TEXTO ÍNTEGRO: 142 Catasfrófes Naturales marcaron al MUNDO; CRISIS CLIMÁTICA ha costado 1.8% del PIB

El huracán Otis se presentó como uno de los peores escenarios de clima severo en un área con un alto nivel de exposición: un huracán que en apenas unas horas alcanzó la categoría 5 frente a una ciudad costera de más de 1 millón de habitantes”, revela el NatCat 2024 de Swiss Re

  • El año 2023, catalogado como el más caluroso en la historia, estuvo marcado, a nivel global, por 142 catástrofes naturales que provocaron pérdidas aseguradas por 108,000 millones de dólares; siendo el terremoto de Turquía y Siria el más costoso, así lo señala el estudio presentado por Swiss Re Institute.

La empresa especialista en seguros estima que las pérdidas aseguradas podrían duplicarse en los próximos diez años a medida que aumenten las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos se hagan más frecuentes e intensos. Por ello, las medidas de mitigación y adaptación son fundamentales para reducir el riesgo de catástrofes naturales.

“Después de los ciclones tropicales, las tormentas convectivas severas (TCS) se han consolidado como el segundo mayor peligro que genera pérdidas. En el 2023, estos eventos catastróficos establecieron un nuevo máximo: pérdidas aseguradas por 64,000 millones de dólares”, señaña el documento.

  • Jérôme Jean Haegeli, Group Chief Economist de Swiss Re, explica que incluso sin una tormenta histórica de la magnitud del huracán Ian, que azotó Florida el año anterior, las pérdidas mundiales por catástrofes naturales en 2023 fueron severas. Esto reafirma la tendencia de pérdidas de 30 años que ha sido impulsada por la acumulación de activos en regiones vulnerables a las catástrofes naturales.

“En el futuro debemos tener en cuenta que la intensificación de los peligros relacionados con el clima. Las tormentas más violentas y las inundaciones más grandes provocadas por el calentamiento del planeta contribuirán más a las pérdidas. Esto demuestra lo urgente que es la necesidad de actuar, especialmente si se tiene en cuenta la inflación estructuralmente más alta que ha hecho que los costos posteriores a la catástrofe se disparen” indica Jérôme Jean Haegeli,

A medida que los peligros meteorológicos se intensifican debido al cambio climático, la evaluación de riesgos y las primas de seguros deben seguir el ritmo de la rápida evolución del panorama de riesgos. De cara al futuro, debemos centrarnos en reducir el potencial de pérdidas.

  • El 2023 fue el año más caluroso jamás registrado, y el comienzo de 2024 va en la misma dirección. Mantener un seguro de daños sostenible y asequible requiere un esfuerzo concertado por parte de la industria privada, el sector público y la sociedad en general – no sólo para mitigar los riesgos climáticos, sino para adaptarse a un mundo donde el clima será más intenso”, agregó Moses Ojeisekhoba, CEO Global Clients & Solutions de Swiss Re, Otis.

El reporte también refiere que si bien el terremoto que sacudió Turquía fue la catástrofe natural más costosa en términos de muertes e impacto económico y el huracán Otis, fue el evento relacionado con el clima que más pérdidas económicas dejó a nivel global en 2023, de acuerdo con información reciente de la ONU.

El huracán Otis se presentó como uno de los peores escenarios de clima severo en un área con un alto nivel de exposición: un huracán que en apenas unas horas alcanzó la categoría 5 frente a una ciudad costera de más de 1 millón de habitantes”, revela el NatCat 2024 de Swiss Re

  • De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), las compañías de seguros han proporcionado asistencia y anticipos a 16,518 propietarios de viviendas afectados por el fenómeno natural. Los daños a viviendas aseguradas a la fecha han sido evaluados en 9,264 millones de pesos, lo que representa 27% de las pérdidas estimadas aseguradas por Otis.

“El evento climático en Acapulco, las inundaciones en Auckland, Nueva Zelanda; la serie de tormentas severas conectivas en Italia y los incendios en Hawái representan un claro ejemplo, que no se debe confiar únicamente en los registros de pérdidas aseguradas históricas como guía para las pérdidas por catástrofes actuales y futuras”, indican.

