HOMICIDIOS, NARCOtráfico y Crimen Organizado ponen en Jaque las Grandes Ciudades de América Latina

América Latina y el Caribe es la región más violenta del mundo y la violencia viene en aumento. El número de homicidios por persona es cinco veces mayor que en América del Norte y diez veces más alto que en Asia.

México, Venezuela y Brasil se encuentran entre los países más violentos de la región. La narcocriminalidad, la violencia entre bandas criminales y las luchas por el control del territorio son las notas salientes de esta situación de inseguridad que preocupa a los gobiernos y amenaza la tranquilidad de la población.

Más polémica es la situación en Centroamérica, particularmente en El Salvador, donde su presidente, Nayib Bukele, ha puesto en práctica una polémica política represiva que parece haber dado ciertos resultados en cuanto a la reducción de la cifra de homicidios.

En este informe especial de DEF, recorremos la realidad de las cinco ciudades más violentas de la región.

1) Ciudad de Juárez: la frontera más caliente del mundo

La ciudad mexicana de Ciudad Juárez, que colinda con El Paso, en Texas, se consolida como una de las más violentas de la región.

En su área urbana viven cerca de 1.600.000 habitantes. Su naturaleza industrial y de tránsito la posicionan como la segunda zona metropolitana transnacional entre México y EE. UU.

Su ubicación y la conexión que la vincula con suelo estadounidense la convierten en una de las rutas predilectas del tráfico de drogas y personas.

La localidad es hogar del cartel de Juárez, una organización narcocriminal que rivaliza con el cartel de Sinaloa y que contiene a al menos 12 bandas, entre las que destacan Los Mexicles y La Empresa.

Todo esto convierte a Juárez en la quinta metrópoli más peligrosa del mundo, con una tasa de homicidios de 86 víctimas por cada 100.000 habitantes.

2) Ciudad Victoria: otra violenta urbe mexicana

Otra urbe inmersa en esta compleja realidad es Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas, México, con un promedio de 83 muertos: la misma cifra que ostenta Juárez.

La capital del estado de Tamaulipas, en el noroeste de México, cuenta con una población total aproximada de 386.000 personas.

Debido a su relativa cercanía a Estados Unidos y al golfo de México, su población es víctima de la guerra entre tres renombrados cárteles: Los Zetas Vieja Escuela, el cartel del Noreste y el cartel del Golfo.

La situación actual es tan alarmante que, entre el conglomerado de Reynosa y Ciudad Victoria, se concentra el 70 % de los delitos de alto impacto del país, caracterizados por armamento militar y actividades vinculadas al narcotráfico, las cuales involucran armamento militar, grupos paramilitares y delitos vinculados al narcotráfico.

3) San Salvador: ¿milagro de Bukele o espejismo?

El presidente Nayib Bukele irrumpió en Latinoamérica con sus propuestas para combatir las altas olas de criminalidad de El Salvador. Su marca se hizo ya famosa en toda la región.

Su estilo de mano dura se viralizó rápidamente luego de la construcción de una megacárcel, como una muestra contundente contra la delincuencia y las maras, las estructuras delictivas causantes de la problemática de violencia en ese país.

Aunque la guerra declarada por Bukele contra la inseguridad parece respaldada por la opinión pública, generó un espiral de violencia que incentiva a las pandillas y a otros grupos delictivos a responder con más violencia para continuar sus operaciones.

Si bien hoy algunas de sus medidas parecen estar dando resultado, la tasa de 50 homicidios por cada 100.000 habitantes en San Salvador muestra que el flagelo parece lejos de estar terminado.

4) Caracas: la preocupante realidad de la capital venezolana

Al norte de América del Sur, Caracas, la capital de Venezuela, contribuye al preocupante panorama. Con una inquietante cifra de 111 homicidios por cada 100.000 habitantes, es considerada una de las ciudades más peligrosas de América Latina.

