Cárteles MEXICANOS se expanden a AMÉRICA LATINA para controlar el Tráfico y Mercado de las Drogas

El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha logrado expandir sus actividades a varias partes del mundo, entre ellas (pero no limitadas a) Nicaragua, Ecuador, Perú y Chile, así como en el llamado Triángulo Norte que integra los países de Guatemala, Honduras y El Salvador.

En algunos casos, como en Colombia y en Venezuela, estas alianzas están más arraigadas y el negocio, de acuerdo con la investigación del Grupo de Diarios América, alcanza al aparato de seguridad y de gobierno.

  • Los grupos con los que se vinculan tienen nombre y apellido: de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, al Clan del Golfo, pasando por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). En suelo venezolano, la liga es con el llamado Cártel de los Soles.
  • El Cártel de Sinaloa es el más poderoso y con más nexos en la región, seguido de cerca por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
  • Las autoridades mexicanas advierten que se trata de las dos organizaciones criminales más importantes en el país, con carácter transnacional y cuyas redes se extienden no sólo a Centro y Sudamérica, sino a Europa y al interior de Estados Unidos, destino final de la mayor parte de la droga que se mueve desde Latinoamérica.

Aun así, no hay una estrategia regional de lucha contra el fenómeno. Para el experto en seguridad Ricardo Márquez Blas, el fortalecimiento de los grupos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación ha sido paralelo a su fortalecimiento al interior del país.

“Notable su presencia y avance en Colombia, Ecuador y la región centroamericana, donde controlan en tráfico de drogas por tierra, mar y aire, en alianzas con las organizaciones locales”, describió. “Por eso la preocupación de Estados Unidos en cuanto al fentanilo”.

Colombia, negocio en toda forma

Colombia es el mayor productor de cocaína a nivel mundial. En el país, de acuerdo con datos de Naciones Unidas, a través del Sistema Integrado de Medición de Cultivos Ilícitos (SIMCI) 2020, se encuentran 143 mil hectáreas sembradas con matas de coca, lo que equivale a una producción anual de mil 180 toneladas de cocaína.

Los narcocultivos se concentran en cinco departamentos: Norte de Santander, Nariño, Putumayo, Cauca y Antioquia. En estas regiones se concentran las principales redes dedicadas a la producción de base de coca y clorhidrato de cocaína: el Clan del Golfo, las disidencias de las FARC y el ELN, además de pequeños grupos de narcotraficantes. Estos grupos compran la base o pasta de coca a los campesinos, y emisarios mexicanos compran a los colombianos.

  • Autoridades y residentes en Colombia señalan que no hay una presencia constante de miembros de cárteles mexicanos; más bien, de cuando en cuando se ven emisarios del Cártel de Sinaloa, del CJNG, de Los Zetas y del Cártel de Oaxaca para verificar la cantidad de droga pactada y la calidad.
  • Según la Policía Nacional, 75% de la cocaína que se produce en Colombia es vendida a los cárteles mexicanos. “Hay muy poca evidencia en Colombia de la presencia de capos mexicanos; envían emisarios… No ha habido capturas por parte de las autoridades”, afirmó Jorge Restrepo, director del Centro para el Análisis de Conflictos (Cerac).

“Uno escucha que los mexica nos vienen, sobre todo cuando alquilan los grilles o centros nocturnos porque las fiestas son bravas, traen hasta mujeres de Cali o Popayán”, dijo un labriego de la región en Tumaco que prefirió no ser identificado. “Uno sabe cuando están porque los mueven en las 4×4 y se ven los combos más armados, pero no más. Ellos son los que compran la coca”, añadió el hombre de 34 años.

Venezuela y el pueblo de Sinaloa

En el caso de Venezuela, InSight Crime documentó en 2020 la presencia del Cártel de Sinaloa en el estado de Zulia. Según la organización, la presencia del narco mexicano ha crecido a tal punto que “existe un pueblo en el estado que ha sido rebautizado con el nombre de Sinaloa”.

