Seguridad ALIMENTARIA y NUTRICIÓN, problema de SALUD PÚBLICA en AMÉRICA LATINA

25 millones de mexicanos reportan carencia por acceso a la alimentación; entre el 40 y el 50% de la población “no cuenta con una dieta balanceada", y ,en muchos casos, ni comida en la mesa

Contra la pobreza alimentaria por la pandemia de la COVID-19 es necesario transformar los sistemas alimentarios, algo difícil en América Latina por ser la región más cara del mundo para adquirir alimentos nutritivos, dijo este jueves Lina Pohl, representante de la FAO en México.

  • El último informe de la FAO sobre el estado de la seguridad alimentaria y nutricional en el mundo, indicó que en América Latina y el Caribe para 2030 se afectará a 67 millones de personas y esta previsión se hace sin considerar la COVID-19, refirió.

“Estamos hablando de casi un 10 por ciento de aumento de la pobreza y el hambre para 2030 y esto francamente en 2021 simplemente no se vale”, apuntó Pohl.

Ante este escenario, Pohl consideró necesario transformar los sistemas alimentarios “porque en la región cuando nos preguntamos ¿por qué no tenemos acceso a los sistemas alimentarios nutritivos? pues porque la región de América Latina y el Caribe, es la región más cara del mundo para adquirir alimentos sanos y nutritivos”.

Dijo que ello contrasta con el hecho de que América Latina tiene la mayor diversidad del mundo, “con mayor número de frutas, legumbres y demás que podrían estar accesibles a las personas”.

Pohl, junto con otros especialistas, participó este jueves en la conferencia virtual “Pobreza alimentaria ¿el verdadero efecto de la pandemia en México?”, convocada por la fundación la operadora mexicana de restaurantes Alsea.

La representante de la FAO dijo que es importante integrar la nutrición a los enfoques de la agricultura y reducir los factores que aumentan los costos en la producción como el almacenamiento, el transporte, la distribución y la comercialización de alimentos.

Además de reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos ya que si esto se reduce podemos lograr alimentar a nuestra población.

  • El secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, que mide la pobreza en México, José Nabor Cruz, dijo que en México la pobreza alimentaria está muy marcada.
  • “En México apenas el 56 por ciento de los hogares puede consumir diariamente frutas y verduras, pero en estados como Guerrero y Chiapas, sur del país, es apenas el 30 por ciento, mientras que el contraste con estados del norte, como Nuevo León y Baja California, donde el porcentaje de casi el 75 por ciento”, apuntó.

Precisó que previo a la contingencia sanitaria de la COVID-19 unos 25 millones de mexicanos reportaban carencia por acceso a la alimentación y que entre el 40 y el 50 por ciento de la población “no puede contar con una dieta balanceada, con consumo de frutas y verduras”.

  • El presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Julio Santaella, señaló que en México el nivel de ingresos es muy importante para distinguir los sujetos que podrían estar en peligro ante una situación de pobreza alimentaria.
  • Puso como ejemplo que en Oaxaca el ingreso promedio es de 7 mil 165 pesos (unos 335 dólares) y el 42 por ciento se destina a alimentos, bebidas y tabaco, mientras que en Nuevo León, con casi el doble del ingreso, unos 14mil pesos (655 dólares), se destina el 29 por ciento.

Destacó que los alimentos en los que más gastan los mexicanos durante la pandemia son carnes, cereales, verduras leguminosas y semillas.

En México, la pandemia de la COVID-19 ha dejado más de 83 mil muertos y casi 804 mil casos confirmados en México, además de una contracción histórica anual de 18.7 por ciento del PIB en el segundo trimestre del año por el cierre de la economía.

Crisis de seguridad alimentaria, un problema de salud pública

La bióloga Julia Carabias Lillo, de la Universidad Nacional Autónoma México (UNAM) e integrante de El Colegio Nacional, advirtió que si las tendencias de desarrollo alimenticio no cambian, la temperatura de la superficie de la Tierra aumentará tres grados Celsius en el 2050 y a finales del siglo se extinguirán un millón de especies.

“Estamos pretendiendo controlar el planeta y no lo estamos sabiendo hacer”, advirtió la investigadora mexicana.

En su participación en el Congreso de Bioética 2020, “Tormentas y tormentas: pandemia y calentamiento global”, la profesora de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM expresó que para evitar el estado de inestabilidad, la humanidad debe frenar el incremento del cambio climático y la pérdida de la biodiversidad, pues su extinción es irreversible.

En su intervención durante la conferencia virtual, organizada por el Seminario Permanente de Bioética del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la UNAM, “Alimentación sustentable para frenar el cambio climático” expresó que las causas en el detrimento de nuestra civilización tiene que ver con la alta demanda de energía en el mundo y de alimentos.

  • Ante este contexto, Carabias vaticinó que en 30 años la población mundial será de 9.6 mil millones de habitantes, en la actualidad la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima un promedio de 6 mil millones. Este aumento, implicará un acondicionamiento en el desarrollo de alimentos, por lo que será necesario aumentar su producción en un 60%.

Además estimó que en la actualidad ya “existen 821 millones de personas en el mundo que viven en condiciones de desnutrición y esta tendencia se ha incrementado y se está agravando”.