Con un aumento del 83 % en el número de homicidios los últimos tres años, la ciudad enfrenta desafíos significativos. Entre los principales motivos que se destacan para describir el triste presente, se encuentra el ascenso de grupos criminales como El Tren de Aragua.

Esa banda dominaba la cárcel de Tocorón hasta 2023. Hoy posee influencias en otros diez países, gracias a los pingües ingresos de los secuestros extorsivos, la trata de personas, el tráfico de drogas y el contrabando.

5) Natal: desafío narcocriminal y violencia entre bandas

Una ciudad de la costa del nordeste de Brasil ha registrado un inusitado crecimiento de la violencia en los últimos años. Natal, capital del estado de Río Grande del Norte, es un auténtico epicentro de violencia.

Allí, el Primeiro Comando da Capital (PCC) y la superbanda conocida como “Sindicato del Crimen” se apoderaron de las calles. En 2023, una ola de violencia obligó al presidente Lula a determinar la intervención de la tropa de elite de la Fuerza Nacional de Seguridad.

Sin embargo, el problema no cesó ahí: una facción disidente del PCC contestó a las autoridades con atentados en la ciudad y en otras 19 localidades.

Actualmente, el gobierno local busca contrarrestar la violencia del narcotráfico y una tasa de homicidios alarmante: 102 personas por cada 100.000 habitantes.

Crimen organizado causa la mitad de los homicidios en Latinoamérica

El crimen organizado es el responsable de por lo menos la mitad de los homicidios en Latinoamérica y el Caribe, y la región ostenta la tasa de homicidios regional más alta del mundo, según un reciente estudio.

La Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) publicó hace poco su IV estudio mundial sobre homicidios, con una sección donde analiza cómo el crimen organizado es un motor de la violencia en Latinoamérica y el Caribe.

La ONUDD concluyó que la región tenía la mayor proporción de homicidios relacionados con el crimen organizado en el mundo. También halló que ocho de cada 10 países con las tasas de homicidios más altas del mundo se encontraban en Latinoamérica y el Caribe. Las tasas promedio de los homicidios, según estadísticas de 2021, fueron de 9,3 por cada 100.000 habitantes para Suramérica, de 16,9 para Centroamérica, y de 12,7 para El Caribe.

El ente transnacional contra el delito halló que mucha de la violencia es causada por los enfrentamientos entre grupos criminales con fácil acceso a armas de fuego. También concluyó que las medidas extremas de los gobiernos arrojan resultados contradictorios en lo que respecta al freno a las muertes violentas.

La competencia criminal agudiza la violencia

El estudio destacó la correlación entre la presencia de múltiples grupos criminales y los rápidos brotes de violencia homicida. Las complejas redes de organizaciones narcotraficantes, pandillas callejeras y milicias que operan en todo el continente crean una situación de volatilidad en la que la violencia puede escalar con rapidez cuando entran en competencia grupos rivales.

Esto es especialmente evidente en zonas con un ecosistema criminal fragmentado. En Haití y Trinidad y Tobago, un gran número de agrupaciones criminales se disputan desde tiempo atrás el control de diversas economías ilícitas, lo que explica la persistencia de las altas tasas de homicidios.

Otro factor relevante citado por el informe es la expansión del tráfico internacional de sustancias ilícitas, los cambios en la geografía criminal y la competencia que eso genera.

Los niveles récord de producción de cocaína en Perú, Bolivia y Colombia han acrecentado la violencia entre grupos criminales locales e internacionales en Ecuador, donde los homicidios presentaron un aumento de 94,7% entre 2021 y 2022, según la ONUDD. (El balance de homicidios de InSight Crime para 2022 registró un incremento de 86,3% año a año).

