PANDEMIA evidencia la PRECARIEDAD LABORAL en MÉXICO

Como resultado de la crisis sanitaria y el debilitamiento de la economía existe un severo aumento de la precariedad en el mercado laboral.

En los últimos meses, la pandemia del coronavirus ha evidenciado aún más las deficiencias que se tienen en el sistema de salud y la precariedad en el mercado laboral que viven millones de mexicanos, indicaron especialistas en el seminario virtual Covid-19, ¿advertencia de cambios del sistema de salud mexicano?, organizado por la fundación Friedrich Ebert Stiftung.

Berenice Ramírez, socióloga y experta en seguridad social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que, uno de los mayores problemas que ha enfrentado el sector salud son los recortes de gasto que se han registrado desde 2016.

“En 1996 el gasto en salud representó 3% del Producto Interno Bruto (PIB), y si bien, venía creciendo paulatinamente cada año, a partir del 2016 se inició un proceso de recortes y para 2020, dicho gasto representó lo mismo del PIB que hace 24 años. La Organización Mundial de la Salud ha señalado que el gasto mínimo en salud debe ser del 5% del PIB”.

Mencionó que, cuando se contabiliza el gasto en salud que hacen los mexicanos de sus bolsillos, el gasto total representa 5% del PIB. “Aunque se tengan los servicios del IMSS o ISSSTE, los mexicanos destinan una parte significativa de su ingreso para realizarse estudios o para atenderse cualquier enfermedad”.

  • Otro problema que tiene el sector salud es la falta de personal médico y de materiales para atender a los enfermos, “el país cuenta con 0.7 camas hospitalarias por cada 1,000 habitantes, mientras que el promedio de Latinoamérica es de 3.6 camas. En Cuba son más de cinco camas y en Argentina se registran hasta tres camas por cada 1,000 habitantes”, dijo la especialista de la UNAM.
  • Ramírez comentó que, si bien existen otro tipo de mecanismos para brindar seguridad social como lo era el seguro popular, en 2018 todavía se reportaban alrededor de 20 millones de mexicanos sin acceso a ningún tipo de seguridad social.

Carolina Tetelboin, experta en salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), consideró que, si bien las personas tienen menos riesgos de morir, la calidad de la salud y de vida de las personas no están mejorando.

“Tenemos muchos avances en la biotecnología que hacen que las personas se mantengan sin morir, pero en condiciones de vida complejas. Las personas viven con más enfermedades, tienen problemas cardiovasculares o viven con enfermedades crónicas como la diabetes”.

Ello, expuso, debe replantear la calidad de vida de las personas. “El tema de salud se ha abordado desde la enfermedad, desde un sistema que preferentemente es curativo, pero no desde la prevención”.

Trabajan sin tener seguridad social

En materia laboral, la especialista de la UNAM detalló que, 55 millones de mexicanos representa a la Población Económicamente Activa (PEA), de los cuales sólo el 44% cuenta con acceso a la seguridad social, es decir, están registrados ante el IMSS; mientras que el 56% está en el sector informal.

  • Uno de los problemas del mercado laboral es que 6.5 millones de personas trabajan en empresas formales, pero por las diferentes formas de contratación no han sido dados de alta a la seguridad social, es decir, no tiene acceso a los servicios de salud, nos horas para la pensión y tampoco tienen acceso para un crédito a la vivienda”.

Con respecto a los salarios, Ramírez mencionó que las mujeres todavía tienen peores condiciones de ingreso laboral que los hombres. En la población entre 30 y 64 años de edad, el 7.3% de los hombres percibe más de 5 salarios mínimos, mientras que en las mujeres es el 4.7 por ciento.

“Esta pandemia nos conduce necesariamente a pensar en una seguridad social diferente, se necesita de un modelo civilizatorio que conduzca a la vida y no a la mercancía en el centro de las decisiones de producción, el consumo y del cuidado de los seres vivos, y no solo del hombre sino de todo el planeta”.

Pandemia hará que empleo sea más precario

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp), advirtió que como resultado de la crisis sanitaria y el debilitamiento de la economía existe un severo aumento de la precariedad en el mercado laboral.

  • En su análisis económico semanal, expone lo urgente de lograr un ambiente que facilite y estimule la inversión productiva, especialmente en el sector privado, por ser la principal fuente de crecimiento y generación de empleos.
  • Cuestionó que en medio de una crisis económica como la que se vive persistan los obstáculos a propuestas o proyectos del sector privado con impacto en crecimiento sostenible, empleo y bienestar.
  • Indicó que a pesar de que durante marzo y abril se perdieron más de 816 mil empleos, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), podría pensarse que el daño al empleo mostraría el impacto de ese descenso en el primer trimestre del año; sin embargo, destacó que la tasa de desocupación se mantuvo prácticamente igual que al trimestre previo y en comparación con el año anterior.

Esto, apuntó, lo que muestra es que desde 2018, la economía ya venía en franco deterioro hasta reportar una caída anual de 2.4 por ciento en el primer trimestre de este año.

  • Por ello, el Centro de Estudios reiteró que se ha “precarizado el empleo”, y cita las cifras del INEGI, que durante el primer trimestre del año 1.97 millones de personas declaran estar desocupadas, 90 mil más que el mismo trimestre de un año antes, pero que buscaron activamente incorporarse a una actividad económica. No obstante, como porcentaje de la población económicamente activa, representó 3.4 por ciento, mismo porcentaje que un año antes.

El problema radica en que la posibilidad de crear nuevos puestos de trabajo se redujo propiciando un mayor nivel de desempleo, y que la mayoría de los que perdieron su empleo decidieran dejar de buscar, al considerar que tienen pocas posibilidades de encontrarlo.

Además, relató que el porcentaje de ocupados que están en posibilidad de trabajar más horas (subocupación) creció de manera importante, y todo esto se refleja en un aumento significativo en el número de ocupados en condiciones críticas.

Detalló que la ausencia de un ambiente idóneo como incentivo para que las empresas incrementen sus niveles de inversión ha inhibido la posibilidad de una mayor creación de empleos de calidad.

El impacto real es probable que no se conozca por el momento, dado que por la crisis sanitaria se suspendieron las entrevistas cara a cara del INEGI, incluida la de ocupación y empleo.

Concluyó que es cada vez más urgente lograr un ambiente que facilite y estimule la inversión, pues “si las autoridades polarizan el entorno social y económico, elevando más aún los niveles de incertidumbre por el continuo cambio en las reglas del juego, la probabilidad de que México siga perdiendo terreno como destino de inversión es muy alta, comprometiendo la posibilidad de conservar el grado de inversión del país en los próximos dos años”./Agencias-PUNTOporPUNTO

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