COVID-19 “aún es una AMENAZA”: se detectaron +400 MIL casos en el MUNDO en los primeros días 2024

La responsable de la OMS recomendó a las personas mayores y colectivos de riesgo que examinen la posibilidad de vacunarse cada seis o 12 meses con dosis de refuerzo, y a la población general le transmitió los mismos consejos que repitió durante la pandemia:

A person pulls a cart past a deli and souvenir shop at the Staten Island Ferry terminal on January 04, 2021 in New York City. (Photo by Angela Weiss / AFP)

Pese al descenso de muertes por COVID-19, que se sitúa por debajo de las 4 mil semanales desde mediados de 2023, esta enfermedad sigue constituyendo una amenaza global por cuestiones como el síndrome post-covid o las posibles mutaciones, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).

  • La experta Maria Van Kerkhove, quien lideró en el seno del organismo la lucha contra la pandemia, subrayó la necesidad de no bajar la guardia, en un seminario celebrado cuando se cumplen cuatro años desde que la propia OMS declarara la emergencia internacional por el coronavirus, el 30 de enero de 2020.

“No estamos en la crisis sanitaria que vivimos en 2020 y los años siguientes, incluso no estamos en la situación de 2023, pero el COVID-19 sigue siendo una amenaza global y aún hay que trabajar mucho para reducir los casos graves y las muertes”, subrayó la experta estadounidense.

  • En la cuestión del postcovid, todavía no del todo estudiado, los cálculos de la organización indican que aproximadamente un 6 por ciento de las personas que han pasado la enfermedad evidencian tener este síndrome, que puede tener todo tipo de síntomas ya que puede afectar en diferentes órganos según el paciente.
  • La jefa de la unidad técnica para la gestión clínica en la OMS, Janet Díaz, recordó en el seminario que algunos de los síntomas más frecuentes son dificultades respiratorias, fatiga o desorientación, y subrayó que suele darse más en mujeres que en hombres, y en personas adultas antes que en niños.

También se ha comprobado su mayor incidencia en personas con condiciones crónicas, y en aquéllas que tuvieron que ser hospitalizadas cuando tuvieron COVID-19, indicó.

  • El síndrome postcovid pueden durar una media de nueve meses para quienes sufrieron formas más graves de la enfermedad, tiempo que se reduce a cuatro meses en los casos menos severos, y puede haber síntomas persistentes durante un año en un 15 por ciento de los casos estudiados.
  • Van Kerkhove subrayó que la OMS ahora tiene menos información sobre la incidencia real del COVID-19 “ya que muchos países han integrado su programa contra la enfermedad con las estrategias contra la gripe”.

Ello “es un síntoma positivo” de normalización, reconoció, aunque resta visibilidad al COVID y obliga a la OMS a depender, por ejemplo, de los análisis de aguas residuales en diversas localizaciones, con los que se ha apreciado que la incidencia real del coronavirus podría ser en algunos casos hasta casi 20 veces mayor a lo que arrojan las cifras oficiales.

  • Actualmente, agregó la experta, la variante de coronavirus más abundante en el planeta es la JN.1, observada en un 80 por ciento de los casos secuenciados, con unas bajas tasas de casos graves y mortales, de manera similar a otras variantes de los últimos dos años, aunque todas ellas pueden causar formas severas de la enfermedad, advirtió.
  • Las vacunas, indicó, siguen probando ser eficaces contra formas graves de la enfermedad, incluso aquéllas basadas en las primeras cepas del virus, después de que se hayan inoculado en el planeta 13 mil millones de dosis.
  • En el seminario se recordó que sólo en 2021 se calcula que estas vacunas ayudaron a salvar 14 millones de vidas.
  • La cuestión del acceso a las vacunas en las naciones menos desarrolladas se ha resuelto en parte pero aún hay brechas; en los países más pobres solo un 4 por ciento de los adultos y un 8 por ciento de los sanitarios han recibido una dosis de refuerzo.