Costa Rica también vive un incremento de los homicidios que arrojó una tasa de 12,8 por 100.000 en 2022, según la ONUDD (El balance de homicidios de InSight Crime para 2022 registró una tasa de homicidios de 12,2 por 100.000 habitantes). El grueso de la violencia se deriva de disputas entre bandas dedicadas al narcotráfico, en particular por el control del puerto de Moín, en la provincia de Limón, centro clave para el transporte de cocaína hacia Europa.

Por el contrario, se ha asociado una reducción de la violencia con la consolidación de las actividades criminales en manos de unas pocas o una única organización criminal. Ejemplos similares se han observado en algunos estados de México en el pasado.

Los flujos de armas ilegales dejan un rastro de sangre

El informe identificó la proliferación de armas de fuego como un factor clave en los altos niveles de violencia letal en América Latina y el Caribe.

Los países de la región registraron la mayor proporción de homicidios con armas de fuego, los cuales fluctuaron entre 65% en Centroamérica, 67% en el Caribe, y 70% en Suramérica para 2021, en comparación con 62% en Norteamérica, 12% en Europa y 15% en Asia.

  • Es común la importación legal o ilegal de ese tipo de armas desde Estados Unidos y Europa, y la falta de controles en la oferta y los mercados de destino facilitan la llegada a manos de las organizaciones criminales.
  • La laxitud de las leyes sobre el control de armas en Estados Unidos facilita el flujo de armas en Haití, donde la violencia de pandillas se ha salido de control. La tasa de homicidios en ese país pasó a ser de 18 por 100.000 habitantes en 2022, un incremento superior al 35% sobre el año anterior, según la ONUDD.

Varias naciones caribeñas, como San Vicente y las Granadinas, las islas Turcas y Caicos, Santa Lucía y las Bahamas, experimentaron niveles récord de homicidios en 2022, en especial por la competencia por las rutas de narcotráfico y la oferta de armas importadas de contrabando desde Estados Unidos.

Los estados de excepción no son una fórmula infalible

Los estados de excepción en varios países de Latinoamérica han arrojado diversos resultados, con reducciones tanto como incrementos de la violencia letal, según el estudio.

El brutal, prolongado y polémico estado de excepción en El Salvador logró bajar la tasa de homicidios, de 17,2 por 100.00 en 2021 a 7,8 por 100.000 en 2022, según la ONUDD. (La tasa de homicidios registrada en el balance de homicidios de InSight Crime para 2021 fue de 17,6 por 100.000).

Pero en la vecina Honduras, las mismas medidas de seguridad de la presidenta Xiomara Castro no han reducido la violencia o la extorsión.

  • De igual forma, en Jamaica, los repetidos estados de excepción se han asociado a acusaciones de brutalidad policial sin reducciones sostenidas de la violencia, como se observa en el aumento de la tasa de homicidios, de 53,3 por 100.000 en 2022, sobre 47,3 en 2020, según la ONUDD. (Los balances de homicidios de InSight Crime para 2022 y 2020 registraron tasas de homicidios de 52,9 por 100.000 y de 46,5 por 100.000, respectivamente).

También en Ecuador, las medidas implementadas en el marco de un estado de excepción en 2022, como los traslados de líderes de pandillas a otros centros, han dado pie a masacres en varios centros penitenciarios por enfrentamientos entre bandas rivales.

Violencia y crimen organizado, los grandes obstáculos del desarrollo en Latinoamérica

América Latina y el Caribe es la región más violenta del mundo y la violencia viene en aumento. El número de homicidios por persona es cinco veces mayor que en América del Norte y diez veces más alto que en Asia. La región alberga el 9% de la población y en ella ocurre un tercio de los homicidios del mundo.

  • La violencia desempeña un papel importante en la decisión de migrar. Médicos Sin Fronteras señala que, si bien los incentivos económicos son un factor de empuje, la violencia es un factor decisivo para la migración a Estados Unidos desde Centroamérica. La violencia también amplifica la desigualdad preexistente. Las víctimas están sobrerrepresentadas entre los más desfavorecidos: los pobres, los jóvenes, las minorías étnicas y los grupos LGBT+.

