Elevación de la TEMPERATURA AMENAZA el PLANETA con MÁS PANDEMIAS (ENFERMEDADES)

Es fundamental comprender las etapas que pueden llevar a una patología inicialmente presente en animales a convertirse en una amenaza exclusivamente humana. Esto significa que el desarrollo evolutivo de la propagación de un virus o bacteria se va modificando por la interacción entre animales, humanos y el ambiente.

Las olas de calor que azotaron a Estados Unidos y Europa batieron récords superiores a 40 grados en cientos de ciudades, mientras en el Cono Sur, grandes urbes como Buenos Aires registraron más de 25 grados en pleno invierno. Este escenario muestra una marca inequívoca sobre el calentamiento global que la Tierra sufre hoy.

  • Los fenómenos climáticos extremos forman parte de la crisis climática que sufre la humanidad y amenaza su propia existencia, debido al incremento de distintas enfermedades y a la inestabilidad del ciclo natural.
  • La tropicalización de varias regiones antes frías, una mayor presencia de elementos plásticos como reservorios y criaderos de mosquitos, entre otros aspectos, colabora con la propagación de enfermedades como el dengue o la malaria, que están en aumento en la actualidad.
  • Además, por el aumento de las temperaturas promedio durante las últimas décadas, se generan con más frecuencia fenómenos extremos como olas de calor, inundaciones, aludes, e incendios de vegetación.
  • “Es la mayor crisis sanitaria de nuestro tiempo”, afirmó el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, compuesto por un grupo de expertos climáticos que alerta que las muertes relacionadas con el calor se pueden triplicar para el año 2050.
  • Es que gracias a los avances médicos y la extensión de las redes de agua potable, las personas en todo el mundo viven vidas más largas y saludables que hace apenas medio siglo, pero el cambio climático amenaza con deshacer ese progreso.

En todo el planeta, los animales, y las enfermedades que éstos transmiten, están cambiando para adaptarse a un globo terráqueo nuevo. Y no están solos: las garrapatas, los mosquitos, las bacterias, los virus, las algas e incluso los hongos están en movimiento, cambiando o ampliando sus rangos históricos para adaptarse a las condiciones climáticas que están modificándose a un ritmo extraordinario.

Para escapar del aumento de las temperaturas en sus rangos nativos, los animales están comenzando a trasladarse a elevaciones más altas y más frescas, trayendo consigo enfermedades. Eso representa una amenaza para las personas que viven en esas áreas y también conduce a una mezcla peligrosa entre los animales recién llegados y las especies existentes, según un reciente estudio científico.

  • Estos cambios no están ocurriendo en el vacío. La deforestación, la minería, la agricultura y la expansión urbana están acabando con las áreas silvestres restantes del mundo, lo que contribuye a la pérdida de biodiversidad que se está produciendo a un ritmo sin precedentes en la historia de la humanidad.
  • Las poblaciones de especies de las que los humanos dependen para su sustento están disminuyendo y siendo empujadas a porciones de hábitat cada vez más pequeñas, creando nuevos puntos críticos para que las enfermedades pasen de los animales a los humanos.

Mientras tanto, la cantidad de personas que experimentan las repercusiones extremas del calentamiento del planeta continúa creciendo. El cambio climático desplaza a unos 20 millones de personas cada año: son las que necesitan vivienda, atención médica, alimentos y otros elementos esenciales que ejercen presión sobre sistemas ya frágiles que están cada vez más presionados.

  • Todos estos factores crean condiciones propicias para la enfermedad humana. Las enfermedades antiguas y nuevas se están volviendo más frecuentes e incluso están apareciendo en lugares donde nunca antes se habían encontrado.
  • La temperatura global promedio ha aumentado aproximadamente 1 grado centígrado desde el período preindustrial, y ha aumentado constantemente más de 0,2 grados cada década.
  • Esto no solo ha afectado la actividad humana, sino también la distribución geográfica de los animales, por ejemplo, mosquitos y garrapatas, que pueden portar y transmitir una variedad de enfermedades infecciosas, como la malaria y el dengue.

