SEGURIDAD Pública, la principal DEUDA pendiente en la Era AMLO-MORENA

La coordinación entre la inteligencia criminal, inteligencia financiera y la procuración de justicia es uno de los aspectos que debe fortalecer la administración actual en materia de seguridad pública, considera el doctor Carlos Flores, investigador del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

Y es que en el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024, López Obrador planteó un enfoque más integral al combate a la delincuencia y al crimen organizado. Esto con el fin de atender las causas estructurales de la violencia, tal como la pobreza, marginación, la falta de oportunidades laborales, así como la insuficiencia de servicios educativos.

  • Esta línea de acción es “importantísima”, sin embargo, tendrá efectos visibles en un mediano o largo plazo, explica el investigador del CIESAS. Ello, porque dicha política primero tiene que enraizarse en la estrategia de seguridad del país para que, en unos años, se puedan obtener resultados significativos.

Por ello –resalta– se necesita de manera inmediata un rol más activo de la Unidad de Inteligencia Financiera, en materia de procuración de justicia, a través del congelamiento de activos de células delincuenciales, ya que de esta manera se podrían desmantelar dichas estructuras. “El polo de la inteligencia financiera había sido subutilizado en administraciones anteriores y creo que es uno de los elementos que puede brindar resultados más provisorios”.

  • El doctor Carlos Flores también comenta que, en este afán del presidente de evitar reproducir escenarios de violencia –como los vividos en administraciones anteriores–, la violencia ha incrementado, puesto que las organizaciones delictivas no son receptivas a esta iniciativa de pacificación e, incluso, han llegado al extremo de atentar contra las figuras de seguridad, en referencia al atentado que sufrió Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, el pasado 26 de junio.

“Lo que vimos la semana pasada en la propia capital del país nos advierte la necesidad de tener otras estrategias que puedan prevenir acciones de esta naturaleza. Se tenía conocimiento de estos atentados contra la vida de funcionarios públicos de alto nivel; desafortunadamente no se dieron las suficientes estrategias para evitar que ese atentado se efectuara”, afirma.

  • El especialista en el estudio de la delincuencia organizada resalta la necesidad de que exista más proactividad por parte de las instituciones de seguridad: “estamos enfrentando una situación de limitaciones económicas y de pandemia que tampoco favorecen la articulación de estrategias gubernamentales y a esto se suma el entramado legal de instituciones que han sido configuradas para garantizar la impunidad, las cuales no son tan fáciles de desmontar, e incluso son obstáculos subsecuentes para que estas acciones delictivas se lleven a cabo”.

Por otra parte, ante el repunte de la violencia, López Obrador optó por la creación de una nueva fuerza de seguridad: la Guardia Nacional, conformada por integrantes de la Policía Militar, Naval y los remanentes de la Policía Federal.

Este cuerpo ha pretendido sumar capital humano capacitado en derechos humanos para realizar tareas de seguridad, pero sólo debe actuar cuando es absolutamente necesaria su intervención, como en las zonas donde se registran los mayores índices de violencia del país:

“Soy partidario de fortalecer las áreas civiles y creo que gradualmente debe fortalecerse estas organizaciones y sólo en excepciones se debería permitir la intervención de las Fuerzas Armadas. Mi recomendación sería apostar por la construcción de instituciones civiles”, opina Flores, doctor en ciencias políticas y sociales.

Por su parte, Vidal Romero, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y jefe del del Departamento de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México, explica que la estrategia de seguridad actual es la misma que la de 2006. “Por alguna razón, la gente que lo asesora o él mismo [el presidente] supone que una política donde eche toda la fuerza a la calle, es decir al Ejército es lo que le va a llevar a dar esos resultados rápidos y se ha topado con los mismos resultados de las administraciones pasadas”.

