Política Energética de AMLO es contraria con la lucha Mundial contra el CAMBIO CLIMÁTICO

La propuesta del gobierno federal para que las centrales hidroeléctricas propiedad de la CFE sustituyan a las energías renovables, es insuficiente, consideró Daniel Chacón Anaya, director de Energía en Iniciativa Climática de México (ICM).

En un video publicado el fin de semana pasado, el cambio climático y el cuidado al medio ambiente se asomaron por primera vez en la retórica del presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a la política energética.

  • El mandatario aseguró, desde Palenque, Chiapas, que como parte de los esfuerzos para no elevar la temperatura mundial, México bajará la cantidad de crudo a extraer y propondrá eliminar en el país el uso de combustóleo, uno de los combustibles con los más altos niveles contaminantes y que ahora se utiliza para generar energía eléctrica en centrales de la estatal CFE.
  • Esta es la primera vez que el presidente relaciona la política energética, que hasta ahora ha sido guiada hacia el fortalecimiento de las empresas estatales Pemex y CFE –que basan su negocio en los hidrocarburos–, con el cuidado al medio ambiente. El cambio climático no se había incluido como parte de sus múltiples discursos y en las modificaciones regulatorias que ha instruido para derribar muchos de los principios de la reforma energética.

Hasta ahora, las medidas para mitigar el daño al ambiente se basaban en el programa Sembrando Vida, que busca incrementar la productividad de zonas rurales, bajo un enfoque de sustentabilidad y desarrollo regional. Recientemente, el presidente mexicano habló de sumar al gobierno estadounidense en este esfuerzo, para frenar la ola de migración desde Centroamérica.

  • El mensaje del presidente ocurre previo a la Cumbre Virtual de Líderes sobre el Clima, convocada para los próximos 22 y 23 de abril por el presidente estadounidense Joe Biden, que ha puesto la lucha contra el cambio climático como uno de los temas principales dentro de su agenda. Analistas del sector ya habían previsto un cambio en el discurso presidencial de López Obrador como parte de la llegada del demócrata a la Casa Blanca.

“Es un guiño de ojo. (López Obrador) ya entendió que el tema es importante y que no va a escaparse de que todo el paquete de energía de México esté bajo el ojo de Estados Unidos y el resto de la comunidad mundial”, dice Adrián Fernández, director de la Iniciativa Climática de México.

Pero la declaración, que ha sido bien recibida por la comunidad de organizaciones en pro del ambiente, sólo incluye un nuevo supuesto: la eliminación del uso de combustóleo, un subproducto del proceso de refinación que Pemex produce casi al mismo nivel de las gasolinas y con el que podría enfrentar problemas para su comercialización si la también estatal CFE no lo usa más en sus procesos de generación de electricidad.

El mensaje también se da en medio del incumplimiento de una de las principales metas presidenciales: aumentar la producción de crudo a niveles no vistos desde hace una década, como el eje rector para llevar a Pemex a un buen estado financiero.

  • El presidente afirmó que el país no rebasará la extracción de 2 millones de barriles diarios de crudo como parte de una búsqueda por preservar el hidrocarburo para nuevas generaciones. La nueva cifra, que ya había mencionada en un evento en Tabasco, resulta un fuerte retroceso de la meta inicial que buscaba llevar la producción de la petrolera estatal hasta casi 2.7 millones de barriles al día. Pemex ha reducido paulatinamente su meta en medio de recurrentes impedimentos para cumplir con su estrategia, como el bajo presupuesto federal o la pandemia de coronavirus que ha frenado el consumo de todos los hidrocarburos.

Hasta ahora, la petrolera no ha podido cumplir con ninguna de las metas fijadas por la administración federal relacionadas con la extracción de crudo. Consultoras nacionales e internacionales ya tenían previsto que la estatal no alcanzara el nivel de 2.7 millones de barriles diarios, la mayoría de estas sitúa la producción de Pemex en 2024 en niveles similares a los que reporta actualmente, cercanos a los 1.7 millones de barriles.

La declaración ha sido bien recibida por la comunidad de organizaciones ambientalistas, pero algunas de éstas dudan que el anuncio de no elevar los niveles de producción a máximos esté del todo relacionada con el objetivo de buscar una baja en los niveles de dióxido de carbono emitidos por esta industria.

Y además, dicen, la hoja de ruta aún es inexistente.

