¿#AusteridadRepublicana, excesivo mensaje que manda AMLO?

El historiador y académico Lorenzo Meyer califica de positivos los mensajes que el ahora presidente electo, aunque ve excesos

Foto: Internet

Como en la España del siglo 18, los gobiernos en México olvidaron que es en los ciudadanos donde reside la soberanía. Entonces vinieron los tiempos de la alta burocracia, el dispendio, la pompa y circunstancia del gasto excesivo en choferes, restaurantes, seguridad, en ver a los ciudadanos como súbditos. La ‘gobernanza’ en México se salió de control, los servidores públicos olvidaron que lo eran.

En este escenario de país, el historiador y académico Lorenzo Meyer ve como positivos los mensajes que el ahora presidente electo Andrés Manuel López Obrador ha enviado desde el 2 de julio, aunque, dice, también hay excesos.

Entonces habla de la polémica medida, tomada por López Obrador el 3 de julio, de bajarse el sueldo, «porque primero se castiga así mismo, pero además (con esta medida) puede perder gente con conocimientos técnicos excelentes.»

• Un exceso también dice Meyer en entrevista, la insistencia del próximo presidente de México de vender el avión presidencial, por el cual se pagaron alrededor de 3 mil millones de pesos.

• «Entiendo el mensaje, este enorme aparato que compraron en el gobierno de Calderón para que lo estrenara Peña Nieto, corresponde a un país desarrollado, un gran hotel volante «, apunta el profesor emérito del Colegio de México (Colmex).

• Andrés Manuel López Obrador heredará una de las deudas públicas más altas, de 10.8 billones de pesos, pero su gobierno también apuesta por cinco importantes proyectos en infraestructura.

En este sentido, Meyer aclara que la llamada Austeridad Republicana que el morenista pregona es para la clase política, «pero el país requiere millones y millones de pesos en infraestructura, tren, aeropuerto, carreteras, que se gaste lo más que se pueda, porque se ha abandonado mucho esa parte.»

La austeridad como Plan de Gobierno

Si de todas las promesas que hizo el candidato Andrés Manuel López Obrador, y que deberá cumplir el presidente Andrés Manuel López Obrador, tuviera que cumplir al menos tres para hacer valer el respaldo en la urnas y darle continuidad a un proyecto de Nación, Meyer apuesta por mantener un aparato de gobierno austero.

Que no haya dispendio y que no haya corrupción. La corrupción es algo que humilla a cualquier ciudadano, porque sentirse en un país que está dirigido por una élite corrupta es disminuirse a uno mismo. Moverse en un entorno donde allá arriba hacen burla de los conceptos de honestidad, responsabilidad, honradez, eso se puede acabar con una vigilancia estricta sobre el aparato político.»

La segunda apuesta, y probablemente sobre la que López Obrador no tiene todos los hilos, es el combate a la violencia en un país como México, donde se pueden cometer masacres, en el sentido estricto y profundo del término, y no pasa nada, señaló Lorenzo Meyer.

«La imagen que México tiene ante el mundo de un país corrupto y sin ley, en donde se pueden hacer masacres como la de San Fernando, masacres en el sentido profundo del término y no pasa nada, la idea de un país con 31 mil desaparecidos, en la contabilidad oficial, fosas que se destapan cada vez más y quien las destapa no es el Estado, son las personas que buscan a sus familiares, es una vergüenza nacional.» Lorenzo Meyer

Finalmente, acota el historiador, López Obrador debe mantenerse en reducir la brecha de desigualdad entre quienes tienen acceso a la educación superior y quienes no, pero asumida como deuda moral de México con sus jóvenes.

Llevar la educación superior a esa enorme cantidad de jóvenes que ahora no tienen la oportunidad es un reto impresionante, es una deuda moral, no de Andrés Manuel, sino de todos nosotros y hay que repararla, hay que hacer un sistema educativo distinto, creo que va a tener muchas críticas, va encontrar muchos obstáculos, pero es una buena idea».Lorenzo Meyer.

Remediar la injusticia

El también miembro emérito del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT es tajante: El gobierno de Andrés Manuel López Obrador propone remediar la «injusticia de nacer en el sitio no adecuado y la mayoría de los mexicanos nacieron en ese sitio.»

El acceso a la educación en México se ha ampliado. En 2015, se incrementó la matrícula de educación preescolar entre los niños de 4 años a 89%, un promedio similar al de los países de la OCDE. Sin embargo, el nivel medio superior es el gran filtro en las trayectorias educativas.

«La tasa neta de cobertura en dicho nivel, para el ciclo 2015-2016, alcanzó 59.5%. Esto se explica, sobre todo, porque muchos jóvenes que concluyen la secundaria no siguen al nivel medio superior y por la elevada tasa de deserción entre los que se inscriben (14.4% en el ciclo escolar 2014-2015», detalla el estudio Desigualdades en México 2018, presentado en junio pasado en el Colmex.

Asimismo, si tomamos en cuenta que el mercado laboral constituye la principal fuente de ingresos y, con ello, es un factor determinante para aumentar la movilidad social y disminuir la desigualdad, México tiene una de las tasas de movilidad social ascendente más bajas en el mundo: «Sólo 2.1% de los hijos nacidos en hogares en el quintil 1, pueden escalar socialmente en la edad adulta al quintil con mayor acceso (quintil 5)», se desprende del mismo análisis.

El camino de la prudencia

• En los primeros 100 días de gobierno, López Obrador podrá hacer realmente poco, «uno va a ver que México es el mismo», señala Meyer, aunque «el mensaje de que va ser distinto ya lo mandó, también que va a afectar intereses, para empezar los de la burocracia, y también los del sector privado que ha florecido en México a la sombra de sus relaciones con el Estado.»

• Antes de las elecciones los grandes empresarios se lanzaron realmente duro contra él siguiendo la tónica de las elecciones anteriores, “un peligro para México, esto nos lleva a la ruina”, pero en estos días han descubierto que no es un peligro para México y que pueden trabajar en armonía.

• El 4 de julio, Andrés Manuel López Obrador se reunió con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), uno de sus principales detractores en campaña, y acordaron trabajar en conjunto en un ambiente «de confianza y certidumbre».

• Hay que ver hasta qué punto van a aceptar (el sector privado) modificar las reglas no escritas que tienen como usos y costumbres en relación a los gobiernos anteriores, panistas o priistas, estos 100 días van a tener que mandar también un mensaje.

Para Meyer, hasta ahora –y ya con el triunfo presidencial en las manos— López Obrador ha sido prudente, también Peña.

• Queda claro que seis años son pocos para transformar un país y que el proyecto lópezobradorista de un México menos injusto sigue en firme con un futuro presidente «cuidadoso en el lenguaje, suave en sus pronunciamientos, pero firme en lo que se propone hacer».

Peña Nieto ha reaccionado como se lo debieron haber indicado las encuestas que mandó a hacer Presidencia, refiere, «como alguien que sabe que va a perder». / CON INFORMACIÓN DE HUFFPOST

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