  • Además, el especialista añade que es “ingenuo pensar que acabando con las organizaciones criminales vas a acabar con el problema de inseguridad porque acabas con una y surge otra porque el mercado de las drogas ahí sigue”.
  • El presupuesto destinado este año para la seguridad pública aumentó 39 por ciento, en comparación con el de 2019, ya que en el Presupuesto de Egresos de la Federación se le asignaron 112 mil 860 millones de pesos. Este monto es adecuado para realizar las tareas de seguridad establecidas en el Plan Nacional de Paz y Seguridad, asegura el doctor en ciencia política.

El investigador destaca que la manera en la que la administración actual ejerce el gasto podría focalizarse a tareas más sustantivas y no solamente las dedicadas al arresto masivo de personas, como sucedía en otros sexenios, que destinaban la mayor parte de sus recursos a tareas de vigilancia, disuasión y operativos en las calles, las cuales no eran las acciones más significativas para desmantelar organizaciones criminales.

Por su parte, el investigador Carlos Flores se refiere a los opositores políticos de López Obrador, que frecuentemente descalifican las acciones gubernamentales pero sin argumentos, sólo por sus posturas políticas. Y recuerda que las circunstancias que se están presentando en el país requieren de elevar miras, conjuntar acciones y encontrar, con objetividad, los puntos fuertes y las ventanas de oportunidades que este gobierno ofrece para desarrollar.

Reto en seguridad

En materia de seguridad, la conmemoración cae un día después del primer aniversario de la Guardia Nacional, el cuerpo policiaco – militar con el que la administración de López Obrador pretende reducir los niveles de violencia que prevalecen en casi todo el país.

Esta nueva organización surgió a partir de una necesidad de regulación en las tareas de seguridad pública en México que anteriormente realizaba la Policía Federal, corporación a la cual le faltó profesionalismo y disciplina, según López Obrador.

En una ceremonia en Campo Marte, el presidente resaltó que en menos de un año logró establecer la Guardia Nacional, además de que obtuvo a nivel constitucional el permiso de desarrollar labores de seguridad pública a las fuerzas armadas.

Sin embargo, este cuerpo no podrá resolver los problemas de inseguridad en el país, de acuerdo con un reporte dado por el Observatorio de la Guardia Nacional. El grupo de organizaciones, académicos, expertos y colectivos señala que a un año de su creación, la Guardia es solo una extensión de las Fuerzas Armadas.

Como prueba de ello, en 2019 el presupuesto para la corporación provino de las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena), de Marina (Semar) y la debilitada Policía Federal, explica el documento.

El principal indicador de la violencia en México es el número de homicidios. Desde diciembre de 2018, primer mes del sexenio de López Obrador, hasta mayo de 2020 se cometieron 44,082 asesinatos, de acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de de Seguridad Pública (SESNSP).

No obstante, hasta ahora ninguno de esos meses superó a julio de 2018, cuando se registraron 2,640 delitos de este tipo. El mes más violento de esta administración fue marzo de 2020, cuando se reportaron 2,625 homicidios. El promedio mensual en este sexenio es de 2,449 asesinatos.

El principal reto para lo que resta de la administración de López Obrador es perparar mejor a policías estatales y municipales en cuanto a tecnología, equipamiento y adiestramiento, opina Javier Oliva Posada, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Hay un programa de Seguridad Nacional pero no hay una estrategia, que debería incluir a estos otros cuerpos. La seguridad está muy federalizada y ese es un error que no permitirá avanzar en el combate a la delincuencia”, comenta el experto.

El triunfo de López Obrador, a dos años de distancia, también se celebrará a días de que el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, haya sufrido un atentado atribuido a uno de los cárteles más sanguinarios en territorio nacional actualmente, según las propias declaraciones del funcionario.

AMLO supera record de Fox, Calderón y Peña por homicidios

En los primeros 18 meses de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador fueron asesinadas 53 mil 628 personas en México, entre ellas, más de 5 mil 800 mujeres y mil 800 niños y adolescentes. En promedio, son casi 100 personas asesinadas todos los días en el actual sexenio.

