La caída este fin de semana del clan de Don Checo, una red de ladrones de combustible que operaba en el centro del país, subraya el interés creciente del Gobierno mexicano por contener el problema del huachicol, apremiado por Estados Unidos, que ve en este asunto una importante fuente de ingresos para las mafias.
- En los últimos meses, el gabinete de seguridad ha colocado el robo de combustible al frente de sus prioridades en la materia, tanto la variante tradicional, el robo directamente de los ductos transportadores, como la fiscal, el contrabando de gasolinas desde EE UU, mediante el falseo de la documentación arancelaria.
- Igual que ha hecho en el Centro Nacional de Inteligencia, en la agencia de Protección Federal, o en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, ha colocado a gente de su confianza en puestos específicos para la lucha contra el huachicol.
En Pemex Logística, una de las patas de la petrolera estatal, dedicada entre otras cosas a este asunto, Harfuch impulsó, por ejemplo, a Israel Benítez, a quien tuvo a sus órdenes en sus años en la policía de la capital.
El problema es serio
Su envergadura interpela el actuar de la autoridad en años anteriores. Los decomisos, cateos y detenciones de los últimos meses eclipsan el relato sobre el huachicol que impulsó el expresidente, Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
- En septiembre de 2019, anunció a bombo y platillo que el robo de combustible había sido “prácticamente eliminado”, después de los operativos de los primeros meses de su Gobierno, sobre todo en Guanajuato.
- Lejos de eso, el problema reverdeció. Los huachicoleros diversificaron sus métodos, acaparando fases del negocio ajenas antaño a su actividad, o innovando, caso de la variante fiscal.
- La cantidad de maquinaria requisada al clan de Don Checo da una idea del poderío acumulado. Como explicaba este domingo García Harfuch, la red perforaba ductos de Pemex en el Estado de México, Hidalgo y Querétaro, para extraer gasolina y gas LP.
Los criminales almacenaban el combustible en bodegas y luego lo distribuían de manera ilegal en gasolineras. “Algunos de sus integrantes se dedicaban a elaborar documentos falsos y mantener vínculos con autoridades locales para facilitar sus operaciones”, dijo el funcionario.
Harfuch destacaba la importancia del operativo, cuya preparación llevó seis meses y acabó con 32 detenidos, entre ellos Don Checo, apodo de Cirio Sergio N, el líder de la banda, que cuenta 55 años, y su segundo y principal operador, Luis Miguel N, alias El Flaco de Oro, de 40.
Además de los detenidos, las autoridades requisaron a la red decenas de vehículos, tractocamiones, remolques, camiones cisterna… Hasta un tanque de 27 metros de largo, además de casi 16 millones de pesos en efectivo, y el clásico apartado de animales exóticos, incluyendo un cachorro de león.
- La duda envuelve a las finanzas del grupo, la cantidad de combustible que sacaban de los ductos cada mes, los montos de gasolina y gas que vendían, a cuántas gasolineras lo hacían, el dinero que ganaban con todo eso… Harfuch no dijo nada al respecto.
- Fenómeno subterráneo, es difícil cuantificar las ganancias del huachicol para las mafias. No tanto por la cantidad de combustible robado, volúmenes que Pemex conoce y cuantifica, sino por las transacciones posteriores, ajenas a toda regulación.
- En todo caso, Pemex perdió, solo en 2024, más de 20.000 millones de pesos por el huachicol, algo más de 1.000 millones de dólares, cantidad que aumentó año con año durante el mandato de López Obrador.
De acuerdo al informe de resultados de la compañía del primer trimestre de este año, publicado a finales de abril, las pérdidas de enero a marzo ascendían a 5.471 millones de pesos, cifra que refleja la continuidad del problema.
A las cantidades referidas se suma el quebranto al fisco del huachicol fiscal, que asciende, según los cálculos de especialistas, a 177.000 millones de pesos al año, más de 9.000 millones de dólares.
- No es un problema nuevo, el huachicol. Es más bien antiguo. Las primeras crisis, provocadas en realidad por la violencia y la agresividad de los criminales, datan de finales del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
- El empuje de los huachicoleros en esa época, en estados del centro del país, en el triángulo rojo de Puebla, de Texmelucan a Quecholac, pasando por Tecamachalco y Palmar de Bravo, obligó a un despliegue militar sin precedentes en la zona.
En algunas ocasiones, la beligerancia de las mafias chocó con las dinámicas bélicas de los militares desplegados.
- En 2017, por ejemplo, en el municipio de Palmarito Tochapan, soldados y huachicoleros se enfrentaron a balazos, refriega que dejó 10 muertos, todos civiles. Un vídeo difundido después mostraba a un militar aparentemente rematando a uno de los criminales en el suelo.
La llegada de López Obrador y su política de seguridad, basada en la construcción de la Guardia Nacional y un acercamiento de mano blanda contra el crimen, conocido por el lema que el mismo acuñó, “abrazos, no balazos”, limitaron el actuar militar.
- A la vez, parece que el huachicol aprovechó para crecer. En septiembre de 2024, el día antes de su despedida, el expresidente defendió que su administración había evitado el robo de “80.000 barriles de petróleo al día”. La duda, vistos los operativos y los datos, apunta a la cantidad que los criminales seguían robando.