La violencia social y doméstica es muy extendida y afecta especialmente a las mujeres. La violencia política, incluidas protestas violentas, brutalidad policial, ejecuciones extrajudiciales, y violencia contra defensores de derechos humanos, activistas ambientales, políticos y periodistas también es frecuente. Sin embargo, desde principios de la década de 2000, el crimen organizado es la principal fuente de violencia en la región.

La situación es tan desalentadora como el crecimiento mediocre de la región, su baja productividad y sus niveles altísimos de desigualdad. Sin embargo, usualmente no nos detenemos en hacer las conexiones: hay evidencia de que las sociedades más desiguales suelen ser más violentas; y las sociedades desgarradas por la violencia no pueden alcanzar tasas de crecimiento más altas para generar empleos, poner fin a la pobreza y reducir la desigualdad.

  • La violencia afecta el crecimiento económico por varios canales. Cuando amenaza los derechos de propiedad, afecta las decisiones de inversión. Un estudio muestra que, en Colombia, cuando el acuerdo de paz parecía inminente, aumentó la creación de empresas. Y se detuvo cuando el acuerdo fue rechazado en un plebiscito nacional.
  • Frente al crimen y la violencia, los Gobiernos gastan más en seguridad y menos en desarrollo; la violencia destruye el capital humano afectando el mercado laboral y daña a las sociedades al reducir la productividad.

En 2012, un informe del Banco Mundial estimó el costo de la violencia en 8% del PIB en seis países de la región, y que una reducción del 10% en la violencia conduciría a un aumento de un punto porcentual en el crecimiento económico anual en los dos países más violentos.

  • La violencia debilita la capacidad del Estado, haciéndolo más vulnerable y menos capaz de tomar medidas para defenderse. En casos extremos, puede socavar su soberanía e independencia.
  • La violencia es el epicentro de los problemas más apremiantes de ALC y, por lo tanto, debe estar al centro de las conversaciones sobre crecimiento económico, productividad, pobreza y reducción de la desigualdad.

No hay una política única que erradique mágicamente la violencia, pero hay prioridades identificadas y áreas en las que necesitamos más conocimiento para mejorar el diseño de políticas.

  • En 2016, un reporte del Banco Mundial revisó exhaustivamente políticas y programas que pueden prevenir la violencia juvenil y han sido eficaces para reducir la afiliación a pandillas. Este informe, y el mencionado antes, enfatizan la prevención como una prioridad y la importancia de la evidencia para el diseño de políticas.
  • Las economías vibrantes que ofrecen empleos ayudarán a sacar a los jóvenes de la delincuencia, por lo que el crecimiento económico en sí contaría como prevención del delito. Pero existe el desafío de encender los motores del crecimiento económico en medio de la violencia y el crimen.

La región necesita mejores sistemas policiales y judiciales protegidos de la captura por parte de organizaciones criminales, programas para atender la salud mental de las víctimas y reparar el tejido social, una producción sistemática de datos para comprender los patrones de violencia del crimen organizado e identificar rutas de política prometedoras.

También necesita iniciar una conversación sobre las opciones para contener la violencia del crimen organizado que frena a la región e impide que todas las personas tengan vidas que puedan elegir y valorar. Los problemas de carácter supranacional requieren soluciones coordinadas que vayan más allá de las fronteras nacionales.

Esta columna hace un llamado a Gobiernos, academia, sector privado, sociedad civil y la comunidad internacional a reconocer la necesidad urgente de actuar y unir fuerzas para enfrentar juntos al monstruo que acecha América Latina y el Caribe.

Ranking de las ciudades más peligrosas de América Latina

América Latina es una región conocida por su diversidad cultural, paisajes impresionantes y una rica historia. Sin embargo, como en muchas partes del mundo, la criminalidad y la seguridad son temas que preocupan a sus habitantes.

