DAÑOS al MEDIO AMBIENTE derivados del CAMBIO CLIMÁTICO se extienden a lo LARGO del Continente AMERICANO

En el año 2022, se reportaron en América Latina y Caribe un total de 1 153 fallecidos y 10 millones de personas afectadas como consecuencia directa de los fenómenos climáticos extremos.

Los daños al medio ambiente derivados del cambio climático se extienden a lo largo y ancho de las Américas. El Niño, La Niña y otros fenómenos climáticos extremos asociados, como sequías, heladas y nevadas inusuales, incendios forestales o huracanes, entre otros, se han vuelto habituales en los últimos años. Esto genera impactos en los derechos de las personas y pone en riesgo a las generaciones futuras.

  • El 25 de octubre de 2023, en la costa pacífica de México, el Huracán Otis dejó un balance de 50 muertos y 30 desaparecidos. Esta tormenta de categoría 5 golpeó Acapulco con unos vientos máximos sostenidos de 260 km/h y rachas de hasta 315 km/h.
  • Las cifras lo convierten en el cuarto ciclón tropical con vientos más rápidos de la historia a nivel mundial y uno de los huracanes más fuertes que se hayan registrado nunca en el Pacífico mexicano.

Otis no solo dejó decenas de personas muertas y desaparecidas, sino que causó graves daños a la infraestructura de la región. Cientos de miles de personas perdieron sus hogares y tienen acceso limitado a agua potable, saneamiento, alimentación y atención sanitaria.

  • En Chile, la región de Valparaíso ha sufrido uno de los peores incendios de su historia. Hasta principios de febrero de 2024, se han reportado 11 000 hectáreas arrasadas, 112 muertos y más de 3 000 casas quemadas.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, América Latina es una de las regiones donde los efectos e impactos del cambio climático serán más intensos. Ello se refleja a través de olas de calor, disminución del rendimiento de los cultivos, incendios forestales, agotamiento de los arrecifes de coral y los eventos extremos del nivel del mar.

Efectos del cambio climático sobre los derechos humanos

Sólo en 2020, más de 30 millones de personas en todo el mundo se vieron desplazadas por desastres naturales, incidiendo directamente sobre su derecho a la vivienda y a la educación.

  • De acuerdo con UNICEF, más de dos millones de niños y niñas de América Latina y el Caribe se ven afectados cada año por un evento climático extremo o un desastre climático.
  • En el año 2021, Guatemala, Honduras y Nicaragua fueron los países Latinoamericanos más afectados en relación con el derecho humano a la alimentación, con más de 964 000 hectáreas de cultivos dañadas.

En el año 2022, se reportaron en América Latina y Caribe un total de 1 153 fallecidos y 10 millones de personas afectadas como consecuencia directa de los fenómenos climáticos extremos.

  • El deshielo de los glaciares, cada vez más pronunciado, amenaza los ecosistemas y la futura seguridad hídrica de millones de personas. En el verano de 2022, se produjo una pérdida casi total del manto de nieve en los glaciares de los Andes Centrales.
  • Mientras que la sequía en la cuenca del Paraná-Plata, uno de los principales graneros del mundo, fue la peor desde 1944.
  • El cambio climático compromete el disfrute de todos los derechos humanos, incluyendo el derecho a la vida, a la vivienda, a la educación, al agua y saneamiento, a la alimentación, a la salud, al desarrollo, a la seguridad personal y una adecuada vida.

El papel de las instancias internacionales

¿Pueden hacer algo las instancias internacionales de protección de los derechos humanos para paliar la afección sobre los derechos fundamentales de las personas más vulnerables?

Tanto de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) como de la Corte Europea de Derechos Humanos (ECHR) han puesto de manifiesto el vínculo existente entre el cambio climático, la protección del medio ambiente y el cumplimiento de los derechos humanos.

  • La Resolución 3001 de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de junio de 2023 “Hacia un mejor financiamiento climático” reconoce los riesgos que afrontan los estados más vulnerables, así como la necesidad de mejorar los esfuerzos para afrontar los daños producidos por el cambio climático.
  • A nivel universal, en noviembre de 2023 la Asamblea General de las Naciones Unidas realizó una solicitud a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para que aclarara las obligaciones de los Estados con respecto al cambio climático.
  • La solicitud insta, entre otras cuestiones, a que se evalúe cuáles son las obligaciones de los Estados en virtud del derecho internacional. Esto con el fin de garantizar la protección del sistema climático frente a las emisiones de gases de efecto invernadero.

Unos meses antes, en enero de 2023, las Repúblicas de Colombia y de Chile solicitaron a la Corte IDH una opinión consultiva con el propósito de aclarar el alcance de las obligaciones estatales, en su dimensión individual y colectiva, para responder a la emergencia climática dentro del marco del derecho internacional de los derechos humanos.

Aunque a las personas no familiarizadas con el sistema internacional de protección de los derechos humanos les pueda parecer que el recurso a estos organismos no sirve para mucho, la realidad es bien diferente. Los documentos que se emiten por estas instancias pasan a formar parte del acervo normativo internacional, lo que guiará las actuaciones a seguir por parte de los Estados que integran la comunidad internacional a este respecto.

