CARDING: La ‘nueva’ ESTAFA en línea con TARJETAS BANCARIAS

En 2018 se reportaron 9.4 millones de quejas en la banca, de las cuales 7.3 millones obedecieron a un posible fraude, siendo casi el 50% relacionadas al comercio electrónico.

Las personas que en sus estados de cuenta tienen cargos no reconocidos de suscripciones a plataformas de streaming y de viajes o boletos de autobús que nunca tomaron, posiblemente fueron víctimas de carding.

El carding es una forma de estafa en línea que consiste en acceder ilegalmente al número de una tarjeta bancaria y a través de un software generar de manera aleatoria la fecha de expiración y el código de seguridad, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

  • Con esta información, los estafadores realizan compras pequeñas que pueden pasar desapercibidas para el usuario de la tarjeta, alertó el organismo supervisor en su publicación Consejos para tu bolsillo.
  • Para evitar ser parte de las estadísticas de este tipo de fraude, recomendó que cuando se utilice la tarjeta bancaria, no perderla de vista o dejar que la persona que vaya cobrar digite su código de seguridad o CVV, “siempre hazlo tú mismo”.
  • Además, nunca utilizar redes o computadoras públicas cuando se hagan compras en línea, así como verificar que la página sea segura y cuente con el protocolo de seguridad “https” y un candado cerrado en la barra de dirección.

Sugirió también monitorear los estados de cuenta para identificar compras no efectuadas, y en caso de existir alguna, hay que reportarla inmediatamente con el banco para proceder con la devolución y cancelación.

El organismo aconsejó activar las alertas de movimientos que todos los bancos ofrecen a cada cliente, así como acudir al Ministerio Público a levantar un acta, incluso si el banco ya devolvió el dinero. Las víctimas de “carding” pueden acercarse a la Condusef en caso de necesitar ayuda o asesoría.

Utilizada desde el 2015

Desde 2015, las autoridades financieras detectaron una modalidad de fraude cibernético llamado “carding”, el cual usurpa la identidad de tarjetas bancarias a través de un software especial, para hacer compras ilícitas en portales de comercio electrónico.

Cuatro años después, no ha habido un cambio regulatorio para detener este tipo de delitos que afectan a usuarios de la banca, sorprendiéndolos con cargos no reconocidos en sus tarjetas de débito y crédito, y que de pasar desapercibidos, hacen que delincuentes adquieran productos en tiendas como Amazon, Ebay, Zara, u otras plataformas como Netflix y Spotify.

  • “La tecnología rebasó a la regulación financiera, y por eso no hay forma de que la policía cibernética ni los bancos tengan total control sobre los ciberdelitos”, dijo a , ex presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
  • Di Costanzo estaba al frente de la Condusef cuando se detectó el delito del carding, y explicó que aunque se notificó a las autoridades sobre ello, no se “quiso” implementar una nueva regulación para frenar este tipo de fraudes.
  • “En 2015 pusimos sobre la mesa el tema, basados en las reclamaciones por posible fraude. Empezamos a detectar las causas de reclamación que estaban más relacionadas con el sector del comercio electrónico, que era el más vulnerable pues no se tiene la presencia física de la tarjeta de crédito y los portales no cuentan con fuerte vigilancia o candados de seguridad adecuados”, dijo.

Recordó que hasta diciembre de 2018, se reportaron 9.4 millones de quejas en la banca, de las cuales 7.3 millones obedecieron a un posible fraude, siendo casi el 50% relacionadas al comercio electrónico. Los montos reclamados por esas quejas fueron más de cuatro mil millones de pesos tan sólo en lo referente a posibles fraudes de comercio electrónico, recordó Di Costanzo.

Mario Isla Mendoza, director de marketing y grandes cuentas de MNEMO México, empresa especializada en ciberseguridad, explicó en entrevista que en la “deep web” o internet profundo, se puede encontrar la base de datos de tarjetas bancarias o de usuarios de la banca, que son vendidas por un precio que ronda desde 12 dólares hasta 1,500 dólares, y con la cual se puede cometer delitos cibernéticos en tiendas de comercio electrónico.

  • “Vemos un patrón, donde tecnológicamente hablando se está incrementando la forma de hacer fraudes. Por ejemplo, a nivel macro en 2017 estábamos hablando de que el 57% era fraude tecnológico y un 47% fraude tradicional, con la presencia de tarjetas de crédito. Para este año la tendencia ya cambió a 70% tecnológico y sólo 30% tradicional”, dijo.
  • A pesar de que el especialista afirmó que los datos bancarios se ofertan en la red “profunda” de Internet, estos están al alcance de cualquiera./MILENIO-24HORAS-PUNTOporPUNTO

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