Pandemia «REVOLUCIONA» el CRIMEN ORGANIZADO y la DELINCUENCIA en el PAÍS

La pandemia del coronavirus ha supuesto un freno a la economía mundial, y también a la producción y tráfico de drogas, provocaNdo que la delincuencia evolucione “mucho más rápido”.

Como parte del seminario web Redes criminales y COVID-19: ¿cambio de roles para mafias y cárteles?, organizado por la Delegación de la Unión Europea en México, expertos afirmaron que la pandemia de coronavirus ha revolucionado la vida del crimen organizado, además de que la crisis económica ocasionada ha provocado que la delincuencia evolucione “mucho más rápido”.

  • La ponente Maricarmen Hinojosa Silva, del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, señaló que los problemas de la delincuencia organizada han tenido la necesidad de evolucionar, pero que los efectos no pueden ser medidos “del todo” porque es un evento sin precedentes. Sin embargo, “podemos ir alumbrado un alto número de desempleo, la crisis económica, cómo afectará las tasas de incidencia delictiva”, dijo.
  • Enfatizó que son situaciones diferentes el incremento de robos y el incremento de la delincuencia organizada: no necesariamente se alinean. Los efectos de la pandemia de COVID-19 se reflejan, según Hinojosa Silva, en dos ámbitos. El primero es observar que la cadena de suministro, a corto plazo, sí está afectada debido a la restricción de viajes, vuelos, y fronteras. Por ejemplo, la reducción de insumos de China, utilizados para fabricar metanfetaminas y diferentes drogas, ha afectado al país.

A pesar de ello, no todas las mercancías entran por puertos legales ni a través de líneas de comunicación legales. “Éstas no han sido cortadas”, dijo la experta. Desde los años ochenta, el narcotráfico “siempre” ha logrado establecer contactos y rutas con cárteles en Colombia. “México es un país no sólo de paso sino también de consumo”, declaró.

A largo plazo, el crimen organizado ha sido capaz de adaptarse a circunstancias cambiantes ya que no existen contratos legales ni una estructura rígida, a diferencia del gobierno y otras instituciones que “batallan” debido a los cambios ocasionados por la crisis sanitaria. “Hay que ver las circunstancias a las que van a recurrir para adaptarse”, afirmó.

  • “No es un caso solamente de México”, recordó Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, del Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia (CESIJ) de la Universidad de las Américas Puebla. La delincuencia organizada se ha acercado a sus bases de apoyo, como lo son las comunidades. “Ha causado expectativa ver las imágenes de líderes de cárteles locales y el uso de mujeres para la entrega de despensa, dinero en efectivo para las comunidades”, dijo.

Rodríguez le llama escudo social porque la pandemia le está “pegando” a los lugartenientes, la gente que ayuda a cultivar y gente que tiene que seguir trabajando. Lo trabaja como una hipótesis: uno de los estados de mayor crecimiento de contagio fue Sinaloa, al igual que ciudades fronterizas donde se traslada la droga como Tijuana, Ciudad Juárez, o el estado de Tamaulipas. “Los cárteles necesitan seguir trabajando, pero sus familias, con personas de edad avanzada, o niños, se han tenido que quedar en confinamiento o aislamiento”, afirmó.

  • Mencionó que la BBC, por ejemplo, ha realizado trabajo de campo con gente que recibió despensas, familias que trabajan para el crimen organizado. Son las bases de apoyo: durante el “Culiacanazo”, recordó, fue la sociedad la que alertó sobre la presencia del operativo militar. “Gracias a eso, cárteles previenen que vayan a capturar a algunos de sus líderes”, dijo.
  • El escudo social, por lo tanto, protege a las familias, a los trabajadores, y la contrapropaganda para el gobierno. Entonces, ¿qué puede hacer el gobierno? Pronunciarse abiertamente en contra de esas acciones, afirmó Rodríguez, y generar una estrategia también de contrapropaganda, para que no se quede una cultura de narcotráfico en México.