¿Qué podemos hacer a título individual o institucional?

Cada uno de nosotros, en la medida de nuestras posibilidades, podemos contribuir a través de nuestras acciones cotidianas a establecer las bases necesarias para mejorar esta situación.

  • Desde el grupo de investigación de la Universidad Internacional de Valencia EG-VIU, hemos respondido a la invitación a realizar observaciones sobre la opinión consultiva realizada por la Corte IDH en respuesta a la solicitud de las Repúblicas de Chile y Colombia. Una postura compartida con otras instituciones internacionales.

Se solicita a la Corte IDH que establezca estándares de derechos humanos para la adopción de leyes y políticas de prevención, mitigación y adaptación al cambio climático. También se pide la inclusión de las obligaciones internacionales de los Estados recogidas en el Acuerdo de París sobre cambio climático, con un enfoque desde los derechos humanos y dentro del ámbito interamericano.

5 maneras en que el cambio climático impacta en América Latina

Inundaciones, sequías, incendios… Los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos se están agudizando en América Latina y el Caribe a medida que se acelera la tendencia al calentamiento a largo plazo y el aumento de nivel del mar, revela un reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

  • Según se desprende de El estado del clima en América Latina y el Caribe 2022, entre 1991 y 2022 las temperaturas han aumentado un promedio de 0.2° Celsius por década, la tasa más alta de la que se tenga constancia. La suba es superior en México y el Caribe.

«Muchos de los fenómenos extremos estuvieron influidos por el episodio de larga duración de La Niña, pero también fueron característicos del cambio climático debido a la actividad humana”, reconoce Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.

  • Tal como destaca el documento, el calentamiento global altera la intensidad y la frecuencia de muchos fenómenos meteorológicos extremos, lo que provoca o exacerba otros eventos de gran impacto como inundaciones, deslizamientos de tierra, incendios forestales y avalanchas.

En ocasión del Día internacional contra el Cambio Climático, celebrado el 24 de octubre, conoce algunos de los fenómenos que se registraron en la región en 2022 como consecuencia de las alteraciones en el clima.

1. Tormentas tropicales

La temporada de huracanes atlánticos de 2022 tuvo un número de tormentas cercano al promedio: concluyó con 14 tormentas con nombre. No obstante, 9 de ellas afectaron a zonas continentales de la región y dejaron graves consecuencias para la población local. Entre ellos, el huracán Fiona fue el tercer ciclón tropical que más pérdidas económicas provocó en Puerto Rico desde 1980.

  • Entre otros, el huracán Ian produjo entre 785 milímetros (mm) y 1500 mm de precipitaciones y mareas de tempestad que condujeron a inundaciones localizadas y la pérdida de más de 20 000 hectáreas de tierras destinadas a la producción de alimentos en el Caribe occidental y Cuba.

2. Aumento del nivel del mar

El incremento del mar siguió creciendo a un ritmo mayor en el Atlántico Sur y el Atlántico Norte subtropical con respecto a la media mundial. Esto amenaza a una gran parte de la población de América Latina y el Caribe que vive en zonas costeras, ya que contamina los acuíferos de agua dulce, erosiona las costas, inunda las zonas de baja altitud y aumenta el riesgo de inundaciones costeras, advierte el organismo mundial.

3. Deshielo de glaciares

El deshielo de los glaciares ha empeorado, asegura el informe. Esto amenaza a los ecosistemas y la futura seguridad hídrica de millones de personas.

  • Concretamente, en el verano de 2022 se produjo una pérdida casi total del manto de nieve en los glaciares de los Andes centrales, de modo que capas más sucias y oscuras de los glaciares absorbieron más radiación solar, lo cual a su vez aceleró el deshielo.

4. Crecidas y deslizamientos de tierra

En 2022, las lluvias intensas y superiores a la media provocaron crecidas y deslizamientos de tierra. Este fenómeno devino en pérdidas humanas, además de efectos en la economía de toda la región.

  • Por ejemplo, en tan solo unas pocas semanas, del 15 de febrero al 20 de marzo, dos desastres relacionados con las lluvias arrasaron Petrópolis (estado de Río de Janeiro, Brasil) y provocaron 230 muertes. Tan solo en el primer día del desastre, se registró un total de 530 mm de lluvia en 24 horas, muy por encima de la media mensual de 210 mm.

5. Aumento de las sequías

Las condiciones prolongadas de sequía contribuyeron a efectos negativos en varios sectores económicos de la región como el agrícola, el de la energía, el del transporte y el del suministro de agua.

En Brasil, el índice de producción agrícola cayó un 5.2 % en el primer trimestre de 2022 respecto del mismo período de 2021 debido a una disminución de la producción de soja y maíz.

Al mismo tiempo, la sequía en la cuenca del Paraná-Plata en el sureste de América del Sur, uno de los principales graneros del mundo, fue la peor desde 1944.

