolás Maduro, ya que no podían controlarlo— y fue enviado a Cuba bajo el pretexto de recibir tratamiento médico, donde se aceleró su fallecimiento. Así, se abrió paso para que un conductor de autobuses, adoctrinado en La Habana en los años 80s, asumiera el poder en 2013 como una figura moldeable, ignorante y docil, encargado de enfrentar las críticas y fácilmente manipulable para el Cartel de los Soles.
Ahora, el problema se presenta cuando estos delincuentes, en los últimos 25 años, lo que han hecho en Venezuela aparte de reprimir,encarcelar y torturar es robar. El asalto a la nación no es poca cosa, para dar una idea, las reservas internacionales de México (244,399.00 millones de dólares). Estos terroristas se han apropiado, según se conoce, de la cantidad de 300 mil millones de dólares como mínimo; este enorme daño patrimonial debe ser uno de los robos más grandes del mundo en todos los tiempos. Este saqueo dejó secuelas, pruebas, cuentas bancarias, cómplices en distintos países, y de esta huella, muchas evidencias las tiene EE. UU. en sus manos. Sin embargo, la enorme corrupción también hizo que el Cártel de los Soles que gobierna ilegalmente Venezuela descuidara la seguridad del país.
Un ejemplo son los aviones F16 que logro adquirir el presidente electo democráticamente de entonces Luis Herrera Campins en septiembre de 1983 a la administración de Ronald Reagan, en total se entregaron 18 aviones monoplaza F-16A y 6 biplaza F-16B a la entonces Fuerza Aérea Venezolana (hoy Aviación Militar Bolivariana). Los F-16A/B Block 15 de Venezuela provienen de un contrato firmado en mayo de 1982 bajo el programa estadounidense Peace Delta y pocos están operativos.
También tienen Sukhoi Su-30 MK2 ( 21unidades) pocos operativos que compro a Rusia Hugo Chávez.
Si bien cuentan las Fuerzas Armadas Nacional Bolivarianas con armamento para repeler opositores civiles, alzamientos militares y hasta algún tipo de guerrilla que les juega en contra, su fuerza aérea, maritima y terrestre está en ruinas y están mal equipados para defenderse de otros países. Además, su sistema de mando militar está basado en más generales que tropa, unos 2000 generales para 100 mil efectivos, muchos caciques y pocos indios. Para tener una idea en ejercito de EE.UU tiene unos 800 generales y almirantes, y el de Rusia unos 1,100 generales siendo dos potencias militares con más 1 millon de miembros activos en sus respectivos ejercitos.
El ejército bolivariano de Maduro, mal alimentado, indisciplinado y en las bases mal pagado, poco puede hacer para defender a sus líderes, si es que realmente tienen deseos de hacerlo. Porque, si recordamos algunas escaramuzas con la guerrilla desde 2018 a la fecha en contra del ELN y disidencias de las FARC, han salido mal parados, y donde son letales es en la represión de jóvenes y personas mayores, como en 2017, cuando asesinaron a 150 jóvenes, incluso menores de edad.
Por otro lado, la operación de EE.UU en el Caribe cuenta actualmente con las embarcaciones: USS Iwo Jima buque de asalto anfibio clase Wasp, USS Fort Lauderdale buque de transporte anfibio, USS San Antonio buque de transporte anfibio, USS Lakje Erie crucero lanzamisiles guiados, USS Gravely destructor, USS Jason Dunham destructor, USS Minneapolis-Saint Paul buque de combate litoral. Un submarino de ataque de propulsión nuclear. Los aviones: un Boeing P-8 Poseidón aeronave de reconocimiento y 10 F-35 de combate, y más 4,000 infantes de marina.
Nos encontramos ante la operación más grande del mundo contra un cártel del narcotráfico internacional, en el insólito caso de que su territorio es un país completamente secuestrado. Maduro sabe que le queda poco tiempo y va en caída libre, como los viejos F-16 con los que cuenta el ejército usurpado. Nos llegan aires de libertad.