Otras de las problemáticas en las que ahondó la integrante del Sistema Nacional de Investigadores fue que durante el proceso de producción de alimentos, una tercera parte de los comestibles se desperdicia. Aunado a esto, expuso que el cambio climático provoca la inconsistencias en los diez principales cultivos del mundo, impactando en un 13.4% en la disminución de la palma aceitera, y un aumento del 3.5% para la soya, reduciendo de este modo la tercera parte de sus calorías consumibles.

En este caso, dijo que se registraron incrementos en el número de sequías y la presencia de inundaciones más intensas, junto a los efectos secundarios de la deforestación: “Más del 50% del planeta está deforestado por la producción de los cultivos que consumen dos tercios del agua dulce del planeta y usan agroquímicos contaminantes, además de que se promueve la ganadería extensiva”, señaló.

En estas circunstancias, la académica consideró preciso la toma de decisiones urgentes, ya que lamentablemente, la seguridad alimentaria no forma parte de la Agenda Global de los Gobiernos Locales y Regionales (UCLG), pese a que tiene como finalidad marcar la perspectiva y las aspiraciones de los gobiernos para alcanzar un desarrollo sostenible en el entorno actual, en búsqueda de poner n al hambre, lograr la seguridad alimentaria, la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.

Para lograr un sistema integral, la especialista opinó que es necesario la promoción de cambios radicales en políticas que tengan en cuenta la degradación del suelo, la alteración del ciclo hidrológico, la pérdida de la biodiversidad y el cambio climático. “Es un asunto de salud pública, de patrones de producción y consumo, de acceso y distribución de los alimentos, con toda la dimensión económica, social y cultural que esto significa”, ahondó.

Asociado a estas acciones, la también merecedora del reconocimiento Belisario Domínguez, por su contribución al cuidado del ambiente, sugirió cambios en los sistemas productivos, es decir, bajos en generación de gases de efecto invernadero, así como fomentar la cero deforestación.

  • “Si sabemos que el 50% de la Tierra ya está alterado, tenemos que reducir los agroquímicos, regularlos y controlarlos; racionalizar el uso del agua para detener ese uso de las dos terceras partes que estamos utilizando y eliminar los subsidios perversos”, consideró.
  • Se requiere además eliminar la práctica de “roza, tumba y quema” -dijo la universitaria- mediante la restauración de suelos, el fortalecimiento de la agroecología, con el uso de semillas criollas, así como el aumento de recursos que faciliten la asistencia técnica con acompañamiento profesional y subsidios, en pro de una planeación regional, pues es imprescindible producir en donde se consume y promover los mercados regionales.

Además, recomendó a la población la implementación de dietas saludables, con un consumo duplicado de frutas, vegetales, nueces, semillas y legumbres. Del mismo modo, aconsejó la reducción de un 50% en la adquisición de carnes rojas, derivados de la leche y caña de azúcar.

Covid aumentará 37.3% la pobreza en América Latina

De acuerdo con un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), este año se espera en la región una caída de la tasa de crecimiento de 9.1% -la peor cifra en 120 años-, acompañada de un aumento en la pobreza, que alcanzará un 37.3%.

  • El Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2020 prevé que la tasa de desocupación llegue al 13.5% y que exista un “recrudecimiento considerable de la desigualdad”.

El crecimiento económico fue negativo en el primer semestre de 2020 en 9 de las 20 economías de América Latina, y se desaceleró en ocho.

  • Las economías que se contrajeron son Argentina (-5.2%), Brasil (-0.3%), Cuba (-3.7%). Ecuador (-2.4%), Haití (-3.1%), Honduras (-1.2%), México (-1.4%), Perú (-3.4%) y Venezuela (-29.8%).

La CEPAL explica la contracción del PIB regional “por la significativa caída de la demanda interna en cada uno de sus componentes como por la disminución de la demanda externa. A lo anterior se suman, desde mediados de marzo, las medidas sanitarias de confinamiento por la pandemia, que han provocado la detención parcial o total de la producción de bienes y servicios de distintos sectores de la actividad económica de los países”.

Ante el panorama de bajas tasas de crecimiento, la Comisión indica que la dinámica de recuperación será lenta y los costos económicos y sociales de la crisis podrían seguir aumentando a lo largo de 2020 y 2021.

  • De hecho, se espera que en 2020 el nivel del PIB per cápita de la región sea equivalente al de 2010, y el de la pobreza, al 2006, “lo que supondría un decenio perdido en términos económicos, y casi un decenio y medio en términos sociales”.
  • Según el estudio, “esta es, sin duda, la crisis económica y social más fuerte que ha experimentado la región en varias décadas, y ha puesto de manifiesto las debilidades estructurales de las economías”.

El documento señala que la pandemia de Covid “ha llevado a la economía mundial a la peor recesión desde la Segunda GuerraMundial, y se registra el mayor porcentaje de países que experimentan una recesión de manera simultánea (90%) desde que se tienen estimaciones”.

A nivel mundial, se proyecta una caída del PIB del 5.2, de un 7% en el caso de economías desarrolladas y 1.6% en el caso de las emergentes./Agencias-PUNTOporPUNTO

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