Respecto a la malaria, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EEUU informaron recientemente siete casos de malaria adquirida localmente en Texas y Florida. Esta es la primera vez en más de 20 años que se diagnostica malaria no relacionada con viajes en Estados Unidos, lo que genera alarma entre los médicos y los funcionarios de salud pública.

  • La malaria, causada por el parásito Plasmodium, puede ser una enfermedad grave y potencialmente mortal.
  • A nivel mundial, ocurren 240 millones de casos cada año, con más de 600,000 muertes reportadas.
  • Las personas infectadas pueden desarrollar fiebre, dolor de cabeza, dolores corporales y vómitos/diarrea.

Dada la falta de transmisión endémica de la malaria en varios países, existe una ausencia de inmunidad a nivel de población. Esto puede facilitar futuros brotes y potencialmente aumentar la gravedad de los casos, cuando ocurran.

Dengue prende alertas a nivel global

La peor epidemia de dengue que ha ocurrido en toda la historia de Argentina registró un récord de más de 120.000 casos desde enero pasado. Además del gran número de contagios, se registró el más elevado número de muertos, con 63 personas fallecidas. Y durante la primera quincena de julio, el Ministerio de Salud de la Nación notificó 2.080 casos en el país.

Cada año, se estima que ocurren aproximadamente 400 millones de casos de dengue, lo que resulta en casi 36.000 muertes en todo el mundo. El dengue, también conocido como fiebre rompehuesos debido a los fuertes dolores corporales que puede presentar, es una infección viral que se propaga a través de los mosquitos vectores Aedes aegypti y Aedes albopictus.

Ambas se consideran especies invasoras, ya que han colonizado exitosamente muchos sitios fuera de sus ámbitos nativos. Y que colaboran también en la transmisión del zika y chikungunya.

“La OMS cataloga a los mosquitos como los insectos más nocivos que existen para el hombre dado que muchas de las enfermedades que han trasmitido a lo largo de la historia siguen vigentes”, explicó a Infobae el doctor Osvaldo Teglia, médico especialista en Clínica Médica e Infectología, y profesor de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.

“El dengue se ha propagado rápidamente más allá de áreas tropicales y las epidemias son cada vez más frecuentes. Actualmente tiene una distribución e impacto mundial solo comparables a los de la Malaria o el Paludismo. Estas condiciones se dan en países tropicales y por cierto en gran parte del territorio argentino en donde se estima de que dos tercios de nuestra población vive en zonas de riesgo de dengue”, señaló el experto.

“La enfermedad se está extendiendo a áreas menos tropicales y más templadas, en los que hasta ahora no estaba presente o lo estaba con menor número de casos. Hasta 1970, solo nueve países habían sufrido epidemias graves de esta enfermedad, actualmente se ha extendido a más de 120 países. Se estima que el 40% de la población mundial vive en zonas de riesgo de transmisión epidémica de dengue”, precisó el infectólogo.

  • Entre enero y el pasado 14 de agosto, México registró nueve mil 397 casos de dengue, el triple si se comparan con los dos mil 886 del mismo periodo de 2022, de acuerdo con el Panorama Epidemiológico de Dengue, de la Secretaría de Salud federal.
  • En julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que cerca de la mitad de la población mundial está en riesgo por dengue.
  • Señaló que el padecimiento ha llegado a zonas en las que no se reportaban casos, como Jartum, capital de Sudán. Ante esto, llamó a los gobiernos a fortalecer la prevención y tratamientos adecuados para evitar casos graves y muertes.

En días pasados, la revista médica The Lancet advirtió que mayores temperaturas en lugares que anteriormente eran templados, debido al calentamiento global, ha propiciado la adaptación del mosquito Aedes aegypti, encargado de transmitir la enfermedad y otras como zika y chikungunya.

