TEXTO ÍNTEGRO: Hdroeléctricas del Mundo pierden impulso ante los ESTRAGOS que generan la SEQUÍA

La EIA mencionó que los factores de capacidad más afectados por las sequías han sido los de Brasil, Canadá y la Unión Europea.

La Agencia Internacional de Energía (EIA, por sus siglas en inglés), el organismo global más grande en la materia, informó que el factor de capacidad de la energía hidroeléctrica ha tenido una tendencia a la baja en los últimos 10 años.

  • De acuerdo con el documento Reporte actualizado del mercado eléctrico. Previsiones para 2023 y 2024, entre 1990 y 2016, el factor de capacidad hidroeléctrica mundial pasó de un promedio de 38 por ciento a alrededor de 36 por ciento en el periodo 2020-2022.
  • Si bien dos puntos porcentuales en la capacidad de generación podría parecer poco, esta caída representa alrededor de 240 terawatts hora (TWh) menos de electricidad cada año, en comparación con lo que se habría producido si los factores de capacidad se mantuvieran donde estaban hace una década, equivalente al consumo eléctrico anual de España.

Como consecuencia de esta disminución, la energía debe ser producida por otras fuentes gestionables, que en la actualidad proviene principalmente de combustibles fósiles.

El organismo refiere que la energía hidroeléctrica se considera una fuente gestionable de generación de electricidad; sin embargo, su producción depende de las condiciones hidrológicas, principalmente de la lluvia.

“Por lo tanto, la generación hidroeléctrica se ve sustancialmente afectada en caso de sequía. En las cuencas fluviales que dependen del derretimiento de la nieve, también entran en juego los patrones de temperatura”, mencionó el organismo internacional.

Sequía pega en Brasil, Canadá y Europa

La EIA mencionó que los factores de capacidad más afectados por las sequías han sido los de Brasil, Canadá y la Unión Europea.

“La caída más llamativa ha sido en Brasil, donde los factores de capacidad hidroeléctrica registraron una caída asombrosa de un promedio de 56 por ciento en 1990-2012 a un promedio de 44 por ciento en 2013-2022”, refiere el documento.

El problema fue provocado principalmente por sequías severas en 2014-2017 y 2019-2021, especialmente en estados como Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais.

  • “Durante las sequías, el acceso al agua se prioriza para el consumo humano y animal, seguido del riego y sólo después la energía hidroeléctrica; sin embargo, las perspectivas para la generación de energía hidroeléctrica en 2023 han mejorado mucho”, refiere la EIA, pues los niveles de las presas alcanzaron un máximo de 12 años en mayo de 2023, debido a las fuertes lluvias y se espera que los factores de capacidad promedio se recuperen significativamente para 2023.

“Sin embargo, los embalses insuficientes están dando como resultado la liberación de agua excedente y la reducción de la generación potencial de energía hidroeléctrica a medida que los embalses mantienen un volumen de espera para reducir el riesgo de inundaciones en caso de fuertes lluvias”, señala.

Canadá es un segundo ejemplo del impacto de las sequías, pues su factor de capacidad eléctrica cayó de 58 a 54 por ciento.

La EIA señala que el oeste de Canadá, incluidas Columbia Británica y Alberta, se ha enfrentado a sequías recurrentes. En 2015, el sur de Columbia Británica experimentó la calificación de sequía más alta y Alberta declaró un área de desastre agrícola con estrictas restricciones de agua.

Además, las sequías de 2017 y 2020-2021 en el sur y el oeste de Canadá afectaron aún más la agricultura, los ecosistemas y los recursos hídricos.

A partir de estos fenómenos, se pueden observar diferencias regionales en precipitación y generación de energía hidroeléctrica en Alberta, Columbia Británica, Ontario y Quebec.

  • También la Unión Europea fue testigo de una tendencia a la baja en los factores de capacidad hidroeléctrica, pasando de un promedio de 28 por ciento entre 1990 y 2014, a 25 por ciento entre 2015 y 2022.
  • De nuevo, el factor común son las sequías, principalmente en el sur de Europa durante 2017 y en el centro y oriente del continente en 2018, a lo que se suma una falta de agua general en la región durante el año pasado, que fue reportada como la peor en 500 años.