“Esto no había sido reconocido desde parte del gobierno mexicano y ahora dicho desde el presidente es bienvenido. Es urgente que se hiciera esta declaración, pero este nuevo mensaje obliga a que haya una reconfiguración”, dice Aleira Lara, coordinadora de campañas de Greenpeace México, una de las organizaciones que se ha vuelto pieza clave en los amparos para frenar las últimas medidas gubernamentales, como la política de confiabilidad de la Secretaría de Energía y la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, que buscan aumentar el uso de combustibles fósiles.

“Fijar un punto máximo de producción (de crudo) es bueno, pero tiene que ir acompañado también del consumo, necesitamos hacer un plan para la reducción para poder ‘descarbonizar’ el sector en el país”, dice la vocera de Greenpeace.

  • Hasta ahora, el objetivo presidencial por aumentar la participación de CFE y Pemex en el mercado energético se ha enfrentado totalmente con el camino hacia reducir la dependencia económica de los hidrocarburos que han comenzado la mayoría de los países desarrollados y algunos en vías de desarrollo.
  • Y aunque el discurso del gobierno mexicano sobre la política energética da señales de cambios, las acciones tomadas hasta ahora son totalmente contrarias.
  • México ya ha admitido en el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) 2020-2034 que el país no cumplirá con su meta de generación de energía limpia a la que se ha comprometido hacia 2024, una de las principales acciones para lograr frenar el aumento en la temperatura mundial.

En 2024, se lee en el documento, el país sólo generará el 32% vía centrales limpias, tres puntos porcentuales por debajo de la meta comprometida.

Además, la administración federal ha defendido la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, en un momento en el que la mayoría de las grandes petroleras han decidido modificar su estrategia para adherir a sus portafolio negocios relacionados con las energías renovables. En su búsqueda por reforzar a la Comisión Federal de Electricidad, el gobierno mexicano ha modificado las regulaciones para dejar hasta el final de la fila a las centrales eólicas y solares, que son operadas principalmente por compañías privadas.

  • El plan para incentivar la generación eléctrica de esta administración se ha basado en la rehabilitación de las centrales hidroeléctricas de propiedad estatal, pero cálculos de la Iniciativa Climática de México indican que esta acción sólo podría aportar con la disminución del 10% de la meta a la que se ha comprometido el país para reducir su emisión de gases contaminantes.

“La falta de ambición de México en sus nuevos objetivos de NDC, su retroceso en el apoyo a la energía renovable y su respuesta a la pandemia ha puesto las emisiones del país en un preocupante camino ascendente (… ). La decisión de favorecer la generación de combustibles fósiles sobre la energía renovable coloca a México en un camino que es aún más inconsistente con los pasos que necesita tomar para alcanzar el límite de 1.5°C del Acuerdo de París”, ha dicho la organización internacional Climate Action Tracker, en un reporte de diciembre pasado, cuando el presidente aún no enviaba al legislativo su propuesta de modificación de reforma de la Ley de la Industria Eléctrica.

La organización, que mide las acciones emprendidas por los países para llegar a las metas del Acuerdo de París, ha calificado como “insuficiente” las medidas emprendidas por el gobierno mexicano para combatir el cambio climático.

Las organizaciones ambientalistas se dicen optimistas sobre las últimas declaraciones presidenciales, pero el camino de ruta aún es largo y el objetivo presidencial por fortalecer a las estatales parece difícil de dejar. El último cambio, y el más agresivo, relacionado con la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) se encuentra detenido por ahora en tribunales.

“Si la Suprema Corte declara la reforma como inconstitucional podría convertirse en el momento perfecto para que el presidente logre reformular su política energética”, explica Fernández.

Inviables, metas sustentables con hidroeléctricas

La propuesta del gobierno federal para que las centrales hidroeléctricas propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sustituyan a las energías renovables, como la solar y la eólica, es insuficiente, consideró Daniel Chacón Anaya, director de Energía en Iniciativa Climática de México (ICM).

“Esta propuesta de que las ‘hidros’ nos vienen a salvar y que van a ser las energías renovables del futuro no es cierta, no es suficiente”, concluyó el especialista durante su participación en la conferencia de prensa virtual “La apuesta de México rumbo a la Cumbre de Líderes sobre Clima”, organizada esta mañana por asociaciones de la sociedad civil pertenecientes al Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire (OCCA).

