Viable revivir refinerías, pero no están a precio ni tiempo

Transformar una sola instalación costaría 6 mmdp y tardaría al menos 2 años

Reconfigurar una de las seis refinerías que detenta Petróleos Mexicanos (Pemex), como lo plantea el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, para impulsar la producción de gasolinas, costaría hasta 6 mil millones de pesos y un mínimo de dos años para concretarse con una licitación privada internacional, dijo Daniel Aranda Rabago, socio especializado en temas de Energía del despacho Foley Gardere Arena, quien destacó el costo económico menor que representa esta alternativa frente a la construcción de una nueva planta.

  • No obstante, en un intento previo de construcción con licitaciones y la modernización de la refinería en Tula, Hidalgo, se registraron irregularidades, entre ellas el escándalo de sobornos de la firma brasileña Odebrecht.
  • En contraste, Rocío Nahle García, quien será la Secretaría de Energía (Sener) en el sexenio lopezobradorista, expuso la semana pasada que se tomarán entre 40 y 50 mil millones de pesos del presupuesto público de Pemex Transformación Industrial para el mantenimiento de las refinerías que hoy se tienen.
  • Petróleos Mexicanos administra las plantas de Salina Cruz (Oaxaca), Ciudad Madero (Tamaulipas), Tula (Hidalgo), Salamanca (Guanajuato), Cadereyta (Nuevo León) y Minatitlán (Veracruz), que actualmente operan al 40 por ciento de su capacidad y cuya producción ha caído un 36 por ciento en los últimos cinco años.
  • El mantenimiento de al menos tres de las seis refinerías existentes podrían quedar listas en los primeros siete meses a partir del 1 de diciembre de 2018, exponen los cálculos de Nahle García, quien es Ingeniera Química con especialidad en Petroquímica.
  • La también ex funcionaria de Pemex dijo a La Jornada que se tomará del presupuesto público 2019 porque en Pemex Transformación Industrial, Empresa Productiva Subsidiaria dirigida actualmente por Carlos Murrieta Cummings, hay “gasto superfluo” en burocracia.

Sobre este tema, Alejandro Limón Portillo, investigador en Energía y Finanzas Públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), enfatizó la importancia de compensar. “En 2017, Pemex tuvo un saldo negativo en ese balance –entre exportaciones e importaciones– de 3 mil 955 millones de dólares, una cantidad importante”, aseguró.

“Por una parte es viable que se pueda tomar presupuesto federal para apoyar a Pemex de ese lado, pero hay que ver de dónde hacen el contrapeso financiero, pues hay que considerar, por ejemplo, los altos gastos sociales”, planteó el especialista.

  • El Presupuesto de Egresos de 2018 revela que Pemex Transformación Industrial, encargada de la refinación y el procesamiento de los hidrocarburos, tiene 582 mil 654 millones de pesos para gasto total, de los cuales 533 mil 358 millones de pesos son para servicios personales, gastos de operación y otros.
  • Para inversión, en cambio, sólo se tienen destinados 21 mil 369 millones de pesos, una cifra menor que los 27 mil 926 millones de pesos asignados para el pago de pensiones.
  • La inversión de más de 21 mil millones de pesos está etiquetada con 15 mil 700 millones de pesos para mantenimiento de infraestructura; 4 mil 143 millones de pesos para proyectos de infraestructura económica de hidrocarburos, entre otros.

El experto del CIEP consideró que extraer recursos del presupuesto público de Pemex Transformación Industrial para dar mantenimiento a las refinerías “limitaría” otros proyectos y actividades productivas de esa área.

También estableció que los siete meses que calcula la virtual Secretaria de Energía para modernizar tres refinerías no son “suficientes” para elegir la mejor opción para reconfigurar con una investigación de mercado previa. Aranda destacó que eso es “técnicamente imposible”.