La responsable de la OMS recomendó a las personas mayores y colectivos de riesgo que examinen la posibilidad de vacunarse cada seis o 12 meses con dosis de refuerzo, y a la población general le transmitió los mismos consejos que repitió durante la pandemia:

“Busquen atención médica si lo consideran necesario, quédense en casa en caso de enfermedad, lleven mascarilla en espacios cerrados, lávense las manos con regularidad, cúbranse al toser o estornudar, mantengan distancia y examinen el estatus de su vacunación contra el COVID y la gripe”, recordó.

  • Las estadísticas de la OMS han registrado desde finales de 2019 774 millones de casos de COVID y 7 millones de muertes, aunque estas cifras son conservadoras y las reales podrían ser mucho mayores (el exceso de mortalidad en el mundo durante ese periodo a causa de la enfermedad se calcula en casi 29 millones de fallecimientos).

“Ha sido para muchos de nosotros el periodo más difícil e intenso para nuestra vida profesional, pero ha sido impresionante cómo el mundo se unió para enfrentarlo”, reconoció Van Kerkhove.

Más de 400 mil casos de COVID-19 en el mundo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) registró más de 400 mil nuevos casos de covid-19 en el mundo durante las tres primeras semanas del año, así como siete mil 800 muertes, más de 171 mil hospitalizaciones y dos mil 100 ingresos en UCI.

  • El informe se dio a conocer el pasado jueves 2 en un seminario del organismo en el que se analizan las variantes que están circulando, su riesgo e impacto y qué puede hacerse para prevenir y proteger contra infecciones.
  • Ante el reciente repunte de virus respiratorios, la directora del Departamento de Preparación y Prevención de Epidemias y Pandemias (PPE) de la OMS, Maria Van Kerkhove, remarcó que “el covid-19 no ha desaparecido”.

En el seminario se destacó que está en aumento la circulación de la variante JN.1, “dominante en todo el mundo”, pues representa alrededor de 79 por ciento de las secuencias que se comparten a nivel mundial.

La OMS alertó que esa tendencia podría “continuar en las próximas semanas”.

En Europa prevalece política de sálvese… quien quiera

A pesar de que no se ha ido a ninguna parte y cualquier persona, de cualquier edad, puede contraerla con el riesgo de enfermar gravemente o morir, el Covid-19 ha dejado de tener una presencia visual en las capitales de Europa, en donde los tapabocas y desinfectantes parecen pertenecer a la era de la prehistoria.

La sociedad europea fue perdiéndole el miedo conforme el tsunami de hospitalizaciones fue descendiendo y las autoridades paso a paso aniquilaron las medidas introducidas para ganar tiempo frente a los programas de inmunización colectiva por vacuna.

En pleno fin de la décima ola, el coronavirus parece sólo preocupar en los hospitales, a donde están llegando pacientes por otro malestar distinto a la enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV2.

  • Por ejemplo, de todos los pacientes hospitalizados en los últimos meses en Holanda con coronavirus, menos de la mitad llegó por esa enfermedad, es decir, la mayoría llega a la clínica por otro malestar, y es allí donde se enteran que tienen Covid.
  • Hasta el 24 de enero, en Países Bajos, había 303 pacientes hospitalizados por coronavirus y 23 acostados boca abajo y conectados a respiradores artificiales en unidades de cuidados intensivos. El último pico se registró el 15 de diciembre pasado, con 832 hospitalizados.

Fuera de los hospitales, la enfermedad respiratoria parece preocupar a ciertos segmentos de la población europea, esencialmente a mayores de 60 años, así como a las que padecen problemas médicos subyacentes, como los que sufren de hipertensión, diabetes, problemas de corazón, pulmón y riñones.

De acuerdo con un informe preliminar divulgado por la Agencia Europea para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), durante la última tanda de vacunación, entre el 1 de septiembre y el 15 de enero, se suministraron 22.7 vacunas contra Covid en el Espacio Económico Europeo, que incluye a los socios de la Unión Europea, además de Islandia, Liechtenstein y Noruega y suma un total de 453 millones de habitantes. Alrededor de 97% del total de dosis aplicadas fueron de la vacuna Comirnaty Omicron XBB.1.5, de la farmacéutica Pfizer.

