INFLACIÓN “no dará tregua” este 2023; Altos COSTOS de los ALIMENTOS en México ya es superior a la de EU

México es uno de los 18 países que hasta la semana pasada habían informado la variación de los precios generales del primer mes del año.

La inflación, el ‘enemigo’ del Banco de México (y de nuestras carteras) abrió 2023 dando señales de que no ‘dará tregua’ al ubicarse en 7.91 por ciento a tasa anual en enero, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

La cifra fue superior al 7.82 por ciento reportado en diciembre, algo que posiblemente fue tomado en cuenta por el Banco Central en sus pronósticos de la inflación para ese año.

En diciembre del año pasado, el Banxico preveía que la inflación se comportaría así durante 2023:

  • Primer trimestre: 7.5 por ciento
  • Segundo trimestre: 5.9 por ciento
  • Tercer trimestre: 4.8 por ciento
  • Cuarto trimestre: 4.2 por ciento

En ese momento, el Banxico calculó que la inflación regresaría a su rango objetivo (3 por ciento, +/- un punto porcentual) hasta los primeros tres meses de 2024.

¿Cuáles son los nuevos pronósticos inflacionarios del Banxico?

La ‘mala noticia’ del comunicado de este jueves es que el Banxico aumentó sus previsiones para la inflación. Ahora prevé que quede en los primeros tres meses de este año en 7.7 por ciento; ceda a 6.4 por ciento en el segundo trimestre; baje otro poco más, a 5.3 por ciento en el tercer trimestre, y cierre 2023 en 4.9 por ciento.

El Banxico cree ahora que tomará más tiempo llegar a su rango objetivo, pues sería hasta el periodo abril-junio de 2024 que la inflación se ubique en 3.7 por ciento.

  • La institución ‘sorprendió’ a los mercados este jueves, que esperaban un aumento a la tasa de 25 puntos base que reflejara lo que hizo la Reserva Federal hace unos días. Sin embargo, la Junta de Gobierno del Banxico optó por unanimidad subir el referencial en 50 puntos base, a un nuevo nivel récord de 11 por ciento.

En su comunicado, la institución consideró que reducirá la magnitud de los aumentos de la tasa de interés a partir de su próxima reunión, fechada para el 30 de marzo.

Inflación llegó a 7.91% en enero

La inflación en México continúa con una tendencia al alza en este arranque del 2023 y al cierre del mes de enero se ubicó en 7.91%, que significa un aumento de un punto porcentual en comparación con el mes de diciembre del 2022 (7.8%), de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

  • Pese a que este indicador acumula ya tres meses por debajo del 8%, de forma paulatina ha escalado y ya se encuentra en el límite de esta cifra, con un aumento del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del 0.68% en servicios y alimentos.

“El índice de precios subyacente incrementó 0.71% a tasa mensual y 8.45% a tasa anual. El índice de precios no subyacente subió 0.57 % a tasa mensual y 6.32 % a tasa anual”, precisó la institución.

De esta forma, los precios de alimentos y algunos servicios (subyacente) son los que tienen más presionada a la economía mexicana, de acuerdo con los cálculos del Inegi tras transcurrir el primer mes del año.

  • El mayor incremento de precios impactó al plátano (17.15%), limón (16.15%), cigarrillos (4.76%), derechos por el suministro de agua (2.60%) y refrescos envasados (1.64%).

Por su parte, la mayor caída de precios se registró en el transporte aéreo (24.47%), chile poblano (20.35%), chile serrano (13.47%), servicios turísticos en paquete (11.13%) y cebolla (10.10%).

Inflación alimentaria en el país ya es superior a la de EU

El pasado viernes en la conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó que “la alta inflación en México no es para preocuparse”. Señaló que su gobierno trabaja para controlar este repunte inflacionario e incluso fue más allá al afirmar que “ya es el último repunte de la inflación porque ya va a bajar”.

  • Lamentablemente, los mercados y los indicadores nacionales, elaborados con profundo rigor, nos llevan a “otras datos”. De hecho, el desempeño de la inflación en los meses recientes sí es para preocuparse ya que, si bien estamos lejos de experimentar los problemas que vivimos en otras épocas, es un hecho que existe el riesgo de vivir un fenómeno prolongado de alta inflación que varias generaciones de mexicanos no conocían. Con sus consecuencias diversas, pero de manera muy especial en el que ha sido el talón de Aquiles de todos los gobiernos que han pasado desde 1976 hasta la actualidad: el crecimiento.

En materia de inflación existen varios puntos que son sumamente relevantes y que no desaparecen por decreto, tan es así que el pacto firmado hace unos meses entre gobierno, empresarios y trabajadores, ha demostrado que sirvió para contener el incremento de precios, mas no para revertir la trayectoria de los mismos, el repunte inflacionario que registramos desde diciembre es prueba más que contundente.

Hace meses señalamos que, a diferencia del discurso oficial, había algunos indicios de que el repunte de la inflación se explicaba no solamente por el aumento de los precios a nivel global, sino que en México también se estaban generando presiones inflacionarias, a nivel local.