Ganaderos, pro ductores y lugareños son testigos de la llegada de mexicanos, que suelen estar de paso. Como en Colombia, se hacen notar con “lujosas camionetas último modelo, fiestas con narcocorridos de fon do, prostitución…”.

  • La mayoría de pistas clandestinas que utilizan los cárteles mexicanos están ubicadas en este estado de Zulia, que limita con la región del Catatumbo en Colombia. El poder de los cárteles mexicanos es tan grande que el CJNG y Sinaloa enviaron “negociadores” para frenar los enfrentamientos entre las disidencias de las FARC y el ELN que les generaban pérdidas millonarias, al trabar el envío de cargamentos de drogas.

Mike Vigil, exdirector de Opera ciones Internacionales de la agencias antidrogas (DEA) de Estados Unidos, destacó la alianza de los cárteles mexicanos en Venezuela con el Cártel de los Soles, que ha sido ligado al chavismo y que opera de forma cada vez más activa, controlando, dijo Vigil, “el movimiento de la cocaína a través de sus socios mexicanos”.

El Salvador, lecciones de violencia

La presencia de los cárteles mexicanos en El Salvador es más diver sa: del Cártel de Sinaloa al Cártel del Golfo, La Familia Michoacana, Los Zetas y el CING, según información de la DEA. Estos grupos están activos en el país desde 2012, aunque no fue hasta 2018 y 2019 que se conocieron más detalles de sus operaciones. La presencia más reciente es la del CING.

  • En este país, los narcos mexicanos se aliaron con los jefes históricos de la Mara Salvatrucha (MS-13), que a pesar de estar en prisión, controlan a sus bases, diseminadas en células (clicas) a lo ancho del país

De acuerdo con una acusación en Estados Unidos contra 14 jefes históricos de la MS-13, éstos establecieron contacto con los cárteles ya mencionados para “obtener narcóticos y armas de fuego”, así como para hacer negocios relacionados con “la trata y el contrabando de personas”. Según investigaciones de la DEA, fue la Mara Salvatrucha la que en su momento adiestró a Los Zetas y a los hermanos Beltrán Leyva para ejercer extrema violencia.

Perú y el hijo de El Chapo

En Perú, las autoridades han detectado presencia del Cártel de Sinaloa desde hace 10 o 12 años. En especial, mantienen vínculos con traficantes del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro » (VRAEM) y la región del Alto Huallaga, ambos en la selva peruara.

  • El fin del negocio es comprar la cocaína que se produce en el VRAEM, donde clanes familiares transforman la pasta base en clorhidrato de cocaína.

Los traficantes mexicanos acopian la droga en ciudades ubicadas cerca de los puertos, como Piura, Trujillo y el Callao y la “siembran” en barcos con destino a Estados Unidos o Europa. En menos ocasiones usan avionetas que llevan la droga a Bolivia.

Argentina, narco y lavado

En 2008, un crimen triple de empresarios farmacéuticos dejó al descubierto el tráfico a gran escala desde Argentina para los cárteles mexicanos de las drogas, en especial para el de Sinaloa.

  • En 2017 fueron confiscados casi 2 mil kilos de cocaína y fueron condenados tres mexicanos ligados al Cártel de Michoacán. Actualmente se tienen detectadas células de los cárteles mexicanos operando en el norte de Argentina (Salta-Jujuy), cerca de la frontera con Bolivia, país que es uno de los mayores proveedores regionales de cocaína, junto con Perú y Colombia.
  • Los mexicanos se alían con grupos locales. Trabajan en células para garantizar el mercado de la cocaína y el incipiente mercado de la heroína. Aportan conocimiento y recursos, más que actuar directamente en la logística de producción y distribución. Además del narcotráfico, también se dedican al lavado de dinero, con inversiones en distintos sectores productivos en Argentina, como el mercado inmobiliario.

“Argentina, desde hace décadas, no tiene un programa nacional de lucha contra el narcotráfico. Hay un trabajo reactivo que se vicia con la incautación de estupefacientes, fundamentalmente de marihuana, y ahí se estanca. No se toca la matriz subterránea de la criminalidad porque no hay investigación criminal rigurosa. Eso facilita la penetración de narcos mexicanos y de otras nacionalidades”, advirtió la socióloga Laura Etcharren, especialista en narcotráfico.

