CALENTAMIENTO GLOBAL afecta la SALUD, pudre los ALIMENTOS y deja Sin HOGAR a CIENTOS de MILLONES

En 2019, las altas temperaturas que se registraron en Australia, la India, Japón y Europa batieron todos los récords y afectaron negativamente a la salud y el bienestar de la población. En Japón, una intensa ola de calor provocó más de 100 víctimas mortales y 18.000 ingresos hospitalarios adicionales.

La epidemia mortal de dengue que azota a Colombia, Brasil, México y Nicaragua; la pérdida de hasta el 70% de cultivos en el Corredor Seco de Centroamérica; las inundaciones en Argentina, Uruguay; los incendios en Brasil, Bolivia y Venezuela; y los huracanes de fuerza sin precedentes en el Caribe, son solo algunas de las demostraciones de la fuerza del cambio climático. En 2019, se alcanzó un nivel récord en el nivel del mar y en olas de calor con consecuencias trágicas para la biodiversidad.

  • En 2019, el calentamiento global tuvo consecuencias sobre la salud, la comida y el hogar de millones de personas en el mundo. Además, puso en riesgo la vida marina y una gran cantidad de ecosistemas, asegura el informe sobre el Estado del Clima Mundial publicado este martes por la Organización Meteorológica Mundial.

Durante la presentación del informe, el Secretario General de la ONU y el líder de la OMM, declararon que a pesar de que en este momento existe una preocupación mundial por el coronavirus, no deben reducirse los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático.

«El coronavirus es una enfermedad que esperamos que sea temporal, con impactos temporales, pero el cambio climático ha estado allí por muchos años y se mantendrá por muchas décadas, y requiere de acción continua», afirmó Antonio Guterres.

El Secretario se refirió además a la reducción de las emisiones en China y otros países a raíz de la epidemia y dijo que no se pueden sobreestimar estos hechos que son temporales.

«No vamos a combatir el cambio climático con un virus. Aunque se le debe dar toda la atención necesaria, no podemos olvidarnos de la lucha contra el cambio climático, y los demás problemas que enfrenta el mundo», dijo.

Por su parte, Petteri Talas, dijo que era muy desafortunado lo que está pasando con el coronavirus y las muertes que ha causado, pero que el cambio climático es «mucho peor».

«El virus tendrá un impacto económico a corto plazo, pero las pérdidas serán masivas si pensamos en el calentamiento global. Estamos hablando de un problema de mayor magnitud, con consecuencias en la salud de las personas y en nuestras sociedades mucho más graves», afirmó.

  • En el estudio compilado por la OMM, se resaltan las señales físicas de alerta del cambio climático: como el intenso calentamiento de los océanos y de la Tierra, el récord del nivel del mar en 2019, el descongelamiento de los mantos de hielo y los continuos fenómenos meteorológicos como tormentas, sequías e inundaciones.
  • El año 2019 terminó con una temperatura media mundial 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales estimados, un valor superado únicamente por el récord de 2016, cuando un episodio muy intenso de El Niño agravó el aumento de la temperatura mundial vinculado a la tendencia general al calentamiento.

“El calor del océano está en un nivel récord, con temperaturas que aumentan al equivalente de cinco bombas de Hiroshima por segundo. Contamos el costo en vidas y medios de vida humanos a medida que las sequías, los incendios forestales, las inundaciones y las tormentas extremas cobran su precio mortal. No tenemos tiempo que perder si queremos evitar una catástrofe climática”, agregó el Secretario General de las Naciones Unidas.

Los datos confirman lo que ya los expertos habían advertido: el 2019 fue el segundo año más cálido del que se tienen datos desde que se realizan mediciones instrumentales. El quinquenio 2015-2019 comprende los cinco años más cálidos de los que se tiene constancia, y el período de 2010 a 2019 ha sido la década más cálida jamás registrada. A partir de los años ochenta, cada nuevo decenio ha sido más cálido que todos los anteriores desde 1850.

