FGJEM, FÁBRICA de DELITOS y PRUEBAS FALSAS

*Siembran delincuentes y pruebas falsas en el caso del chofer herido de bala en Tlalnepantla y en el asesinato del actor Sergio Ocaña *Hay gran confusión en ambas situaciones y la FJGEM se encuentra sumida en el descrédito *Los verdaderos responsables de ambos acontecimientos se encuentra libres y uno de ellos pagó 250 mil pesos para no ser encarcelado

La sombra del descrédito se cierne sobre la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, (FGJEM). La instancia cargo de Alejandro Gómez Sánchez ha demostrado que es una auténtica fábrica de delitos y que además utiliza «chivos expiatorios» para resolver casos graves al vapor, debido a que por lo visto, muchos de sus elementos son maestros de la corrupción, el chantaje y la extorsión.

Lo anterior quedó de manifiesto con los dos casos en estos últimos días ocasionaron enojo, desconcierto, preocupación e incertidumbre social; por supuesto que nos referimos al hecho ocurrido el pasado 26 de octubre, cuando un asaltante identificado en redes sociales como Alan Suárez y posteriormente como Jorge David Valdez Cruz, de 28 años, hirió de un tiro en la cabeza a José Manuel Ríos Solís, de 43 años, chofer de transporte de pasajeros de la Ruita 79, cuando circulaba sobre una avenida ubicada en Tlalnepantla de Baz.

Cabe señalar que actualmente este hombre, quien es padre de cinco hijos, se debate entre la vida y la muerte en el Hospital de Traumatología en Lomas Verdes.

De acuerdo con datos proporcionados al autor de esta columna, por fuentes muy cercanas al caso, resulta que luego de que Alan Suárez –el verdadero agresor- cometió junto con su hermano el atraco a la unidad de transporte público: huyó, pero nunca contó con que le hecho había sido captado por la cámara de seguridad del vehículo que asaltó, así como por otras más que se encuentran instaladas en el lugar.

Unos diez minutos después, acudieron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y de la FGJEM y comenzaron con las investigaciones correspondientes. Una vez que obtuvieron la media filiación de los sujetos, sobre todo del que agredió al chofer, y basados en los informes que les proporcionó el Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad (C5), de inmediato lograron la detención del hermano de Alan Suárez o «Jorge David», –quien durante el atraco iba disfrazado como trabajador de la construcción- y les dio la ubicación donde se encontraba escondido su cómplice.

Una vez que los elementos llegaron al sitio donde estaba escondido Alan Suárez, que era la habitación de un Hotel ubicado en la calle Isla Revillagigedo, colonia Prado Vallejo, de inmediato lo detuvieron y al revisarlo le encontraron una bolsa con 15 grapas de cocaína y alrededor de medio kilo de marihuana, así como el arma con la que había agredido al chofer del transporte público.

Los uniformados presentaron a los dos detenidos ante el Ministerio Público del Centro de Justicia de Torre Tlalnepantla, donde permanecieron detenidos por espacio de tres horas y tras ofrecer 250 mil pesos, fueron puestos en libertad de inmediato y de forma bastante «discreta». Ambos delincuentes huyeron de la entidad y al parecer se encuentran en la Ciudad de México, donde por supuesto aún no son buscados, porque oficialmente están recluidos en el penal de Barrientos.

Posteriormente, comenzó a surgir la incertidumbre de que Alan y Jorge David no eran la misma persona, por lo que de inmediato, la FGJEM dio a conocer un video de la detención, el cual por supuesto que se ve demasiado armado, así como la primera declaración de un presunto delincuente que efectivamente se llama Jorge David Valdez Cruz, y que también está preso en dicho penal desde hace tiempo por robo a transeúnte, pero que no es el agresor original. Es decir, utilizaron a ese sujeto como «chivo expiatorio» para justificar la detención correspondiente al caso.

De acuerdo con los informes proporcionados, a dicho sujeto le ofrecieron 150 mil pesos para que aceptara hacerse pasar por el agresor del chofer, así como una mejor estadía en la cárcel y mediante un script que leyó ante una cámara de video, reconociera que tiene un amplio historial delictivo. Así tan descaradamente se manejan las autoridades de justicia en el Estado de México.