Brasil, la alianza con el PCC

Los cárteles mexicanos se infiltraron también en Brasil, el gigante sudamericano. Investigaciones de la Policía Federal y de la Policía Civil de Sao Paulo han detectado la presencia de narcotraficantes del CJNG, de Sinaloa y de Juárez.

  • Las pesquisas revelan que en los últimos 10 años, los narcos mexicanos han venido operando a través de acuerdos con el Primer Comando Capital (PCC), la mayor organización criminal no sólo de Brasil, sino de Sudamérica.

Sin estrategia conjunta

Pese a la confirmación de las alianzas entre los narcos mexicanos con grupos en Colombia, Venezuela, El Salvador, Argentina, Brasil y Perú, no existe una estrategia conjunta de parte de los gobiernos afectados para combatir este fenómeno. Cada Estado ha emprendido su propia lucha, a nivel interno, o apenas en comunicación con algún otro, o ignorado de plano el asunto.

  • Para el experto mexicano Márquez Blas, un factor importante que ha facilitado el poderío de los carteles en la región es el deterioro de la cooperación bilateral y multilateral en la región entre las corporaciones policiales y de procuración de justicia. “La cooperación entre las fuerzas del orden se ha deteriorado mientras que la coordinación de organizaciones criminales trasnacionales se ha fortalecido”, expone.
  • Colombia tiene acuerdos de cooperación internacional con todos los países del hemisferio, a excepción de Venezuela (aunque el gobierno de Gustavo Petro ha dado los primeros pasos para reactivarla), pero no una estrategia específica de combate a la presencia del narco mexicano.

Estados Unidos es su principal socio en la lucha contra las drogas. Las autoridades trabajan de manera coordinada, compartiendo información en tiempo real, por ejemplo, para desarrollar las operaciones e interdicción.

  • Con Petro en el poder, la estrategia podría cambiar: el presidente ha ofrecido diálogo al ‘clan del Golfo’, al Eln y otros grupos, y ofrecido garantías a cambio de un acuerdo de paz. Otra de las propuestas de Petro es la legalización de la cannabis con fines recreativos, lo que podría tener cierto impacto en el mundo del narcotráfico.
  • En Venezuela, en junio de 2021, el presidente Nicolás Maduro afirmó que su gobierno se planta “firme para acabar con el narcotráfico en nuestro territorio, ratificamos el compromiso de garantizar una patria segura, próspera y libre de drogas”. Se trata, en sí, de una estrategia enfocada en el decomiso de drogas, pero no en la lucha contra los carteles.

El rompimiento del diálogo con Colombia benefició a los grupos dedicados al nacrotráfico, que operan sin mayores problemas.

  • Tampoco en El Salvador existe, al menos públicamente, algún tipo de diálogo con otros gobiernos de la región para enfrentar el problema de manera conjunta. En el más reciente encuentro entre el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, en mayo pasado, no hubo alusión a algún trabajo conjunto sobre narcotráfico.
  • En Argentina, recientemente el Ministerio de Seguridad de la Nación fomentó acuerdos de cooperación con los gobiernos de Paraguay y Brasil, especialmente para el intercambio de información relativa a las operaciones de organizaciones en las zonas de frontera. La principal preocupación de ese esfuerzo tripartito es, actualmente, la actividad del Primer Comando Capital (PCC). Pero no hay algo similar con el gobierno de México.
  • Tampoco en Brasil, donde el gobierno de Jair Bolsonaro no es muy cercano con el de López Obrador, siendo de tendencias políticas totalmente opuestas.
  • En Perú, la estrategia de los gobiernos de los últimos años ha sido la de “ahogar” las zonas donde se produce cocaína, prohibiendo el ingreso de insumos químicos y desplegando un plan de erradicación de cultivos de hoja de coca. Sin embargo, investigaciones indican que el abandono del Estado a estas localidades, y la corrupción de autoridades civiles y de los institutos armados, ayudan a que el narcotráfico se mantenga como la principal actividad económica en ciertas regiones.