“Dado que las concentraciones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar, el calentamiento continuará. Según un reciente pronóstico, es probable que en los próximos cinco años se produzca un nuevo récord de temperatura mundial anual. Es solo cuestión de tiempo”, declaró el secretario general de la OMM.

  • Petteri Talas añadió que este enero fue el más cálido desde que se tienen datos: “En muchas partes del hemisferio norte se ha vivido un invierno excepcionalmente benigno. El humo y los contaminantes de los devastadores incendios de Australia se propagaron por todo el mundo y provocaron un pico en las concentraciones de CO2. Los récords de temperatura en la Antártida estuvieron acompañados de episodios de fusión de hielo a gran escala y de la fractura de un glaciar, hechos que incidirán en la subida del nivel del mar”.

El jefe de la Organización Meteorológica Mundial explicó que la temperatura es solo un indicador del cambio climático en curso, al que se la añaden las alteraciones de los patrones de lluvia que han repercutido a varios países, así como el aumento cada vez mayor del nivel del mar, en gran parte por la expansión térmica del agua del mar, así como el derretimiento de los más grandes glaciares de Groenladia y la Antártida.

“Esto expone las zonas costeras y las islas a un mayor riesgo de inundaciones y puede provocar que sus zonas bajas queden sumergidas por las aguas”, aseguró Taalas.

“Sin un control rápido de las emisiones no hay mucho que se pueda hacer para atenuar los impactos”, aseguró a Noticias ONU Maxx Dilley, director adjunto del departamento de servicios de la citada Organización.

“Se ve muy claramente que la tendencia va cada vez más a los extremos”, agregó el experto, basándose en los indicadores climáticos que determinó la OMM en el informe.

Gases de efecto invernadero siguen en aumento

Una proyección preliminar de las emisiones mundiales de dióxido de carbono fruto de la quema de combustibles fósiles realizada con datos de los tres primeros trimestres de 2019 apunta a un incremento de las emisiones del 0,6 %.

En 2018, la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera de CO2, metano, y óxido nitroso alcanzaron niveles récord, y según datos preliminares, continuaron aumentando durante el año pasado.

«El dióxido de carbono llegó a 408 partes por millón en la atmósfera, que es 150% más que el nivel preindustrial, y el metano llegó al 260% por encima del nivel preindustrial», explica Dilley.

Capas de hielo que continúan disminuyendo

La constante y prolongada pérdida de hielo marino en el Ártico se confirmó en 2019. La extensión media mensual de septiembre (normalmente, el mes del año en el que la superficie de hielo registra su extensión mínima) fue la tercera más baja de la que se tiene constancia. Por su parte, la extensión mínima diaria registrada se situó al mismo nivel que el segundo valor más bajo del que se tienen datos.

  • Hasta 2016, la extensión del hielo marino en la Antártida había presentado un leve incremento a largo plazo. A finales de 2016 esa tendencia se interrumpió por una repentina reducción en la superficie de hielo hasta niveles mínimos sin precedentes. Desde entonces se ha mantenido en niveles relativamente bajos.
  • En los últimos 13 años, en Groenlandia se han registrado nueve de los diez años con el menor balance de masa superficial de su manto de hielo, y en 2019 se registró el séptimo valor más bajo del que se tienen datos.

En cuanto al balance de masa total, Groenlandia ha perdido aproximadamente 260 gigatoneladas de hielo cada año en el período comprendido entre 2002 y 2016, y la reducción máxima se produjo en 2011/2012, cuando se perdió un máximo de 458 gigatoneladas. En 2019, la reducción del manto de hielo se fijó en 329gt, un valor muy por encima de la media.

Además, los resultados preliminares del Servicio Mundial de Vigilancia de los Glaciares indican que, por 32º año consecutivo, en el bienio 2018-2019 el balance de masa de los glaciares de referencia seleccionados fue negativo. Desde 2010 se han registrado ocho de los diez años con mayor reducción glacial.

Impactos para los humanos y la biodiversidad

  • Salud: La salud de las personas y los sistemas sanitarios están pagando cada vez un precio más alto a causa de las condiciones de calor extremo.