Hoy ya no hay la menor duda: la inflación que padece México también tiene componentes internos y ese va a ser un elemento más en contra del banco central de nuestro país para contrarrestar el alza de precios.

Factores como el contundente aumento de la inflación en el sector servicios, generados en su inmensa mayoría dentro del país, dejan totalmente de lado el argumento de que la inflación que padece México tiene sus orígenes en el exterior.

La inflación en alimentos es otro elemento; la producción nacional se ha contagiado del alza de precios global, es un fenómeno externo sin duda, pero también con conexiones locales. Producir alimentos e implementar toda la logística necesaria para que llegue a las mesas de los consumidores se ha encarecido localmente, cualquier argumento contrario hace mucho que dejó de ser sustento para las autoridades.

  • Al cierre de 2022, un informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), señalaba que nuestro país está dentro del top 20 de las naciones con mayor inflación en alimentos.
  • De acuerdo con estos datos, el promedio de los países miembros de la OCDE en inflación en alimentos se ubicó durante 2022 en 15.3 por ciento, mientras que nuestro país se colocó ligeramente por debajo con una tasa de 14.6 por ciento anual.

Aunque México quedó lejos de otras naciones, también miembros de la OCDE, pero que tuvieron tasas muy altas de inflación en alimentos, como es el caso de Turquía, con una variación de 93 por ciento anual; Lituania, que tuvo una variación de 31 por ciento y Hungría, que alcanzó una fluctuación de 30.7 por ciento en precios de alimentos.

Sin embargo, México prácticamente se colocó en línea con el promedio de la OCDE, y por debajo de su principal socio comercial, Estados Unidos, país que registró una variación en inflación de alimentos de 12.9 por ciento. Con este último dato, se echa totalmente por la borda el argumento de que la inflación en México es importada, cuando menos no en el ramo alimenticio.

Inflación en alimentos dificultará el abatimiento del índice general

La inflación en alimentos que padece nuestro país va a dificultar el abatimiento de los precios generales. Además, demuestra también el alcance limitado que tuvo el acuerdo de los meses anteriores entre gobierno, empresarios y trabajadores (lo que nos recordó lo sucedido con los pactos económicos de la década de los ochenta del siglo pasado).

  • Por ejemplo, en el caso del pan solamente se controlaba la pieza de pan de determinado gramaje, pero todo lo demás seguía sin límites en los precios; así, piezas como la baguette, el pan de horno, el pan de dulce y otros más, no tenían ni tienen límites en sus precios. El acuerdo tenía claras restricciones y las cifras de la inflación así lo demuestran.

Para no extendernos en cifras y ejemplos, basta otro dato más para mostrar de forma contundente lo que sucede con la inflación en los alimentos. De acuerdo con las cifras del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) de la Secretaría de Economía, entre enero de 2022 y el mismo mes de 2023, el precio promedio del huevo registró un incremento de 39 por ciento.

La inflación en alimentos es interna y será un factor que dificultará el control general de los precios. Eso significa que muy probablemente Banxico necesitará mucho más tiempo del estimado para “regresar” este indicador, el de la inflación, a su cauce deseado, cercano al nivel de 3 por ciento anual más/menos un punto porcentual.

  • Banxico es optimista en sus proyecciones sobre la inflación, a pesar del sorpresivo incremento de 50 puntos base en su tasa de referencia el pasado jueves, para llevarla a 11 por ciento.
  • Según sus proyecciones, la meta de inflación que persigue. Es decir, el 3 por ciento anual más/menos un punto porcentual, lo alcanzará a finales del año siguiente, algo más de 18 meses.

Quizás ese es el mismo optimismo que comparte el primer mandatario del país al decir que la inflación empezará a bajar.

Pero, nuevamente las cifras muestran otra realidad. En este caso las relacionadas con otros momentos de alta inflación.

  • En el año 2000 el país vivía un proceso de desinflación con orígenes en el ya para entonces lejano 1994-1995; es decir 5 años después, México apenas estaba en ruta de recuperación. Es cierto que el origen del problema actual es muy diferente.

El caso es que una serie de factores externos e internos provocaron que la desinflación se consolidara muy lentamente; de este modo solamente hasta finales de 2003 la inflación concurrió con la tasa objetivo de Banxico, pero dentro de su rango de tolerancia máxima, es decir cercana al 4 por ciento.

Solamente hasta mediados de 2006 se logró el objetivo de Banxico de una inflación de 3 por ciento anual, un periodo muy prolongado de tiempo.

  • Las experiencias de otras épocas nos dicen que regresar al objetivo no es un proceso inmediato, sino que puede tardar bastante tiempo. Ojalá nuestro banco central logre regresar a los niveles objetivo en el rango de año y medio, un poco más, que se ha fijado, nada es imposible.

Sin embargo, para lograrlo deberá no solamente combatir el incremento de precios del exterior, es un hecho que enfrenta inflación interna y que esta se encuentra ligada a los alimentos.

Muchos precios y productos pueden controlarse, pero la inflación en alimentos no es fácil, ni en México ni en ninguna parte del mundo.