Es un fenómeno global, pero, particularmente en América Latina, se han incrementado sustancialmente los casos en años recientes. De hecho, para el año pasado, 2022, se rompieron récords, y el dengue llegó ya, inclusive, a partes donde no había llegado, como en algunas regiones de Argentina”, explicó a Excélsior el epidemiólogo Alejandro Macías.

Enrique viajó el mes pasado a Cancún para asistir a una fiesta con su novia. Estando ahí, contrajo dengue, sin embargo, al no sentir algún malestar grave, no acudió a un centro de salud.

  • Días después, con síntomas más severos, fue a un hospital, donde le dijeron que su seguro no cubriría su estancia. Ante la situación, consiguió un vuelo a la Ciudad de México para atenderse. Sin embargo, ya con dengue hemorrágico, no logró ser atendido a tiempo y murió.
  • Éste es uno de los nueve mil 397 casos de dengue que se han confirmado este año en el país, de acuerdo con el Panorama Epidemiológico de Dengue, de la Secretaría de Salud, con corte al 14 de agosto pasado. Esta cifra triplica el número de incidencias reportadas en el mismo periodo, pero de 2022, cuando se registraron dos mil 886.

Dicho reporte destaca que hasta la semana epidemiológica 32 del año pasado se registraron ocho muertes por dengue en el país, mientras que, en este 2023, al mismo corte, la cifra asciende a 13.

México no es el único afectado por el aumento de casos de dengue. En todo el mundo se han prendido focos rojos por el incremento de esta enfermedad que puede llegar a ser mortal si no es atendida debidamente.

  • En julio pasado, el departamento de Control de Enfermedades Tropicales Desatendidas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que cerca de la mitad de la población mundial está en riesgo por dengue, cuya incidencia ha crecido, en gran medida, debido al calentamiento global.

Señaló que el padecimiento incluso ha llegado a zonas en las que no se reportaban casos anteriormente, como Jartum, capital de Sudán, por lo que llamó a los gobiernos a fortalecer la prevención y tratamiento adecuado para evitar casos graves y muertes.

  • El Pequeño enemigo. El dengue es una infección causada por virus que se transmite al ser humano a través de la picadura de mosquitos infectados. En la mayoría de los casos provoca malestares leves, como dolor de cabeza, musculares y de articulaciones.
  • Sin embargo, puede llegar a causar síntomas graves, como vómitos persistentes, hemorragias en encías o nariz, que deben ser atendidos de forma inmediata para evitar que el enfermo entre en shock.

En días pasados, la revista médica The Lancet advirtió que mayores temperaturas en lugares que anteriormente eran templados, debido al calentamiento global, ha propiciado la adaptación del mosquito Aedes aegypti, encargado de transmitir esta enfermedad y otras como zika y chikungunya.

Es un fenómeno global, pero, particularmente en América Latina, se han incrementado sustancialmente los casos en años recientes. De hecho, para el año pasado, 2022, se rompieron récords, y el dengue llegó ya, inclusive, a partes donde no había llegado, como en algunas regiones de Argentina”, explicó a Excélsior el epidemiólogo Alejandro Macías.

Tiene que ver, seguramente, con el cambio de hábitat del mosquito, pues donde hay mosquito Aedes aegypti, tarde o temprano va a haber dengue, y, en última instancia, es un problema de control del vector y de los lugares en donde se reproduce, como son estancamientos de agua y basura”, detalló.

Además, señaló que el cambio climático influye, pues el mosquito transmisor se ha adaptado a zonas alejadas de las costas y a alturas mayores.

Gripe aviar en expansión

  • La gripe aviar, por ejemplo, se ha propagado con mayor facilidad entre los animales salvajes a medida que el aumento del nivel del mar y otros factores empujan hacia el interior a las especies de aves que anidan, donde es más probable que se encuentren con otras especies. Las enfermedades que saltan entre especies tienden a tener más facilidad para eventualmente dar el salto a los humanos.
  • Los inviernos más cálidos y los otoños y primaveras más suaves permiten que los portadores de patógenos (garrapatas, mosquitos y pulgas, por ejemplo) permanezcan activos durante franjas más largas del año. Los períodos activos ampliados significan temporadas de apareamiento más ocupadas y menos bajas durante los fríos meses de invierno.