En 2019, las altas temperaturas que se registraron en Australia, la India, Japón y Europa batieron todos los récords y afectaron negativamente a la salud y el bienestar de la población. En Japón, una intensa ola de calor provocó más de 100 víctimas mortales y 18.000 ingresos hospitalarios adicionales.

En Francia, se registraron más de 20.000 visitas a urgencias para tratar dolencias relacionadas con el calor entre junio y mediados de septiembre, y durante dos importantes olas de calor se produjeron 1462 muertes en las regiones afectadas.

Además, los cambios en las condiciones climáticas que han ocurrido desde 1950 facilitan la transmisión del virus del dengue a través de los mosquitos Aedes, así como el incremento del riesgo de contraer la enfermedad. La incidencia mundial del dengue se ha multiplicado drásticamente en las últimas décadas, y el riesgo de infección afecta a aproximadamente la mitad de la población mundial.

En 2019 se produjo un gran aumento en la cantidad de casos de dengue en todo el mundo. Las Américas identificaron más de 2.800.000 casos sospechosos y confirmados de dengue, incluidas alrededor de 1250 muertes. En los tres meses de agosto a octubre, el 85% de los casos fueron reportados en Brasil, Filipinas, México, Nicaragua, Tailandia, Malasia y Colombia

  • Alimentación: La variabilidad del clima y los fenómenos meteorológicos extremos figuran entre los factores más importantes que han propiciado el reciente aumento del hambre en el mundo y son una de las causas principales de las graves crisis alimentarias. Tras una década de reducción constante, el hambre repunta: más de 820 millones de personas la padecieron en 2018.

De los 33 países afectados por crisis alimentarias en 2018, en 26 de ellos la variabilidad climática y los fenómenos meteorológicos extremos fueron, junto con las perturbaciones económicas y las situaciones de conflicto, factores que agravaron la situación, mientras que, en 12 de esos 26 países, los aspectos climáticos y meteorológicos señalados fueron la causa principal de la crisis.

  • La seguridad alimentaria se deterioró claramente en 2019 en algunos países del Cuerno de África a causa de los fenómenos climáticos extremos, los desplazamientos, las situaciones de conflicto y la violencia.
  • A finales de 2019, se estima que aproximadamente 22,2 millones de personas (6,7 millones en Etiopía, 3,1 millones en Kenya, 2,1 millones en Somalia, 4,5 millones en Sudán del Sur y 5,8 millones en el Sudán) padecieron de un elevado nivel de carestía de alimentos, una cifra solo ligeramente inferior a la registrada durante la grave y prolongada sequía de 2016 y 2017.

Marzo y gran parte de abril fueron meses con condiciones extraordinariamente secas y, posteriormente, entre octubre y diciembre, se produjeron lluvias inusualmente intensas y crecidas. El episodio de precipitaciones excepcionalmente fuertes a finales de 2019 también fue un factor que favoreció la aparición de la grave plaga de langostas del desierto que afecta la región del Cuerno de África, la peor en más de 25 años, y la más grave en 70 años en Kenya. Todo apunta a que se propagará todavía más de aquí a junio de 2020 y constituirá una grave amenaza para la seguridad alimentaria.

En 2019, las condiciones más secas de lo normal en el Corredor Seco de América Central y el Caribe provocaron incendios forestales en el norte de Guatemala y Honduras, con efectos adversos en el desarrollo de los cultivos, y contribuyeron a la desecación de algunos ríos en Honduras.

Después de lluvias por debajo de lo normal de mayo a agosto de 2019, alrededor de 50.000 familias perdieron cerca del 80% de su producción de maíz en Guatemala. Pérdidas significativas de cultivos (hasta el 70 % y 50% para el maíz y el frijol, respectivamente) también se informaron en Honduras bajo condiciones secas similares. En septiembre de 2019, el Gobierno declaró una emergencia debido a la pérdida de cultivos básicos, con más de 100 000 personas en riesgo de hambre.

En El Salvador, se estima que más de 70.000 hogares se ven afectados por la falta de alimentos y agua potable.

