PANDEMIA agrava el HAMBRE en el MUNDO; aumento desigual en el Precio de los ALIMENTOS

En 2020 el coronavirus SARS-CoV-2 encendió las alarmas sobre su posible impacto de manera inmediata y futura en los sistemas alimentarios y los pronósticos indican que inevitablemente elevará la tendencia de más hambre en el mundo.

El hambre en el mundo se agravó debido a las repercusiones de la pandemia de coronavirus, entre ellas un fuerte aumento del precio mundial promedio de los alimentos, advirtió el organismo de la ONU para la alimentación.

  • La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que elabora cada trimestre un índice de los precios de los alimentos y analiza los avances en la lucha contra el hambre, agregó que 45 países necesitan hoy ayuda alimentaria externa.
  • «Las repercusiones de la pandemia de covid-19, en particular en lo que respecta a la pérdida de ingresos, son un factor importante para los niveles de inseguridad alimentaria mundial», subrayó la FAO en su informe trimestral.

«La pandemia está agravando e intensificando las condiciones ya de por sí frágiles ocasionadas por conflictos, plagas y perturbaciones meteorológicas, como los recientes huracanes en América Central y las inundaciones en África», recalcó la entidad.

  • Entre los 45 países más afectados que necesitan ayuda, 34 se encuentran en África, y en la lista figuran también Haití y Venezuela, dijo la FAO en su informe, titulado «Perspectivas de cosechas y situación alimentaria», informó la agencia de noticias AFP.
  • En otro informe presentado el miércoles en Chile, la FAO estimó que unas 47,7 millones de personas padecieron hambre durante 2019 en América Latina.

Este deterioro implicó un incremento de más de 13 millones de personas en los últimos cinco años «que se agudizaría» este año por el coronavirus, agregó el organismo.

Según el informe presentado por la FAO en Roma, donde tiene su sede, el índice de los precios de los alimentos en el mundo aumentó «bruscamente», alcanzando en noviembre su «nivel más alto en seis años».

«El aumento mensual fue el más pronunciado desde julio de 2012 y situó el índice en su nivel más elevado desde diciembre de 2014», dijeron expertos de la entidad que hacen un seguimiento de los precios de los alimentos más comercializados a escala mundial.

«Todos los subíndices aumentaron en noviembre», subrayaron, entre ellos los precios de los aceites vegetales, con un alza «impresionante» del 14,% debido a la contracción de las existencias mundiales. Los cereales aumentaron del 2,5%, entre ellos trigo y maíz.

  • El índice de precios del azúcar aumentó en un 3,3% respecto al mes pasado ante las crecientes expectativas de un déficit de producción mundial en la próxima campaña de comercialización.

El precio de los productos lácteos se incrementó en un 0,9%, «el nivel más elevado de los últimos 18 meses», así como el de la carne del 0,9% con respecto a octubre.

El coronavirus enciende las alarmas en los sistemas alimentarios

En 2020 el coronavirus SARS-CoV-2 encendió las alarmas sobre su posible impacto de manera inmediata y futura en los sistemas alimentarios y los pronósticos indican que inevitablemente elevará la tendencia de más hambre en el mundo.

El nefasto incremento de hambrientos en un mundo donde ‘abundan los alimentos’ desde mucho antes de la aparición del virus, muestra la necesidad, ahora más con la epidemia, de una concertación más fuerte y universal para lograr hambre cero, meta trazada por la ONU en su Agenda 2030.

  • Propósito incluido en el segundo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados en 2015 por los Estados miembros de la ONU, comprometidos con un mundo sin pobreza, desigualdad; con derechos humanos y sociales y crecimiento económico sostenible, entre otros.

Además de erradicar el hambre y lograr una agricultura sostenible, el ODS 2 pretende lograr una adecuada gestión de la agricultura, la silvicultura y la acuicultura, capaz de suministrar comida nutritiva, generar ingresos decentes y favorecer el desarrollo desde y para las personas del medio rural, sin daños al medioambiente.

Términos como reconstruir, transformar, reformar y hacer más resilentes los sistemas alimentarios están contenidos en las principales evaluaciones de tales propósitos.

La Covid-19 como nuevo fenómeno devastador

La culpa del alza del hambre desde 2014 recaía hasta ahora en el cambio climático y sus expresiones extremas de sequías e inundaciones, asociadas en buena medida al irrespeto a la naturaleza por inadecuados métodos de labranza de la tierra y uso de sustancias dañinas al medioambiente.

