“EXPROPIACIÓN a FAVOR del PUEBLO” es letra muerta… AMLO hace de PeMex su “Caja CHICA”

Andrés Manuel busca mostrar músculo en el mitin convocado en el Zócalo por la conmemoración de la Expropiación petrolera. Al centro del discurso estará el avance en la soberanía energética

Por radio nacional, a las 22.00 horas del 18 de marzo de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas del Río decretó la expropiación de las empresas petroleras. El Gobierno se apropió legalmente de 17 compañías extranjeras que controlaban la industria. En su mensaje a la nación dejó claro que, conforme a la situación del país, de la industria y de los trabajadores, no existía otra opción; “habiendo quedado rotos los contratos de trabajo entre las compañías y sus trabajadores, por haberlo así resuelto las autoridades del trabajo, de no ocupar el Gobierno las instalaciones de las compañías, vendría la paralización inmediata de la industria petrolera, ocasionando esto males incalculables al resto de la industria y a la economía general del país”.

Los mexicanos salieron a celebrar a las calles con pancartas que apoyaban la decisión presidencial, se reunieron 200.000 personas de manera espontánea en el Zócalo de la Ciudad de México y llevaban toda clase de donaciones para cumplir con la indemnización correspondiente que Cárdenas había pactado con las empresas extranjeras.

Como paso siguiente se creó el Centro de Redención Económica Nacional y el Comité Femenino Nacional Propago de la Indemnización Petrolera. El 12 de abril recibieron donativos en efectivo y en especie de ciudadanos de todos los estratos sociales y de todo tipo, “desde joyas hasta animales traídos de las granjas”, de acuerdo con el relato de Lorenzo Meyer. Este episodio de la historia moderna de México se convirtió en un ejemplo “de la dimensión ideológica de la práctica cardenista”, de acuerdo con el historiador Eitan Ginzberg.

  • La economía mexicana durante el Gobierno de Lázaro Cárdenas: La llegada de Lázaro Cárdenas a la presidencia en 1934 estuvo marcada por una economía nacional favorecedora. México se recuperaba de la gran depresión y la política se enfocaba en la reanimación económica y el pleno empleo, con esto, 1932 y 1945 el tamaño de la economía se duplicó, de acuerdo con información de los investigadores Luis Aboites y Engracia Loyo.

Como lo menciona el historiador Arnaldo Córdova, “ni antes ni después de aquel periodo ha existido un estadista que tuviese una idea tan clara como la tenía Cárdenas, del papel fundador de un verdadero poder político en el siglo XX que desempeñan las masas trabajadoras, sobre todo cuando estas están organizadas”.

En la industria eléctrica, las compañías extranjeras eran indiferentes con las necesidades clave que los ciudadanos necesitaban, tales como mejoras y ampliaciones del servicio. De este modo, el gobierno decidió invertir directamente en la industria, según lo relatan los investigadores Aboites y Loyo.

  • El auge de las movilizaciones de los trabajadores: A la par, hubo movimientos obreros que se extendieron rápidamente por el país. Las grandes movilizaciones de trabajadores y organizaciones llevaron a la unidad de los obreros, no solamente en este sector, sino que incluía la adhesión y consenso de los empleados rurales y urbanos.

Los petroleros eran famosos por ser independientes y combativos, lo que se fortificó en 1935 cuando se creó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). A partir de 1936, cuando ya contaba en sus filas con más de 20.000 miembros, comenzó a reclamar nuevos derechos laborales y un contrato colectivo.

Entre las peticiones estaban la semana de 40 horas, pago durante enfermedades, indemnización familiar en caso de muerte o incapacidad total y salario mínimo. A partir de ese momento hubo diversos conflictos entre las empresas y las luchas sindicales. Las agrupaciones de trabajadores buscaban cumplir y mejorar los contratos de los empleados.

En 1936 se creó la Confederación de Trabajadores de México (CTM), organización que reunía a varios sindicatos industriales clave. Esta organización obrera se hizo de mucho poder sindical y político, tanto que, según la propia confederación, tenía 3.594 sindicatos afiliados y 946.000 miembros. El STPRM se unió a la CTM.

Para 1936 la compañía El Águila controló el 56% de la producción, refinaba el 71% y exportaba el 65%. Existía una explotación irracional de los yacimientos petroleros, según el investigador José Rivera Castro. Las maniobras para perforar los pozos y explotar los recursos eran incorrectas, lo que provocaba incendios, problemas en propiedades agrícolas y consecuencias ecológicas.