Baja las sentencias contra el huachicol
- Una de las primeras acciones del Gobierno de AMLO a finales de 2018 fue combatir el huachicol. Pero los golpes espectaculares no se tradujeron en la erradicación del tráfico ilegal de combustible y mucho menos en la detención de culpables.
- En cinco años y nueve meses, de enero de 2019 a septiembre de 2024, solo fueron consignadas ante autoridad judicial 54 personas por robo de combustible. Lo peor: sólo 9 fueron sentenciadas.
En contraste, en el sexenio anterior, entre 2013 y 2018, fueron consignados 716 presuntos huachicoleros, de los cuales la petrolera obtuvo sentencia en 299, principalmente por la ordeña de combustible a través de piquetes a ductos de Pemex, de acuerdo con un reporte de la empresa con corte a septiembre pasado, el más actualizado ante la falta de los nuevos diagnósticos.
- Fuentes consultadas atribuyen la caída a menos tomas clandestinas, sin embargo, informantes al interior de Pemex aseguraron que se mantiene constante el robo de hidrocarburos con un promedio de 4 mil barriles diarios.
- Pero ha quedado claro que ese no es el delito mayor sino que lo que creció en el sexenio anterior fue el huachicol fiscal.
- Hasta el último día de la gestión de Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno informó que cada día eran ordeñados 4 mil 700 barriles del sistema de distribución de Pemex (unos 747 mil litros diarios), un promedio que se mantuvo desde 2023.
- A partir del 1 de octubre de 2024 se desconoce de manera oficial el desvío de combustible de Pemex a través de tomas clandestinas.
- La Administración de Claudia Sheinbaum optó, a través del Gabinete de Seguridad, por informar de operativos contra el huachicoleo, pero no el impacto real del desvío de combustible de los ductos de Pemex por el crimen organizado.
«La tendencia en robo es la misma, con altibajos, pero se detiene a menos gente, sólo hay hallazgos de combustibles o instalaciones huachicoleras, pero dime dónde hay detenidos por el huachicol hallado en Tampico, por el aumento de tomas en Nuevo León o Tamaulipas, detenidos por el caso de Veracruz (refinería)», dijo una fuente del Jurídico de Pemex.
- Como muestra, indicó que las denuncias presentadas ante la Fiscalía General de la República (FGR) por huachicol aumentaron 22 por ciento de enero a mayo de 2025.
- Pemex estima unas 23 denuncias al día presentadas ante el Ministerio Público Federal (MPF) entre enero y mayo, contra las 18 reportadas en el mismo periodo de 2024.
- Querétaro, Puebla, Estado de México, Tabasco, Tamaulipas, Baja California, Nuevo León y Veracruz, repuntan en este delito, según datos disponibles en la empresa petrolera.
El miércoles, en Veracruz y Nuevo León, dos predios fueron cateados por autoridades federales tras días de trabajos de inteligencia.
En Coatzacoalcos, los agentes hallaron una «refinería» clandestina con 500 mil litros de crudo de procedencia ilícita y en Allende un centro de acopio de combustible robado, con más de un millón y medio de hidrocarburos. Pero en ninguna de estas acciones hubo detenidos.
Cárteles y firmas de EU, en trama del robo a Petróleos
El gobierno estadunidense ha detectado que el robo de productos petroleros (huachicol) involucra a grandes organizaciones criminales mexicanas y se ha convertido en su fuente más importante de ingresos ilícitos no relacionados con las drogas.
- De acuerdo con un reporte emitido en mayo por la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN, los cárteles han usado intermediarios mexicanos cómplices en la industria del petróleo y el gas natural para contrabandear y vender crudo robado a Pemex, y también a pequeñas empresas petroleras y de gas natural con sede en Estados Unidos.
- En los últimos años, el robo de combustible en México se ha convertido en la fuente más importante de ingresos ilícitos no relacionados con las drogas para los cárteles, y les permite sostener sus empresas criminales globales y sus operaciones de tráfico de drogas hacia Estados Unidos, detalla el reporte del FinCEN.
Contrabandear y vender
Precisa que cárteles como Jalisco Nueva Generación (CJNG), de Sinaloa, del Golfo y otras organizaciones criminales trasnacionales utilizan intermediarios mexicanos cómplices en la industria del petróleo y el gas natural para contrabandear y vender petróleo crudo robado a Pemex y a pequeñas empresas petroleras y de gas natural con sede en Estados Unidos que operan cerca de la frontera suroeste.
- Por medio de diversos esquemas, puntualiza el FinCEN, los cárteles están robando miles de millones de dólares de petróleo crudo a Pemex, alimentando la violencia desenfrenada y la corrupción en todo México, y socavando las empresas legítimas.
- El reporte señala que los importadores estadunidenses cómplices de estas estafas “a menudo conducen operaciones comerciales legítimas a lo largo de la frontera suroeste de Estados Unidos.
En otros casos, los cárteles suministran el crudo robado a importadores estadunidenses cómplices en otras entidades.
Por medio de este esquema, los cárteles y sus socios controlan y dependen de intermediarios mexicanos coludidos y sus redes de empresas mexicanas y estadunidenses, incluyendo firmas fachadas y fantasmas para servir como intermediarios. /Agencias-PUNTOporPUNTO