Un 74% de las MUJERES en A.L. asumen la totalidad de las responsabilidades ECONÓMICAS

En México, 4 millones 180 mil hombres que son padres no viven con sus hijos ni participan en su crianza, lo que representa el 9.3% de los 21.2 millones de padres identificados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía

A nivel latinoamericano, las mujeres realizan el 74% del trabajo de cuidado no remunerado y el hombre el 26%. Si el valor de esta labor, que incluye el cuidado de los niños y las tareas del hogar, se cuantificara, aportaría el 21,4% del PIB en la región, “significativamente por encima del promedio de la OCDE del15%”, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

  • Y si la sociedad reconociera lo importante que es el trabajo de cuidado, quizá sabría que mientras las mujeres dedican aproximadamente 201 días laborales por año a estas tareas, los hombres apenas 63.

“A nivel global, las mujeres realizan tres cuartas partes (76,2%) del trabajo de cuidado no remunerado, dedicando en promedio 4 horas y 25 minutos al día», dice el PNUD.

  • Pero la desigualdad no sólo es visible en los hogares monoparentales. En los biparentales, por ejemplo, el trabajo de cuidado no remunerado para las mujeres se acrecentó durante la pandemia y se mantiene para quienes trabajan desde casa.

“La carga del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, que ya antes de la pandemia recaía de manera desproporcionada en las mujeres, ha aumentado drásticamente durante la pandemia: los datos arrojan que las mujeres siguen soportando una parte desigual», señala la ONU Mujeres.

Ser madre perjudica la vida laboral de las mujeres, sobre todo en América Latina

Un estudio publicado en The Review of Economic Studies ha analizado el impacto de la maternidad en las carreras de las mujeres a nivel global, concluyendo que tener hijos representa una penalización significativa en sus oportunidades de empleo.

  • La investigación, realizada por economistas de la Universidad de Princeton y la London School of Economics, abarca datos de 134 países y confirma que la brecha laboral de género se amplía tras la llegada del primer hijo, con variaciones sustanciales según el nivel de desarrollo económico y la estructura del mercado laboral de cada país y cada continente.
  • El estudio, titulado The Child Penalty Atlas, demuestra que en la mayoría de los países analizados, hombres y mujeres presentan trayectorias laborales similares hasta el momento de la maternidad, punto en el que las mujeres sufren una pérdida abrupta y persistente en sus niveles de empleo.

Según los datos recogidos, la penalización es particularmente alta en América Latina, donde en promedio el 38% de las mujeres abandona el mercado laboral tras el nacimiento del primer hijo.

  • Esta penalización se mantiene a lo largo del tiempo y afecta de manera homogénea a la mayoría de los países de la región, con la excepción de algunos países del Caribe, como Cuba y Haití, donde el impacto es menor.
  • Dentro de América Latina, los datos muestran que países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y México presentan una penalización laboral tras la maternidad que ronda entre el 35% y el 50%.

Además, el documento destaca que en la región la brecha de género se mantiene estable después del primer hijo, sin una recuperación significativa del empleo femenino en los años posteriores.

Un fenómeno ligado al desarrollo económico

La investigación también establece una correlación entre el desarrollo económico de los países y la magnitud de la penalización laboral derivada de la maternidad.

  • En economías menos desarrolladas, donde el empleo femenino está más ligado a la agricultura y el trabajo informal, la brecha de género antes de la maternidad es mayor, pero la penalización posterior a la llegada del primer hijo es menor.

En cambio, en países con mercados laborales industrializados y urbanos, la penalización se convierte en un factor determinante de la desigualdad de género.

  • Este fenómeno se debe a que, en países en vías de desarrollo, muchas mujeres trabajan en entornos laborales flexibles, como la agricultura de subsistencia, donde pueden continuar con sus actividades tras la maternidad.
  • En cambio, en economías avanzadas, la transición hacia trabajos asalariados en la industria y los servicios limita la flexibilidad laboral, lo que incrementa el impacto negativo de la maternidad en el empleo femenino.

Penalización por matrimonio y familia

Otro hallazgo relevante del estudio es que la penalización por matrimonio también contribuye a la brecha laboral de género.

  • En sociedades con estructuras tradicionales, donde el matrimonio suele preceder a la maternidad, se observa que las mujeres casadas ya experimentan una disminución en su participación laboral incluso antes de tener hijos.

A medida que las economías se desarrollan, esta penalización por matrimonio tiende a desaparecer, pero la penalización por maternidad aumenta.

  • El estudio concluye que, en países con altos niveles de desarrollo económico, eliminar la desigualdad de género en el empleo requiere abordar específicamente la penalización por maternidad, ya que se ha convertido en el principal obstáculo para la equidad laboral entre hombres y mujeres.

Más de cuatro millones de mujeres son madres solteras

En México, 67 por ciento de las mujeres son mamás (38 millones), de ese total, 11 por ciento son madres solteras (4.18 millones) y quienes están ocupadas en alguna actividad económica, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

  • De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, Nueva Edición (ENOEN), al cierre de 2022, del total de madres mexicanas, 47 por ciento estaban casadas, 20 por ciento vivían con su pareja en unión libre y 12 eran viudas.
  • En cuanto a la escolaridad de las mamás solteras: 40 por ciento contaba con algún grado de educación media superior y superior, 37 tenía estudios de secundaria completa y 23 por ciento contaba con primaria o secundaria incompleta.