La CTM expresó apoyo a los sindicatos y las normas propuestas por Cárdenas, quien decía que los derechos obreros eran simple justicia laboral y aseguraba que sin justicia social, todo progreso en México sería imposible. Esta fiebre y unión de las organizaciones con el gobierno permitía la contratación colectiva de los trabajadores y el respaldo obrero hacia las decisiones del gobierno.

En una convención para discutir las cláusulas que el STPRM consideraba las más importantes, de 248 cláusulas, los patrones solamente aprobaron 36 al considerar el resto “absurdas”. Entre las que rechazaron estaban la semana laboral de 40 horas, pago salarial durante enfermedades, indemnización por incapacidad total o muerte o jubilaciones.

Para 1937 las organizaciones sindicales aseguraron que llegarían a una huelga si las empresas privadas no aceptaban su pliego petitorio. “Las empresas petroleras extranjeras, sobre todo las estadounidenses, se oponían”, según lo relatado por Aboites y Loyo.

Ese mismo mes estalló la huelga y después de negociaciones intensas y la intervención de la Junta de Conciliación y Arbitraje y la Suprema Corte de Justicia, se lograron acuerdos como una jornada de 40 horas, salario mínimo de cinco pesos diarios y la retribución de los salarios caídos que los trabajadores habían perdido durante la protesta.

Aunque los patrones querían imposibilitar la resolución, se condenó la implementación de la misma para cumplirse el pago a principios de 1938. Las compañías impugnaron y exigieron al gobierno que arreglara el conflicto, alegaron que no tenían los recursos económicos suficientes para acatar las demandas de los trabajadores, aunque de acuerdo con el historiador Alan Knight, “financieramente era factible”.

Los trabajadores pararon nuevamente las labores hasta tener una respuesta clara. El siguiente movimiento sería entrar a las plantas para controlarlas. En Minatitlán evitaron que los empleados británicos entraran a la refinería.

  • La expropiación petrolera: El historiador Eitan Ginzberg asegura que Lázaro Cárdenas orquestó la expropiación petrolera desde su llegada a la presidencia, aunque, como él mismo aclara, muchos otros historiadores como Lorenzo Meyer, Tzvi Medín y Alan Knight aseguran que más bien fue un hecho no planeado.

Para Ginzberg uno de los primeros movimientos de Cárdenas fue en 1935, cuando durante su discurso anual en el Congreso declaró inconsistencias entre la Ley de Petróleo de 1925 y el artículo 27 de la Constitución, por lo que propuso, se crearía una nueva ley, que en 1936 se convirtió en la Ley de Expropiaciones de Utilidad Pública cuyo argumento principal recaía en otorgarle al gobierno derechos legales para expropiar bienes de valor social a cambio de compensaciones.

Esa noche del 18 de marzo de 1938, Cárdenas dio su decreto por la radio nacional. Pidió el apoyo de los ciudadanos para “salvar al petróleo mexicano y el pisoteado honor nacional de México”. En la capital desfilaban los ciudadanos con ataúdes que tenían el nombre de las compañías petroleras “Standard, Huasteca, El Águila…” Donaban dinero, joyas, máquinas de coser, anillos de boda.

El Estado se quedó con maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, estaciones de distribución, embarcaciones, oleoductos, tanques de almacenamiento, vías de comunicación, muebles e inmuebles.

Los empresarios corrían rumores en los que decían, los trabajadores dejarían de recibir un sueldo, que el Estado no era capaz de operar la maquinaria y la producción petrolera, que habría una catástrofe económica. En efecto, hubo dificultades al inicio de la operación gubernamental, sobre todo en cuanto a logística, distribución y manejo de maquinaria.

Según los testimonios del embajador, en el extranjero la ira de los inversores y directores de la industria exigieran a Estados Unidos que interviniera, empleara la fuerza y que incluso llegara a la guerra para obligar a México a ceder ante la inversión externa.

Las empresas extranjeras bloquearon la venta del crudo mexicano. Con una crisis global que polarizaba las opiniones sobre, por ejemplo, la venta de petróleo a Alemania a inicios de la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno mexicano tuvo que vender petróleo a este país, Italia y América Latina hasta que Franklin Roosevelt rompió el veto.