Hinojosa, por su parte, cree en el apoyo monetario de Europa a México. “Es una señal de decir ‘estamos aquí y vamos a cooperar’. Lo interesante es ver en qué se utiliza. Si bien es una suma significante comparada con lo que gasta el gobierno de México en seguridad, la Unión Europea (UE) debería impulsar en que se gaste en identificar factores de riesgo que propicien violencia, como el lavado de dinero. Por otra parte, es un tema de compartir buenas practicas. La UE podría apoyar en el tema de las buenas prácticas para atender la problemática”, señaló.

Rodríguez afirmó que la capacitación de la UE a fuerzas federales y locales en México tendría un impacto significativo, ya que, según el experto, existe una “muy baja” preparación en la prevención del delito y en el análisis de los datos criminalísticos. Comparó, además, a los carabinieri, un organismo de seguridad del estado italiano, con la Guardia Nacional por su modelo “parecido”.

Otro factor a considerar para combatir al crimen organizado es incrementar el apoyo a la inteligencia financiera en México. “Nuestra área es muy pequeña, con menos de 80 analistas”, dijo Rodríguez. “Es la primera vez que el eslabón perdido para terminar con la corrupción política en México está avanzando: congelamiento de cuentas y más. Ahí se le debe pegar a las organizaciones, y con mejores prácticas de coordinación. En México hay casos terribles de liberación de gente relacionada con lavado de dinero”, afirmó.

  • Los expertos también ahondaron en los cibercrímenes y la seguridad digital, ya que el crimen organizado ha encontrado la manera de migrar a diferentes medios. “No es la primera vez que un gobierno no pone atención a la ciberseguridad”, afirmó Hinojosa, agregando que se debe seguir impulsando por una mayor legislación al respecto. “Hay un loophole (lagunas o escapatorias) enorme de lo que entiende el gobierno por ciberseguridad y lo que de verdad está pasando”, dijo.

¿Qué hacemos y hacia dónde voltea el gobierno para hacer frente? El gran reto hoy en México, según Hinojosa, es regresar la mirada hacia otras prioridades más allá de la pandemia. “Se ha volteado la mirada a la pandemia para hacer frente, pero se debe transitar más allá de la crisis sanitaria y hacer este nuevo orden de la nueva normalidad para hacer frente”, señaló.

  • Sobre la prevención, informó que existe una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del 2014, en la cual se preguntaba a jóvenes qué pasaba en su estado. De los peores calificados fue Guanajuato. “Cuando veías la incidencia delictiva en ese entonces no había homicidios ni nada de fuero común, pero el peor calificado era la cohesión comunitaria. Algo estaba pasando. Las manzanas podridas estaban avanzando”.
  • La relación en México con el crimen organizado en la nueva normalidad es compleja. “La crisis está haciendo que la delincuencia evolucione mucho más rápido”, señaló Rodríguez. Organismos de seguridad como la INTERPOL afirman que se vive un incremento de la delincuencia común y organizada y los cibercrímenes.

Sin embargo, no se destinan más recursos a la ciberseguridad y tampoco ha crecido el número de investigadores cibernéticos en el país. Según el experto, el déficit es de 50 analistas de investigación de estos delitos. Otras áreas de oportunidad recaen en la capacitación de jueces y la modernización de aparatos y sistemas de justicia.

“Debemos regresar la mirada a la prevención. Nos encanta apagar fuegos, pero ese es un gran reto. El lavado de dinero no es la apuesta gubernamental porque es un tema de prevención, paralelo al enfrentamiento directo con las fuerzas armadas”, declaró Hinojosa.

«Los cárteles van a innovar y producir un fentanilo más puro”

La pandemia del coronavirus ha supuesto un freno a la economía mundial, y también a la producción y tráfico de drogas, en particular del fentanilo, un opiáceo sintético cuyos efectos analgésicos y anestésicos, lo hacen imprescindible en el tratamiento de pacientes con COVID-19. «Es una sustancia muy importante en la realización de cualquier cirugía. El fentanilo legal se produce en Estados Unidos, pero también lo producen otros países como Alemania, un gran productor de fentanilo legal en el mundo”, destaca Bryce Pardo. El investigador es coautor de varias publicaciones relacionadas con esta sustancia, su último libro «The Future of Fentanyl and Other Synthetic Opioids” fue publicado en 2019.

