García HARFUCH, controlado por las MAFIAS CARCELARIAS

*Los grupos criminales aportan a Omar García Harfuch, titular de la SSC, alrededor de 40 mdp mensuales *Ese dinero lo utilizará para financiar su próxima campaña a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México *Uno de los que le aportan dinero constantemente es «El Nery», quien se encuentra preso en la zona «Diamante» de la penitenciaria de Santa Martha Acatitla y decide que funcionarios llegan y cuales deben irse, ¡así de sencillo!. *Harfuch mintió, no hubo enfrentamiento entre dos bandas criminales en Módulo de Alta Seguridad «Diamante» en Santa Martha Acatitla

Tras los hechos violentos ocurridos el pasado lunes 15 de mayo en el Módulo de Alta Seguridad «Diamante», que pertenece al penal de Santa Martha Acatitla, ha salido a relucir que Omar Hamid García Harfuch, titular de la Secretaria de Seguridad Ciudadana (SSC) y funcionarios del Sistema Penitenciario son controlados por los integrantes de grupos criminales que se encuentran privados de su libertad.
Omar García Harfuch, pelele de las mafias carcelarias (foto especial)
A esta columna llegó el dato de que cada movimiento, cada cambio de mandos y de reglas, los tienen que aprobar los jefes de las mafias carcelarias, como Alejandro Nery Ortiz alias «El Nery» y/o «El Carnal», –entre otros- líder de una banda de extosionadores, quien se encuentra preso en el Módulo de Alta Seguridad «Diamante» de la penitenciaria Santa Martha Acatitla.
Alejandro Nery Ortiz «El Nery», ejerce control en la zona diamante de Santa Martha Acatitla (foto especial)
De hecho, «El Nery» fue quien pidió a Harfuch que hiciera cambios para que pudiera actuar con mayor libertad y por eso fue destituído el director del penal Juan Carlos Lozada García, quien tenía poco tiempo en el cargo, pero no ocurrió lo mismo con el encargado de seguridad, Alfredo Robledo Hernández, alias «El Mamado», quien tiene fama de ser muy corrupto y demasiado manipulable, por lo que permanece en su puesto.
Los jugosos dividendos que le aporta «El Nery» a García Harfuch, –alrededor de 100 mil pesos quincenales- se los llevan directa y muy discretamente a su oficina ubicada en la calle Liverpool 136 colonia Juárez, alcaldía Cuauhtémoc.
A esos dividendos también se suma la venta de droga en los penales, la venta de ropa para los reos que ahora, obligadamente tienen qué comprar dentro de las cárceles, la comida «especial» para aquellos que no quieren consumir el famoso «rancho», las tarjetas telefónicas, el pase de lista y la renta de los teléfonos celulares con los que trabajan las bandas de extorsionadores, entre otras cosas.

 

En todos los centros penitenciarios del país, pero en específico de la Ciudad de México, se cobra prácticamente por todo, por el pase de lista a diario -que además se da cuatro veces al día-, por “el candado” que significa poder salir por unas horas de una celda de seis metros cuadrados en las que en ocasiones pueden estar hacinados en condiciones inhumanas hasta 40 presos. O por estar solamente con 10 personas en el mismo espacio, que eso es un privilegio.

 

 

Las cárceles de la CDMX controladas por peligrosas mafias de reos (foto especial)

También por el concepto llamado “bala” que significa poder deambular después de las horas de cierre de las rejas; o por evitar la llamada “fajina”, una suerte de trabajo forzado que se acentúa atrozmente para mediante el temor o incluso el horror lograr el desembolso de miles de pesos a cada uno de los presos que deciden pagar y eso en tres etapas en que suelen pasarse durante un proceso.

 

 

Hay muchísimos cabos más de los que se benefician las autoridades y sus auxiliares internos, pero, en conjunto son varios millones de pesos cada semana para repartirse a discreción entre mandos bajos, altos, y muy altos.
Los conceptos verdaderamente importantes que además son fácilmente controlables y recaudativos, que esos sí, van a la cabeza de todo el sistema son tres: a decir que el primero de estos aspectos que es el cobro de aparatos telefónicos, celulares “rentados”, a los internos que son alrededor de 4 mil aparatos.

Eso sí, las mismas autoridades les deshabilitan las cámaras, seguramente para evitar que puedan grabar todas las irregularidades que aquí ocurren.

 

Además de estos teléfonos, el cobro de concesiones para una suerte de servicios financieros que permiten a los internos recibir o incluso enviar dinero hacia el exterior del penal, con una quita de entre el 15 y el 20 por ciento del total enviado o recibido; y por supuesto, parte de este 15 o 20 por ciento va directamente a quien otorga esa concesión que son las autoridades.
Por último, el otro gran concepto, que por cierto es el que más reditúa a las autoridades, es la venta de todo tipo de droga en el interior del reclusorio, a través de las mafias que conviven sin rubor con las autoridades.
Estos tres conceptos representan el dinero sucio semanal, y completamente seguro, alrededor de diez millones de pesos que según todos los indicios y versiones van directo al manejo discrecional del actual secretario de Seguridad Ciudadana, Omar Hamid García Harfuch.

