DESAPARECEN unos 20 MENORES al día en MÉXICO; la mayoría son atrapados por Bandas CRIMINALES

Empacadores de cápsulas con fentanilo, recolectores de goma de opio, halcones, siembra de marihuana, narcomenudeo y sicarios son algunas de las actividades por las que nuestras niñas, niños y adolescentes son “cooptados” por el crimen organizado.

En México desparecen diariamente 20 menores de entre 0 y 17 años de edad en los últimos cuatro años, esto es 11 por ciento más que durante el mismo periodo de la gestión anterior.

  • De acuerdo con expertos, entre las causas principales de la ausencia de los menores están que son cooptados en redes sociales, en videojuegos por Internet, trata de personas o incluso por reclutamiento del crimen organizado.
  • Daira Fragoso, de 16 años, comentó a La Razón —con permiso de los padres— que es normal que en los chats de videojuegos o en las transmisiones de nuevas plataformas para gamers haya personas que sólo coquetean, pues sabe que muchos adultos se meten a jugar para engañar a las “chavitas”, como ella les dice.

Es normal que se metan a los chats y transmisiones a quererte ligar, muchos se hacen pasar por chavos, te invitan a salir. Cuando iba a la secundaria me pasaba a cada rato, pero me negué, pero a una amiga le pasó y quedó bien asustada porque era un señor.- Daira Fragoso, Estudiante

“Es normal que se metan a los chats y transmisiones a quererte ligar, pues muchos no encienden sus cámaras y se hacen pasar por chavos como yo, te invitan a salir o verte en otro lado, pero ya es de cada quien que caiga. Cuando iba a la secundaria me pasaba a cada rato que me dijeran si nos veíamos en alguna plaza, pero me negué, pero a una amiga le pasó y fue, y quedó bien asustada porque era un señor”, detalló.

Del 1 de diciembre de 2018 al 20 de agosto de 2022 se contabilizaron 27 mil 514 reportes de desaparición de niños a nivel nacional, pero en los mismos mil 357 días de gobierno de Enrique Peña Nieto el registro fue de 24 mil 957 desapariciones, 18 diariamente, de acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación (Segob).

  • Entidades como Nuevo León, Jalisco, Ciudad de México, Estado de México o Veracruz, son los que cuentan con más reportes en este delito.
  • Al respecto, Rosi Orozco, directora de México Unido Contra la Trata, dijo que es muy grave el tema de desapariciones de menores, pues las primeras horas son cruciales para localizarlos, pero en México hay un fuerte problema de giros negros donde los menores son coptados para trabajo infantil o explotación sexual.

Se debe prevenir el delito y que las autoridades revisen todas estas aplicaciones, ya que se han vuelto muy famosas entre los menores, incluso tengo referencia de casos que las cooptan por este juego llamado Free fire, pero simplemente no se hace nada.- Rosi Orozco, Directora de México Unido Contra la Trata

“Es sumamente grave lo que pasa en México, pues no se cierran giros negros en el país como en Tlaxcala en donde los explotan. Cuando se pide ayuda a las procuradurías de los estados se tardan mucho para dar con ellos, pero en muchas ocasiones no actúan en tiempo y forma”, explicó la activista.

  • Orozco mencionó que la aplicación de Free Fire es en la que se ha hecho más popular para coptar a los menores, pues tiene reporte de al menos tres casos de niñas que han sido secuestradas por esa aplicación.
  • Además, comentó que se debe homologar la ley para prevenir el delito, pues no hay un programa contra la trata en México, pues en muchas ocasiones se conoce cómo desaparecen o donde están, pero no se actúa.

Se deben fortalecer programas como Alerta Amber, y debe haber colaboración con las autoridades para localizar a la brevedad a los niños, pues el tiempo es fundamental. Las desapariciones también deben atenderse con mayor prioridad.- Eunice Rendón, Presidenta de Agenda Migrante

“Se debe prevenir el delito y que las autoridades revisen todas estas aplicaciones, ya que se han vuelto muy famosas entre los menores, incluso tengo referencia de casos que las coptan por este juego llamado Free fire, pero simplemente no se hace nada”, destacó.