  • A su vez, la falta de precipitaciones conllevó a un descenso de la producción hidroeléctrica en amplias zonas de América del Sur debido al bajo caudal de los ríos, lo que provocó un fuerte aumento de la demanda de combustibles fósiles en una región con un gran potencial sin explotar de energías renovables.
  • La sequedad, acompañada del calor extremo y la baja humedad del aire, dio lugar a períodos de incendios forestales sin precedentes en pleno verano de 2022. Sumado a eso, las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) provocadas por los incendios forestales de enero a marzo fueron las más altas de los últimos 20 años.
  • Ejemplo de esto fueron los incendios registrados en el sur del continente. Según informa la OMM, en enero y febrero tanto Argentina como Paraguay registraron un aumento del 283 % y el 258 %, respectivamente, en el número de focos detectados en comparación con el promedio del período comprendido de 2001 a 2021.

La inacción climática es costosa

Frente a este escenario, y en pos de adaptarse de forma más eficaz a las consecuencias del cambio climático y al consiguiente aumento de la intensidad y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, es preciso que los sistemas de alerta temprana de la región se fortalezcan y lleguen a las comunidades que más los necesitan, señala la OMM.

  • Cabe destacar que se conocen muchas soluciones frente al cambio climático que pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas, proteger el medio ambiente, y reducir la incidencia de los desastres, señala la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Según el organismo, “la acción climática requiere importantes inversiones financieras por parte de gobiernos y empresas. Pero la inacción es mucho más cara”.

Latinoamérica y el Caribe, los más afectados por el cambio climático

La Organización Meteorológica Mundial (OMM), dependiente de la organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó en julio de 2023 en La Habana su informe “El estado del clima en América Latina y el Caribe”, en el que destacó que “los fenómenos meteorológicos extremos y los choques climáticos se están agravando” en la región.

Esto está acelerando “la tendencia al calentamiento a largo plazo y el aumento de nivel del mar”. Según los registros de la OMM, las temperaturas han aumentado en la región un promedio de 0.2 grados centígrados por década en los últimos 30 años, la mayor tasa constatada a nivel global.

  • Según la OMM, la crisis climática (y recientemente también el fenómeno de La niña) está azuzando sequías prolongadas -que conllevan un descenso de la producción hidroeléctrica y un aumento del uso de combustibles fósiles, peores cosechas e incendios forestales “sin precedentes”-, el deshielo de los glaciares de la región, y los ciclones y las lluvias torrenciales -que provocan inundaciones con graves daños personales y materiales.
  • Además, “el creciente aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos plantean riesgos cada vez mayores para los medios de subsistencia, los ecosistemas y las economías de las zonas litorales”, afirmó en un comunicado el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.

El informe “pone de relieve el círculo vicioso de los crecientes impactos sobre los países y las comunidades locales” del calentamiento global, argumentó la OMM.

En concreto, esta organización registró el año pasado “78 peligros meteorológicos, hidrológicos y climáticos” en América Latina y el Caribe.

Se trató principalmente de tormentas e inundaciones, pero también se produjeron huracanes, sequías e incendios forestales que dejaron al menos 1,153 víctimas mortales documentadas y daños económicos por valor al menos 9,000 millones de dólares.

  • El informe destacó los daños causados en 2022 por los huracanes Iona, Lisa e Ian, las lluvias en la brasileña Petropolis (con 230 muertes), la sequía en la cuenca del Paraná-Plata (la peor desde 1944), la megasequía de 14 años en Chile y los incendios forestales en Argentina, Paraguay, Bolivia y Chile (con las emisiones de CO2 que suponen).
  • A juicio de la OMM, latinoamericanos y caribeños deben ser más conscientes de los riesgos relacionados con el clima y los Gobiernos de la región deben tomar medidas para que “los sistemas de alerta temprana se fortalezcan y lleguen a las comunidades que más los necesitan”, ya que ahora sólo cubren a menos de dos tercios de la población.

Esta agencia especializada de la ONU propuso ante esta situación incidir en “las principales esferas prioritarias” de la adaptación a la crisis climática y la mitigación de sus efectos: la agricultura, la seguridad alimentaria y la energía (con especial énfasis en la expansión de las renovables).

“Existe la posibilidad de aprovechar los recursos solares y eólicos de la región, que en 2020 representaban solamente el 16% de la generación total de energías renovables”, y en su mayoría provienen de la hidroeléctrica, apunta el informe de la OMM.

En cuanto a la seguridad alimentaria, el documento advirtió que América Latina y el Caribe desempeñan “un papel fundamental en la producción de alimentos” por contar con alrededor de un 8% de su población “subalimentada” y exportar parte de su producción agrícola y ganadera al extranjero.

  • Asimismo, el informe destacó que la región es “muy vulnerable a los riesgos climáticos” ya que cerca de tres cuartas partes de su población, estimada en cerca de 700 millones de personas, vive en “asentamientos urbanos informales”./Agencias-PUNTOporPUNTO

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