La investidura presidencial, enlodada

Opinión FRANCISCO RODRÍGUEZ

Andrés Manuel López Obrador no quiere dar cara a los damnificados del estado de Guerrero dizque para cuidar la investidura presidencial.

En un acto más de cobardía se niega a enfrentar a quienes, con razón y con justeza, hasta le han mentado la madre por irse a dormir y no avisarles que Otis “venía cañón”…

… por haber destinado los recursos del ya desaparecido Fonden a la construcción de sus “elefantes blancos”…

… por querer acaparar la ayuda que ha enviado la sociedad civil a través de las Fuerzas Armadas –que lo mismo NO sirven ni para un lavado, menos para un fregado–…

… por haber dado ya por concluida la emergencia…

… pero, sobre todo, por mentir y hasta ´por burlarse de la desgracia que aún viven y seguirán viviendo casi un millón de compatriotas ahora mismo abandonados a su suerte por la dizque gobernadora Evelyn Salgado y por la limitada alcaldesa del puerto que tardará mucho en volver a ser turístico.

Pero, ¿qué cuida AMLO de su investidura si ésta se ha ido ensuciando, desgastando y hasta desgarrado al paso de los meses, de los escándalos, de los abusos de poder y aún de las ocurrencias y, más que nada, por las corruptelas de los cuatroteros, sus propios familiares incluidos.

Hace tres semanas el mismo AMLO enlodó su tan cuidada investidura, durante su accidentado traslado terrestre a Acapulco –a donde en realidad no quería llegar–, cuando el vehículo militar en el que quería continuar su viaje quedó atrapado en el fango.

Dicha imagen se hizo tendencia mundial.

¿Qué tanto le cuida a la investidura si el mismo le ha dado en toditita la madre?

La banda simboliza la investidura

El símbolo de la investidura presidencial es la banda tricolor con el águila bordada al centro que, al tomar posesión, cruzan sobre su pecho quienes se sentarán en La Silla los seis años siguientes.

Como ya he comentado con usted en alguna ocasión, cada Jefe del Ejecutivo Federal llega a su ceremonia de toma de posesión con su propia banda presidencial.

A través de un enviado se le hace llegar a quien pronto dejará las jefaturas de Estado y de Gobierno, ya para que sea él –o quien en ese momento presida la sesión solemne del Congreso de la Unión– quien la coloque sobre el pecho del sucesor.

Dirá usted que quizá esta tradición forma parte de un protocolo añejo.

O que el saliente se la quiere llevar a su casa para ornar su egoteca.

Y no faltará quien afirme que no es sino una mera superstición.

Algo hay de “ambas tres” versiones, jejeje.

Aunque, en realidad, el cambio de banda presidencial se lleva a cabo porque la del antecesor ya no está en condiciones mínimamente presentables.

Su portador la ha desgastado, la ha hecho jirones muchas veces.

Para no irnos tan lejos en el tiempo, veamos como ejemplo la que Ernesto Zedillo se llevó a su residencia en New Haven, Connecticut: quedó muy pero muy manchada, luego de que su portador convirtiera los errores, raterías y las deudas de los neobanqueros en deuda pública que toooodos los mexicanos acabaremos de pagar hasta dentro de unos 70 años, si es que antes no sobreviene otro fraude de los millonetas que algún gobierno vuelva a cargar sobre las espaldas de quienes pagamos impuestos.

Brida para equinos, para cernir harina y hasta sin águila

La banda presidencial que Vicente Fox se llevó al rancho que era de su mamá en San Francisco del Rincón, Guanajuato, estaba casi casi nuevecita. Nunca supo ni siquiera cómo usarla. La traía su entonces recién adquirida esposa, Marta Sahagún, a veces como diadema y otras ocasiones hasta como estola en las funciones de gala de la fundación “Atraquemos México” –o algo así se llamaba– con la que prácticamente asaltó y/o chantajeó a todo el empresariado nacional. Hoy es la brida del caballo favorito del expresidente.

Felipe Calderón la dejó toda agujereada. Primero la mordía, cuando se escondía tras ella cada que salía a relucir el tema del fraude electoral por el que llegó a Los Pinos. Luego, el fuego cruzado de la delincuencia organizada contra sus delincuentes desorganizados en la Secretaría de dizque Seguridad Pública, encabezada por Genaro García Luna. Hoy se usa como cernidor de harina en la cocina de su muy crecida mansión de casi tooooda una manzana en la colonia Las Águilas del sur de CDMX.

La banda de Enrique Peña Nieto –me refiero al trapo cada vez más deshilachado con la que se fotografiaba de vez en vez, no hablo hoy de la banda de rateros en la que se convirtieron el PRI, sus secretarios de Despacho y la gran mayoría de los gobernadores– se quedó sin águila. Y es que cuando se enteraron de que estaba bordada con hilos de oro, Pues también se la llevaron. No dejaron nada. Así que, prácticamente inservible una y con algunos de sus miembros en la cárcel, la otra, cuando EPN huyó de México la dejó en el museo que se mandó a construir en Ixtapan de la Sal, Estado de México.