  • Desplazamientos: Entre enero y junio de 2019 se contabilizaron más de 6,7 millones de nuevos desplazamientos internos debidos a desastres, entre los que cabe destacar fenómenos hidrometeorológicos —como el ciclón Idai en el sureste de África, el ciclón Fani en Asia meridional o el huracán Dorian en el Caribe— e inundaciones —como las que tuvieron lugar en el Irán, Filipinas y Etiopía—.

Según las previsiones, esa cifra aumentará desde los 17,2 millones de 2018 hasta quedar cerca de los 22 millones en 2019. De todos los peligros naturales, las crecidas y las tormentas fueron los que más desplazamientos propiciaron.

5 formas de salvar al planeta del cambio climático

Científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC por sus siglas en inglés) de la ONU presentaron un plan para evitar los peores impactos del aumento en la temperatura.

  • El informe del IPCC esencialmente llama a una revolución en la producción de energía y alimentos. Los científicos señalan que para evitar un calentamiento muy peligroso en el planeta, las emisiones de carbono deben alcanzar su punto máximo en tres años y luego caer rápidamente.

Incluso entonces, la tecnología para extraer CO2 del aire seguirá siendo necesaria para mantener bajas las temperaturas.

Presentamos cinco ideas clave que según los investigadores del IPCC son fundamentales para mantener al mundo seguro.

1.-El carbón debe ser cosa del pasado

Las 63 densas páginas de este informe del IPCC están plagadas de calificativos y notas al pie de página.

Pero surge claramente un mensaje central de los científicos. Si el mundo quiere mantenerse alejado de un calentamiento peligroso, los combustibles fósiles «están fritos».

  • Mantener el mundo por debajo de 1,5 °C requiere que las emisiones de CO2 alcancen su punto máximo en 2025, señalan los investigadores, y se reduzcan en un 43% para fines de esta década.
  • La forma más eficaz de hacer ese cambio es generar energía a partir de fuentes sostenibles como la eólica y la solar. Los autores destacan el colapso de los costos de estas tecnologías, que se redujeron en torno al 85 % durante la década 2010-2020.

Y mientras la guerra en Ucrania está haciendo que los gobiernos de Europa coqueteen una vez más con el carbón, un fuente emisor de carbono, existe una amplia aceptación política de que la energía barata y sostenible es el único camino a una seguridad energética que no dependa de Vladimir Putin.

Por ello, para contener la temperatura del planeta (y debido al contexto político actual), el IPCC cree que el carbón finalmente debería retirarse para siempre.

«Creo que es un mensaje muy fuerte, ya no puede haber nuevas centrales eléctricas a carbón. De lo contrario, realmente se está arriesgando la meta de no sobrepasar 1,5 °C», afirma el profesor Jan Christoph Minx, de la Universidad de Leeds, y autor principal coordinador del informe del IPCC.

«Creo que el gran mensaje es que debemos terminar con la era de los combustibles fósiles. Y no solo debemos terminar con ella, sino que debemos hacerlo muy rápido».

2.- Lo inverosímil se vuelve real…

Hace pocos años, la idea de una solución tecnológica para el cambio climático era considerada por muchos como algo excéntrico. Desde rociar sustancias en la atmósfera para enfriar la Tierra hasta bloquear el Sol con escudos en el espacio, varias de esas ideas fueron criticadas y rápidamente olvidadas.

Pero a medida que la crisis climática se ha intensificado y la reducción de las emisiones de carbono sigue sin concretarse, los investigadores se han visto obligados a reconsiderar el papel de la tecnología tanto en la limitación como en la reducción del CO2 en la atmósfera.

Las propuestas de «eliminación de dióxido de carbono» (CDR por sus siglas en inglés) están ahora oficialmente sobre la mesa con el respaldo del IPCC en este último informe.