El noreste de los Estados Unidos ha visto una proliferación masiva de garrapatas de patas negras portadoras de la enfermedad de Lyme durante la última década, y los inviernos más cálidos han jugado un papel decisivo en esa tendencia.

Calentamiento mundial y enfermedades

Los patrones climáticos erráticos, como los períodos de extrema sequía e inundaciones, crean las condiciones para que se propaguen las enfermedades,, destaca un reciente estudio científico. Los casos de cólera, una enfermedad bacteriana transmitida por el agua, se disparan durante la temporada del monzón en los países del sur de Asia cuando las inundaciones contaminan el agua potable, especialmente en lugares que carecen de infraestructura de saneamiento de calidad.

  • La fiebre del valle, una infección transmitida por hongos causada por esporas que crecen en el suelo en el oeste de los EE. UU., prolifera durante los períodos de lluvia. La severa sequía que tiende a seguir a la lluvia en esa parte del mundo marchita las esporas de hongos, lo que les permite dispersarse más fácilmente en el aire ante la menor perturbación (una bota de excursionista, por ejemplo, o un rastrillo de jardín) y encontrar su camino hacia el sistema respiratorio humano.

Estos impactos provocados por el clima están cobrando un precio muy alto en la salud humana. Los casos de enfermedades relacionadas con mosquitos, garrapatas y pulgas se triplicaron en los EEUU entre 2004 y 2016, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La amenaza se extiende más allá de las enfermedades transmitidas por vectores comúnmente reconocidas.

  • Las investigaciones muestran que más de la mitad de todos los patógenos que se sabe que causan enfermedades en los humanos pueden empeorar con el cambio climático. El problema se agrava a medida que pasa el tiempo. La Organización Mundial de la Salud estima que entre 2030 y 2050, solo un puñado de amenazas relacionadas con el clima, como la malaria y la inseguridad del agua, cobrarán un cuarto de millón de vidas adicionales cada año.

En un trabajo publicado en Nature Climate Change, un equipo de investigadores de la Universidad de Hawái en Manoa, Estados Unidos, aseguró que “el calentamiento, las precipitaciones, las inundaciones, las sequías, las tormentas, los cambios en la cubierta terrestre, el cambio climático en los océanos, los incendios, las olas de calor y los cambios en el nivel del mar” influirán “en las enfermedades provocadas por virus, bacterias, animales, hongos, protozoos, plantas y cromistas”.

Para analizar la situación, los expertos realizaron una búsqueda sistémica de estudios y ejemplos empíricos, ante ellos evaluaron los “impactos de 10 peligros climáticos sensibles a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en cada enfermedad patógena humana conocida”, los riesgos analizaron fueron: aumento de la temperatura del planeta, sequía, olas de calor, incendios forestales, precipitaciones extremas, inundaciones, tormentas, aumento del nivel del mar, los cambios biogeoquímicos en los océanos y los cambios en la cubierta terrestre.

  • “Las enfermedades patógenas evaluadas se transmitían principalmente por vectores, aunque también se encontraron ejemplos de casos de vías de transmisión por vía hídrica, aérea, contacto directo y alimentos”, señalaron y agregaron que “más del 58%, o 218 de 375, de las enfermedades patógenas humanas conocidas se habían visto afectadas en algún momento por, al menos, un peligro climático”.

El mundo tiene las herramientas que necesita (redes de vigilancia de la vida silvestre, vacunas, sistemas de alerta temprana) para mitigar los impactos de las enfermedades provocadas por el clima. Algunas de estas herramientas ya se han probado a escala local con gran eficacia. Lo que queda por ver es qué tan rápido los gobiernos, las ONG, los proveedores médicos, los médicos y el público pueden trabajar a través de las fronteras para desarrollar e implementar un plan de acción global.

