TEXTO ÍNTEGRO: La Crisis CLIMÁTICA eleva MUERTES por OLA de CALOR; riesgo en AL

Curiosamente, las poblaciones que viven en países poco contaminantes en el pasado y con una media de ingresos medios o bajo, se cuentan entre las más afectadas por el exceso de muertes.

El aumento drástico de la temperatura causa auténticos estragos en nuestro organismo. Por ejemplo, los pulmones y el corazón de las víctimas de olas de calor se someten a un importante sobreesfuerzo para mantener la presión de unos vasos sanguíneos que se dilatan cuando nos sometemos a una intensa subida de las temperaturas.

  • Si no se pone remedio, la tensión arterial acabará cayendo drásticamente, lo que puede dar lugar a mareos y dificultades en el habla. Luego, el colapso del sistema circulatorio puede desencadenar un fallo de los órganos vitales, como la vejiga, el corazón o los riñones, lo que puede provocar en casos extremos la muerte.

Según un estudio publicado en la revista especializada Nature Climate Change, hasta un tercio de las muertes atribuibles al aumento de la temperatura están provocadas por el ser humano.

Es la conclusión a la que se llegó en una investigación conjunta de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM) y la Universidad de Berna utilizando datos de 732 localidades de 43 países de todo el mundo entre los años 1991 y 2018. La investigación muestra por primera vez la contribución real del cambio climático de origen antropogénico al aumento de la mortalidad como consecuencia del calor.

  • Madrid, entre las ciudades más efectadas: Según los investigadores, los porcentajes más altos de mortalidad a causa del calor inducido por el ser humano se produjeron en América Central y América del Sur (hasta el 76% en Ecuador y Colombia) y en el Sudeste Asiático (con cifras que rondan entre el 48 y el 61%).

Los valores absolutos reflejan el alcance de la tragedia: un total de 136 muertes adicionales al año en Santiago de Chile (un 44,3% de total de muertes relacionadas con el calor en la ciudad), 189 en Atenas (un 26,1% del total), 172 en Roma (un 32%), 156 en Tokio (un 35,6%) y 177 en Madrid (un 31,9%). Otras regiones con altos picos de muertes eran Bangkok (53,4%), Nueva York (44,2) o Ciudad Ho Chi Min (48,5%).

La mortalidad a causa del calor inducido por el ser humano en la ciudad de Madrid fue de 177 personas, un 31,9% del total relacionadas con el exceso de calor.

El impacto humano en las olas de calor

El calentamiento global afecta a la salud humana por distintos frentes. Impacta directamente a través de la propagación de incendios forestales, desatando fenómenos meteorológicos extremos, facilitando la propagación de enfermedades transmitida por vectores.

Sin embargo, los científicos comprobaron las dimensiones de las olas de calor provocadas por el hombre en la mortalidad y morbilidad de la población, un escenario que se agravará a medida que aumenten todavía más las temperaturas. El estudio, afirman sus responsables, es la primera prueba de un efecto que hasta ahora no se había cuantificado.

  • Los autores del estudio aseguran que sus conclusiones son una prueba más de la necesidad de mitigar las olas de calor que sobrevengan en el futuro con medidas encaminadas a proteger a la población de esa sobreexposición térmica.

«Sabemos que el calentamiento se ha acelerado en los últimos años, y que quizás el ritmo de la adaptación de la población está siendo mucho más lento que el propio del aumento de las temperaturas. Por tanto, creemos necesario que se deben fortalecer los sistemas de adaptación vigentes para poder hacer frente al progresivo aumento de las temperaturas», explica por correo electrónico a National Geographic España la doctora Ana M. Vicedo Cabrera, autora principal del estudio.

Para realizar el estudio, el equipo científico se centró en el calentamiento global provocado por el hombre mediante un estudio de «detección y atribución» que identifica y atribuye los fenómenos observados a los cambios climáticos provocados en un determinado tiempo. En concreto, el equipo examinó las condiciones meteorológicas del pasado simuladas en escenarios con y sin emisiones antropogénicas.

Esto permitió a los investigadores separar el calentamiento y el impacto en la salud relacionado con las actividades humanas. De este modo, determinaron que los datos de mortalidad relacionada con el calor se definió como el número de muertes atribuidas al calor, ocurridas a exposiciones superiores a la temperatura óptima para la salud humana, que varía según los lugares.

