Adán Augusto presenciará la llegada de la REFORMA ELECTORAL en el SENADO

Adán Augusto López seguirá siendo coordinador de los senadores morenistas y este lunes, él y su homólogo en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, mantuvieron una reunión de dos horas con la presidenta Claudia Sheinbaum para debatir el curso legislativo que espera a la vuelta del verano.

Es noticia, porque el escándalo que sacudió este mes de julio al senador López y a todo México bien podría haberlo descabalgado del cargo: quien fue su secretario de Seguridad cuando era gobernador de Tabasco, Hernán Bermúdez, está prófugo tras ser señalado como líder de la Barredora, un cartel local del Estado sureño.

  • El turbio asunto ha estallado contra los principios anticorrupción que exhibe Morena, pero el senador seguirá en su puesto. Removerlo significaría admitir la culpabilidad del coordinador y con ella la del partido, dicen los analistas, pero no solo: prescindir de un operador político como él a mitad del juego sería contraproducente para sacar adelante algunas de las grandes reformas de la nueva legislatura, como la ley electoral, para la que se necesitará una mano experta que maneje la mayoría calificada, es decir, que pueda indicar a los partidos aliados la dirección correcta de su voto.

Tirar del hilo de Tabasco puede traer más perjuicios que beneficios para el partido gobernante y la Fiscalía tiene las manos quietas, por ahora, sobre las posibles implicaciones del senador en el caso tabasqueño.

A mediados de julio, no pocos daban por muerto políticamente a Adán Augusto, pero él ya decía entonces que estaba a disposición de las autoridades judiciales y que seguiría en su puesto, porque así lo establece “la ley orgánica y el estatuto del grupo parlamentario” para quienes tienen mayoría en la Cámara, que no necesitan ratificar año con año su puesto, declaró en entrevista radiofónica con el periodista Ciro Gómez Leyva. Y así será.

Por el lado de la ética, algunos piensan que es impropio, como el doctor en Derecho Óscar Vásquez del Mercado, quien, en su opinión personal, dice, “el líder de una bancada de cualquier Cámara o partido tendría que estar libre de condicionamientos jurídicos o morales, por tanto, debería dejar la coordinación del grupo y propiciar la libertad para investigarle”.

Y añade: “Él es amigo del expresidente López Obrador, quien siempre mencionó que el titular de un cargo debe estar enterado de lo que hacen sus colaboradores”. Esa comparación implícita con el presidente Felipe Calderón y su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, hoy encarcelado por sus vínculos con el narcotráfico, ha sido muy repetida en las últimas semanas y pone a Morena frente a sus fantasmas. El partido lo ha estado protegiendo este verano para impedir su comparecencia pública, aunque acabó haciéndolo.

  • El escándalo de Tabasco salió de las filas de Morena, pero echar abajo un líder como Adán Augusto no es algo que salga gratis para el partido, por más que el senador arrastre una mancha de la que la oposición sacará provecho y que incomoda al partido gobernante. “Adán Augusto tiene, diremos, capacidades políticas que otros no tienen. Viene del viejo régimen y conoce las reglas informales. Sabe bien cómo funcionan la corrupción y las mafias criminales y en un país como este él sabe cómo dialogar”, dice la analista política Aritmética Jaime.
  • Profesora de Estudios Políticos en la Universidad de Guadalajara, Jaime explica también que “quitarlo ahora implicaría aceptar su culpabilidad en el caso de Tabasco, y con ella la de Morena, cuya reputación también quedaría manchada y quizá la del expresidente López Obrador. Sería aceptar que hay corrupción en su partido, es más, en la cúpula de su partido”, porque como se ha repetido este verano, Adán Augusto no es un militante cualquiera. Opina que en un país donde la corrupción está tan institucionalizada, la herramienta de la reputación, de la imagen, es la que está jugando el senador. Y su partido.

Adán Augusto, impuesto en la coordinación del Senado por el anterior presidente en su particular diseño de los cargos, no ha resultado un personaje cómodo para la presidenta Sheinbaum, que ha visto cómo algunas de sus iniciativas legislativas no contaron con el esfuerzo necesario en las Cámaras para salir adelante, tal fue el caso de su ley contra el nepotismo. Puede que la polémica de narcotráfico de Tabasco haya dejado al senador, en adelante, a merced de los requerimientos de la presidenta, “puede que sea una suerte de rehén de Sheinbaum, pero él también tiene a sus rehenes en los partidos, es un agente del régimen, ya ha negociado con los partidos aliados y eso lo hace bien, sin filtros, es eficiente”, afirma Jaime.

  • Aprobar la reforma electoral en los términos que se vienen esbozando, es decir, eliminando los diputados plurinominales y reduciendo la financiación de los partidos, es un hueso muy duro de roer para los aliados de Morena, el Partido del Trabajo y el Verde, que no están de acuerdo con ello. “Adán Augusto puede hacer ese trabajo”, afirma la analista.
  • Y pocos más. “Yo creo que Sheinbaum no tiene la fuerza par sustituir al coordinador, ni la persona que lo pueda sustituir. No cualquiera puede operar la cohesión interna. Cambiarlo significaría nuevos repartos de comisiones, tejer otras lealtades, no solo entre los aliados, también con la oposición”, dice Fernando Dworak, consultor político.

“Mantener la disciplina en estos casos implica ejercer cierta coerción. Ya se vio con la renovación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en la que el senador obligó a los suyos a expresar su voto públicamente para impedir deserciones”, toma como ejemplo Dworak. Esa mano de hierro es la de Adán Augusto, pero el político ha quedado muy dañado con este escándalo “y encontrará una oposición más radicalizada que le hablará de tú a tú, incluso senadores como el líder del PRI, Alejandro Moreno, muy señalado por corrupción”, explica. “Con todo, a Sheinbaum no le alcanza para llenar ese vacío, porque podría generarle serios problemas de operatividad”.

  • Jaime también cree que la mancha que arrastra el tabasqueño le hará más caro negociar con otros grupos, pero opina que cualquier otro negociador sería más ineficaz ahora, porque Adán Augusto mantiene cartas para establecer intercambios y reunir los votos suficientes para sacar adelante las leyes. Lo dijo el propio senador en aquella entrevista radiofónica cuando le preguntaron si lo ocurrido en Tabasco sería su fin como coordinador del grupo morenista: “Esto va más allá de la coordinación del grupo. ¿Ustedes creen que obtener una mayoría calificada ha sido fácil, que mantener un diálogo permanente con los grupos parlamentarios es fácil? Pues no”. Acto seguido, Adán Augusto apeló de nuevo a su estilo discreto, sin ruido mediático. Él sigue siendo el hombre en la sombra./CONGRESO-PUNTOporPUNTO

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