Malaria en EEUU

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron el 26 de junio de 2023 que se habían identificado cinco casos de malaria transmitida localmente, cuatro en Florida y uno en Texas, desde mayo de 2023. Estos son los primeros casos de malaria transmitida por mosquitos adquirida localmente en Estados Unidos desde 2003.

  • The Conversation habló con el doctor Rajiv Chowdhury, un experto en Salud Global de la Universidad Internacional de Florida, sobre la importancia de estos casos y por qué están apareciendo ahora.
  • ¿Qué es la malaria y cómo se infectaron estas personas? La malaria es una enfermedad grave y, a veces, mortal, causada por la picadura de un mosquito hembra del género Anopheles, el vector que transmite la malaria.

Los síntomas más comunes son fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, dolores musculares y fatiga. Estos síntomas generalmente ocurren de 10 a 15 días después de que las personas se infectan con el parásito. Sin embargo, si no se tratan, pueden aparecer síntomas más graves que incluyen alteración de la conciencia, dificultad para respirar, convulsiones, sangrado anormal y más, que en última instancia pueden conducir a la muerte.

Los cinco casos en Florida y Texas fueron causados por el parásito Plasmodium vivax, que es la cepa de parásito causante de malaria más común fuera del continente africano. Se cree que todos fueron adquiridos localmente, lo que significa que no estaban conectados a ningún viaje internacional. Además, no hay evidencia que sugiera que los casos en los dos estados estén relacionados. Plasmodium vivax es la cepa de Plasmodium más extendida a nivel mundial y puede causar infecciones graves, a menudo mortales.

Según los informes, los cinco pacientes se han recuperado y la vigilancia de casos adicionales está en curso.

El surgimiento de la enfermedad depende de varios factores que impulsan la aparición de la malaria adquirida localmente.

  • El cambio climático está provocando cambios en los patrones climáticos, algunos de los cuales pueden empeorar las condiciones de la malaria. Una temperatura superficial promedio más alta por el calentamiento global podría conducir a una mayor migración de mosquitos en áreas que antes eran inhabitables para los mosquitos Anopheles.
  • Estas temperaturas más altas también podrían mejorar la tasa de crecimiento y la transmisibilidad de los parásitos responsables de la malaria. Estos incluyen variantes del parásito Plasmodium como vivax, knowlesi y falciparum.
  • Los efectos del cambio climático también pueden provocar un aumento de las precipitaciones y un aumento del nivel del mar en muchos lugares, lo que puede dar lugar a más áreas o espacios abiertos con agua estancada que normalmente sirven como criaderos efectivos para los mosquitos.

Dados estos cambios en las condiciones locales, podrían ocurrir más casos en poblaciones que antes eran “inmunológicamente ingenuas” a la malaria. En otras palabras, dado que estas personas nunca han estado expuestas a él, su sistema inmunológico no está bien equipado para combatirlo.

  • Además, cuando las personas viajan a países o áreas donde los casos de malaria provocados por el clima están aumentando, existe una mayor posibilidad de traer esas infecciones de regreso a EEUU, donde los mosquitos locales podrían estar expuestos al parásito por la sangre de una persona infectada.

Por último, debido al uso indebido y excesivo de medicamentos antipalúdicos comunes, como la artemisinina, la resistencia a los antimicrobianos se ha convertido en un problema importante en muchas regiones del mundo. Esto aumenta la cantidad de casos resistentes a los medicamentos, la gravedad de la enfermedad y la posibilidad de brotes más grandes.

Esto se complica aún más por la resistencia emergente a los insecticidas entre los mosquitos Anopheles.

Aumentan casos de enfermedades transmitidas por garrapatas

En 2022, los médicos registraron el primer caso confirmado en Gran Bretaña de virus de encefalitis transmitido por garrapatas.