El sitio Global Index publicó en octubre pasado su ranking de las ciudades más peligrosas del mundo en 2023, un índice basado en la criminalidad, en el que examina las tasas de violencia e inseguridad en varias ciudades del mundo, pero varias de América Latina se destacan en la lista.

Estos datos arrojan luz sobre el estado de la seguridad en la región y cómo ha evolucionado en los últimos años.

Caracas, Venezuela

Caracas, la capital de Venezuela, se encuentra en la posición número 1 en el ranking mundial de Global Index en cuanto a tasas de criminalidad. El nivel de inseguridad en la ciudad se considera extremadamente alto, lo que refleja una preocupante realidad para sus habitantes. La delincuencia ha aumentado en los últimos tres años en un 83%, lo que acentúa aún más las inquietudes de seguridad en la región.

  • Los residentes de Caracas se preocupan principalmente por la posibilidad de robos en sus hogares y el despojo de sus pertenencias. Además, el temor a ser asaltados es una preocupación común. La seguridad al caminar por la ciudad durante la noche es una inquietud importante.

Estos datos contradicen al fiscal general del régimen de Nicolás Maduro, Tarek William Saab, quien en días recientes anunció la disminución de un “63% en casos de homicidios” entre 2017 y 2022.

  • Recientemente en el país caribeño se llevó a cabo un fuerte operativo policial para desalojar una de los centros penitenciarios más peligrosas de Venezuela, conocido como la cárcel de Tocorón, uno de los centros de operaciones de la banda criminal El Tren de Aragua que tiene presencia, incluso, en otros países de la región.

Saab aseguró que el operativo que se llevó a cabo en el centro penitenciario en Tocorón fue un “golpe contra la delincuencia”. Sin embargo, los datos que arroja el ranking de Global Index demuestran que el país sigue encabezando la lista de los más peligrosos del planeta.

Río de Janeiro, Brasil

Río de Janeiro, Brasil, ocupa el puesto número 7 en el ranking de tasas de criminalidad. El nivel de violencia se clasifica como “muy alto”, lo que refleja una situación preocupante en esta ciudad brasileña. Al igual que Caracas, la delincuencia ha aumentado en los últimos tres años, generando preocupaciones significativas.

Los residentes de Río de Janeiro se inquietan por la seguridad de sus hogares y sus pertenencias, pero en menor medida que en Caracas. A pesar de las preocupaciones moderadas en comparación con otras ciudades, el temor a ser asaltado o robado sigue siendo un problema importante.

Salvador, Brasil

En el puesto número 8 de nuestro ranking, Salvador, Brasil, también enfrenta una situación de “muy alto” nivel de criminalidad. Sin embargo, lo que distingue a Salvador es el aumento significativo de la delincuencia en los últimos años. Este incremento ha generado una creciente sensación de inseguridad entre sus habitantes.

Las principales preocupaciones en Salvador son similares a las de otras ciudades: el temor a ser asaltado o robado, así como el robo de vehículos. A pesar de estas preocupaciones, la seguridad al caminar durante el día es vista de manera más positiva.

Fortaleza, Brasil

En el puesto número 9, Fortaleza, Brasil, afronta un nivel de criminalidad extremadamente alto, al igual que otras ciudades de la región. En los últimos tres años, ha experimentado un aumento significativo de la delincuencia, lo que resalta los desafíos persistentes en la seguridad pública.

Las principales preocupaciones de los residentes de Fortaleza incluyen el temor a ser asaltados o robados y el robo de vehículos. Los delitos contra la propiedad y los crímenes violentos son problemáticas constantes en esta ciudad.

Recife, Brasil

En el puesto número 10, Recife, Brasil, enfrenta tasas de criminalidad extremadamente altas. Si bien la ciudad ha experimentado un aumento de la delincuencia en los últimos años, las preocupaciones de los habitantes varían en intensidad.