  • Lo anterior, en relación con las iniciativas que llevará el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Cumbre convocada por el mandatario estadounidense, Joe Biden, para los próximos días 22 y 23 de abril, entre las que se encuentra la construcción de 14 grandes centrales hidroeléctricas en el país y la renovación de equipamiento en algunas de ellas.

Esta propuesta se encuentra alineada con el Plan Nacional de Desarrollo establecido por la actual administración y el Programa del Sector Energético, así como con las recientes modificaciones a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), que priorizan la generación de energía a partir de las 60 hidroeléctricas de la CFE por sobre otras fuentes incluidas las renovables, como la solar fotovoltaica y la eólica.

Al respecto, y basado en un mapa elaborado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que muestra la sequía en el territorio nacional, Chacón Anaya explicó que solo el sureste mexicano presenta lluvias normales, principalmente en los estados de Veracruz, Tabasco, algunas zonas de Oaxaca y de Chiapas, además de la Península de Yucatán.

“Afortunadamente la cuenca del Grijalva, que trae agua desde Guatemala y que descarga a través de Tabasco, al parecer se encuentra en buenas condiciones”, dijo el directivo de ICM, pero resaltó que en la mayor parte del resto del país hay sequía severa con zonas que llegan incluso a la sequía extrema

  • Con mismos datos de la Conagua, refirió que en el año 2012 México tuvo una de las mayores sequías de los últimos años y que para el 2021 se esperaba una temporada de “buenas lluvias”, pero al parecer, no sucederá. “Se ve que empieza a asomarse en la misma situación de 2012”, señaló.
  • Respecto a las consecuencias de las recientes reformas hechas a la LIE, Chacón Anaya resaltó que, de progresar, se presentará una parálisis en el crecimiento de las energías renovables.

Agregó que también habrá un incumplimiento en las metas nacionales e internacionales para mitigar el cambio climático y de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

“Más o menos hemos estimado que para el 2024, en lugar de tener el 35% de energías limpias en la matriz energética, con los cambios propuestos a la LIE solo llegaremos al 21.7%”, calculó.

“De hecho ya andábamos cerca del 25% en el 2018 que era el límite establecido por la LIE. Bueno, ahora después de 2018 vamos de bajada, vamos disminuyendo”, apuntó.

  • Asimismo, subrayó que se presentará una erosión de las renovables actuales. “No nada más no va a crecer, sino que va a decrecer”, sentenció. “Cualquier inversión necesita mantenimiento, que se le meta dinero, necesita incluso que se acreciente, pues aquí no va a haber quién se anime a hacer nada de eso y los equipos se van a quedar a lo que den y se acabó”, previó el especialista.

En su oportunidad, Anaid Velasco, coordinadora de Investigación en el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), también consideró como no viable la propuesta presidencial de apostar por la energía hidroeléctrica.

Citó que el Programa Nacional Hídrico 2020-2024 reconoce que el mayor volumen del agua extraída en el país se destina para la generación eléctrica que generan solo 12% de la electricidad del país, aunque no represente consumo del recurso ni su calidad; sin embargo, esto ocasiona que no se puede aprovechar para otros usos.

En su exposición, Velasco también expresó que el plan de modernización de las centrales hidroeléctricas no es viable porque son plantas con edad promedio de 40 años y comentó que las organizaciones de la sociedad civil se ha dado el debate sobre el hecho de que este tipo de generación no es tan limpia, además de que tiene consecuencias sociales, como conflictos y desplazamientos de comunidades, entre otros.

“No podemos resolver un problema profundizando otro. Hay un problema de extracción de aguas subterráneas. No nos gustaría resolver climáticas falsas”, anotó.

  • Por su parte, Stephan Brodziak, de la centro de análisis públicas El Poder del Consumidor, destacó los efectos a la salud y en el medio ambiente de las emisiones de partículas de centrales termoeléctricas con base en combustóleo, como la “Francisco Pérez Ríos”, ubicada en Tula, Hidalgo.
  • Dijo que las emisiones de bióxido de azufre (SO2)de esta central representan alrededor de 95% de las emisiones presentes en la Megalópolis de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), ya que en la Cuenca de Tula se registran 143.8 mil toneladas al año (ton/a), cuando en la ZMVM es de 150.7 mil ton/a.

Algunas consecuencias en la salud de personas que viven cerca de termoeléctricas como la de Tula son el aumento en las probabilidades de parto prematuro; bajo peso al nacer por la exposición a la materia particulada 2.5 (pm 2.5), entre otros./Agencias-PUNTOporPUNTO

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