  • Un hombre de 50 años paseaba en bicicleta en el Parque Nacional North Yorkshire Moors, en Inglaterra, famoso por sus grandes extensiones de bosque y brezos morados. En un momento durante su recorrido, al menos una garrapata de patas negras se le adhirió en la piel. Cinco días después, el ciclista presentaba los síntomas asociados comúnmente a una infección viral: fatiga, dolor muscular y fiebre.
  • Al principio parecía recuperarse, pero una semana después, más o menos, comenzó a perder coordinación motriz. Una resonancia magnética reveló que había desarrollado encefalitis, o inflamación del cerebro. Se trataba de encefalitis transmitida por garrapata (ETG), una enfermedad potencialmente mortal que, a decir de los expertos, se está propagando hacia otras regiones debido en gran medida al calentamiento global.

En los últimos 30 años, la temperatura promedio en Gran Bretaña ha aumentado alrededor de 1 grado Celsius (1,8 °Fahrenheit) en comparación con la normalidad histórica. Varios estudios han mostrado que diversas enfermedades transmitidas por las garrapatas se han vuelto más comunes debido al cambio climático.

  • Las autoridades de salud pública están particularmente preocupadas por la ETG debido a su veloz propagación de país a país y porque su mortalidad es más alta que la de otras enfermedades transmitidas por la garrapata, como la enfermedad de Lyme.
  • Gábor Földvári, un experto del Centro de Investigación Ecológica en Hungría, dijo que es innegable la incidencia del cambio climático en la ETG. “Se trata de un problema muy común que era inexistente hace 20 o 30 años”, agregó.

A medida que aumentan las temperaturas promedio del planeta y los inviernos se vuelven menos fríos, las garrapatas se vuelven activas meses antes de lo que era usual. El cambio climático afecta cada etapa del ciclo de vida de las garrapatas: huevo, larva de seis patas, ninfa de ocho patas y adulta, al alargar el periodo en el que pueden alimentarse de las personas y los animales. Incluso un calentamiento global de una fracción de grado crea más oportunidades para que las garrapatas se reproduzcan y transmitan enfermedades.

“El número de garrapatas que sobreviven al invierno está aumentando, y en la primavera hay una gran actividad de ellas”, dijo Gerhard Dobler, un médico que trabaja en el Centro Alemán de Investigación de Enfermedades Infecciosas. “Esto podría aumentar el contacto entre garrapatas infectadas y humanos, y causar más enfermedades”.

  • Desde su descubrimiento en la década de 1930, el virus se ha detectado principalmente en Europa y regiones de Asia, como Siberia y el norte de China. El mismo tipo de garrapata es portadora de la enfermedad en esas áreas, pero el subtipo del virus varía según la región.
  • En lugares donde el virus es endémico, las picaduras de garrapata son la principal causa de los casos de encefalitis, aunque también es posible infectarse por consumir leche no pasteurizada de ganado infectado por garrapatas. La ETG no se ha encontrado en Estados Unidos, aunque algunos estadounidenses se han infectado en visitas a Europa.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se presentan entre 10.000 y 12.000 casos de la enfermedad en Europa y el norte de Asia. El número total de casos a nivel mundial quizá sea inferior a la cifra real porque los conteos no son fiables en los países donde la población tiene escaso conocimiento de la enfermedad y los departamentos de salud no están obligados a reportar los casos al gobierno. Pero los expertos aseguran que ha habido un evidente aumento desde la década de 1990, en especial en países donde la enfermedad era infrecuente.

Desplazamientos y súper bacterias

En este entramado, cobra protagonismo un término que se viene estudiando desde hace años, pero que cobra más intensidad: la resistencia antimicrobiana (RAM), un fenómeno vinculado a las nuevas súper bacterias, para las que aún no se han desarrollado tratamientos efectivos.

  • Este panorama es el preanuncio de cifras que costará enfrentar: Para el año 2050 pueden ser decenas de millones los muertos por resistencia bacteriana en el mundo.