”Estos eventos, que el año pasado representaron un récord en pérdidas aseguradas demuestran la necesidad de reducir vulnerabilidades. Por ejemplo, en Acapulco, aunque muchos de los edificios se beneficiaron por las fuertes estructuras -pensadas para soportar terremotos-, el daño significativo fue debido a fallas en el exterior de edificios livianos, justamente diseñados para tener un buen desempeño sísmico. Asimismo, a medida que las temperaturas continúen subiendo, se necesitará de un enfoque prospectivo que anticipe los cambios en el panorama de riesgos. Sí, el cambio climático es una gran amenaza».

  • El informe señala que el primer paso para minimizar las pérdidas es reducir su potencial mediante medidas de adaptación. Por ejemplo, hacer cumplir los códigos de construcción, además de crear infraestructura de control de inundaciones y desalentar los asentamientos en áreas propensas a peligros naturales.
  • La mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero es esencial para contrarrestar la acumulación de riesgos físicos. También, los propietarios, reguladores, supervisores, y la industria de seguros tienen un papel que desempeñar; al igual que los gobiernos, invirtiendo en infraestructura resiliente e incentivando medidas de adaptación.

“El funcionamiento del mercado de seguros requiere que las primas sean proporcionales al riesgo subyacente, pero a medida que las pérdidas siguen aumentando, las tasas más altas por sí solas no serán suficientes”, agregan.

Finalmente, el informe subraya que, durante los últimos 30 años, se estima que las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales han crecido 3% más anualmente, que la economía global (en términos ajustados a la inflación).

Pérdidas económicas por Otis por 15.3 mdd 

El huracán Otis, provocó 15.3 millones de dólares de pérdidas económicas, mientras que 2.1 millones de dólares representaron pérdidas aseguradas por las empresas de la localidad de Acapulco, Guerrero así lo detalla el informe anual de Clima y Catástrofes 2024 de Aon.

De esta manera, el fenómeno natural ocupó la tercera posición de las catástrofes más representativas a nivel mundial, por debajo del terremoto de Turquía y Siria y las inundaciones de China.

  • El informe revela que las 398 catástrofes naturales a nivel mundial causaron pérdidas económicas por un valor de 380,000 millones de dólares durante el año 2023. Asimismo, las pérdidas mundiales de seguros durante el año fueron un 31% superiores a la media del siglo XXI, excediendo los 100,000 millones de dólares por cuarto año consecutivo.

El informe destaca cómo las comunidades pueden ser vulnerables a las catástrofes de diferentes maneras. “Por ejemplo, los terremotos de 2023 pusieron de relieve el infraseguro y la importancia de la regulación, además del cumplimiento de los códigos de construcción. Las inundaciones en Libia e India refuerzan la necesidad de un mantenimiento adecuado de las infraestructuras, mientras que los incendios de Hawái demostraron la exigencia crítica de implementar sistemas de alerta y previsiones fiables”.

Cambio climático está provocando pérdidas económicas multimillonarias

El cambio climático está provocando pérdidas económicas multimillonarias en prácticamente todos los rincones del planeta. Cuantificar los daños es extremadamente complejo pero un equipo de la Universidad de Delaware (Estados Unidos) se ha atrevido a calcular la pérdida que esta crisis está provocando en el Producto Interior Bruto (PIB) por áreas, países y grupos de población.

El trabajo fue publicado el pasado 28 de noviembre, por el centro Gerard J. Mangone Climate Change Science and Policy Hub de la Universidad de Delaware.

La difusión del informe, Pérdidas y daños hoy: cómo el cambio climático está impactando la producción y el capital, se hizo coincidir con el inicio de la COP28 porque se espera que estados miembros adopten un marco para el nuevo fondo de la ONU para ayudar a las naciones a recuperarse de las “pérdidas y daños” causadas por el cambio climático como se decidió en la COP27 (cumbre climática celebrada en 2022).