Mayor impacto en población con ingresos bajos

Curiosamente, las poblaciones que viven en países poco contaminantes en el pasado y con una media de ingresos medios o bajo, se cuentan entre las más afectadas por el exceso de muertes.

  • Aunque los autores reconocen las limitaciones de la investigación, pues es imposible incluir lugares de todas las regiones del mundo, ponen en el acento en la importancia del estudio a la hora de definir las futuras políticas medioambientales.

«Nuestros resultados son una muestra de que el cambio climático es una realidad y que ya está afectando a la salud de la población. Sugieren que, por tanto, es necesario implementar medidas urgentes y ambiciosas de mitigación y adaptación, para atenuar el calentamiento y reducir el número de muertes por calor a medio-largo plazo» concluye la doctora Vicedo.

Estos son los lugares con mayor riesgo de sufrir devastadoras olas de calor récord

Las peligrosas olas de calor, que baten récords, aumentarán a medida que se intensifique la crisis climática, y serán especialmente devastadoras en los países y regiones menos preparados para ellas, según un nuevo estudio.

  • Los científicos analizaron conjuntos de datos sobre temperaturas de más de 60 años, así como modelos climáticos, para calcular la probabilidad de que se produzcan olas de calor extremo sin precedentes, y dónde podrían ocurrir.

El análisis identificó a Afganistán, Papua Nueva Guinea y algunos países de Centroamérica, incluidos Guatemala, Honduras y Nicaragua, como «focos» de olas de calor de alto riesgo.

  • Según el informe, publicado en la revista académica Nature Communications, estas regiones son especialmente vulnerables debido al rápido crecimiento de su población y a su limitado acceso a la atención sanitaria y al suministro energético, lo que afecta su resiliencia a las temperaturas extremas.

«Hay indicios de que esas regiones podrían sufrir una gran ola de calor y no estar preparadas para ello», afirma Dann Mitchell, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Bristol, Reino Unido y coautor del estudio.

  • La amenaza a la que se enfrenta Afganistán es especialmente fuerte, dijo Mitchell a CNN. No solo hay un alto potencial de calor extremo sin precedentes, sino que los impactos se intensificarán por las enormes dificultades que ya enfrenta el país, dijo.

Afganistán se enfrenta a graves problemas sociales y económicos. Además, cuenta con una población en crecimiento cada vez más expuesta a los problemas de la escasez de recursos, según el informe.

«Cuando por fin llegue una ola de calor realmente extrema, se producirán muchos problemas de manera instantánea», afirmó Mitchell.

  • Las olas de calor tienen un amplio impacto negativo. Reducen la calidad del aire, agravan la sequía, aumentan el riesgo de incendios forestales y pueden hacer que las infraestructuras se deterioren.

Afectan gravemente la salud humana, con catástrofes naturales más mortíferas

La insolación o el agotamiento por calor pueden desencadenar una amplia gama de síntomas peligrosos, como dolores de cabeza, mareos, náuseas y pérdida de conciencia, entre otros.

  • Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el golpe de calor es la enfermedad más grave relacionada con el calor, ya que hace que la temperatura corporal se dispare en cuestión de minutos y puede provocar incapacidad permanente o la muerte.
  • Este año ya se han registrado temperaturas sin precedentes en varias regiones. En marzo, algunas zonas de Argentina soportaron temperaturas de hasta 10 °C, o 18 °F, por encima de lo normal, mientras que en abril se batieron récords de altas temperaturas en amplias zonas de Asia.

«Las olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más intensos mientras el mundo siga quemando combustibles fósiles», afirmó Friederike Otto, climatóloga del Instituto Grantham para el Cambio Climático del Imperial College de Londres, que no participó en el estudio.

  • Ningún lugar es seguro, señala el informe, según el cual entre 1959 y 2021 se produjeron olas de calor «estadísticamente inverosímiles», es decir, fuera de la norma histórica, en el 30% de las regiones evaluadas.
  • Entre ellas figura la ola de calor del noroeste del Pacífico de 2021, en la que no solo se batieron récords de altas temperaturas, sino que se dispararon por completo, terminando con la vida de cientos de personas.
  • En Lytton, Columbia Británica, las temperaturas alcanzaron un máximo de casi 50 °C (121 °F) en junio de 2021, batiendo el récord anterior en casi 5 grados. Pocos días después, un incendio forestal destruyó casi por completo el pueblo.

Los científicos determinaron que el suceso habría sido casi imposible sin el cambio climático. Partes de China, incluida Beijing, y países europeos, como Alemania y Bélgica, también se enfrentan a un alto riesgo, según el informe.