Es el primer año y medio de gobierno más violento en lo que va del siglo. La tasa de asesinatos duplica, por ejemplo, a la registrada en mismo periodo de Felipe Calderón, y es 55% más alta que con el expresidente Enrique Peña Nieto.

  • Pero comparaciones más recientes también prueban el avance de la violencia en México. Los homicidios de hombres, mujeres y niños son más altos que en el año y medio previo a la llegada de AMLO. Y en este mismo sexenio, de 2019 a 2020, la violencia homicida sigue subiendo aun cuando desde hace rato se ubica en niveles récord.
  • En el que se prometió que sería el periodo de los “abrazos no balazos” y donde, según el presidente, “la guerra había terminado”, 7 de cada 10 asesinatos se han cometido con armas de fuego. Al menos 60% de los crímenes están vinculados con las actividades del crimen organizado y, sobretodo, con sus disputas territoriales.

Hay seis estados que concentran la mitad de los asesinatos, pero el epicentro de la violencia es Guanajuato, entidad donde los homicidios se han quintuplicado, y donde igual son asesinados policías, estudiantes, mujeres embarazadas y niños en ataques con armas y hasta con granadas.

Ni el despliegue de la Guardia Nacional, ni la legalización de las fuerzas armadas en la calle y la nueva estrategia de seguridad han evitado que la violencia crezca. Tan solo este año han sido asesinados policías, militares, jueces y también legisladores. El gobierno ha fallado en capturar a líderes criminales y a uno, el hijo de “el Chapo” Guzmán, tuvo incluso que liberarlo.

La violencia podría ser peor de lo que marcan los registros oficiales. Prueba de ello es la última actualización de las cifras de homicidios dolosos realizada el 20 de junio, donde “aparecieron” 172 homicidios en enero de 2020 que no fueron reportados en su momento, modificación que excede por mucho a los ajustes normales que mes a mes se hacen.

El parte de la violencia

De acuerdo con las cifras actualizadas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de diciembre de 2018 a mayo de 2020 – los primeros 18 meses del actual sexenio – fueron asesinadas 53 mil 628 personas en México. Un promedio de 98 homicidios todos los días.

  • Entre las víctimas figuran 5 mil 811 mujeres, que representan un promedio de 11 mujeres asesinadas al día (incluyendo casos de homicidio y feminicidio). También hay 1 mil 807 menores de 17 años entre las víctimas, que equivalen a tres niños o adolescentes asesinados cada 24 horas.
  • En los registros oficiales aparecen 10 mil 430 casos donde no se conoce con precisión la edad de la víctima, y 1 mil 308 donde no hay claridad de su sexo (algunos casos corresponden a restos en fosas clandestinas).

La violencia homicida se ha incrementado. En el mismo periodo de año y medio previo al que lleva AMLO, es decir de diciembre de 2016 a mayo de 2018, se registraron 45 mil 581 asesinatos. Se trata de 8 mil homicidios por debajo de los que van en los 18 meses de este sexenio. La tasa de asesinatos entre ambos periodos creció de 36.9 a 42.5 casos por cada cien mil habitantes.

En ese lapso crecieron los asesinatos de hombres, pero también los de mujeres, que pasaron de 5 mil 17 a 5 mil 811, y los de menores que ascendieron de 1 mil 788 a 1 mil 807.

  • En comparación con el arranque de los otros tres sexenios, el de López Obrador también es el más violento. Ello se advierte a revisar los datos de carpetas de investigación/averiguaciones previas iniciadas por homicidio doloso, que es el registro del que hay datos disponibles desde 1997.
  • La estadística muestra lo siguiente: en los primeros 18 meses de este sexenio se han iniciado 44 mil 82 carpetas por homicidio doloso, una tasa de 35 casos por cada cien mil habitantes. Esto equivale a un incremento del 55% respecto a la tasa de 22.4 casos registrada en el primer año y medio del gobierno de Peña Nieto; un alza del 137.6% sobre la tasa de 14.7 homicidios con Felipe Calderón; y de 72.5% sobre la tasa de 20.3 homicidios en el arranque de Vicente Fox.