Y ahora el águila mutó a buitre carroñero

Es una verdadera lástima que de la banda presidencial ya haya huido la majestuosa águila devorando a una serpiente que, finalmente, se le impuso a Andrés Manuel López Obrador hace tres años.

¡Voló! ¡Se fue! Como sucede con un número cada vez mayor de mexicanos, ¡ya no quiso saber nada de “las mañaneras”!

Sobre todo, cuando se percató de que por la derecha se aproximaba peligrosamente un zopilote más que listo para reemplazarla.

Tal vez se dijo a sí misma que más valía volar antes de que el ave carroñera que desde entonces luce AMLO en su pecho, intentara siquiera hacerle pasar un mal rato.

Y sí, hoy en la banda presidencial del actual jefe de Estado luce un zopilote que aletea cada ocasión que AMLO se lanza en contra de su presa del día, ya sean los “fifís”, los adversarios, los neoliberales, los periodistas “chayoteros”, los traidores a la Patria, los que no están por el cambio, en fin, nunca falta una víctima sobre la que también se lanzan los carroñeros de las redes sociales.

Luego de sobrevolar sobre los dichos de López Obrador, esos buitres en Twitter –ahora X–, Instagram o Facebook gruñen, mugen, cacarean; a veces da la sensación de que los carroñeros se burlan imitando las voces de sus presas. Por momentos el estruendo parece una marea, con subidas y bajadas de volumen. ¡Un festín cada mañana! ¡Cada mensaje por video! ¡Un deleite para aquellos que disfrutan el asqueroso aroma y sabor de la descomposición!

¿Dónde irá a parar esa banda presidencial con zopilote?

Tal vez, como su portador, en “La Chingada”.

Poco o nada van a dejar de investidura presidencial a quien le suceda.

¿No cree usted?

Indicios

Una vez más, López Obrador hace mofa del Poder Judicial al presentar una primera terna de candidatas al cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a tres de sus paniaguadas. Bertha María Alcalde Luján, Lenia Batres Guadarrama y María Estela Ríos González, en sustitución del ahora porrista de Claudia Sheinbaum, Arturo Zaldívar. Bertha Alcalde Luján se desempeña como Comisionada de Operación Sanitaria de la Cofepris y es hermana de la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján. Su mamá fue presidenta del consejo de Morena. Y su papá es asesor en materia laboral del todavía titular del Ejecutivo. María Estela Ríos González es Consejera Jurídica del Ejecutivo Federal y fungió como Consejera Jurídica del Gobierno de la Ciudad de México entre 2000 y 2006, cuando AMLO fue Jefe de Gobierno. Lenia Batres Guadarrama es Consejera Adjunta de Legislación y Estudios Normativos de la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal y es hermana del Jefe de Gobierno de la CDMX, Martí Batres Guadarrama. Cautroteros y nepotistas. Las oposiciones en el Senado de la República ya avisaron que votarán en contra de las tres propuestas, * * * Pero, además de ello, colectivos como el que encabeza Ana Lorena Delgadillo ya acusaron que la Cámara Alta violó la Carta Magna al no esclarecer cual fue la “causa grave” bajo la cual Zaldívar se amparó para renunciar a la SCJN. Ya iniciaron un litigio que, para no variar, dirimirán los propios ministros de la Corte. * * * Otra cuatrotera que cada día viene de más a menos es la encargada del deporte –todo, menos beisbol– Ana Gabriela Guevara. Ha usado su influencia política para asistir a su compañera sentimental, la diputada federal por el PT Ana Laura Bernal para secuestrar al hijo que esta procreó con Víctor Guzmán. La policía estatal de Mara Lezama, gobernadora de Quintana Roo, actuó con lujo de violencia y sin orden judicial alguna para arrancar al infante de los brazos de su padre. * * * López Obrador va en serio con su propuesta para que los concesionarios de ferrocarriles de carga también brinden servicio de pasajeros. De no hacerlo, las concesiones les serán retiradas y –para no variar– se las entregarán a las secretarías de la Defensa Nacional y de la Marina Armada, que ya operan el Tren Maya y el Interoceánico, respectivamente. Las rutas serían Tren México–Veracruz–Coatzacoalcos; Tren Interurbano AIFA–Pachuca; Tren México–Querétaro–León–Aguascalientes; Tren Manzanillo–Colima–Guadalajara–Irapuato; México–San Luis Potosí–Monterrey–Nuevo Laredo; México–Querétaro–Guadalajara–Tepic–Mazatlán–Nogales, y Aguascalientes–Chihuahua–Ciudad Juárez. * * * Y por hoy es todo. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

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