Los millones de personas que viven en estas regiones densamente pobladas podrían verse gravemente afectadas por las olas de calor, aunque es más probable que estos países dispongan de recursos para mitigar algunos de los peores impactos.

  • El informe pide a los gobiernos de todo el mundo que se preparen para los episodios de calor más allá de las actuales temperaturas récord, por ejemplo creando centros de refrigeración y reduciendo el horario de quienes trabajan al aire libre.
  • Existen muchas políticas que los gobiernos pueden aplicar para salvar vidas, según Otto, entre ellas «preparar planes de gestión de las olas de calor, garantizar y poner a prueba su aplicación, informar al público sobre olas de calor inminentes y proteger a las personas vulnerables a los impactos de las olas de calor».

Los episodios de calor sin precedentes son cada vez más probables a medida que el mundo sigue quemando combustibles fósiles, afirmó Lucas Vargas Zeppetello, investigador de la Universidad de Harvard, cuya investigación de 2022 reveló que los niveles peligrosos de calor se triplicarán como mínimo en todo el mundo a finales de siglo.

«Por definición, no sabemos lo que podría ocurrir si grandes poblaciones se vieran expuestas a un estrés por calor y humedad sin precedentes», dijo Vargas a CNN, «pero las olas de calor de las últimas décadas ya han sido extremadamente mortales y hay serios motivos de preocupación de cara al futuro».

Sequía récord del Cuerno de África, atribuible al cambio climático

La histórica sequía que golpea al Cuerno de África resulta de una combinación de escasez de lluvias con elevadas temperaturas que no hubiera podido producirse sin las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, sostiene un informe científico publicado.

«El cambio climático provocado por las actividades humanas centuplicó las probabilidades de sequía agrícola en el Cuerno de África», señala el informe de World Weather Attribution (WWA), una red mundial de científicos que evalúa la relación entre eventos meteorológicos extremos y los trastornos del clima.

  • Los países del Cuerno de África (Etiopía, Eritrea, Somalia, Yibuti, Kenia y Sudán) sufren desde finales de 2020 la peor sequía que golpea a esa enorme península del este del continente desde hace cuatro décadas.
  • Cinco temporadas de precipitaciones insuficientes diezmaron ganados y destruyeron cosechas. Según la ONU, 22 millones de personas están amenazadas por la hambruna en Etiopía, Kenia y Somalia, un país confrontado además a una insurrección islamista.

Según los 19 científicos que elaboraron el informe, el cambio climático tuvo «poco efecto en la pluviometría anual» reciente. Pero influyó enormemente en la elevación de las temperaturas, que acelera la evapotransporación, con el resultado de una desecación récord de los suelos y de las plantas.

«Fue por el cambio climático que esta sequía se convirtió en tan grave y excepcional», resumió la climatóloga Joyce Kimoutai, que figura entre los autores del informe, en una rueda de prensa telefónica.

Las cinco temporadas de lluvia más secas

La red WWA, fundada por prestigiosos climatólogos, es una organización respetada por su capacidad de mostrar los vínculos entre fenómenos meteorológicos extremos y el calentamiento global.

  • Sus resultados no siguen el largo proceso de publicación de las revistas científicas, pero sí que se elaboran a partir de una metodología científica.
  • En este caso, la WWA basó su estudio en tres de las zonas más afectadas del Cuerno de África: el sur de Etiopía y Somalia y el este de Kenia.

Comprobó que en esos territorios la desregulación climática modificaba de manera opuesta las dos temporadas de lluvia. Es decir, la estación más lluviosa «se volvía más seca y un déficit de precipitaciones resultaba dos veces más probable», mientras que «la corta estación se volvía más húmeda».

  • En los últimos años, sin embargo, «esta tendencia húmeda de la corta estación quedó tapada por el fenómeno climático de La Niña», que disminuye las lluvias tropicales y del que no se dispone de ninguna prueba de que esté influenciado por el cambio climático.
  • Esta convergencia de factores se sumó a un aumento de las temperaturas, lo que provocó una desecación récord de los suelos y las plantas. Todo ello contribuyó a una sucesión de cinco temporadas con históricas sequías.

«El cambio climático ha sido una condición necesaria para que una sequía tan grave pueda producirse», destacan los científicos. Poco habituales hasta ahora, estas sequías tienen un 5% de probabilidades de reproducirse cada año, según el informe./Agencias-PUNTOporPUNTO

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