  • Eunice Rendón, experta en seguridad, dijo que el tema de desaparición de menores es muy difícil ya que hay mucha impunidad en el país, por eso se ven a muchas familias y sobre todo madres, buscando a sus hijos.

“El tema está grave y 97 por ciento es a partir de 1997; aparte, muchas personas no denuncian por miedo, pero en el tema de los menores es que se debe cuidar a la niñez, porque las desapariciones también deben atenderse con mayor prioridad, pues quedan a la deriva”, dijo.

  • La experta mencionó que se han hecho avances, pero se debe dar seguimiento a los casos, sobre todo en torno a la ejecución de derechos como buscarlos de manera inmediata y repararles el daño en caso de delitos.

“Se deben fortalecer programas como Alerta Amber, y debe haber colaboración con las autoridades para localizar a la brevedad a los niños, pues el tiempo es fundamental para ello”, sostuvo Rendón.

Trabajo infantil en el narcotráfico

Empacadores de cápsulas con fentanilo, recolectores de goma de opio, halcones, siembra de marihuana, narcomenudeo y sicarios son algunas de las actividades por las que nuestras niñas, niños y adolescentes son “cooptados” por el crimen organizado. Es lo que le llaman trabajo infantil en el narcotráfico.

  • La falta de oportunidades escolares, la pobreza alimentaria, la violencia intrafamiliar son factores por los que nuestras niñas, niños y adolescentes se convierten en “trabajadores” de la delincuencia y el crimen organizado.
  • Los salarios van desde los cinco mil hasta los 30 mil pesos. Algunos tienen miedo, pero todos lo hacen por tener una vida mejor, donde siempre haya para comer, vestirse, tener una casa, un auto, para ir al médico, para ayudar a la familia.

Los medios de comunicación han documentado las diversas actividades para las que “se contrata” a las niñas, niños y adolescentes por el narcotráfico. Recientemente, el Noticiero En Punto, que conduce Denise Maerker, dio a conocer el trabajo que realizan los menores como empacadores de fentanilo.

“Como que te arden los ojos mucho y todo eso, pues ahorita no los siento ya como antes. Por producirlo yo he sabido de gente que por el olor de las toxinas, así de lo apestoso, se ha infartado. No sé si sea mucho dinero, pero en todos lados pagan muy poco. Está aburrido también. No me dio miedo (entrar al negocio), pero sí nervios. No consumo (fentanilo)”, dice el menor ante la cámaras del noticiario.

La nota subraya que no cuentan con un equipo especial para el empaquetado, solo usan guantes de látex. A la semana deben empaquetar 21 cápsulas con fentanilo en polvo a cambio de seis mil pesos. Trabajan en uno de los laboratorios clandestinos que tiene un grupo criminal en la sierra de Sinaloa.

  • De acuerdo con la organización civil Reinserta, existen de 35 mil a casi 45 mil niñas, niños y adolescentes en México capturados por la delincuencia organizada. Son menores de entre 12 a 17 años de edad.
  • A los 13 años, Eduardo fue reclutado como halcón por el Cártel del Noroeste; a los 15, lo ascendieron a vendedor de droga, después jefe de halcones y dos meses más tarde le pidió a su comandante ascenderlo a sicario. El testimonio de este menor es uno de tantos recolectados por Reinserta para el informe “Niñas, niños y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada”.

Las historias de estos menores son el ejemplo del trabajo infantil en el narcotráfico, del cual no hay cifras oficiales, y mucho menos políticas públicas que inhiben la contratación de menores por la delincuencia y el crimen organizado.

Son nuestras niñas, niños y adolescentes la mano de obra del narcotráfico, los que dejan un libro o la escuela por empaquetar fentanilo o cortar goma de opio.

