PeMex DESTRUYE PARAISO indígena

La Reforma Energética declaró las tierras como de utilidad pública

Foto: Pemex deja contaminación y destrucción en el Ejido Emiliano Zapata, Veracruz

Benito Velázquez extiende un mapa sobre la mesa de madera y sus dedos no alcanzan a señalar todas las áreas que Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene en su comunidad.

  • De las 662 hectáreas del ejido Emiliano Zapata, 206 pertenecen a la empresa. En ellas hay más de 55 pozos petroleros, además de gasoductos, ductos, líneas, compresoras, un quemador, líneas de alta tensión, tanques de almacenamiento y sistemas de bombeo.
  • Emiliano Zapata es una comunidad indígena de Papantla, Veracruz, donde se ubica el bloque San Andrés que pertenece al Activo de Producción Poza Rica-Altamira, donde desde 1956 se explota aceite y gas.
  • En 2012, Pemex abrió acceso a la inversión extranjera privada en este bloque bajo el esquema de Contratos Integrales para Exploración y Producción. Los campos maduros fueron ganados por compañías con inversión mexicana y colombiana.
  • Cuatro años más tarde, en 2017, la Reforma Energética volvería a tocar la zona, esta vez Pemex asignó 307 bloques del campo para explotación por 20 años y la posibilidad de ofrecerlos al mejor postor.

Velásquez afirma que Pemex literalmente invadió en el pasado su comunidad y el proceso no se ha detenido. “Así vivimos”, sonríe mientras mira el mapa blanco y negro donde la simbología da cuenta de sus palabras.

  • Benito Velázquez, ejidatario de la comunidad indígena Emiliano Zapata, en el municipio de Papantla, Veracruz, afirma que Pemex tiene el 30 por ciento del territorio en la z0na. Y también, plantea, eso no ha servido para traerles beneficios, apenas hace unos años tuvieron agua potable. Foto: Tomada de video
  • Aquí fueron aprovechándose de todo, dice Benito, y dentro del ejido hay 55 pozos, además de las áreas donde se encontraban las instalaciones de Pemex: el comedor, la planta de agua, los tanques de almacenamiento, gasoductos, ductos, pozos, caminos, etcétera.
  • Aunque la petrolera tenía una planta de tratamiento para el sistema de pozos, apenas hace cinco años el pueblo pudo gestionar su propio sistema de agua potable, que ellos administran y pagan, aunque les falta el drenaje y la planta tratadora.
  • De tres arroyos de donde se surtían el agua, sólo queda uno. El resto ha resultado inservible por la contaminación de fugas de aceite. El ejemplo es el arroyo Tejones, que tiene una fuga permanente hace dos años, cada tercer día una pipa llega y extrae entre 2 mil y 3 mil litros de hidrocarburo. En el pasado, asegura Velásquez, empleados de Pemex encendían fuego hasta consumir el combustible: “luego nos decían que al agua estaba limpia y nosotros nos dimos por pagados”.
  • Para Felipe, campesino de la comunidad, ni Pemex ni las compañías que llegaron luego, pueden resarcir el daño que han hecho a la tierra con aporte alguno. “Siguen siendo limosnas en comparación con lo que las petroleras están sacando de la tierra”.
  • Cuando hace un repaso de los beneficios, recuerda que en Emiliano Zapata, a través del Programa de Apoyo a la Comunidad y Medio Ambiente (Pacma) de Pemex, tienen una primaria, un comedor y domos. Las mujeres pidieron hasta un costurero. Pero todo eso, reitera, no compensa el daño a su tierra. “Antes aquí era un paraíso, agua limpia, sembrábamos vainilla, pero con la llegada de la empresa los arroyos se volvieron negros”.

Un busto de Emiliano Zapata, símbolo de la resistencia campesina en México, da la bienvenida al pueblo. En una placa se lee “tierra y libertad”. Suena contradictorio, porque caminar por las calles del pueblo es encontrar letreros de Pemex y de la compañía privada Oleorey que son dueños del 30 por ciento del territorio.

Esta comunidad es un retrato de 100 años de explotación petrolera en Veracruz. La gestión de la riqueza de los hidrocarburos no se ha traducido en la completa atención social de las comunidades y en la satisfacción de necesidades básicas de agua potable, rehabilitación de caminos, y educación. A ello se ha sumado las pérdidas de tierras y recursos naturales.

  • El panorama no cambió con la Reforma Energética, proyecto bandera del ex presidente Enrique Peña Nieto desde 2014 y con el cual se buscó reforzar la industria petrolera como un motor económico nacional.
  • Los mecanismos para garantizar la atención del rezago social y ambiental que se crearon han sido presa de la corrupción y la falta de supervisión y la tierra fue declarada de utilidad pública, lo que permite la constitución de servidumbres legales y la ocupación temporal para la imposición de gasoductos, pozos y caminos sin una consulta previa.
  • Felipe García, campesino de Emiliano Zapata, narra que hace 30 años Petróleos Mexicanos colocó en la comunidad, muy cerca de las casas, un quemador de gas que aumenta el calor y produce un ruido que impide conversar: “Hay que gritarnos para poder oírnos”, dice.

El petróleo siempre ha sido un tema contradictorio para Veracruz, opina Martín Aguilar, investigador del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la Universidad Veracruzana.

  • Luego de la expropiación petrolera en 1939, la industria se planteó en México como un eje del desarrollo del país, y no se pensó en ese momento en un impacto negativo para las comunidades. “Su crecimiento estuvo ligado a la construcción de escuelas, de carreteras, generaba la idea de una abundancia petrolera”.
  • Sin embargo, con la intensificación de la explotación, comenzaron también las primeras afectaciones ambientales y al mismo tiempo la “industria de la indemnización” y junto con ella la corrupción y el mal manejo de los recursos.
  • Aguilar afirma que el saldo en general para las comunidades ha sido negativo, porque la relación con las petroleras ha sido paternalista y tiene que ver con la construcción de un estado de bienestar del país, que se acabó.
  • En el proceso, la desinformación amplifica las inquietudes. Benito Velásquez cuestiona que en el presente nadie les ha informado si habrá nueva explotación, si van a ocupar más tierras o si les corresponden recursos para sus necesidades. Eso, afirma, no es raro, pues ha sido así desde hace 62 años, cuando los petroleros pisaron por primera vez sus tierras./SIN EMBARGO-PUNTOporPUNTO

Reportaje completo en el enlace:

https://www.sinembargo.mx/01-02-2019/3529766 

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