  • A nivel mundial, el cambio climático ha provocado una pérdida del PIB ponderado por población del 6,3% en 2022. El porcentaje no ponderado del PIB global perdido se estima en 1,8%, o alrededor de 1,5 billones de dólares (en cifras del sistema de Estados Unidos, «$ 1.5 trillion»), y la diferencia entre esas dos cifras refleja la distribución desigual de impactos, que se concentran en países de bajos ingresos y regiones tropicales que normalmente tienen más población y menos PIB, indica este informe.

De hecho, los países menos desarrollados están expuestos a una pérdida promedio del PIB ponderado por población del 8,3%, y el sudeste asiático y el sur de África se ven particularmente afectados, con países que pierden un promedio del 14,1% y el 11,2% de su PIB, respectivamente.

  • “El mundo es billones de dólares más pobre debido al cambio climático, y la mayor parte de esa carga ha recaído en los países pobres. Espero que esta información pueda aclarar los desafíos que muchos países ya enfrentan hoy y el apoyo que necesitan urgentemente para abordarlos”, ha explicado James Rising, profesor en la Universidad de Delaware.
  • El cambio climático también está exacerbando los existentes. desigualdades globales, y muchos países de altos ingresos experimentan actualmente aumentos netos del PIB. Estos beneficios surgen principalmente de la reducción del frío invernal, que reduce el consumo de energía y las tasas de mortalidad.
  • Sin embargo, a medida que el planeta continúa calentándose, estos beneficios están a punto de erosionarse y eventualmente volverse negativos, y los efectos energéticos y de salud de los veranos más calurosos contrarrestan gradualmente los beneficios de los inviernos suaves.

“Nuestro análisis se basa en 58 modelos económicos y emplea aprendizaje automático para producir una «mejor estimación» del PIB actual y las pérdidas de riqueza de capital debido al cambio climático”, dice el autor. «En los últimos diez años se ha producido una revolución en la forma en que entendemos los riesgos macroeconómicos, y este informe construye una síntesis de todas sus ideas».

  • El análisis también revela la compleja dinámica entre el cambio climático, los resultados económicos y las inversiones de capital. Los países de ingresos bajos y medianos enfrentan importantes pérdidas de capital, lo que plantea desafíos a su resiliencia y crecimiento económicos a largo plazo. Los países de ingresos bajos y medios han experimentado pérdidas de capital producido por 2,1 billones de dólares debido al cambio climático.

Cuando se combinan el PIB y las pérdidas de capital, el análisis revela que los países de ingresos bajos y medios han experimentado una pérdida total de 21 billones de dólares desde que se adoptó la Convención de Río en 1992.

Todos los grupos de partes de la CMNUCC, excepto la UE, han experimentado pérdidas totales, y las mayores pérdidas para el G-77: 29 billones de dólares. Se espera que estas pérdidas sean estimaciones conservadoras, ya que en el análisis no se incluyen importantes canales de impacto ni pérdidas no relacionadas con el mercado.

La deuda global puede dispararse el 50% del PIB en 2050

El Fondo Monetario Internacional (FMI) es rotundo en su diagnóstico: este va a ser el año más cálido de la historia, la temperatura media global estará 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales en solo cinco ejercicios y las implicaciones pueden ser devastadoras: nuevas enfermedades, más catástrofes naturales y una menor productividad.

  • El fondo advierte, sin embargo, de que hacer frente al reto de reducir a cero las emisiones de CO₂ en 2050 requerirá un enorme esfuerzo fiscal. En concreto, estima que la deuda pública se disparará entre el 45% y el 50% del producto interior bruto (PIB), haciendo insostenibles las finanzas públicas. El organismo aboga por fijar un sistema de costes de los derechos de emisión del carbono, como el que rige ya en 50 países y desplegar una batería de medidas, entre ellas, movilizar la financiación privada.

La losa de la deuda pública estará en el centro del debate de las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, que la semana que viene se celebrarán en Marrakech. La institución dirigida por Kristalina Georgieva ha desembargado ya algunos capítulos de dos de los principales documentos que presentará sobre la estabilidad financiera global.

Hasta ahora, se apuntaba al cambio climático como uno de los mayores desafíos para las finanzas mundiales. El FMI pone por fin negro sobre blanco a las principales cifras que supondrá alcanzar la plena descarbonización en 2050 bajo una gran premisa: no hay alternativa.