Para el 7 de junio del mismo año se fundó la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) cuya operación se basaba en la colaboración del gobierno con el sindicato. Tenía la tarea de realizar exploración, explotación, refinación y comercialización, pero los problemas parecían aumentar. Cárdenas intentó organizar la nueva empresa para estabilizarla. Los conflictos económicos no eran menores y se tuvieron que tomar medidas de austeridad, reducciones salariales y mayor esfuerzo.

La ideología hunde a Pemex

Conforme pasan los meses, el deterioro de Pemex es más evidente. Primero perdió el Grado de Inversión en 2020, después vino el aparatoso accidente en medio del mar, siguieron las denuncias internacionales sobre sus emisiones excesivas de metano y en este 2022 colocó deuda a una tasa en dólares que superó el 10.00%, en medio de accidentes cada vez más frecuentes y catastróficos.

Es claro que los inversionistas han dejado de confiar en Pemex y le exigen que haga cambios a la brevedad, reestructure su Plan de Negocios e inicie al cambio hacia una empresa de energía sustentable.

  • Durante el sexenio pasado, Pemex mantuvo su Grado de Inversión a pesar de la fuerte caída en el precio del petróleo en 2015 de 90 dólares a 30 dólares por barril, gracias a su enfoque en maximizar utilidades, para lo cuál redujo su gasto en inversión en refinación y lo incrementó en exploración y extracción, así como se abrió para llevar a cabo alianzas estratégicas para incursionar en aguas profundas.
  • Las cifras son claras, mientras que en extracción siendo muy eficientes el margen de ganancia, ronda el 5 al 6 por ciento, en extracción ese margen puede ser del doble si el precio del crudo supera los 60 dólares por barril, de ahí la estrategia de vender o incluso cerrar las refinerías más viejas de Pemex el sexenio pasado, mismas que hoy siguen operando por debajo del 50 por ciento de su capacidad al no ser instalaciones modernas y eficientes.

La gota que derramó el vaso, fue la colocación de deuda de Pemex en los mercados internacionales hace un mes por mil millones de dólares, por la que tuvo que pagar una tasa de interés de 10.35 por ciento, muy alta si se le compara con el 6.0 por ciento de la petrolera británica BP, el 4.5 por ciento de la danesa Shell o el 3.0 por ciento de Exxon.

Pemex no solo es la empresa petrolera más endeudada del mundo con una deuda que supera los 100 mil millones de dólares, además es muy ineficiente por las pérdidas que le genera la refinación y sobre todo, no se ha comprometido con ser una empresa neutral en emisiones de carbono para 2050.

Exxon con ingresos por 8 billones de pesos en 2022, cinco veces más que Pemex, tuvo una utilidad cercana al billón de pesos. Tan solo en 2022 y durante los dos últimos años, ha integrado en su Consejo de Administración a líderes ambientalistas que están transformando a la empresa para que cumpla con su objetivo de ser Neutral en Emisiones de Carbono en 2050.

Shell que le vendió Deer Park a Pemex, usa los recursos que obtuvo de la venta de la refinería para construir un parque eólico donde producirá hidrógeno verde para sustituir el hidrógeno gris que hoy produce quemando combustibles fósiles y reducir su huella de carbono.

  • Las grandes petroleras del mundo son empresas con altos niveles de deuda, ya que requieren inversiones muy elevadas para llevar a cabo sus procesos de exploración, extracción y refinación del crudo. Saben muy bien que deben hacer lo que piden los bancos y los grandes fondos de inversión de todo el mundo para que les sigan prestando dinero a tasas competitivas.

Pagar intereses por encima de los demás puede hacer que tengan pérdidas, ya que ninguna empresa en el mundo define el precio del petróleo. La que no es capaz de producir, bajo ciertos parámetros de costos, incluidos los intereses que pagan, terminan quebrando.

Los grandes bancos de todo el mundo ya le avisaron a sus clientes que no van a financiar proyectos contaminantes más allá de 2030.

Si Pemex no se compromete y cumple con ser una empresa neutral en emisiones de carbono en 2050, se quedará sin acreedores muy pronto, como casi le sucede en su última colocación. El mundo está cambiando hacia un mundo menos contaminante y si Pemex quiere que el mundo le siga prestando dinero, deberá adecuarse a las reglas del mundo.

