MÉXICO, un país MÁS VIOLENTO a pesar de la “ESTRATEGIA” de SEGURIDAD: EJÉRCITO en Calles

Si bien el número de marinos y elementos del Ejército ha crecido de manera exponencial en el país desde el 2007, año en el que se declaró la guerra contra el narcotráfico, la cifra de homicidios dolosos ha llegado, a la par, a niveles históricamente altos, según muestran datos oficiales.

Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) al poder, en diciembre de 2018, la estrategia en materia de seguridad cambió. Desde su campaña presidencial, el actual mandatario había dicho que la guerra contra el narco terminaría con su arribo a Palacio Nacional e iniciaría una nueva etapa de conciliación y pacificación de México.

  • Han pasado casi cuatro años desde que el actual jefe del ejecutivo federal instauró la política de “abrazos, no balazos” y poco más de tres desde que fue creada la Guardia Nacional (GN), la corporación que reemplazó a la Policía Federal (PF) tras múltiples señalamientos de corrupción y colusión con el crimen organizado.

Es en este contexto donde la oposición ha lanzado múltiples señalamientos contra el gobierno de la llamada Cuarta Transformación (4T), pues aseguran que con la administración de AMLO y de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), México es un país más violento, por lo que se ha puesto en tela de juicio el desempeño del gobierno para salvaguardar la vida de las y los mexicanos.

Por un lado, las críticas de los miembros del PRI, PAN, PRD y MC se han vertido en decir que gracias a la política de “abrazos, no balazos”, las fuerzas dedicadas a preservar el orden han adoptado una actitud pasiva ante los principales generadores de violencia en México; al mismo tiempo, y aunque parezca contradictorio, condenan la supuesta militarización que existe en la república, pues las presencia de las Fuerzas Armadas en las calles es un signo de que no hay paz en el territorio nacional.

  • Sin embargo, ante las definiciones precisas de los señalamientos de la oposición, así como de los resultados registrados por el gobierno y organismos autónomos descentralizados, se puede apreciar que no existe una militarización ni que las instituciones guardan pasividad ante los generadores de violencia, pues, en un principio, se registró una desaceleración en los homicidios dolosos y, después, una tendencia a la baja.
  • Primero, la militarización de un país es el sometimiento del Estado (territorio, población y gobierno) ante las Fuerzas Armadas, que en este caso recae en el general Luis Cresencio Sandoval González, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). En un segundo término, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó una tendencia negativa en la incidencia de homicidios dolosos durante el último año de gobierno de AMLO.

De acuerdo con el gobierno federal, en el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto (EPN), se registraron 36 mil 685 homicidios; cuando terminó el primer año de López Obrador, este indicador se mantuvo prácticamente igual, pues quedó en 36 mil 661; en 2020, este rubro se incrementó a 36 mil 773; y para 2021, último año de registro, se presentó una reducción notable, pues quedó en 35 mil 625.

Ante estos números, la oposición suele comparar los primeros tres años de gobierno de Peña Nieto con los primeros tres de AMLO; sin embargo, lo que no mencionan es que en el último año de Felipe Calderón, ex presidente anterior inmediato al de EPN, y en los primeros dos del priista, existió una tendencia a la baja, pero después los índices de violencia se salieron de control y llegaron hasta el número mencionado al cierre de su sexenio.

  • Dicha información es confirmada por el Inegi, quien mantiene un registro de observancia a este delito, donde se aprecian que los picos más elevados ocurrieron en los últimos dos sexenios, del PAN y el PRI, respectivamente, lo cual coincide con el inicio de la llamada guerra contra el narco por parte de Felipe Calderón y su continuidad con Peña Nieto.

Por el otro lado, se observa que en los primeros dos años de AMLO se manifestó una tendencia en desaceleración a los homicidios y en el tercer año, por fin, se aprecia una reducción en relación al año anterior; no obstante, esto dista mucho del periodo más bajo, que se manifestó en 2007, justo cuando estalló el periodo de ataque frontal contra los cárteles de la droga.

En cuanto a quién es el presidente que más redujo los homicidios dolosos en México, cabe señalar que no es AMLO, pues, aunque ya se manifestó una tendencia a la baja, fue durante el periodo de Ernesto Zedillo (1994-2000) cuando se logró reducir en un 31.2% este ilícito; del otro lado, fue durante el sexenio de Felipe Calderón que se incrementaron diametralmente los homicidios dolosos en el país, pues el crecimiento fue del 192.8 por ciento.