Dentro del propio periodo del gobierno presidente López Obrador también se aprecia un incremento de la violencia. Mientras que de enero a mayo de 2019 se registraron 14 mil 576 asesinatos, en el mismo lapso de este año ya van 15 mil 16 casos. La tasa pasó de 11.57 a 11.81 víctimas por cada cien mil personas.

Las zonas de guerra

Hay seis estados en donde se concentran prácticamente la mitad de los más de 53 mil asesinatos registrados con López Obrador. Guanajuato lidera la lista con 5 mil 745 víctimas en el periodo. Esto significa que tan solo en dicha entidad han ocurrido, al menos, 1 de cada 10 de los asesinatos reportados en todo México.

  • Le siguen el estado de México que suma 4 mil 337 víctimas de homicidio; Baja California con 4 mil 285; Jalisco con 3 mil 998; Chihuahua con 3 mil 856 homicidios dolosos; y Michoacán con 3 mil 271.
  • Colima es un caso especialmente grave pues registra 312 homicidios en el primer año y medio de este sexenio, por debajo de otros estados. Sin embargo, al tratarse de una entidad con poca población, su tasa de homicidio dolosos se dispara hasta 144.5 casos en el periodo, la más alta del país.

A nivel regional y municipal el gabinete de seguridad ha identificado 20 puntos en donde se registran las mayores tasas de violencia. Ahí se han enfocado los despliegues de la Guardia Nacional y de otras fuerzas de seguridad. Sin embargo y pese a ello, la violencia no cede.

  • De esos 20 puntos, en 12 ha crecido la tasa de asesinatos en 2020 en comparación con 2019. Hay casos dramáticos como el de Celaya, Guanajuato, donde la tasa se duplicó de 15 a 35.4 homicidios, o el de Zamora, Michoacán que se disparó de 12.4 a 42.3, o el de Cajeme, Sonora, que creció de 18.9 a 34.3.

El gabinete de seguridad estima que el 60% de los homicidios en México están ligados al crimen organizado, pero en las zonas de mayor violencia como Guanajuato o Jalisco, el cálculo es de hasta un 80%. La guerra por territorios entre grupos criminales es uno de los principales motores de esta violencia

El gobierno ha implementado acciones para tratar de capturar a líderes de estos grupos pero han fallado.

Un ejemplo fue el fallido operativo del 17 de octubre de 2019 en el cual se detuvo, por algunos minutos a Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín “el Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa. Sin embargo, las fuerzas de dicho grupo criminal sobrepasaron a las oficiales e incluso tomaron de rehenes a militares.

El presidente López Obrador terminó por ordenar la liberación del criminal y aun así se registraron 13 muertos.

Otro ejemplo son los distintos intentos infructuosos por detener a “El Marro”, líder del Cártel Santa Rosa de Lima en Guanajuato. Especialistas indican que esto propició el fortalecimiento de grupos rivales en el estado como el Cártel Jalisco Nueva Generación, lo que ha recrudecido los enfrentamientos en el estado.

Saldos del terror

En el año y medio que va del actual gobierno se han registrado episodios de extrema violencia, similares a los de sexenios pasados.

  • Los multihomicidios han sido frecuentes. Entre ellos figuran, por ejemplo, el asesinato de 29 personas en el bar “Caballo Blanco” en Coatzacoalcos, Veracruz, que fue atacado a balazos y luego incendiado el 28 de agosto de 2019; la masacre en una fiesta en Minatitlán, Veracruz el 13 de abril de ese año que dejó 13 muertos, entre ellos un niño; o el reciente homicidio de siete personas en otra fiesta en Tierra Blanca, Veracruz, el 30 de mayo de 2020.
  • En Guanajuato los homicidios se cuentan por decenas casi todos los días. Solo por citar los casos más recientes: el asesinato a balazos de ocho jóvenes en Apaseo el Alto el 19 de mayo; el crimen de 4 estudiantes agredidos a balazos en un taller en Celaya y la masacre de diez jóvenes en un centro de rehabilitación en Irapuato ambos el 6 de junio; o el reciente homicidio de 6 integrantes de una familia, entre ellos una niña y una joven embarazada, también en Celaya, el 18 de junio.