Potencia superior a la morfina

El fármaco también se usa de manera controlada para paliar el dolor en enfermedades como el cáncer. Su potencia, muy superior a la heroína y la morfina, también lo hace sumamente adictivo. «Es la droga que está provocando la mayor cantidad de muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos. De casi 70.000 muertes en 2018, unas 33.000 fueron provocadas por el fentanilo. El resto fueron opiáceos farmacéuticos, cocaína, heroína y otros productos”, afirma Pardo.

  • «La mayor parte del fentanilo ilegal llega a Estados Unidos desde México, y directamente de China. Cualquiera puede hacer una búsqueda muy simple en internet, acceder a uno de estos sitios y comprar hasta un kilo de fentanilo y recibirlo a través del sistema de correo o empresas como DHL, Fedex o UPS”, explica el politólogo estadounidense. «Un kilo alcanza para un millón de dosis”, añade.

El experto explica que en el mercado negro esta sustancia se mezcla con la heroína para crear un producto más potente. «En México se fabrican tabletas falsas. Tienen un aspecto muy parecido a cualquier otro medicamento producido legalmente en Estados Unidos, con información de dosis muy exacta, pero en realidad se trata de pastillas adulterados que contienen uno o dos miligramos de fentanilo, lo que las hace sumamente peligrosas”. Los datos del experto se basan en las incautaciones que realiza la patrulla fronteriza que analiza químicamente los productos decomisados.

Los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación son los que acaparan este negocio, importan de China los precursores para producir el fentanilo en México y traficarlo a Estados Unidos.

«Mientras que un parche legal con esta sustancia cuesta entre 300 y 400 dólares en una farmacia, 10 miligramos del polvo ilegal en el mercado negro cuestan alrededor de 10 dólares y es mucho más potente”, según un artículo de The New York Times Magazine.

Aduanas: «monstruo de mil cabezas»

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador defiende la lucha anticorrupción como su principal objetivo. Sin embargo, la semana pasada reconoció que la red aduanera en México es «un monstruo de mil cabezas”. «Hay mucha corrupción”, dijo, al aceptar la renuncia del director de Aduanas del Sistema de Administración Tributaria (SAT), Ricardo Ahued, al que calificó de un hombre íntegro.

«El año pasado ingresaron casi 20 millones de toneladas de importaciones de toda clase de productos, a través del puerto de Lázaro Cárdenas, en el Pacífico mexicano. Seguramente, buena parte proveniente de China. Introducir hasta una tonelada de precursores químicos del fentanilo en un contenedor que transporta otras mercancías es muy fácil y detectarla es como buscar una aguja en un pajar”, advierte Bryce Pardo.

Negociaciones con el narco para detener la violencia

Aunque el presidente López Obrador desmintió a la funcionaria diciendo que no había ningún diálogo con grupos criminales, el periodista destaca que muchos gobernadores plantearon la necesidad y la urgencia de una negociación frente a la incapacidad del Estado para combatir el crimen. El mes de marzo pasado fue el más sangriento desde que hay registros en el país, con 2.585 asesinatos dolosos pese a las medidas de aislamiento social por la pandemia. Ravelo explica que incluso Estados Unidos nunca ha dejado la negociación como una segunda o tercera alternativa para combatir las mafias. Sin embargo, el problema en México es la gran cantidad de organizaciones criminales.

«Son demasiados. Yo tengo contabilizadas a 14 organizaciones criminales, pero de éstas se desprenden muchas ramificaciones. Tan sólo en Guerrero hay 300 células que se dedican al secuestro, la extorsión, la trata de personas, venta de protección, de droga, servicio de sicariato, entre otros. La mayoría de estos grupos criminales son familias, pequeñas células que operan a nivel de municipios, que a su vez tienen el control político porque algún familiar es el presidente municipal, el jefe de la policía o un funcionario local”.

Ravelo destaca que estos grupos están buscando ganar poder social y político distribuyendo despensas en poblaciones marginadas. «La labor que están haciendo en este momento es reparto de dinero y de alimentos. Es lo que se observa en Veracruz, Sinaloa, Tamaulipas, Hidalgo, Zacatecas y Jalisco. El dinero de la mafia va a ser clave para sostener ciertas economías, sobre todo las más endebles”, asegura./Agencias-PUNTOporPUNTO

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