“Siete de cada diez madres solteras eran económicamente activas y 97 por ciento estaban ocupadas”.

  • Según su ocupación: 78 por ciento trabajaba de manera subordinada y remunerada, 18 lo hacía por cuenta propia, 2 por ciento eran empleadas y otro 2 por ciento trabajadoras sin pago, detalló el Inegi en un comunicado.

Padres ausentes en México

Según datos del INEGI, existen 4 millones 180 mil hogares donde los padres han abandonado a sus hijos, lo que representa el 70% de las familias monoparentales. En estos casos, las madres, en su mayoría entre 30 y 34 años, asumen solas la responsabilidad económica y emocional del hogar.

  • Los estados con los índices más altos de esta problemática son Veracruz, Guerrero, Morelos, Jalisco, Sinaloa, Sonora y Chihuahua, donde entre el 34% y el 36% de los hogares con hijos están encabezados por madres solteras.

Las razones detrás de este abandono son múltiples: falta de preparación para la paternidad, problemas de salud mental, dificultades económicas e incapacidad para establecer vínculos afectivos con los hijos, según investigaciones de medios especializados como CIMAC Noticias.

  • El impacto en los niños es profundo y duradero. Estudios publicados en la Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud revelan que la ausencia paterna genera depresión, sensación de desprotección, estigmatización y soledad.

Además, ONU Niños destaca que la figura paterna aporta seguridad, humor, protección y equilibrio emocional, elementos clave para un desarrollo infantil sano. La falta de este rol deriva en consecuencias como baja autoestima, desconfianza, problemas conductuales, indecisión y, en la adultez, dependencia emocional excesiva.

  • Frente a esta realidad, los expertos recomiendan abordar el tema con honestidad cuando los niños preguntan por su padre ausente.
  • Es crucial evitar descalificaciones hacia el progenitor y explicar que existen diversos modelos de familia, más allá del tradicional.

La deconstrucción de roles de género y la promoción de paternidades responsables son pasos necesarios para reducir esta crisis que afecta a millones de infancias mexicanas.

En México el 58% de hombres tras el divorcio evita dar pensión alimentaria

En México, 4 millones 180 mil hombres que son padres no viven con sus hijos ni participan en su crianza, lo que representa el 9.3% de los 21.2 millones de padres identificados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) entre la población masculina mayor de 15 años. Esta cifra equivale a 4.18 millones de hogares encabezados por mujeres, que asumen la totalidad de las responsabilidades económicas y de cuidado.

  • De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), estas madres representan una proporción significativa del mercado laboral femenino. Siete de cada diez buscan empleos con horarios flexibles para conciliar el trabajo remunerado con las tareas domésticas y de cuidado.
  • Sin embargo, estos empleos suelen encontrarse en condiciones precarias, con bajos ingresos, sin prestaciones laborales y, con frecuencia, dentro de la economía informal.
  • En promedio, las mujeres en México dedican 40 horas semanales al trabajo no remunerado del hogar y los cuidados, mientras que los hombres dedican 15.9 horas, según datos del IMCO. Esta diferencia representa una sobrecarga de tiempo equivalente a una jornada laboral adicional, sin compensación económica ni respaldo institucional.

El acceso y cumplimiento de la pensión alimentaria es otro factor que impacta en la economía de estos hogares. Según cifras del INEGI sobre divorcios, en el 42% de los casos en los que se solicita pensión alimentaria, esta es concedida.

No obstante, solo 2 de cada 10 mujeres consideran este ingreso como confiable, debido a que el cumplimiento es irregular y los montos suelen ser insuficientes para cubrir las necesidades básicas de los menores.

  • Para atender esta problemática, se ha creado el Registro de Deudores Alimentarios Morosos (REDAM), un instrumento que permite identificar a quienes incumplen con el pago de pensiones. En 2023 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Sabina, la cual establece un marco normativo que restringe derechos y trámites a los deudores alimentarios.
  • Entre las restricciones contempladas por esta legislación se incluyen la imposibilidad de salir del país, la suspensión de trámites oficiales como pasaportes o licencias, la prohibición para adquirir propiedades, ocupar cargos públicos o contraer matrimonio, salvo que se active una alerta en el Registro Civil.
  • La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió que estas restricciones son constitucionales, al no tratarse de sanciones absolutas ni permanentes, y consideró que son proporcionales al objetivo de garantizar el derecho de niñas, niños y adolescentes a recibir manutención por parte de ambos progenitores. Las sanciones pueden suspenderse una vez que el deudor regulariza sus pagos.

Ley Sabina, aplicación aún desigual

Aunque la Ley Sabina ya fue publicada a nivel federal, su implementación aún es desigual. Existen entidades federativas que no han armonizado su legislación local para aplicar las disposiciones contenidas en esta norma, y otras que, a pesar de haberla aprobado, aún no cuentan con registros activos de deudores alimentarios.

Los datos disponibles permiten dimensionar que, detrás de cada caso de ausencia paterna, existen hogares sostenidos por mujeres que enfrentan simultáneamente la carga económica, el trabajo doméstico no remunerado y las implicaciones legales de la corresponsabilidad parental no ejercida. /PUNTOporPUNTO

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