  • Los científicos son contundentes: no será posible mantener bajas las temperaturas sin algún tipo de técnicas de eliminación de carbono de la atmósfera, ya sea a través de árboles o de máquinas que extraigan CO2. Hay mucha oposición a esto por parte de los ambientalistas, algunos de los cuales acusan al IPCC de haber cedido a la presión de los países productores de combustibles fósiles y de poner demasiado énfasis en tecnologías que, en esencia, siguen sin probarse.

«La principal deficiencia que veo es que el informe es demasiado débil en cuanto a metas de reducción rápida en las emisiones de combustibles fósiles», dijo Linda Schneider de la Fundación Heinrich Böll en Berlín.

«Yo hubiera esperado que el informe presentara vías confiables hacia 1,5 °C, sin depender de tecnologías que simplemente no sabemos si funcionarán».

3.- Frenar la demanda es un arma secreta

Una de las grandes diferencias de este informe con respecto a versiones anteriores es que las ciencias sociales tienen una gran presencia. Esto se ve principalmente en ideas para reducir la demanda de energía por parte de los consumidores en áreas como vivienda, transporte y alimentación.

Las sugerencias incluyen dietas bajas en carbono, reducciones en el desperdicio de alimentos, cambios en la construcción en las ciudades y opciones de transporte que emitan menos carbono.

El IPCC cree que los cambios en estas áreas podrían limitar las emisiones de sectores que proveen servicios a consumidores en un 40-70 % para 2050, mejorando al mismo tiempo el bienestar de las personas.

El informe es bastante específico y detallado en esta materia, y sí, estos cambios requerirán incentivos de los gobiernos. Pero parecen una estrategia bastante indolora de lograr un impacto.

4.- Enfriando el planeta con dinero en efectivo…

Las acciones contra el cambio climático a menudo se han retrasado por debates sobre su costo financiero. Pero en los últimos años se ha visto que el costo de los desastres climáticos ha aumentado constantemente.

  • El IPCC asegura que sigue fluyendo demasiado dinero hacia los combustibles fósiles y no hacia las soluciones climáticas de energías limpias. Si se eliminaran los subsidios que los gobiernos dan a los combustibles fósiles, esto reduciría las emisiones hasta en un 10 % para 2030, según Greenpeace.
  • A más largo plazo, modelos que incorporan los daños económicos causados por el cambio climático muestran que el costo global de limitar el aumento de temperatura a 2°C durante este siglo es menor que los beneficios económicos globales de reducir el calentamiento, señala el IPCC.

Mantener las temperaturas muy por debajo de los 2 °C costaría un poco más, pero no mucho, dados los daños que se evitarían y la amplia gama de beneficios colaterales, como aire y agua más limpios.

«Si tomas los escenarios más agresivos de todo el informe, costaría, como máximo, el 0,1 % de la tasa de crecimiento anual del PIB estimada», dijo el profesor Michael Grubb, de University College London, también autor principal coordinador del informe.

5.- El papel de los ricos

Hay un énfasis renovado en este informe en el enorme impacto que las personas más ricas están teniendo en el planeta.

  • Según el IPCC, el 10 % de los hogares con las emisiones per cápita más altas contribuye hasta el 45 % de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el consumo en hogares. En esencia, el informe dice que las personas más ricas del mundo están gastando demasiado dinero en transporte, incluso en aviones privados.

¿Los convertirá esto en blanco de una mayor tributación u otras medidas para reducir sus emisiones? Ese bien puede ser el caso, pero algunos autores del IPCC creen que los ricos tienen otros roles que desempeñar para ayudar al mundo a alcanzar el cero neto.

«Las personas ricas contribuyen de manera desproporcionada a mayores emisiones, pero tienen un alto potencial de reducir emisiones manteniendo al mismo tiempo altos grados de bienestar y niveles de vida dignos», señaló el profesor Patrick Devine-Wright de la Universidad de Exeter, otro autor principal del informe del IPCC.

«Creo que hay personas con un estatus socioeconómico alto que podrían reducir sus emisiones y convertirse en modelos a seguir con estilos de vida bajos en carbono, inversiones en negocios y oportunidades bajas en carbono, y acciones para presionar por políticas climáticas estrictas»./Agencias-PUNTOporPUNTO

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