Fracaso de lucha antidrogas conducirá a la legalización

El pasado 3 y 4 de septiembre se llevó a cabo en San José, Costa Rica, la V Conferencia Latinoamericana y I Centroamericana sobre Políticas de Drogas, en un esfuerzo por buscar soluciones innovadoras al problema del tráfico de estupefacientes en la región.
En esos dos días de intenso debate participaron las máximas autoridades del país anfitrión, funcionarios de gobiernos de la región, representantes de las principales agencias de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos (OEA), además de los más destacados especialistas y actores de la sociedad civil.
Todos llegaron a una conclusión: la lucha contra las drogas se está perdiendo y las acciones emprendidas por los gobiernos —sobre todo los de México y los Estados Unidos—, solo llevó a la guerra, la violencia y la criminalización de los sectores más vulnerables de los pueblos.
Esas deliberaciones dejaron en claro que América Latina intenta caminar hacia un cambio de paradigma en políticas de drogas que respete los derechos humanos, que contemple a los usuarios de drogas como sujetos de derechos y dé un enfoque de salud pública para abordar el consumo problemático.
Además, se planteó de manera unánime la necesidad de avanzar en políticas de regulación del mercado de las drogas.
Y tienen razón, la actual implementación del régimen internacional de drogas no ha logrado soluciones eficaces ni en la lucha contra el tráfico ilícito ni en la disminución de los consumos problemáticos, generando en algunos países consecuencias aún más negativas que los daños que se pretenden evitar.
Debemos entender que la guerra contra las drogas llevada a cabo durante más de 40 años, simple y sencillamente ha fracasado en sus objetivos principales: reducción del tráfico y del consumo.
Aquel plan de un mundo libre de drogas tal como lo planteó la guerra contra las drogas ha resultado conceptualmente defectuoso, difícil de llevar adelante y con consecuencias imprevistas y en muchos casos nefastas. La idea de un mundo libre de drogas no es posible.
Es hora de que los gobiernos acepten que el mercado ilícito no puede ser erradicado, y según los expertos de ese evento, es necesario desarrollar objetivos, recentrar  estrategias e inversiones, y tolerar formas benignas de mercados de drogas.
No olvidemos que toda estrategia a seguir en el tema debe contemplar que América Latina es la región más inequitativa del mundo. La desigualdad se expresa en la falta de acceso a bienes y servicios pero también en relación al género, la edad, la etnia, y tantas otras condiciones.
Varios países de la región están enfrentando niveles extraordinarios de violencia que suele asociarse al tráfico de drogas, y paradójicamente, uno de los factores que contribuyen al incremento de la violencia es la respuesta de mano dura por parte de las autoridades.
Mucho de la lucha contra el narcotráfico nos conduce a la criminalización de la pobreza y los esfuerzos se deben enfocar hacia quienes manejan los capitales económicos de esas estructuras. Se ha combatido la violencia con violencia y el resultado no ha sido exitoso sino que ha generado más violencia.
Entre las conclusiones del evento se afirmó que las respuestas estatales muestran que existe una persistente criminalización hacia las personas usuarias de estas sustancias, por lo que hay que pensar un cambio hacia un enfoque de salud y reducción de daños que sustituya el actual enfoque punitivo y criminalizador.
Esto, porque ahora se cree que la regulación y legalización permitirá alejar a los consumidores de los mercados ilegales, que son violentos precisamente por ser ilegales.
Las personas que tienen problemas de consumos problemáticos son estigmatizadas y rechazadas no solo por la sociedad, sino también por los sistemas y servicios de salud, hay que ir más a allá para conseguir el reconocimiento de las personas que usan drogas como sujetos de derecho.
Tal vez esta sea por ahora la mejor opción a seguir en el fracasado mundo del combate a las drogas. Ya se probó erradicarlas con armas y violencia y, parafraseando a Albert Einstein, “locura es hacer una misma cosa una y otra vez esperando tener diferentes resultados”. Gracias. Hasta mañana.
 
 

 

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