Esta administración lejos de hacer los cambios que se requieren invirtió en refinerías, canceló las posibles alianzas e incrementó las emisiones de metano a la atmósfera. Hizo por ideología todo lo que no debía hacer y ahí están los resultados. Los mercados ya no le quieren prestar dinero y le exigirán que pague los 100 mil millones de dólares que debe.

La fracasada historia de la soberanía rescatada

El resultado de la política energética de la 4T es fastuoso, rico, hay que revisar las cifras. Recuperamos la producción petrolera sacando el petróleo con popotes desde la tierra. Rebasamos los 3.8 millones de barriles diarios de producción, se superó la marca del sexenio de Fox. Tenemos reservas probadas suficientes para subir la producción a cuatro millones diarios y extraer de forma estable así por otros 30 años.

Sin tener las reservas de Venezuela o la de los países árabes, las utilidades de Pemex al Estado soportan más del 30 por ciento del gasto público, con gasolina a 10 pesos el litro. El mundo nos ve con envidia.

  • Refinación: Desde mediados de 2019 y después de un heroico rescate al Sistema Nacional de Refinación (SNR) no tenemos un solo accidente en el país. El sistema dejó de perder dinero, ofrece ganancias y gasolina barata. La nueva refinería de Dos Bocas se construyó en tiempo y por sólo ocho mil millones de dólares, tal como estaba presupuestado; produce 350 mil barriles diarios de gasolina, con base en petróleo mexicano. Y se construyen cinco más, para no exportar un solo barril de petróleo crudo. Exportamos jugo, no naranjas.

Las pipas del bienestar llevan la gasolina super barata a cada estación de servicio del país. Es tan barata y las pipas tan seguras, que se acabó el huachicol y las estaciones de servicio, usan solo gasolina Pemex, de buena calidad y diésel limpio, sin emisiones.

El rescate tuvo otras ganancias para el país.

Gracias a estas acciones sobre el SNR y la industria petroquímica nacional, pudimos producir fertilizantes, con lo que no sólo se frenó la inflación, sino que ahora los exportamos y la guerra en Ucrania nos hizo lo que el viento a Juárez.

Llegan inversiones millonarias al país. Algunos pelean por el poco combustóleo que producimos, para fortalecer sus cadenas productivas. Y digo poco porque la inversión en mantenimiento y la reconfiguración permitieron minimizar la producción de combustóleo y sale más gasolina.

México es la punta de lanza del sector energético mundial, exporta gasolina a todo el mundo, el principal cliente es Estados Unidos, que ante el combustible barato dejó para mejor ocasión la transición a autos eléctricos.

  • México no sólo fracasó en su intento pseudonacionalista petrolero, sino que hizo de lado las formas de generación de energía que crecen en el mundo y que lo hacen por una lógica no solo ambiental sino económica: las fuentes renovables. En el mundo se aprovecha el sol y el viento para bajar costos. Nosotros simulamos con un puñado de proyectos inviables y caros.

Seguimos apostando en México por malos negocios como son nuestras refinerías, que mientras más refinan mas pierden. Al mismo tiempo tenemos paradas centrales eléctricas que no le costaron al Estado Mexicano pero además pagarían impuestos, generan empleos, alientan la inversión en otros sectores. Tenemos los potenciales eólicos en Oaxaca, Tamaulipas y Yucatán desperdiciados; el solar en todo el país.

El mundo construye eólicos en el mar para producir hidrógeno, las interconexiones entre países para poder usar más las renovables con más seguridad y a costos más bajos.

Pero seguimos pensando que estamos en un país petrolero, aunque ya llegamos a la producción más baja en 40 años y dilapidamos el dinero en mantener ese sueño.

Y es que la soberanía energética no se construye enquistándose en el pasado, en un sueño, sino generando aquí la energía que necesitamos, hacerlo de la forma más limpia posible y a los costos más bajos. El sueño petrolero no logrará eso ni nos regresará a un pasado glorioso que no existió. Las renovables sí que nos pueden dar esa gloria: el sector energético como palanca de desarrollo.

Pemex, la caja chica de López Obrador

La principal empresa del Estado mexicano, no sólo es “el objeto del deseo” del nuevo presidente sino que a lo largo de su “lucha social” ha sido “la caja chica” de AMLO, de acuerdo con el columnista Ricardo Alemán.

  • Obrador alcanzó los titulares de la prensa nacional gracias a una espectacular “toma de pozos petroleros” en Tabasco –a principio de los años 90–, de la que obtuvo jugosas ganancias económicas.