  • Según el FMI, la inversión anual necesaria para alcanzar los objetivos de 2050 pasa de entrada por unos cinco billones de dólares (4,73 billones de euros) hasta 2030, en especial en los países con mayores emisiones de dióxido de carbono. Prácticamente el 70% de ese capital deberá ir al sector energético, que afronta el reto de prescindir de los combustibles fósiles.
  • De financiarse con capital público, ese monto supondría elevar la deuda pública global en entre un 45% y un 50% del PIB mundial. Las obligaciones que ahora acumulan las administraciones de todo el planeta se sitúan en el 92% del PIB, según un reciente estudio del fondo.
  • A pesar de haber cedido en los últimos dos años, se trata de una cota históricamente alta a causa del gasto realizado durante la pandemia para salvar empresas y puestos de trabajo. “La elevada deuda, el aumento de las tasas de interés y las perspectivas de crecimiento más débiles harán que las finanzas públicas sean aún más difíciles de equilibrar”, apunta el informe del fondo.

El FMI reclama a los países más medidas para sacar presión a las arcas públicas. La principal vía, para el fondo, debe ser un sistema de costes sobre el carbono. Ya hay 50 países que lo han adoptado y otros 23 que contemplan hacerlo.

En el caso de la Unión Europea, hay un mecanismo que se prevé que sea ampliado en los próximos años, englobando también a los automóviles y los edificios. En Estados Unidos, ese impuesto no se ha podido implantar a nivel federal, si bien algunos Estados sí lo han puesto en marcha.

El fondo, no obstante, es consciente del coste político que puede acarrear que toda la acción política descanse en ese tributo.

“La fijación del precio del carbono por sí sola no es suficiente y debe complementarse con otros instrumentos de mitigación para abordar las fallas del mercado y promover la innovación y el despliegue de tecnologías bajas en carbono”, apunta el documento, que añade: “Una propuesta pragmática y equitativa exige un precio mínimo internacional del carbono, diferenciado entre países con diferentes niveles de desarrollo económico. Los ingresos por carbono asociados podrían compartirse en parte entre los países para facilitar la transición verde”.

El organismo con sede en Washington, de hecho, admite que los Estados afrontan un “trilema político” entre lograr objetivos climáticos, la sostenibilidad fiscal y la viabilidad política.

“En otras palabras, perseguir dos de estos objetivos tiene el costo de sacrificar parcialmente el tercero”, apunta el fondo de una entrada de su blog publicada esta tarde. Por ello, la institución propone “medidas audaces, rápidas y coordinadas”, tanto de gastos como de ingresos, para seguir adelante con la reducción de las emisiones. Entre ellas, aboga también por “transferencias fiscales sólidas a los hogares, trabajadores y comunidades vulnerables”.

  • Si se consigue hallar la fórmula adecuada, el incremento de la deuda puede limitarse a entre un 10% y un 15% del PIB, aunque dependerá de las condiciones en las que se halle la economía. El fondo mete presión, en cualquier caso, a los países. Y no solo por la urgencia climática, sino también porque retrasar esas actuaciones no hace más que encarecerlas. “Cada año de retraso se estima que puede contribuir con un porcentaje de entre el 0,8% y el 2% a la deuda pública”, explica la institución.
  • El desafío, recuerda el fondo, es particularmente grande para los países emergentes, que suponen el 70% de las emisiones contaminantes. Estas ya están acusando una elevada deuda y unos costes crecientes de sus tipos de interés. El organismo propone, en ese caso, desplegar un amplio paquete que va desde una mayor eficiencia en el gasto, una movilización de los ingresos, un papel más importante para el sector privado y financiación externa. De hecho, el FMI se ofrece a poner fondos a largo plazo a través de mecanismos ya existentes.

“Ningún país puede resolver la amenaza climática por sí solo. El sector público tampoco puede actuar por sí solo. El sector privado tiene que satisfacer la mayor parte de las necesidades de financiación climática”, remacha el informe./PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro en el Enlace:

https://mst.org.br/wp-content/uploads/2023/11/Report-Loss_and_Damage_Today.pdf

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