Conflictos sociales, el reto de López Obrador

Peña Nieto deja más de 700 megaproyectos inacabados

Especialistas en temas socioambientales reconocen la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República como “un cambio histórico en el país”, a través del proceso electoral. Reconocen su legitimidad.

No obstante, también dudan que lleve a cabo un verdadero cambio en beneficio de las clases más protegidas: los pobres, los indígenas, que han sido desplazados de sus territorios a causa de la imposición de megaproyectos y se han enfrentado al abuso, despojo, desapariciones y hasta la muerte.

  • Francisco López Bárcenas, el maestro en derecho y desarrollo rural por las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y Autónoma Metropolitana (UAM), dice que “es importante” la victoria de López Obrador, pues en principio genera un ambiente distinto al que se tenía con los últimos gobiernos, desde Vicente Fox, pasando por Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
  • Con el arribo del candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), dice el especialista, también hay ambiente distinto para las luchas sociales; pero “creo que no hay que poner mucha esperanza en un cambio con el nuevo gobierno, a menos que la gente lo obligue a eso. No hay que olvidar que dijo que iba a impulsar a la minería canadiense, lo cual sería gravísimo por el impacto que deja este modelo de extractivismo”.
  • López Bárcenas, autor del libro La vida o el mineral. Los cuatro ciclos de despojo minero en México, ha documentado que el 28.58 por ciento del territorio mexicano (el equivalente a 51.76 por ciento de la propiedad social y una superficie mayor a la dedicada a la producción de alimentos) estaba concesionado a empresas mineras, la mayoría de capital trasnacional y en su mayoría canadienses.

El experto y defensor de los pueblos indígenas, indica en su obra que las actividades mineras y sus efectos se oponen a los campesinos, porque destruyen las tierras donde viven y obtienen sus alimentos, contaminan ríos y mantos acuíferos; los pueblos indígenas las rechazan porque destruyen sus territorios, sus lugares sagrados y sus formas de vida; la sociedad en general sabe que indebidamente se apropian de los recursos naturales que pertenecen a los mexicanos.

  • Entre sus colaboradores, dice López Bárcenas en entrevista, se encuentra el líder del Sindicato Minero, Napoleón Gómez Urrutia; el empresario Alfonso Romo, que durante años se dedicó a las plantaciones forestales de tabaco, y el propuesto para titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Víctor Villalobos, quien también ha impulsado la siembra de transgénicos.
  • Para el académico, hay un dato que podría marcar el rumbo de “por dónde va a ir” esta nueva administración. Hace algunas semanas hubo una reunión en la Ciudad de México de líderes indígenas con futuros secretarios de Estado, entre ellos, Adelfo Regino, propuesto para la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Cdi); Román Guillermo Mayer, para la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu); María Luisa Albores González, para la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Alejandra Fraustro Guerrero, para la de Cultura.
  • “Sí, está bien –dice López Bárcenas– porque ellos se dedican a atender políticas sociales; pero faltaban los de Economía, que son los que dan las concesiones para la explotación de hidrocarburos, fracking, minería y los de Energía. Con esto se va marcando por dónde van a ir el proyecto”. El asistencialismo para los pueblos indígenas pero no los temas de fondo.
  • Por ello, agrega el especialista, “es importante que las comunidades vean que hay otro escenario, pero que eso no resuelve los problemas que enfrentan. Es necesario tejer nuevas relaciones con el gobierno, pero también son importantes las alianzas comunitarias para posicionar sus luchas y defender sus derechos”.

El lema de “Primero los pobres” que ha enarbolado el candidato electo a la Presidencia de la República podría estar enfocado sólo en la atención a pobres a través de programas sociales y asistenciales.

De ser así, estaría en contravención de los programas extractivistas, “sería el saqueo de los recursos naturales de los pueblos; a cambio, tendrían un bienestar en términos asistencialistas pero no un futuro propio”, arguye López Bárcenas.

Hay que mirar claro que no es un cambio cualquiera; tampoco es un cambio fuerte en términos de las políticas que se han llevado hasta ahora, “pero creo que no hay que esperar todo del gobierno y hay que organizarse para posicionar la agenda de los pueblos”.

Miguel Ángel Mijangos, integrante de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema) comenta que esta organización se mantuvo al margen de participar con alguna postura o candidato durante el proceso electoral. Mantuvieron el trabajo con las comunidades que están en la defensa del territorio pero no se pronunciaron por algún partido ni fincaron expectativas en el triunfo de candidato alguno.

Explica que las comunidades asumieron de manera independiente su propia decisión ante el proceso electoral recién concluido. Sin embrago, menciona que durante la campaña, López Obrador generó expectativas, refrendadas el 1 de julio.

Desde la Rema, “consideramos que esas expectativas cruzaron toda una gama de problemáticas que se viven tanto en las comunidades como en el resto del país, que ahora la gente esperará sean atendidas y resueltas. “En algunas comunidades nos preguntaron qué pensábamos de las posiciones de López Obrador en el contexto de los bienes naturales y el modelo extractivo.

Les comentamos que nuestra perspectiva y expectativa son poco alentadoras, pues durante su campaña refrendó la continuidad del modelo extractivo, posicionó a un cuestionado líder sindical minero [Napoleón Gómez Urrutia], afianzó su postura de realizar consultas, no mostró un discurso fuerte hacia los pueblos indígenas, ni siquiera con la participación de Marichuy [María de Jesús Patricio Martínez, candidata independiente propuesta por el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional] a la que al inicio golpeó políticamente porque la supuso contrincante; y, finalmente, no se negó a rechazar la reforma energética, salvo una revisión de los convenios y contratos.”

Con todo, reconoce que “quedó claro que los pueblos ven una oportunidad de cambio para bien en él”.

El riesgo del movimiento social

Hasta la actual administración, los movimientos sociales opositores a los megaproyectos han sido considerados “foco rojo” para la estabilidad del país, de los que detentan el poder y de las clases privilegiadas.

  • Así lo ha evidenciado la Agenda Nacional de Riesgos, documento de carácter confidencial elaborado por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien entregará el mando a López Obrador el próximo 1 de diciembre.
  • La Agenda Nacional de Riesgos, obtenida y publicada por Contralínea en un reportaje seriado en la segunda mitad de 2016 (), hace un análisis de lo que llama “conflictividad regional”, y explica que hay una obstrucción a proyectos de infraestructura (hidroeléctricos, eólicos, termoeléctricos, aeropuerto y refinería), bajo el argumento de “supuesto daño al entorno ecológico y la desatención a las necesidades de las comunidades”.

Manifiesta que en el país hay un rechazo a la explotación minera por afectaciones al medio ambiente y saqueo de los recursos naturales, lo que implica la focalización de estos grupos opositores a los procesos extractivos como de interés para la seguridad nacional./CONTRALINEA

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