Lamentablemente, han hecho creer a los familiares del señor José Manuel Ríos Solís, que les están brindando todo el apoyo para castigar al responsable del intento de asesinato, cuando en realidad hacen completamente lo contrario para evitar el escarnio público y por supuesto que «rueden cabezas» de funcionarios como la del Fiscal Alejandro Gómez Sánchez por permitir que se escapen los delincuentes y que haya corrupción a lo descarado entre los Ministerios Públicos.

Ahora que todo esto se ha convertido en un verdadero embrollo o quizá para muchos en un misterio, habrá que esperar si Gómez Sánchez ordena que se investigue al MP que dejó en libertad a los dos asaltantes y que ahora, con toda seguridad, cambiaron su lugar de operaciones para que no los vuelvan a detener.

Algo similar sucedió en el caso del actor Octavio Ocaña, de 22 años de edad, quien interpretó al personaje «Benito Rivers» de la serie «Vecinos», cuando el pasado 29 de octubre, conducía su camioneta Jeep color gris, con exceso de velocidad sobre la carretera Chamapa- Lechería, acompañado de dos de sus amigos, con quienes una noche anterior había ingerido bebidas alcohólicas.

De pronto un par de unidades policiacas le indicaron que se detuviera, pero al no hacer caso, aceleró aún más y comenzaron a perseguirlo, pero kilómetros adelante perdió el control de su vehículo y se estrelló contra un muro de contención. Los uniformados se acercaron al auto y al ver que el actor y sus acompañantes seguían con vida, les ordenaron que bajaran de su unidad, pero al no hacer caso, comenzaron a golpear los cristales con las cachas de sus pistolas pero como eran blindados no lograron su objetivo.

Uno de los oficiales de inmediato se «trepó» a la camioneta y por el «quemacocos» metió su pistola y disparó en repetidas ocasiones contra Octavio Ocaña, quien recibió siete impactos de bala, uno de ellos que solo le rosó la cabeza y posteriormente procedieron a bajar a los amigos del infortunado histrión a quienes esposaron y los pusieron pecho tierra.

Uno de los uniformados de la SSP, quien iba al mando de la persecución, fue quien posteriormente se metió a la camioneta, colocó un arma en la mano derecha de la víctima que ya estaba agonizante, así como algunas grapas de cocaína para justificar el motivo por el cual realizaron la escandalosa persecución, sin percatarse de que estaban siendo grabados por un testigo de los hechos.

Ante ello, de inmediato el Fiscal mexiquense Alejandro Gómez Sánchez, dio a conocer que el actor había bebido durante dos días y que se encontraba bajo los efectos de las drogas, además de que también se le encontró en el auto un arma de fuego de uso exclusivo de la policía y el Ejército, así como varias dosis de drogas; y que Octavio Ocaña fue quien disparó contra los uniformados y que estos únicamente habían repelido la agresión. Pero el funcionario no contó que este asunto había quedado registrado en video y que su mentira pronto quedaría al plenamente al descubierto.

En tanto, los familiares y amigos del finado actor exigen que se haga justicia para castigar a los uniformados responsables y que quedaron registrados en video, así como a quienes actuaron como cómplices. Mientras su novia Nerea Godínez, quien hace tres meses le había aceptado el anillo de compromiso para casarse, dijo en su cuenta de twitter «me dejas muerta en vida».

Cabe hacer hincapié estimados lectores, al conocer la opinión y datos que posee el autor de esta columna sobre ambos casos, funcionarios de la FGJEM dijeron que «a la gente nunca se le da gusto con nada, pero para nosotros lo más importante es que un juez vincule a proceso a los responsables»

Si claro, ya nos hemos dado cuenta señores funcionarios, ustedes siembran delincuentes y pruebas en contra para justificar la chamba y así hacen creer que son eficaces y justos. Aquí vale preguntarles: ¿ustedes creen que la ciudadanía no sabe como se las gastan las fiscalías?

En fin, qué podemos esperar de este gobierno mexiquense estimados lectores, pues recordemos que Alfredo del Mazo es muy cercano al priista Carlos Salinas de Gortari, quien demostró ser un auténtico maestro del engaño, al montar todo un teatro tras el asesinato del ex candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, donde hubo tres asesinos llamados Mario Aburto.

Y tanto en el caso del chofer baleado en Tlalnepantla, como en el Octavio Ocaña, tal parece que se ha actuado de la misma manera, pero claro a menor escala…Hoy, como en pocas y anteriores ocasiones, no habrá APUNTES FIDEDIGNOS. Mientras tanto, ¡¡¡seguiremos informando!!!

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