  • Las principales preocupaciones incluyen el temor a ser asaltado o a ser robados, aunque la seguridad en la caminata nocturna es vista con menos preocupación. A pesar de los desafíos en la seguridad, Recife es una ciudad que ha logrado avances en la reconexión política y la deliberación entre las fuerzas políticas opositoras.

Tijuana, México

Esta ciudad se ubica en el puesto 18 en el ranking de criminalidad y presenta un nivel de violencia calificado como “Muy Alto”. La delincuencia ha aumentado notablemente, lo que ha generado preocupaciones significativas entre los residentes.

En Tijuana, los ciudadanos expresan una inquietud destacada por la posibilidad de que sus hogares sean víctimas de robos y daños a la propiedad. La tasa de robos es alta, y la seguridad de sus vehículos también es un motivo de preocupación constante. Esta ansiedad se traduce en una fuerte preocupación por la posibilidad de ser víctimas de asaltos o robos en su vida cotidiana.

Otra preocupación que resalta en Tijuana es el problema de las personas que consumen o trafican con drogas. Esto puede estar relacionado con el aumento de la criminalidad en la ciudad, ya que el consumo de drogas y la delincuencia a menudo van de la mano.

Lima, Perú

La situación presenta algunas similitudes con Tijuana, aunque con algunas diferencias significativas. Lima ocupa el puesto 19 en el ranking de criminalidad y se caracteriza por un nivel de delincuencia calificado como “Muy Alto”. Los índices de criminalidad han experimentado un aumento sustancial, lo que ha generado inquietud entre los habitantes.

  • La tasa de robos es de un 79.07 por ciento. A diferencia de Tijuana, en Lima, existe una mayor preocupación por ser objeto de un ataque físico debido a características personales, como el color de piel, origen étnico, género o religión. Esto indica que la discriminación y la violencia asociada son preocupaciones más presentes en la vida cotidiana de los limeños.

Uno de los puntos que distingue a Lima es el problema de corrupción y soborno, que se encuentra en un nivel “Muy Alto.” Esto sugiere que la corrupción en la ciudad es un desafío que debe ser abordado de manera prioritaria.

Sao Paulo, Brasil

La situación presenta una combinación de desafíos y ciertos aspectos más alentadores. La ciudad se ubica en el puesto 25 en el ranking de criminalidad y exhibe un nivel de delincuencia “muy alto”. La violencia ha aumentado en los últimos tres años, lo que plantea preocupaciones entre la población.

Las principales preocupaciones de los paulistas incluyen la seguridad de sus hogares y la posibilidad de robos y daños a la propiedad. La tasa de robos es alta, y el temor a ser asaltado o robado también es una inquietud destacada.

Ciudad de México, México

La situación presenta un nivel de criminalidad alto, ocupando el puesto 31 en el ranking.

La tasa de robos es alta, del 75,05% según Global Index. En esta ciudad, la inquietud por ser objeto de un ataque físico debido a características personales, como el color de piel, origen étnico, género o religión, es moderada, y el nivel de preocupación por ser insultado también es significativo.

Santo Domingo, República Dominicana

Santo Domingo, la capital de la República Dominicana, enfrenta un desafío importante en cuanto a la seguridad pública. Con una tasa de criminalidad que la ubica en el puesto 33 en el ranking global, la ciudad se enfrenta a un nivel de criminalidad calificado como “Muy Alto”. En los últimos tres años, la delincuencia ha experimentado un aumento del 75,77%, lo que plantea graves preocupaciones.

Las cifras sugieren que los habitantes de Santo Domingo están preocupados por la seguridad en sus vidas cotidianas, con temores justificados sobre asaltos y robos. Además, existe una moderada preocupación por ser insultados, lo que resalta la importancia de mejorar las relaciones interpersonales y la convivencia en la ciudad.