Inflación mundial se desacelera a distintas velocidades

La inflación mundial se ha comenzado a desacelerar, pero lo está haciendo de una forma gradual. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que todavía el próximo año, 2024, se ubicará en niveles superiores a los observados antes de la pandemia y acota que durante los últimos dos años, la trayectoria de la inflación ha sorprendido al alza ante la recuperación de la demanda. Una recuperación que avanza a distintas velocidades.

  • Apenas 18 de los 38 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), han reportado sus datos de inflación anual al mes de enero; seis de ellos traen todavía variaciones de doble dígito: Chile (12.3%); Colombia (13.23%); República Checa (17.5%); Estonia (18.6%); Hungría (25.7%) e Italia (10.1 por ciento).

Entre estos cinco países, tres reportan repuntes en su registro inflacionario: República Checa, cuya inflación pasó de 15.8% en diciembre a 17.5% en enero; Estonia, que observó una variación de 17.6% al cierre del 2022 y que fue superado por 18.6% en enero, así como Hungría, que pasó de una inflación de 24.5% en el último mes del año pasado a 25.7% reportado en enero.

  • México es uno de los 18 países que hasta la semana pasada habían informado la variación de los precios generales del primer mes del año. La trayectoria anual del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en enero fue de 7.91%, un registro ligeramente superior a 7.82% observado diciembre.

La economista para México de BNP Paribas, Pamela Díaz Loubet, reconoció que hay evidencia de una menor presión inflacionaria por el choque de oferta generado desde el 2020 por condiciones externas como la pandemia, la disrupción del flujo en los canales de suministro y en el 2022, por la guerra de Rusia en Ucrania.

Pero acotó que en el caso de México, la inflación está también explicada por una serie de choques que han permeado a las expectativas y al proceso interno de formación de precios.

Hay certeza de elementos idiosincrásicos que están presionando al alza, subrayó, cómo la falta de competencia en sectores relevantes como el agropecuario, el impacto de la inseguridad en los canales de distribución, logística y vías de transporte, disputas por importaciones de productos como el maíz y la contaminación del proceso de formación de precios.

  • En Latinoamérica, al alza: Entre las economías de América Latina que ya divulgaron la inflación de enero, se encuentran además de México, Chile, Colombia y Brasil.

Entre ellos cuatro, quien registra la variación más alta es Colombia, que se ubicó en 13.23% anual, con un repunte desde 13.1% de diciembre del 2022.

Chile alcanzó una variación de 12.3% anual en enero que contrasta con el 12.8% observado en diciembre.

Brasil, que ha sido el más agresivo en la aplicación de la política monetaria y abrió una pausa en su proceso restrictivo desde agosto, registró la variación más baja del grupo seleccionado, de 5.77% anual, apenas dos décimas menos que la inflación de diciembre.

El economista para América Latina de Bloomberg, Felipe Hernández, explicó que el proceso de lenta desinflación también ha permeado en otros países de la región, como Chile, Colombia y Brasil.

México y su terca inflación

La trayectoria de la inflación general de México, parece haber tocado su pico en el tercer trimestre del 2022, entre agosto y septiembre, cuando llegó al 8.70% anual.

  • Registró tres meses de desaceleración que permitieron un cierre del 2022 con una variación de 7.82% anual, nivel todavía lejos del objetivo puntual y es casi cuatro veces superior de 2.8% alcanzado antes de la pandemia.
  • Esta fotografía refleja la tendencia señalada por el componente subyacente, al respecto, la directora de análisis económico y financiero de Banco Base, Gabriela Siller, recordó que pasó de 3.66% en noviembre de 2020 al 8.45% donde se ubicó en enero.

La inflación subyacente es el indicador que descuenta los precios y tarifas más volátiles; es el termómetro de la inflación doméstica, explicó el economista jefe de la operadora de fondos Valores Mexicanos Casa de Bolsa, Víctor Ceja Cruz.

La inflación subyacente se mantiene “tercamente alta” mientras la inflación general se acelera, refirió aparte, el vicepresidente de inversiones en Franklin Templeton, Luis Gonzali.

  • EU, demanda atiza inflación: El dato de inflación de Estados Unidos en enero se conocerá mañana 14 de febrero. En diciembre ya había completado una desaceleración de seis meses consecutivos desde el pico tocado en junio, de 9.1 por ciento.

Pero pese a esta trayectoria descendente, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, explicó en conferencia de prensa, luego de subir la tasa de interés dela Fed 25 puntos base, que llevar la inflación a su objetivo de 2% no será sencillo.

Al cierre del año pasado, la variación de los precios generales fue de 6.5% anual, pero el banquero central advirtió que algunos de los componentes se encuentran “pegajosamente altos”.

Los precios son sticky, cuando presentan efectos de segundo orden o contagio al alza. En aquel país se observan presiones todavía de demanda, consecuencia de la buena salud que prevalece en el mercado laboral y de los salarios; también resulta del efecto que genera contar con ahorros gracias a los apoyos públicos de la pandemia y la positiva creación de empleos, refirieron aparte analistas de Oxford Economics./Agencias-PUNTOporPUNTO

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