Esta última, perjudicó la producción agrícola, la generación de energía hidroeléctrica e incluso ejerciendo presión sobre los sistemas de enfriamiento de energía nuclear debido a la disponibilidad insuficiente de agua. La generación de energía hidroeléctrica en la UE se redujo casi 19 por ciento en 2022 en comparación con 2021, un descenso histórico en los últimos 30 años.

“Anticiparse a los desafíos relacionados con el cambio climático en la energía hidroeléctrica y planificar en consecuencia, será crucial para el uso eficiente y sostenible de los recursos hídricos”, concluye el análisis.

Las dos Españas del agua

Son las dos Españas del agua: una cuenca atlántica rebosante y un Mediterráneo cada vez más seco. Uno de los ámbitos en los que mejor se percibe esta creciente asincronía es el de la energía hidroeléctrica, la tercera pata de la revolución renovable tras la eólica y la solar fotovoltaica. Con medio país en situación de sequía —en especial Cataluña, la costa mediterránea y los archipiélagos—, el buen tono de precipitaciones en el norte y el oeste están propiciando uno de los mejores tramos finales de invierno de turbinación desde que hay registros.

La energía producida por los saltos de agua ha batido estas últimas semanas del invierno su máximo desde finales de febrero de 2021, según las cifras de Red Eléctrica de España (REE). En clave diaria, el pico es aún mayor: la generación fue la mayor desde marzo de 2016, según los datos recopilados por Pedro Cantuel, analista de Ignis Energía. Y está, atención, a un solo paso de su máximo histórico.

“Los seis últimos meses han sido muy lluviosos en las principales cuencas con centrales hidráulicas (Miño-Sil, Duero y Tajo) y, tras el temporal de las últimas semanas, por cuestiones técnicas y de seguridad es habitual que suba mucho la generación hidroeléctrica”, explica Cantuel. Las reservas de esas demarcaciones, recuerda, están al 80% o al 90% de su capacidad, con algunos embalses incluso por encima de esas cotas.

“Lo que estamos viendo en los últimos días en la hidro es una situación de récord: tanto la cuenca del Duero como la de Galicia están muy bien, mientras que en otros sitios de España la cosa está fatal”, profundiza José Luis Sancha, profesor de Modelado de Sistemas de Energía en ICAI.

“Se habla mucho de sequía, porque la hay en muchas zonas del país, pero esta diferencia entre hidroeléctrica y nivel general de los embalses quiere decir que la producción hidroeléctrica está donde tiene que estar: donde hay recurso. Igual que a nadie se le ocurriría placas solares en un sótano, no tendría sentido centrales hidroeléctricas donde suele haber sequía”, completa Francisco Valverde, analista independiente y uno de los mayores conocedores de los intríngulis del mercado eléctrico.

Los embalses hidroeléctricos están al 83% de su capacidad en volumen de agua y a más del 76% en términos de energía disponible, según la última actualización del Ministerio para la Transición Ecológica. Las diferencias entre la vertiente atlántica —donde está casi el 90% de la capacidad hidroeléctrica total española— y la mediterránea —donde apenas hay centrales— son abrumadoras: en la primera, el grado de almacenamiento de energía ronda el 82%; en el segundo, muy baqueteado por la falta de lluvias, supera por poco el 50%.

En términos agregados, España tiene hoy acumulada agua por el equivalente a 14.700 gigavatios hora (GWh), una cantidad suficiente para cubrir íntegramente el consumo nacional de electricidad durante alrededor de tres semanas. Este volumen de energía embalsada es un 21% superior a la media de los cinco últimos años y un 13% mayor que en la media de la última década. Está, asimismo, a apenas un 2% del pico de finales del invierno de 2021, cuando tanto las lluvias como el deshielo fueron sustanciales.

En lo que va de marzo, la hidráulica es la segunda mayor fuente de electricidad en España, solo por detrás de una eólica en zona de máximos históricos y a una distancia cada vez mayor de su más inmediata perseguidora, una nuclear que está empezando a tener que bajar potencia para dar cabida a unas renovables exuberantes. En estas dos primeras semanas largas de mes, el agua está cubriendo, por sí sola, más de la quinta parte de la generación total, exportaciones incluidas.

  • Balance de invierno. Según el balance climático del invierno presentado el viernes por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el último trimestre ha sido en su conjunto normal en cuanto a precipitaciones, con un valor medio sobre la España peninsular de 170,5 litros por metro cuadrado, el 90% de lo que suele llover en esta estación del año en el periodo de referencia 1991-2020. Febrero sí fue especialmente húmedo, pero no así diciembre y enero.