Bogotá, Colombia

Bogotá, la capital de Colombia, ocupa el puesto 36 en el ranking de criminalidad global, lo que la coloca en la categoría de “Alto” nivel de delincuencia. Aunque no es la ciudad con el nivel más alto de delincuencia en la región, Bogotá enfrenta sus propios desafíos en cuanto a la seguridad pública.

En los últimos tres años, la ciudad ha experimentado un aumento del 73,21% en la delincuencia, lo que indica una tendencia preocupante. Los residentes de Bogotá muestran una moderada preocupación por la seguridad de sus hogares y la posibilidad de robos y daños a la propiedad.

Sin embargo, la inquietud por ser víctimas de robos o asaltos es calificada como “Alta”.

El problema de corrupción y soborno también requiere una atención continua para fortalecer la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas y garantizar la seguridad de la población.

Buenos Aires, Argentina

Buenos Aires, la capital de Argentina, enfrenta desafíos en materia de seguridad pública, la ciudad se sitúa en el puesto 47 en el ranking global con un nivel de criminalidad calificado como “Alto”. En los últimos tres años, la delincuencia ha aumentado un 77,28%, lo que plantea preocupaciones significativas de acuerdo a los datos de Global Index.

  • Los residentes de Buenos Aires muestran preocupación por la posibilidad de robos y daños a la propiedad.

En términos de seguridad interpersonal, los ciudadanos de Buenos Aires tienen una moderada preocupación por ser insultados. En este aspecto, la ciudad muestra una mayor tolerancia y respeto en comparación con algunas otras ciudades.

Es alentador ver que en Buenos Aires, la preocupación por ser objeto de un ataque físico debido a características personales, como el color de piel, origen étnico, género o religión, es “Muy Baja”. Esto sugiere que la discriminación y la violencia asociada son preocupaciones menores en la vida cotidiana de los residentes.

El flagelo de la corrupción también debe abordarse de manera efectiva para mantener la confianza de la población en las instituciones públicas y mejorar la seguridad.

Quito, Ecuador

La capital ecuatoriana, se enfrenta a desafíos significativos en materia de seguridad pública. Aunque se ubica en el puesto 53 en el ranking de tasas de criminalidad, el nivel de delincuencia se clasifica como “Alto”.

  • En los últimos tres años, la ciudad ha experimentado un alarmante aumento del 79,44% en la delincuencia, lo que resalta la necesidad de abordar esta creciente preocupación.

Además, existe una considerable preocupación por el robo de vehículos y la seguridad de las pertenencias en el coche, lo que apunta a la necesidad de reforzar la vigilancia y las estrategias de prevención en el ámbito automovilístico.

Santiago, Chile

La capital de Chile se ubica en el puesto 57 en el ranking de tasas de criminalidad. En los últimos tres años, la delincuencia ha experimentado un marcado aumento del 80,18%, lo que subraya la urgencia de abordar esta preocupación creciente.

La inquietud por ser víctimas de robos o asaltos se califica como “Alta”, lo que enfatiza la necesidad de mejorar las medidas de prevención y respuesta policial.

  • A lo largo de América Latina, las tasas de criminalidad varían, el aumento de la delincuencia en los últimos años ha generado preocupaciones.
  • Es importante destacar que las cifras de criminalidad no solo reflejan problemas de seguridad, sino que también pueden tener un impacto en la calidad de vida y el bienestar de los habitantes de estas ciudades. A medida que los gobiernos y las comunidades trabajan juntos para abordar estos desafíos, la esperanza es que la seguridad mejore en la región y que las tasas de criminalidad disminuyan con el tiempo.

Es fundamental tener en cuenta que la seguridad es un aspecto esencial para el desarrollo y el progreso de cualquier sociedad, y América Latina no es la excepción. La cooperación entre los gobiernos, la aplicación efectiva de la ley y la participación activa de la comunidad son elementos clave en la búsqueda de soluciones a los problemas de seguridad en la región./Agencias-PUNTOporPUNTO

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