También son responsable de ellos conflictos, dígase guerras y choques tribales; la inmigración forzosa y el abandono del terruño como único medio de vida, así como las medidas coercitivas unilaterales, ilegítimas e ilegales de un Estado para castigar o aislar a otro Estado.

‘Perturbaciones económicas más prolongadas’ ‘desaceleraciones y debilitamientos de la economía’, junto a ‘desigualdades en la distribución de los ingresos’ son parte también, entre otros, de los porqué de mayor hambruna.

Una especie de danza de causas y efectos en la que están más presentes en escena los elevados precios, inestabilidad del mercado, mayor desempleo, trabajo informal y precariedad laboral, unido a estallidos sociales.

  • En 2020 con la aparición de la Covid-19, además de su secuelas de muerte y dolor, se suman -atribuidas a las medidas de aislamiento y protección social generadas por la pandemia- mayores perturbaciones en las cadenas mundiales de suministro alimentario motivado incluso por contracciones en el transporte, el comercio, escasez de mano de obra y pérdidas de cosechas.
  • Como en informes sucesivos desde 2017, en El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) 2020, expertos de cinco agencias de ONU ratificaron dudas sobre la posibilidad de erradicar el hambre para 2030, por la creciente crisis económica y social por causa de la enfermedad.
  • El documento comparó que en 2019 casi 690 millones de personas pasaban hambre, (el 8,9 por ciento de la población mundial), cifra que representa, respecto al año precedente, 10 millones más, casi 60 millones en cinco año, la cual situaban la hambruna en los niveles de 2010-2011.

El análisis previó que la pandemia hasta finales de 2020 podría arrastrar al hambre a tras 130 millones de personas; incluso, adelantó la posibilidad que su recrudecimiento en el contexto de la Covid-19 esa cifra aumente aún más en ocasiones.

Adelantó en su análisis que en 2030, por el rumbo marcado por la pandemia, 840 millones de personas en este planeta tendrán serias limitaciones para alimentarse.

Reformar los sistemas alimentarios

Desde el inicio de la pandemia la FAO utilizó su experiencia técnica y prestigio internacional para ‘sensibilizar, difundir conocimientos y movilizar acciones concretas’.

Tan pronto irrumpió la enfermedad QU Dongyu, TedrosAdhanom y Roberto Azevedo, directores generales de la FAO, y de las organizaciones mundiales de la Salud (OMS) y del Comercio (OMC), respectivamente, firmaron una declaración conjunta para frenar sus impactos en los sistemas alimentarios.

El acuerdo recordó que millones de personas en el mundo dependen del comercio internacional para su seguridad alimentaria y medios de vida y solicitó que ninguna medida relacionada con el comercio cortara la cadena de suministros de alimentos.

  • También en abril, a propósito de la reunión extraordinaria de Ministros de Agricultura del G20 (países industrializados y emergentes) la FAO, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, el Banco Mundial y el Programa Mundial de Alimentos, emitieron una declaración conjunta sobre las consecuencias de la Covid-19 en la seguridad alimentaria y la nutrición.
  • Coincidieron en que la pandemia ‘supone un desafío sin precedentes con profundas consecuencias sociales y económicas’, y era urgente una respuestas bien coordinadas en todo el mundo, incluyendo al G20.

Desde entonces advirtieron que las restricciones a los desplazamientos -dentro y entre países- podían obstaculizar los servicios de logística relacionados con los alimentos, perturbar la cadena de suministro de alimentos y afectar su disponibilidad.

Durante el 2020 la FAO realizó diversos encuentros con ministros del sector para asegurar que la alimentación y la agricultura prevalecieran como servicios esenciales durante el aislamiento.

Además, junto a la Unión Africana propició reuniones de alto nivel que derivaron en declaraciones conjuntas y compromisos de trabajo a favor de la seguridad alimentaria.

De igual modo contribuyó a que ministros de Agricultura de 25 países de América Latina y el Caribe firmaran un acuerdo para unir fuerzas y proteger el suministro de alimentos a más de 620 millones de personas en la región.

  • En julio, tal como recordó su director general ante el 165 Consejo de la FAO realizado entre noviembre y diciembre, ese organismo presentó el Programa integral de respuesta y recuperación de Covid-19, con acciones inmediatas, a corto y a largo plazo, ‘para evitar que la crisis sanitaria derivara en una crisis alimentaria’.
  • Asimismo, también en julio, expuso una Plataforma técnica sobre medición y reducción de la pérdida de alimentos y residuos, la cual reúnen información sobre medición, reducción, políticas, alianzas, acciones y ejemplos de modelos exitosos para lograr ese propósito.