Despliegue de Fuerzas Armadas, con poco impacto en homicidios

Si bien el número de marinos y elementos del Ejército ha crecido de manera exponencial en el país desde el 2007, año en el que se declaró la guerra contra el narcotráfico, la cifra de homicidios dolosos ha llegado, a la par, a niveles históricamente altos, según muestran datos oficiales.

En el 2007, de acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), vertidos en la solicitud de información con folio: 330026422001298, para ese año estaban desplegados en tareas de seguridad en promedio unos 45,000 elementos.

  • Para el final del 2021, la cifra de despliegue de personal de la Sedena se incrementó a 90,023, se consignó en la misma respuesta de información; es decir, que entre dichos años el número de elementos en seguridad aumentó 100 por ciento.
  • Por su parte, en el caso de los elementos de la Marina, para el 2007, la misma institución refirió, en la solicitud de información con folio: 0001300024616 que ese año, así como el siguiente, 2008, en promedio se habían desplegado 11,116 elementos.

Para el cierre del 2021, el número de elementos de la Marina desplegados eran de 27,161; lo anterior equivale a un alza de 144.3 por ciento.

Si se suma al personal tanto de la Marina como del Ejército, para el 2007 había desplegados, en tareas de seguridad pública unos 56,116 elementos.

Mientras que para el 2021, la cifra de personal de ambas instituciones desplegados llegó a 117,184, lo que significó un alza de 108.8 por ciento.

Estadísticas de asesinatos

En este mismo periodo, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los homicidios dolosos en México crecieron un 301.7 por ciento.

  • Para el 2007, la cifras del Inegi indican que la causa de muerte de 8,867 personas fue el homicidio intencional; mientras que para el 2021, último año con cifras oficiales del instituto de estadística, el número de muertes por asesinato ascendió a 35,625.
  • Entre los gobiernos de Felipe Calderón (2007-2012), Enrique Peña (2013-2018) y de Andrés Manuel López Obrador (de 2019 al 2021), las cifras de homicidio han tenido una variación al alza.

Por ejemplo del 2007 al 2012, las cifras de homicidios pasaron de 8,867 a 25,967, es decir, un aumento de 192.8 por ciento.

De entre el 2013 y el 2018, la cifras de homicidios crecieron 59%, al pasar de 23,063 a 36,685 defunciones.

Mientras que del 2019 al 2021, se registra una leve disminución de 2.8% al pasar de 36,661 a 35,625.

Morena ‘entrega’ seguridad de estados a militares

Una de las principales promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue la de sacar al Ejército de las calles; sin embargo, tras casi cuatro años de la llegada de la llamada cuarta transformación (4T) la realidad es que la seguridad pública se ha militarizado en prácticamente un tercio del país gracias a los gobernadores de Morena.

  • Cuando era candidato a la presidencia, López Obrador criticó en innumerables ocasiones la estrategia de administraciones anteriores –como la de Felipe Calderón- de emplear a las fuerzas armadas para proteger a la ciudadanía; no obstante, hace unos días reveló que había cambiado de opinión, por lo que ahora está a favor de mantener a los soldados en estas tareas.

“Sí, sí, sí cambié de opinión ya viendo el problema que me heredaron. ¿Cómo enfrentar el problema de la inseguridad? (…) Imagínense qué íbamos a hacer con la Policía Federal, cómo estaba, porque yo creo que sí se sabe que de la Policía Federal salieron todos los que ahora o están en la cárcel o están acusados, o están prófugos por tremendas violaciones a derechos humanos”, dijo durante su conferencia mañanera del 6 de septiembre de 2022.

  • Acorde con esta nueva perspectiva del presidente, el Congreso de la Unión ya avaló una iniciativa y otra quedó pendiente de discutirse que busca la militarización de las labores de seguridad en prácticamente todo el país.
  • La primera fue la propuesta avalada por la Cámara de Diputados y el Senado de la República para que la Guardia Nacional, cuerpo de seguridad creado en 2019 tras la extinción de la Policía Federal con el propósito de ser una corporación civil, pasara a estar bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), convirtiéndose en un cuerpo bajo el control militar.

El segundo proyecto –que actualmente se discute en el Senado- es una iniciativa presentada por la diputada del PRI Yolanda de la Torre que propone extender el despliegue de elementos del Ejército en las calles para colaborar en labores de seguridad pública al menos hasta el 2028.

La estrategia de la 4T para mantener al Ejército en las calles ha sido duramente criticado por gran parte de las y los mexicanos, quienes han salido a manifestarse en contra del plan de militarización y para reclamarle al presidente por su decisión.

