PRD: Crónica de una derrota anunciada

Dicen que el primer síntoma de la enfermedad es la negación. El segundo, responsabilizar a otros de los propios males. Uno de los grandes perdedores del reciente proceso electoral es el Partido de la Revolución Democrática. Situación que ya se anunciaba dadas las escisiones de líderes fundadores y de los fenómenos de corrupción y malas administraciones, tanto en gobiernos estatales, como en el ámbito delegacional y en la administración del gobierno del Distrito Federal.

Sin embargo, basta escuchar a sus principales líderes para concluir que tampoco entienden que no entienden. No entienden el mensaje ciudadano que se identifica con la ideología de izquierda: que ya no desean más gobiernos que caen en lo que siempre han criticado y por lo que muchos han dado incluso la vida: corrupción, nepotismo, indiferencia por las causas justas, incapacidad para satisfacer la necesidades básicas de los ciudadanos y su entorno, arrogancia, soberbia y una serie de vicios que han traído como consecuencia que dos de los principales bastiones que quedaban en manos de la izquierda, hoy se hayan perdido: Guerrero y el Distrito Federal.

Pareciera que no existe un ápice de autocrítica seria y profunda que indique un cambio real de timón en la dirigencia del principal partido de izquierda en nuestro país. Pero más que una autocrítica, sería necesario que se modifiquen las prácticas que antaño criticaron y en las que inevitablemente cayeron. Es impostergable que se modifique la perspectiva dinástica de la política, que si bien es cierto todos los partidos políticos tienen, el PRD es uno de los que más patente se ve reflejado, particularmente en el Distrito Federal. De no ser así, veremos en los siguientes procesos electorales una extinción de la opción política amarilla. [email protected]

@NVS_

Néstor Vargas Solano*Ex presidente del IEDF

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