Ahora bien, si se toma como referencia los primeros seis meses del año hidrológico, que comenzó el 1 de octubre de 2023 y termina el 30 de septiembre de 2024, hasta ahora han caído en la Península 397 litros por metro cuadrado, lo que representa un 10% más de lo que suele llover en ese mismo periodo del año, que son 362 litros. Es, claro, una media: el reparto de estas precipitaciones han sido muy desigual por España. Como ha resumido Rubén del Campo, de Aemet, “las lluvias han estado claramente por encima de lo habitual en el noroeste de la Península y claramente por debajo en el tercio oriental, sobre todo en las regiones mediterráneas y en los archipiélagos”.

El resultado es que las reservas totales de agua en el conjunto de la Península, considerando tanto los embalses hidroeléctricos como los utilizados para riego o consumo humano, están hoy al 56,8% de su capacidad.

Sin embargo, mientras en la España más húmeda el nivel de los pantanos de las Cuencas Internas del País Vasco se encuentran al 95,2% de su capacidad, los del Cantábrico Oriental al 93,2%, los de Galicia Costa al 92% y los de Cantábrico Occidental al 90,4%, en el otro extremo, en la península que más sufre ahora mismo los estragos de la sequía, los de Guadalete-Barbate están al 20,2%, los del Segura al 19,5% y los de las Cuencas Internas de Cataluña al 14,6%.

Al mismo tiempo que en Cataluña siguen en emergencia y en otras zonas del mediterráneo continúan con las restricciones, en otras partes del país las centrales hidroeléctricas aprovechan sus abundantes reservas para soltar agua y producir electricidad.

  • Precios más bajos de la luz. El fuerte aumento en la actividad hidroeléctrica se ha dejado sentir, y de qué manera, en los precios. Más allá del viento, propiciado por los últimos frentes, y del sol, con cada vez más potencia fotovoltaica instalada, los saltos de agua fluyentes (no regulables) están siendo una pieza clave en el reciente descenso del mercado eléctrico español, que acaba de batir su mínimo semanal desde que hay registros.

La buena noticia de las lluvias recientes, además, es que están permitiendo hacer acopio para los próximos meses, cuando la subida de las temperaturas hará crecer la demanda y hará más necesaria el agua embalsada para cubrir la demanda en las horas en las que más electricidad requiera el sistema. La correlación entre agua y gas suele ser directa: cuanto mayor es la cantidad embalsada, menor es la necesidad de tirar de las centrales de ciclo combinado, las que cubren la demanda cuando las renovables y la nuclear no dan abasto.

EEUU con el nivel más bajo de generación hidroeléctrica

En el Oeste de Estados Unidos se generó la menor energía hidroeléctrica durante el año hidrológico 2022-23 desde al menos 2001, según datos de Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por su sigla en inglés)

La generación de energía hidroeléctrica de la región occidental cayó un 11% con respecto al año anterior a 141,6 millones de megavatios hora (MWh), registrándose durante ese período la más baja en 22 años. Esta generación puede variar significativamente de un año a otro porque la cantidad de precipitación influye para lograr esa energía.

La energía hidroeléctrica es aquella que se genera al transformar la fuerza del agua en energía eléctrica. Para aprovechar dicha fuerza, se construyen grandes infraestructuras hidráulicas capaces de extraer el máximo potencial de este recurso renovable, libre de emisiones, según el reporte de la EIA. En ese sentido la sequía no sólo amenaza al suministro de agua sino que pone en aprietos a la energía hidroeléctrica.

El oeste de Estados Unidos (Arizona, Colorado, Idaho, Montana, Nevada, Nuevo México, Utah, Wyoming, California, Oregón y Washington) produjo la mayor parte (60%) de la energía hidroeléctrica del país el último año hidroeléctrico (2022-23). Un 37% combinado de la capacidad hidroeléctrica total de Estados Unidos se encuentra en Washington y Oregón. Durante el otoño y el invierno de 2022 a 2023, las precipitaciones en esta región estuvieron casi por debajo de lo normal.

En mayo de 2023, una ola de calor que elevó temperaturas 30 °F por encima de lo normal afectó a la región y derritió rápidamente la capa de nieve. Los flujos de agua fueron elevados, pero gran parte del suministro necesario para la generación durante los meses de verano se derritió durante la ola de calor en el quinto mes del año. El suministro de agua estuvo por debajo del promedio en la región noroeste durante el resto del año hidrológico, lo que redujo la generación de energía hidroeléctrica.