  • De ese universo, 19.4 millones de personas de 60 años o más recibió por lo menos una dosis; y poco más de una cuarta parte, 5.5 millones, tenía 80 años o más. El resto de los virales se suministraron principalmente a trabajadores de la salud, personas con enfermedades crónicas y mujeres embarazadas.

En términos de cobertura, en la última ronda de vacunación solo el 11.1% de los europeos de 60 años o más se aplicó el viral, mientras que el 16.8% de las personas de 80 años o más.

Aunque la cobertura no es homogénea en Europa, hay una gran variación entre los países. El interés por el antídoto frente al virus identificado por vez primera en un mercado de mariscos de Wuhan en diciembre de 2019, es muy distinto en Copenhague que en Valletta o Budapest.

  • No hay quien le haga sombra a Dinamarca en el terreno de la vacunación. En la última ronda, la cobertura fue del 43.5% de la población de 60 años o más, elevándose al 80.4% y 88.2% a partir de los 70 y 80 años, respectivamente.
  • A los daneses le siguen los portugueses, con una tasa de vacunación del 41% a partir de los 60 años, alcanzando el 62% en las personas de 80 años o más. Cifras similares muestra Holanda, Irlanda, Bélgica y poco más atrás Finlandia, con 31% de la población de más de 60 años.

En estos países, al igual que Letonia, Lituania, Liechtenstein, Noruega, Eslovaquia y Eslovenia, las autoridades sólo recomiendan la vacuna en personas de 65 años o más, sostiene la ECDC.

Del lado opuesto de la balanza están los países Bálticos, del Este y Malta, quienes muestran un desprecio absoluto por la vacuna.

Las dosis reportadas en personas de más de 60 años fue prácticamente cero en Rumania, Hungría y Malta; en tanto que en Eslovaquia, Lituania y Bulgaria la cobertura ligeramente superó el 1%, mientras que en Polonia y Eslovenia fue del 2.1% y 2.7% respectivamente.

En cuanto al impacto económico, hay indicadores que muestran que la carga de la pandemia sigue acumulándose.

A pesar de que se han desmantelado las medidas de protección y prevención, y la prueba de detección en las personas con signos y síntomas indicativos de Covid ha quedado en una mera sugerencia que se aplica de manera extraordinaria, la enfermedad continúa pasando factura a la productividad.

Si bien no hay datos a escala europea, investigaciones realizadas en Suecia muestran que desde la llegada del coronavirus los trabajadores se declaran enfermos el doble de lo habitual, dos semanas en lugar de una al año.

  • Un estudio realizado por expertos de la Universidad de Gotemburgo y divulgado en enero pasado, con base a datos recaudados durante la primera ola, de marzo a agosto de 2020, estableció la media de baja laboral por enfermedad en 35 días.
  • También reveló que tres de cada 100 trabajadores siguieron reclamando beneficios sociales 1 año después de haberse enfermado.
  • Otro estudio elaborado por investigadores del Hospital Universitario de Uppsala y publicado en 2023, estimó el costo medio por ausentismo laboral por Covid en mil 907 dólares, en comparación con los 919 dólares contabilizados antes de la pandemia.

El panorama epidemiológico de invierno ha estado dominado por la influenza estacional, que circula a niveles más altos que el SARS-CoV-2, sostiene la agencia europea con sede en Estocolmo.

  • En la actualidad el coronavirus muestra tendencias decrecientes o estables en todos los países europeos, tras el pico de la última ola, en diciembre pasado. El panorama clínico europeo está dominado por la variante Omicron BA.2.86.

De los diez países que más casos reportaron durante el último mes, hasta el 14 de enero, a la Organización Mundial de la Salud, cuatro eran socios de la UE, Italia con 125 mil casos, Grecia con 66 mil, Polonia con 36 mil y República Checa con 23 mil. Rusia ocupa la primera posición global con 164 mil casos, aunque distante del pico del 17 de diciembre, 376 mil casos./Agencias-PUNTOporPUNTO

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