La iniciativa Mano de la mano, creada a finales de 2019 por la FAO, adquirió este año mayor connotación en su objetivo de ‘emparejar’ a países con diferentes niveles de riqueza, donantes y receptores, y el despliegue de sofisticados instrumentos y análisis para acelerar la transformación agrícola y el desarrollo rural sostenible.

  • Pasado cuatro meses desde la publicación del SOFI 2020, a inicios de noviembre, el director general de la FAO mostró nuevos datos y destacó que la crisis por la Covid-19, puede arrastras a 132 millones de personas más a las filas de malnutridos en 2020.

QuDongyu intervino en el anuncio virtual de una ‘Coalición Alimentaria, propuesta por Italia, liderada por FAO y apoyada por más de 40 naciones.

Esa alianza persigue ayudar a los países mediante la movilización de asistencia política, financiera y técnica, así como ofrecer una plataforma de diálogo entre las partes interesadas, como sector privado, círculos académicos, organizaciones de agricultores, sociedad civil, gobiernos, entre otros.

«Pandemia de hambre más grave que la del coronavirus»

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) recibió este jueves a distancia el premio Nobel de la Paz, y sus responsables advirtieron que la «pandemia de hambre» en el mundo puede tener efectos más devastadores para la humanidad que los que ha tenido la crisis del coronavirus. «Debido a las guerras, al cambio climático, a la utilización generalizada del hambre como arma política y militar y a una pandemia mundial que agrava todo esto, 270 millones de personas van a pasar hambre», dijo el director del PMA, el estadounidense David Beasley.

El experto advirtió, en declaraciones retransmitidas desde la sede del PMA en Roma, que «no satisfacer sus necesidades provocará una pandemia de hambre que eclipsará la del covid-19».

En México, 9 millones de personas subalimentadas

En México, la población subalimentada asciende a 9 millones de personas, revela el informe Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina y el Caribe 2020, elaborado por cinco agencias de la ONU (FAO, FIDA, OPS, WFP y UNICEF).

El nuevo reporte indica que en Venezuela son 9.1 millones de personas en esa condición; en Haití, 5.4 millones; Guatemala, 2.8 millones; Colombia, 2.7 millones; Perú, 2.2 millones; Bolivia, 1.8 millones; y Argentina, 1.7 millones. Éstos “representan en conjunto casi un cuarto de la población con hambre de la región. Es decir, ocho de los 33 países de América Latina y el Caribe concentran aproximadamente el 75 por ciento del total de la población que padece hambre”.

  • Agrega que la situación en México ha dificultado cumplir la primera meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 –“poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible” –, “debido al aumento de 2.5 puntos porcentuales [3.5 millones de personas] de la población con hambre entre 2013 a 2015 y 2017 a 2019”.
  • Según las agencias de la ONU, en esos dos trienios (2014-2016 y 2017-2019), en México, la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave pasó del 27.4 al 34.9 por ciento. “Esto representa un aumento de más de 10 millones de personas afectadas y de casi 5 millones en situación de inseguridad alimentaria grave”.

Respecto de los territorios con rezago en el crecimiento de menores de 5 años de edad (por malnutrición que ocasiona retraso en el desarrollo), observa que en el caso mexicano, “las mayores cifras se condensan en el extremo Sur del país, en la zona de los estados de Chiapas (31 por ciento), Guerrero (24 por ciento), Oaxaca (21 por ciento) y Puebla (20 por ciento). Estos porcentajes están muy por encima del nivel de las áreas sin rezago, que en promedio alcanzan porcentajes de retraso del 8.9 por ciento”.

Otra referencia que da sobre el país corresponde a la desnutrición crónica de los menores de 5 años por sobrepeso. La distribución geográfica, indica, se da al Norte de México: Sonora (13.5 por ciento), Chihuahua (13.1 por ciento) y Baja California (11.2 y 13.2 por ciento en la parte Sur), y en la costa atlántica, en especial en la zona que se extiende entre Nuevo León (15.5 por ciento) y Yucatán (13.5 por ciento). Y observa que en las grandes ciudades y las capitales tienden a estar más afectadas, a diferencia de lo que sucede con el retraso en el crecimiento./Agencias-PUNTOporPUNTO

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