La violencia también alcanza a las fuerzas de seguridad. De acuerdo con conteos de organizaciones como Causa en Común, en lo que va del año han sido asesinados 240 policías, que se suman a otros 466 policías asesinados en 2019.

Guanajuato es la entidad con más policías asesinados. El último caso fue el asesinato de tres policías municipales el 11 de junio en Silao. Pero también se registran casos de alto impacto en otros estados como el reciente homicidio del jefe de la Policía de Zamora, Michoacán, y un comandante de esta el 17 de junio.

Uno de los peores crímenes en contra de las fuerzas de seguridad fue la emboscada a un convoy de la policía de Aguililla, Michoacán el 4 de octubre de 2019. Al final 13 policías perdieron la vida.

  • La violencia también ha alcanzado a otras autoridades. Entre los casos recientes está el asesinato de un juez federal y su esposa el pasado 16 de junio en Manzanillo, Colima; o el feminicidio de una diputada local en ese mismo estado cuyo cuerpo fue encontrado en una fosa a principios de junio, semanas después de haber sido secuestrada.
  • Los asesinatos de mujeres por cuestiones de género, es decir los feminicidios, han sido numerosos. Entre ellos destaca el de Ingrid Escamilla, joven asesinada el 9 de febrero en Ciudad de México. La violencia de su asesinato y la exhibición de las imágenes generaron conmoción y desataron varias movilizaciones de protesta.

Pero la violencia contra la mujer ha continuado. En pleno 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la estudiante de la Universidad Iberoamericana Nadia Verónica fue asesinada en Salamanca, Guanajuato.

¿Subregistro oficial?

En años anteriores organizaciones ciudadanas han cuestionado la precisión de las cifras oficiales reportadas por los estados al SESNSP. Se llegaron a documentar casos como el de Veracruz, en el gobierno de Javier Duarte, que no reportó más de 200 homicidios en un año, añadiéndolos al registro en meses posteriores.

La actual administración del SESNSP realizó el año pasado una auditoría a los registros de diversos estados y la forma en como reportan los delitos. Los resultados no se han hecho públicos, pero autoridades con conocimiento del proceso indicaron a Animal Político que se han encontrado anomalías importantes.

  • En cada actualización mensual se hacen revisiones a las cifras de periodos anteriores y en el caso de los homicidios con frecuencia hay ajustes que van de dos o tres homicidios hasta 20 o 30 de ellos. Sin embargo, en la última actualización publicada este sábado 20 de junio se aprecia una modificación significativa.
  • De acuerdo con dicha actualización, en enero de 2020 se registraron 2 mil 991 víctimas de homicidio doloso. Sin embargo, previo a esta nueva publicación la cifra para ese mes era de 2 mil 819 asesinatos. Es decir, se trata de 172 asesinatos nuevos que no habían sido reportados hasta ahora.

Con este cambio se revierte además el presunto descenso en los homicidios que originalmente reportaron las autoridades federales en el arranque del año.

5 frases de AMLO ante la inseguridad que se vive en México

El crimen organizado sigue operando, incluso planea y ejecuta acciones contra sus rivales y funcionarios del gobierno, como Omar García Harfuch, quien fue atacado la semana pasada en la Ciudad de México.

En redes sociales muchos se mofan la reacción de Andrés Manuel López Obrador, quien ha dicho frases con las que enfrentaría la inseguridad.

«Al carajo la delincuencia y la corrupción»

«Fuchi guácala, fuchi caca»

«Abrazos no balazos»

«Los voy a acusar con sus mamás y abuelos»

«Piensen en sus mamacitas»

Agencias-PUNTOporPUNTO

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