  •  En el año hidrológico 2022-23, se generó un 23% menos de energía hidroeléctrica en Washington que el año hidrológico anterior, por un total de 62,3 millones de MWh ( megavatio hora).
  • La generación de energía hidroeléctrica en Oregón también cayó más de un 20% en el año hidrológico 2022-23. El año hidrológico va del 1 de octubre al 30 de septiembre.
  • En cambio, la generación hidroeléctrica creció en California el año pasado. Desde diciembre de 2022 hasta marzo de 2023, una serie de ríos empaparon partes del oeste de EEUU, especialmente California, con lluvias y nieve récord, duplicando la generación de energía hidroeléctrica totalizando 30 millones de MWh. Un megavatio hora es la unidad de potencia que equivale a un millón de vatios.

Otros estados del suroeste también experimentaron precipitaciones superiores a lo normal. El lago Powell, (un lago artificial creado a partir del río Colorado para la construcción del embalse de Glen Canyon ) situado entre Arizona y Utah se considera un indicador de las condiciones hidrológicas en la cuenca superior del río Colorado.

Sequías en México llevan a las centrales a su generación más baja en años

La escasez de agua y el bajo nivel de las presas también están dejando estragos en la generación eléctrica. La energía generada en las hidroeléctricas en el país durante 2023 llegó a su nivel más bajo de los últimos años, de acuerdo con los datos recopilados por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).

Los esfuerzos desde el gobierno federal para aumentar el uso de estas centrales han contrastado con los bajos niveles de precipitación, una variable fuera del control de cualquier gestión política.

La generación hidroeléctrica había mantenido un comportamiento irregular durante los últimos años, según los registros. En 2021, como parte de una orden presidencial, se logró un alza importante en la producción de este tipo de electricidad, que se mantuvo durante 2022. Pero durante el año pasado la tendencia se topó con el freno derivado de una sequía.

En 2023 en el país se generaron 15,629 gigawatt-hora (GWh) en las hidroeléctricas, una baja de 47% respecto a lo reportado un año antes, de acuerdo con los datos del Cenace. El organismo sólo muestra cifras desde 2016. Tomando en cuenta este último, la producción hidroeléctrica del año pasado es la más baja de la que se tiene registro.

La baja se ha dado pese a la política de la Secretaría de Energía de priorizar el uso de las hidroeléctricas. La explicación recae en la situación histórica por la que atraviesa el país. Los datos oficiales del Servicio Meteorológico Nacional han clasificado al 2023 como el año con más nivel de sequía en el país del que se tiene registro.

La energía hidroeléctrica se produce al liberar agua de las presas, que por ahora se han mantenido en niveles muy por debajo de lo usual. Los datos del Sistema Nacional de Información del Agua indican que 116 de las 210 grandes presas en el país están al menos de la mitad de su capacidad. Así, el panorama para la generación de energía mediante estas centrales será aún complicado.

Al 1 de febrero pasado, en el país se habían generado 757 GWh en las hidroeléctricas, una cantidad 25% a la que se registró en esta misma fecha del año pasado. De seguir esta tendencia, este 2024 podría romper el récord como el año en el que menos electricidad se genera en estas plantas, la mayoría propiedad de la estatal CFE.

Combustibles fósiles cobran relevancia

La baja en la generación de electricidad mediante las hidroeléctricas trae consigo un efecto en segundo plano, el aumento en la utilización de las centrales que utilizan combustibles fósiles, principalmente de gas natural, el hidrocarburo que más se usa en las plantas de la CFE. El gobierno federal ha mantenido una política de no crecer la capacidad de generación renovable –eólica y solar– y con ello el aumento en la demanda se cubre con los activos ya existentes.

Los analistas ya habían asegurado que el plan del gobierno federal por incrementar el uso de las hidroeléctricas –a las que se les ha dado prioridad presupuestaria durante el sexenio– se vería frenada por las inminentes sequías provocadas en gran parte por el cambio climático. Cuando estas azotan al país, por regulación se debe priorizar el consumo humano y el agrícola./PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro en el Enlace:

https://iea.blob.core.windows.net/assets/2d1b41b0-2cf7-4b24-aa22-e8d0492e619c/ElectricityMarketReport_Update2023.pdf

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