¿Incide la situación de un país en los suicidas?

Siempre nos hemos preguntado qué es lo que obliga a alguien a quitarse la vida y qué pasará por su mente al decidir no vivir más. Siempre pensamos que son problemas personales los causantes, pero tal vez ya no sea así.
En abril pasado en la ciudad de Monclova, en Coahuila, una joven de 18 años se suicidó por aparentes problemas de depresión. Carla Galindo escribió de repente en su red social: “Te llegó la hora… duerme, ya no sufrirás”, y horas después, tras una discusión porque sus padres no le permitieron salir por la inseguridad, decidió matarse.
Ese mismo mes, en Ciudad Juárez, Chihuahua, se encontró un cuerpo de un joven de 22 años identificado solamente como Charly, dentro de un negocio de serigrafía. Sus amigos insisten en que se quejaba a todo momento de la falta de dinero y que por más que buscaba no encontraba un mejor empleo. El caso más reciente, un joven de 20 años se suicidó en Aguascalientes colgado de un mezquite en una zona despoblada, presuntamente por las mismas razones.
El suicidio en México ya se ha convertido en un problema de salud pública, y ha registrado un alarmante aumento de 300 por ciento en los últimos 30 años, siendo los jóvenes los más afectados. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía entre 2011 y 2012 se observó una tendencia al alza en la incidencia del suicidio, al registrarse más de 5 mil 500 por año, y una tasa de 4.9 casos por cada 100 mil habitantes, tendencia que se mantiene.
Para los varones jóvenes, menores de 20 años, la mortalidad por esta causa representa 10.6 por ciento del total de las muertes por suicidio. Además, 15.4 por ciento de ese mismo total se da en el grupo de 20 a 24 años y 13.7 por ciento en el de 25 a 29 años. Respecto de las mujeres, en el mismo orden, los porcentajes son 18.1, 17.3 y 12.1 por ciento, respectivamente.
En la Cámara de Diputados se discutió recientemente un punto de acuerdo que enumera fehacientemente las causas tradicionales y no tradicionales de este fenómeno.
Dicen los diputados, citando a la Organización Mundial de la Salud, que entre las condiciones tradicionales ligadas a conductas suicidas están los problemas financieros, las rupturas sentimentales, el padecimiento de males crónicos, enfermedades mentales, especialmente la depresión y los trastornos derivados del consumo de alcohol. Pero en años recientes se incluye en esa categoría a las no tradicionales, entre las que destacan las experiencias relacionadas con conflictos, desastres, violencia, abusos, pérdidas materiales y sensación de aislamiento.
Y para nuestra sorpresa muchos en esa sesión —legisladores y expertos incluidos— coincidimos que precisamente muchas de estas condiciones prevalecen en el México actual, tanto en ciudades como en zonas rurales.
Cierto, el suicidio es un fenómeno complejo y un juicio a la ligera es impensable porque intervienen causas psicológicas, sociales, biológicas, culturales y ambientales, pero siendo honestos no debemos descartar que la preocupante situación económica y la grave inseguridad pueden estar creando familias endebles con hijos depresivos que tienden al suicidio. Duro, pero puede ser cierto.
PARA EL REGISTRO Cual hormiguitas, los diputados de la nueva legislatura del Congreso de la Unión están muy trabajadores. Como buenos novatos llegan temprano a las sesiones y buscan aportar, participar e intervenir en todo momento en las actividades de la Cámara Baja. Por experiencia sabemos que este es un padecimiento que dura poco y que como diría la máxima, el poder muchas veces envilece, pronto vendrán los ausentismos, la poca productividad y la prevalencia de intereses particulares y personales. Así es nuestra política. Hasta mañana y gracias.
 
 
@betata75

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