“Obrador, Obrador, ya pareces Calderón”, reclamaron manifestantes a AMLO el mismo día que admitió haber cambiado de opinión.

Sin embargo, la realidad es que la militarización en nuestro país parece haber estado desde mucho tiempo atrás con la presencia de militares a cargo de la seguridad estatal y local; y con la llegada al poder de gobernadores de Morena y afines a la 4T, este fenómeno se intensificó, especialmente en entidades con alta presencia de criminalidad.

¿Qué es la militarización y por qué es un riesgo?

La militarización de la seguridad pública no sólo significa poner a soldados en las calles para cumplir labores propias de los policías, como la protección de los ciudadanos, también se refiere a adoptar códigos militares e incluir una formación castrense en corporaciones que deberían ser civiles, como las secretarías de seguridad.

El principal argumento para sustituir a las corporaciones policiales por el Ejército es que al ser ambas corporaciones enfocadas en seguridad tienen las mismas capacidades para proteger a la ciudadanía, algo que es completamente falso, explicó Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano, en entrevista para Grupo Fórmula Digital.

  • “Hay un malentendido generalizado que las funciones y competencias que tienen los militares y policías son prácticamente idénticas, pero no es así (…) El hecho de considerar como si fueran replicables sus funciones nos ha llevado a cometer errores significativos a la hora de enfrentar el fenómeno de la inseguridad y de la violencia.”

Las Fuerzas Armadas y las policías –municipales, estatales o federales- tienen diferencias que van desde la formación que se brinda a los elementos que las conforman, hasta la transparencia con la que se manejan al ser parte de una institución pública.

Estas son las principales diferencias entre los policías y los soldados que hacen que la militarización de la seguridad pública sea un riesgo.

Entrenamiento de policías y militares

La primer diferencia –y quizá la más significativa, es la formación que reciben policías y militares, algo que sin duda repercute en su forma de desempeñarse como secretarios de seguridad en cualquiera de los tres niveles de gobierno, consideró el director del Observatorio.

En el caso de los elementos formados en alguna de las escuelas militares –Heroico Colegio Militar, Heroica Escuela Naval Militar o Escuela Militar de Aviación- reciben un entrenamiento enfocado en la defensa del país de un enemigo externo, por lo que están entrenados para hacer uso de la fuerza en prácticamente todas las situaciones y a sólo obedecer órdenes de sus mandos sin cuestionarlas. Los policías reciben un entrenamiento completamente diferente.

  • “En el caso de las policías, ellos tienen como obligación tomar decisiones todo el tiempo; un policía constantemente debe estar cuestionándose si sus decisiones son buenas o son malas, si conviene o no conviene hacer uso de un arma de fuego o realizar la detención en un determinado momento”, explicó Francisco Rivas.

Al no contar con la formación propia de un policía, los militares que son asignados como secretarios de seguridad podrían tomar decisiones que no sean las más adecuadas para la institución o que incluso sean imposibles de cumplir.

  • “Pensemos en el caso de (Alfonso) Durazo, una persona que no tenía una formación en materia de seguridad y que lo pusieron al frente de la estrategia nacional de seguridad, pues evidentemente eso resultó bastante desastroso”, recordó Rivas.

Morena militarizó un tercio del país

Recientemente la militarización se ha convertido en un tema central de la discusión pública a raíz de las iniciativas que fueron discutidas en la Cámara de Diputados y el Senado de la República, sin embargo este fenómeno inició desde hace casi un año tras la arrasadora victoria de Morena en las elecciones de 2021, cuando ganó 11 de las 15 gubernaturas que estaban en juego y se convirtió en el partido gobernante en más de la mitad de la República Mexicana.

“Por lo que refiere a los gobernadores tengo entendido que muchos incluso ni siquiera eligieron a sus secretarios, fueron más o menos impuestos por parte de la federación; esto no lo puedo confirmar directamente, son comentarios que me han hecho algunas autoridades”, apuntó Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano.

  • Ocho de los morenistas que se convirtieron en gobernadores decidieron integrar en sus gabinetes a militares o exmilitares como secretarios de seguridad estatales, ellos fueron: Marina del Pilar Ávila, Víctor Castro Cosío, Indira Vizcaíno, Evelyn Salgado, Alfredo Ramírez Bedolla, Ricardo Gallardo, Rubén Rocha Moya y David Monreal.

A ellos se sumará Américo Villarreal, quien tomará posesión como gobernador de Tamaulipas el próximo 1 de octubre y nombrara a un hombre con formación castrense como encargado de la seguridad pública. /PUNTOporPUNTO

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