Omar García fue uno de los policías corruptos de Genaro García Luna –ex Secretario de Seguridad Pública en la época de Felipe Calderón- y tenía vínculos directos con el narco.

 

 

Según la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, cuando este personaje salió de la Policía Federal para asumir su nuevo cargo en la CDMX, tenía toda la información clara y clasificada de que “no tenía vinculación alguna con García Luna”.

Sin embargo, este dato es solo uno de tantos. Pues cientos de personajes vinculados a Genaro García Luna siguen en cargos de seguridad en la 4 Transformación.

 

 

Pero hay acusaciones más graves. De acuerdo con investigaciones, las indagaciones sobre el caso de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotiznapa, vinculaban a Omar García Harfuch al grupo de paramilitares y narcotraficantes Guerreros Unidos en el estado de Guerrero. Según estas indagaciones, el actual secretario de Seguridad Ciudadana, podría tener lazos con la desaparición forzada de personas.

Según custodios, desde hace más de año y medio, en la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC CDMX), Omar García Harfuch se prepara él mismo para ser un «flamante» candidato al gobierno capitalino, aunque otros han insistido que también bisca la gubernatura del Estado de Morelos, para suceder a Cuauhtémoc Blanco.

Y es que aunque él últimamente lo ha negado, lo real es que pretende relevar del puesto a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quién –dicen- también se beneficia -a sabiendas o no- de ese mismo caudal de dinero, con el que parece financiarse desde ahora un sinfín de actividades proselitistas.

 

La cifra de unos 40 millones de pesos mensuales en efectivo puede parecer enorme y mucho mayormente oprobiosa en el origen, pero es totalmente real y fiable esta información, tomando en cuenta que poseer o usar un teléfono celular para un interno, con la más absoluta tolerancia de las autoridades penitenciarias, cuesta cada semana, desde los 800 pesos para el uso personal.
Esto es, sin poderlo prestar a otros reclusos; y hasta mil 500 pesos por aparato que se use para “trabajar”; y trabajar no sólo significa poder rentar ese teléfono por horas a otros internos, sino también ejercer con él las actividades criminales como la extorsión, con la evidente complicidad de personas en el exterior, que van desde funcionarios de diversas instancias de gobierno hasta familiares y miembros de grupos delictivos.
APUNTES FIDEDIGNOS
Y siguiendo con el tema de las cárceles, ahora resulta que Harfuch mintió a los medios periodísticos y la opinión pública. Pues dicen custodios del Módulo de Alta Seguridad «Diamante» que pertenece al Penal de Santa Martha Acatitla, que lo ocurrido ayer no fue un enfrentamiento entre dos bandas delictivas provocado porque una extorsionaba a la otra. ¡No señor!, ni tampoco lesionados graves, aparte de los tres muertos.
Presencia policiaca tras el supuesto enfrentamiento ocurrido en Módulo  de Alta Seguridad «Diamante» de Santa Martha Acatitla (foto especial)
De acuerdo con datos proporcionados, los 14 integrantes de las Fuerzas Especiales de «Los Chapitos» ni siquiera figuraron en la trifulca, porque ellos estaban en sus celdas. Los quieren utilizar como «chivos expiatorios».
Lo que realmente sucedió fue que Alejandro Nery Ortiz alias  «El Nery» y/o «El Carnal», ordenó que los integrantes de su banda golpearan a tres de ellos cuando se dio cuenta de que le estaban «picando los ojos», es decir, «chambeaban» por fuera y no le rendían cuentas.
Y bajo esas circunstancias resultaron muertos Daniel Álvarez Cervantes «La Mole», Guadalupe Humberto Zetina Robles y Jorge Luis García Paredes, quienes purgaban largas condenas por homicidio, narcotráfico y posesión de drogas.
«El Superpolicía» trató de desviar la atención con una «impactante» y falsa versión de los hechos para ocultar que no tiene control de las cárceles y menos de la penitenciaria, la cual es manejada en su totalidad precisamente por «El Nery».
Las tres víctimas murieron tundidas a golpes, pero eso fue más allá, porque una de ellas –La Mole-  fue degollada y su cabeza desollada. Guadalupe Humberto falleció a causa de un fuerte golpe que le partió el cráneo y tuvo exposición de masa encefálica. Y Jorge Luis perdió la vida cuando recibió una puñalada en el corazón…
Y ante estas circunstancias, estimados amigos, personal administrativo y custodios del Sistema Penitenciario de la CDMX, convocan a un paro de labores para exigir a García Harfuch que haga una depuración de mandos y que ponga a gente que realmente sepa desempeñarse en los altos cargos, para evitar precisamente que Alejandro Nery Ortiz «El Nery» continúe haciendo de las suyas, cubierto por el manto de la corrupción y la impunidad….¡¡¡¡SEGUIREMOS INFORMANDO!!!!
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