Las ORGANIZACIONES CIVILES, la piedra en el zapato de la 4T

La decisión de recortar los recursos a las OSC atenta contra uno de los principales logros impulsados por la izquierda

Miles de OSC realizan en México tareas que correspondería hacer al Estado mexicano y que por incapacidad, corrupción o falta de recursos no lleva a cabo.

Para anunciar la suspensión del apoyo, el primer mandatario argumentó que hay casos de corrupción y que, al dar el dinero directamente a las personas, ya no serán necesarias estas organizaciones.

  • “Hemos tomado la decisión de no transferir recursos del Presupuesto a ninguna organización civil con el propósito de terminar en definitiva con la intermediación que ha originado discrecionalidad, opacidad y corrupción. Todos los apoyos se entregarán de manera directa a los beneficiarios”
  • Las OSC realizan no sólo tareas relacionadas con el análisis económico, social o político. Cientos de organizaciones trabajan en temas de salud, prevención y atención de la violencia, educación, migración y otros asuntos que el Estado no atiende.
  • Se trata, por ejemplo, de organizaciones que dan cobijo a mujeres víctimas de violencia; que atienden a menores huérfanos; que ayudan a migrantes de retorno a México o que ofrecen servicios de salud en comunidades apartadas; entre muchas otras.
  • En México existen más de 32 mil organizaciones de la sociedad civil inscritas en el registro legal de OSC. Aunque parece un número considerable, la media nacional es de apenas 27 organizaciones por cada 100 mil habitantes.
  • Por cada 100 mil habitantes en Estados Unidos hay 670 organizaciones de la sociedad civil; en Chile 650; en Argentina 270 y en Brasil 170.
  • Las organizaciones civiles con trabajo local dependen casi siempre del dinero público que reciben; mientras que las más grandes, tienen otras entradas de financiamiento como los donativos o los ingresos que autogeneran con trabajos o proyectos.
  • Durante el 2017 —dato más reciente— el Gobierno federal apoyó a 10 mil 382 OSC a las que entregó un total de 4 mil 885.3 millones de pesos.
  • Sin embargo, no todo son recursos económicos. A muchas organizaciones se les dio apoyo en asesorías, en formación o en especie.
  • Ahora, con el cierre de la llave de los recursos públicos a todas las OSC, sin importar su actividad, origen o localización, muchas verán afectadas sus actividades, particularmente las más pequeñas que trabajan en comunidades apartadas del país
  • Además, se afectará a los más de 1.2 millones de personas que trabajan en las OSC.

El diablo está en la regulación

En México, las OSC tienen varias fuentes de financiamiento tanto público como privado.

  • Cada dependencia gubernamental etiquetaba ciertos recursos para programas que eran ejecutados por organizaciones civiles.
  • Por ejemplo, en el caso de los refugios para mujeres víctimas de la violencia, se habían etiquetado 346.4 millones de pesos de subsidios en el Presupuesto de Egresos de la Federación del 2019, como parte de la estrategia transversal de acciones para promover “la igualdad entre mujeres y hombres, la erradicación de la violencia de género y cualquier otra forma de discriminación de género”.
  • Para acceder a una parte de ese financiamiento, las OSC debían cumplir con una larga lista de requisitos; después, pasar una evaluación de la Secretaría de Salud, dependencia que otorga el recurso; y luego comprobar en qué fue usado cada peso del dinero recibido
  • Sin embargo, no todas las dependencias y organismos gubernamentales siguen las mismas reglas

Laura García, del Fondo Semillas, explica que el problema son los dos extremos en el otorgamiento de financiamiento público: por un lado, la falta de regulación en algunos fondos que se otorgan hasta por adjudicación directa; y por el otro, una excesiva regulación en los que son concursables.

  • “No hay convocatorias públicas y no están reglamentadas en todas las secretarías. Los recursos que tiene cada secretaría, de repente, un año deciden dar financiamiento a organizaciones de la sociedad civil y otro año no. Y cuando lo deciden hacer, en muchos casos, como Conaculta, Conacyt, etcétera, no lo hacen mediante convocatoria.
  • “Ahora, las convocatorias que sí se han hecho, como de Sedesol e Indesol, tienen unas bases completamente absurdas. O sea, las que sí están reguladas, exigen un grado de proyectitis, restricciones que atentan contra la sostenibilidad de las propias organizaciones”, expuso García.

En los casos donde hay corrupción, porque se les dan recursos a organizaciones relacionadas con algún poder político o figuras con conflictos de interés, el problema no es de la existencia de las OSC en sí, insistió la activista, sino de las fallas en su regulación.

  • El Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) es uno de los organismos gubernamentales que entregan más apoyos a pequeñas organizaciones sociales; su labor fue calificada como “una simulación” por el presidente López Obrador.
  • El problema en el otorgamiento de financiamiento público a las OSC radica en la falta de supervisión por parte de las autoridad para garantizar que los recursos entregados sean utilizados de manera correcta y transparente/ REPORTE INDIGO-PUNTOporPUNTO

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