A pesar de ser los principales productores de cocaína en el mundo, Colombia, Perú y Bolivia operan de forma independiente.

El agresivo avance del CJNG fuera de México

El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha logrado expandir sus actividades a varias partes del mundo, entre ellas (pero no limitadas a) Nicaragua, Ecuador, Perú y Chile, así como en el llamado Triángulo Norte que integra los países de Guatemala, Honduras y El Salvador. Según un documento firmado por Vanda Felbab-Brown, experta en crimen organizado e investigadora de la Brookings Institution.

  • En su artículo Felbab-Brown señala que el CJNG tiene relaciones externas muy establecidas de manera global y que mantiene confrontaciones con otra agrupación criminal mexicana, el Cártel de Sinaloa. “El CJNG está avanzando agresivamente hacia nuevos territorios en el extranjero donde busca alcanzar o desplazar al Cártel de Sinaloa. En varias partes de América Latina, la competencia entre ellos ha amplificado la violencia o desencadenado nuevos conflictos.”
  • El CJNG no solo cuenta con presencia en la mayoría de los estados de la República mexicana, pues tan solo en el país ya domina 28 de los 32 estados, sin embargo, también tiene incidencia en otros países de América Latina. Además tiene el dominio de la distribución mayorista de drogas como fentanilo, cocaína y metanfetamina en los Estados Unidos.
  • Felbab-Brown señaló que, dentro de territorio estadounidense, el CJNG ejecuta acciones diferenciadas pues contrario a lo que sucede en México no participan en tiroteos ni agreden a agentes de policía en Estados Unidos, actuando de manera más moderada y pacífica.

Sin embargo, en el resto del continente americano el CJNG tiende a generar conflictos derivados de su competencia con el Cártel de Sinaloa pues intenta hacerse con el dominio de las regiones al eliminar a sus competidores.

“La participación del Cártel de Sinaloa y el CJNG a menudo ha instigado directamente la violencia, ya que los dos cárteles buscan desplazarse entre sí o insisten en que sus aliados y apoderados locales del narcotráfico traten exclusivamente con ellos.”

  • El artículo documenta que desde el año 2010 los cárteles de origen mexicano llegaron a Colombia donde empezaron a ganar presencia y además comenzaron a administrar no solo el tráfico sino también la producción, el procesamiento y el tráfico local sustancias ilegales.

Las confrontaciones entre los dos cárteles mexicanos se extienden hasta el año 2019. Los encuentros generaron actos de violencia a un entorno ya de por si tenso.

  • “El CJNG buscó persuadir a pequeños y grandes grupos criminales colombianos, como Los Urabeños, para dejar de venderle al Cártel de Sinaloa. Para contrarrestar el impulso, el Cártel de Sinaloa aumentó la presencia de sus principales emisarios en el país”.
  • A pesar de que el CJNG no logró desplazar al Cártel de Sinaloa sí logró cortar sus operaciones, pero sus enfrentamientos han generado conflictos locales en Colombia, pues ambas agrupaciones criminales han promovido el cultivo de cocaína de alta calidad y de alta rentabilidad.

Los problemas internacionales que involucran cárteles mexicanos no son nuevos, cabe recordar que en julio pasado los presidentes tanto de México como de Estados Unidos, Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden respetivamente, se reunieron y anunciaron la creación de un grupo de trabajo operativo con la intención de combatir el tráfico de fentanilo entre los países.

  • En Ecuador la violencia derivada de los cárteles mexicanos ha llevado al gobierno de ese país a declarar estado de emergencia al menos en 3 provincias costeras donde se tienen registros de narcotráfico: Esmeraldas, Guayas y Manabí.

Además, se tienen informes de que la pandilla más grande de Ecuador, conocida como los Choneros, transporta cocaína de manera exclusiva para el Cártel de Sinaloa y se enfrenta con aliados ecuatorianos del CJNG./PUNTOporPUNTO

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