Luego, en 1992, Obrador llevó a cabo un plantón en el Zócalo capitalino para exigir el pago de daños ecológicos por derrames de la paraestatal en Tabasco.

En esa ocasión el gobierno de Salinas, a través de Manuel Camacho, entregó 9 mil millones de pesos a Obrador; dinero que salió de Pemex.

Si dudan, el Diario de los Debates del Congreso –sesión de la Comisión Permanente del 11 de febrero de 2004–, da cuenta de la confesión de Manuel Camacho, entonces diputado del PRD, quien reconoce que Pemex le pagó millones de pesos a Obrador para levantar el plantón.

  • El “mexicanólogo” George Grayson confirma el saqueo en su libro “Mesías Mexicano” –pág. 91 y 92–, en donde ofrece testimonios de quienes recibieron el dinero de Pemex “para hacer política”. Curiosamente, desde entonces el encargado de “la caja chica” de Obrador era Octavio Romero, hoy director de Pemex.

Pero hay más, el agrónomo Romero fue Oficial Mayor de AMLO –de 2000 a 2005–, y operó el saqueo a la nómina de trabajadores del GDF a los que descontaron 10% de su salario “para hacer política”; todo un robo.

AMLO no podrá concluir en su sexenio la modernización de tres refinerías

Andrés Manuel busca mostrar músculo en el mitin convocado en el Zócalo por la conmemoración de la Expropiación petrolera. Al centro del discurso estará el avance en la soberanía energética, una meta que se aleja en la medida en que se complica el objetivo dejar listo el sistema de refinación del país al cierre del sexenio.

Uno de los ejes centrales del gobierno de la 4T es la política energética y la promesa de lograr la soberanía en este sector a través del rescate de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), así como la producción de hidrocarburos, reduciendo la dependencia con Estados Unidos, para lo que fue clave echar a andar el sector de refinación. En total, este gobierno ha invertido hasta 24 mil millones de dólares en este sector.

Dicha inversión incluye la rehabilitación de seis refinerías; la construcción de Olmeca en Tabasco y la compra de Deer Park, en Texas. Sin embargo, fuentes dentro del sector petrolero mexicano, aseguran que solo será posible cerrar el sexenio con tres refinerías listas: Salamanca, Cadereyta y Madero).

  • Es decir, la otra mitad: Minatitlán, Salina Cruz y Tula, no estarán listas para el cierre del sexenio. En particular, el retraso se explica principalmente por la construcción de las dos coquizadoras en las dos últimas refinerías mencionadas, con una inversión que ronda los 150 mil millones de pesos. De acuerdo con la fuente, sería hasta 2025 cuando puedan acercarse al 100% de avances.

Sumado a esto, en el mercado aún quedan dudas que el gobierno logre la promesa de que Dos Bocas logre empezar a producir crudo este julio, como ha asegurado la secretaria de Energía, Rocío Nahle, por lo que el escenario para reducir notablemente la compra de hidrocarburos en Estados Unidos, este sexenio, luce bastante complejo, señaló la fuente.

Eso aunado a las problemáticas financieras que enfrenta Petróleos Mexicanos, cuya deuda si bien se ha reducido ligeramente este sexenio, aún supera los 100 mil millones de dólares y el propio presidente reconoció que este sexenio ya no habrá más presupuesto para extraer más petróleo. Además, el plan de negocios de Pemex no convence al mercado de que logre dotarle del suficiente flujo para hacer frente a su deuda sin ayuda del gobierno, y tampoco para incrementar sus ganancias.

  • Por ahora México ya se ve beneficiado por Deer Park, que en enero ya empezó a producir gasolina para el país, sin embargo, aún en niveles mínimos. Y a favor también se tiene que decir que la petrolera mexicana ya recuperó esa inversión y además sumó ganancias.
  • A pesar de los retos, López Obrador busca mandar un mensaje optimista el próximo sábado. «Nos vamos a congregar en el zócalo, les pido a todos que participen; va a ser a las 5. Tenemos que reafirmar nuestra soberanía», lanzó en su conferencia de este martes.

«El petróleo fue palanca del desarrollo nacional. Vinero luego malos gobiernos, sobre todo estos últimos que entregaron parte del petróleo, nada más que no les dio tiempo de consumar la política entreguista y se está recuperando la soberanía energética», agregó./Agencias-PUNTOporPUNTO

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