Así es el reclutamiento forzado de menores al ‘narco’

En la escuela de Alberto se movía mucha droga, tenía apenas 10 años cuando comenzó a fumar y poco después a consumir otras sustancias, “uno ya no iba a estudiar, sino a platicar con chicas y a consumir o fumar cigarro. Yo creo que quien no fumaba y no andaba mal, no se divertía porque es lo que te inculcan si te quieres divertir”.

Su padre lo abandonó desde pequeño y cuando tenía 12 años falleció su mamá, quedando a cargo de su hermana de 14 años y el bebé que esperaba. Asegura que tras las circunstancias, fue la adicción que desarrolló a las drogas la que marcó el camino hacia su reclutamiento por la delincuencia organizada.

“Te dan una moto y ven que te pones las pilas. Yo siempre he sido inteligente. Iba y venía y andaba al 100, bien motivado, por eso me cambiaron de grupo. Ya no era de la plaza, era roba Pemex: de los que roban gasolina, diésel y eso. Y así me mandaron otra vez a un punto, pero ahí ya ganaba más; ganaba hasta mil 800 pesos al día pero que, como dicen, se lo mandaba a la capa de ozono porque todo me los fumaba. De ahí me mandaron a chamaquear (engañar), a meter camionetas al tubo de Pemex. Yo estaba muy morro (niño). Me decían: ‘estás bien niño y estás dentro’. Bien asustados todos y yo como si nada, ahí riéndome y contando chistes”.

Aunque no hay cifras oficiales sobre los niños, niñas y adolescentes que al día de hoy desempeñan actividades para el crimen organizado, testimonios de jóvenes que fueron reclutados a temprana edad dan cuenta de una terrible realidad a la que se enfrentan hasta 250 mil menores de edad al no contar con alternativas para construirse un futuro libre de violencia. Alberto, Juan Antonio y Carmen narraron sus historias, en las que dejan ver los múltiples factores que los colocaron en una situación vulnerable frente a estos grupos.

  • Juan Antonio se unió al crimen organizado a los 12 años porque le gustaba el dinero y el poder, varios de sus amigos también se habían integrado a otras organizaciones criminales que operaban cerca del Estado de México, Aguascalientes, Zacatecas, Tamaulipas, Durango y Nuevo León. “Yo quería pertenecer, yo quería estar ahí”, recuerda.

Entró para vender droga y ascendió a Halcón, después lo entrenaron para ser sicario y aprendió a “defenderse en una balacera” y a “reventar un cantón”. “Lo que hacía como sicario era ir por personas contrarias y matarlos. Era mi tarea. No sólo matarlos, sino descuartizarlos”.

  • Carmen aún no se involucra directamente en el crimen organizado, pero todo su entorno y su grupo de amigos ya forman parte de él, a ella todavía no la obligan a permanecer contra su voluntad, pero ya le han ofrecido cuidar de la droga a cambio de un apoyo. Ella cree que esas personas la quieren ayudar.

Se refugia en las drogas a consecuencia de la violencia sexual que sufrió por parte de su abuelo, a quien la familia le pidió no denunciar porque era el que mantenía la casa.

  • Ella es uno de los casos que actualmente son tratados por activistas y organizaciones de la sociedad civil, encargados de la recuperación de niños, niñas y adolescentes en riesgo de ser reclutados. Son esos “otros nuevos amigos” que intentan ayudarla para que busque un camino diferente.

“A mí me gusta estar aquí, me gusta regarla porque así soy yo. Quiero hacer desmadre porque a mí me hicieron un desmadre”, refiere Carmen.

Los testimonios forman parte de una serie de reportajes institucionales de la Red por los Derechos de la Infancia en México para visibilizar un delito que aún no está tipificado en la legislación, pese a que en 2019 el Estado mexicano se comprometió a la detección y prevención del reclutamiento de niñas, niños y adolescentes por la delincuencia organizada como parte del Plan de Acción 2019 – 2024 de México en Alianza Global para poner fin a la violencia contra la niñez./PUNTOporPUNTO

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