  • El experto dijo que si bien sólo el proceso de licitación podría tardar entre cuatro y siete meses, también puede haber objeciones de los participantes y atrasar más el procedimiento. Según sus cálculos, el proceso tardaría dos años considerando licitación e implementación, pero sólo así se garantizaría una inversión redituable.
  • En marzo pasado, el actual Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, declaró que hay grupos que están estudiando el mercado mexicano en materia de refinación en los estados de Tabasco, Campeche, Veracruz y Tamaulipas, “pero no hay ningún proyecto maduro”.
  • En la refinería de Miguel Hidalgo, en Tula, fue lanzada una reconfiguración en abril de 2017. El evento oficial fue encabezado por Carlos Murrieta, director general de Pemex Transformación Industrial; José Antonio González Anaya, entonces director general de Pemex, y Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato.

Levantar o rescatar

Para construir una nueva refinería, el equipo de López Obrador calcula que comenzará a mediados de sexenio y el costo será entre 6 y 8 mil millones de dólares (unos 260 mil millones de pesos con tipo de cambio en 18.80 pesos) basados en una planta de la India. Se tiene previsto que la refinería se construya en el puerto Dos Bocas, Tabasco, y produzca 300 mil barriles diarios.

  • Sin embargo, el investigador Alejandro Limón del CIEP expuso que es un “número atrevido” porque no considera que los costos varían entre construirla en México frente a aquel país asiático, comenzando con la importación de materia prima, y “se ve complicado” que en tres años se pueda tener.
  • Aunque aseguró que es “acertado” que de la mano de la reconfiguración de refinerías se considere la necesidad de aumentar la producción de crudo, clave para la refinación.
  • “Es un costo importante considerando los gastos que trae el próximo Gobierno federal, como las pensiones y los apoyos a los llamados ‘ninis’. Esta presión se suma al tema de ingresos, que se ve muy atado.
  • Por el lado del ISR [Impuestos Sobre la Renta] se ve muy complicado que se pueda incrementar la recaudación, por el lado del IVA [Impuesto al Valor Agregado] hay un pequeño margen, pero va a depender del enfoque que se le dé a combatir la evasión fiscal y a las tecnologías para evitar facturas falsas, y por el lado de ingresos petroleros sí se tiene un plus que puede dar un poco de aire a las finanzas públicas, por el hecho de que está subiendo el precio del petróleo”, explicó Limón.

Respecto a la construcción de una nueva refinería, el especialista de Foley Garder dudó sobre su viabilidad. “Pensar en la construcción de una nueva refinería, aunque fuera de tipo modular [que es más pequeña], es inviable, dado su elevado costo y la tasa interna de retorno que tendría. No se trata de un proyecto que se pueda construir en menos de dos o tres años, además de que para que empezar a procesar crudo tardaría cuatro más”, afirmó el especialista.

Aranda sugirió al próximo Gobierno Federal asesorarse sobre cuál es la refinería que requiere menor inversión para un retorno más inmediato, dado que hay recursos “limitados” y que se ha propuesto un plazo de tres años para producir gasolinas en México. “La reconfiguración de las refinerías ya existentes permite acortar los plazos y el monto de inversión, y coincide con la realidad económica y la práctica común en el mercado energético internacional”, reiteró.

El equipo de Nahle se está apoyando del Instituto Mexicano del Petróleo, la instancia gubernamental que crea soluciones para la industria petrolera nacional e internacional, como resultado de la investigación científica, mediante el desarrollo, asimilación y transferencia de tecnología.

La refinería más abandonada, documentó Nahle basada en el diagnóstico que han hecho de todas, es la de Salina Cruz, Oaxaca, la cual se incendió en junio del año pasado. En junio de este año, también se incendió la refinería en Veracruz. Luego de la crisis petrolera y el ajuste al gasto de Pemex en 2016, el Presidente Enrique Peña Nieto anunció la apertura de inversión público-privada para las refinerías.

  • “Son activos que habría que reconfigurar. De otro modo se volverán activos inutilizados en los que la iniciativa privada no estaría dispuesta a invertir, y el gasto de millones de dólares que se ha hecho en años pasados para reconfigurar algunas como Minatitlán, Veracruz, representarían pérdidas muy fuertes”, advirtió.

Y expuso que otro de los beneficios de la rehabilitación de las plantas existentes es que habría una inversión con retornos, en vez de comenzar con la construcción de una nueva cuyos frutos no se verían en el próximo sexenio./ CON INFORMACIÓN DE SIN EMBARGO

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