MAÍZ, el producto estrella del CONTRABANDO desde MÉXICO a GUATAMALA

A plena luz, amparados en lo recóndito de un lugar demasiado alejado de las capitales, de la institucionalidad y del periodismo. Un día sí, otro también. Un trasiego transfronterizo industrial que no está ocurriendo por pasos ciegos, sino por uno de los ocho cruces formales que México reconoce en los más de 900 kilómetros compartidos con Guatemala.

Los militares mexicanos destacados en Nuevo Orizaba, de hecho, detienen los camiones cuando regresan cargados a Guatemala, pero hay órdenes explícitas de respetar la compraventa. “El maíz lo transportan para acá, pero nomás se les revisa lo que es que no haya drogas y armas”, se limita a responder uno de los soldados —bajo condición de anonimato—.

Esos maíces no solo se riegan por toda Guatemala. “Van para Honduras y El Salvador, solo que allá entran como si fuera maíz guatemalteco”, dice Gustavo Adolfo Rivas, presidente de la guatemalteca Asociación Nacional de Granos Básicos.

Un negocio ilegal espoleado por los precios a uno y otro lado de la frontera. El quintal de maíz (45,36 kilos o 100 libras) que en la segunda semana de septiembre podía adquirirse en Veracruz por 13,56 dólares (12,35 euros) costaba 18,48 dólares (16,83 euros) en Ciudad de Guatemala, un 35% más. Los precios disparejos y la pasividad estatal —el paso fronterizo lo custodian la Secretaría de la Defensa Nacional de México y el ejército de Guatemala— han consolidado un contrabando que mueve millones de dólares.

Y para comprender por qué se ha desarrollado a niveles tan superlativos, nada mejor que desenredar los enredos pasados y presentes de la región en la que suceden: el Ixcán.

EL ‘TRANSE’ COMIENZA EN UN PUEBLO FRONTERIZO MEXICANO

n este pueblito chiapaneco llamado Nuevo Orizaba, el producto estrella del contrabando es el maíz. Se transa en un predio espacioso y todos acá saben que andan en algo ilegal. Quizá eso explica la malquerencia al periodista.

Nuevo Orizaba es un conjunto de casas y negocios levantados sin mucho orden a orillas de una carretera conocida como la Fronteriza del Sur; más de 400 kilómetros de vía asfaltada junto a la frontera con Guatemala. Nuevo Orizaba pertenece al municipio de Benemérito de las Américas, pero el casco urbano está a 80 kilómetros de distancia.

Alguien eligió este lugar ignoto para establecer un paso fronterizo formal. De la Fronteriza del Sur a la frontera hay menos de un kilómetro, y quien lo recorre pasa sí o sí junto al predio en el que se trasiegan los maíces.

Hoy es lunes 24 de junio, tres de la tarde, y el predio está especialmente movido. Hay no menos de 20 camiones parqueados, incluidos cuatro tráileres Kenworth articulados y con remolque —nueve ejes por todo, 34 ruedas—, capaces de mover 50 toneladas por viaje. Placas mexicanas y placas guatemaltecas, casi mitad y mitad. Están a lo suyo, como si nada.

Camino hacia un grupo de personas junto a un camión. Son trabajadores que se ganan la vida ensacando y moviendo el maíz mexicano. Me presento como periodista y, para justificar mi presencia, pregunto primero por la Guardia Nacional, que el Gobierno dice que ya desplegó en esta frontera. Se miran unos a otros. Nadie responde. Caras de pocos amigos./EL PAÍS-PUNTOporPUNTO

Reportaje completo en el Enlace:

https://elpais.com/internacional/2019/09/25/actualidad/1569399091_339036.html

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