Esto significa que a medida que el planeta se calienta y los seres vivos se desplazan en busca de mejores condiciones de vida y nuevos hábitats, estos cambios de comportamiento provocan nuevos entramados sociales y nuevos senderos de circulación para los patógenos, generando un terreno fértil para las súper bacterias.

  • Estamos hablando de patógenos más virulentos que desencadenan enfermedades emergentes más graves o con nuevos comportamientos, como períodos de incubación más cortos o síntomas más severos.
  • A su vez, la resistencia a los antimicrobianos pone en peligro la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos.

Thomas Orduna, médico infectólogo tropicalista y ex jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz, indicó que “actualmente, el 75 % de las enfermedades humanas infecciosas emergentes tienen origen animal y el 60 % de los agentes patógenos que causan enfermedades humanas tienen su origen en los animales domésticos o silvestres”.

  • Un patógeno zoonótico (de origen animal) puede variar en bacterias, virus, parásitos o agentes no convencionales que pueden transmitirse por contacto directo o por los alimentos, el agua o el medio ambiente.

Entonces, el foco ya no debe estar puesto sólo en la investigación, prevención y tratamiento de enfermedades humanas. Es fundamental -según Orduna – abordar en simultáneo las patologías transmitidas por animales, las zoonosis que están evolucionando a medida que todos los seres vivos (personas, animales, plantas) deben adaptarse a los fenómenos climáticos extremos cada vez más frecuentes.

  • A este escenario se debe sumar nuevos protagonistas que empezaron a ganar lugar desde principios de siglo: los migrantes climáticos que pueden ser comprendidos como los sin tierra del Siglo XXI.

El sistema de transporte mundial, liderado en gran medida por la aviación comercial, ha convertido al mundo en un lugar interconectado en el que ninguna ubicación es verdaderamente remota. La velocidad de los viajes actuales, que puede llevarnos a recorrer el planeta en cuestión de horas, ha modificado incluso los periodos de incubación de enfermedades.

  • En palabras del doctor Orduna, “hace un siglo, los periodos de incubación ocurrían principalmente dentro de los barcos, y las infecciones se manifestaban cuando las personas llegaban a los puertos. En contraste, en la actualidad, las infecciones pueden desarrollarse en un lugar y manifestarse en otro, lo que presenta desafíos únicos para el control de enfermedades”.
  • “Los avances tecnológicos y las prácticas médicas modernas, incluyendo los trasplantes y la resistencia antimicrobiana, también han contribuido al surgimiento y propagación de enfermedades. Sin embargo, en gran medida, las enfermedades infecciosas emergentes son en un 75% son de naturaleza zoonótica y pero vinculadas a lo antropogénico, lo cual destaca el papel central que los humanos desempeñamos en esta dinámica”.

Los cambios en el clima y el ecosistema plantean desafíos significativos. En términos demográficos, observamos dos modelos prominentes: uno reflejado en la población europea envejecida, susceptible a enfermedades infecciosas, y otro en naciones en desarrollo con una base demográfica amplia, como muchas áreas de Latinoamérica y el sudeste asiático.

  • Un punto de enfoque es el aumento poblacional y las migraciones rurales a urbanas. En el horizonte de 2030, se espera que aproximadamente el 60% de la población global resida en zonas urbanas.
  • No obstante, esta urbanización no se materializa en lujosos enclaves urbanos, sino más bien en escenarios similares a las favelas brasileñas, las villas miserias argentinas, los cantegriles uruguayos o los barrios periféricos de Lima.
  • En Argentina, por ejemplo, más del 80% de la población ya habita en áreas urbanas en medio de condiciones de hacinamiento, que propician la propagación de enfermedades infecciosas, como la leptospirosis transmitida por roedores.

Es fundamental comprender las etapas que pueden llevar a una patología inicialmente presente en animales a convertirse en una amenaza exclusivamente humana. Esto significa que el desarrollo evolutivo de la propagación de un virus o bacteria se va modificando por la interacción entre animales, humanos y el ambiente.

Este proceso evolutivo puede derivar en que una zoonosis (enfermedad causada por un patógeno que ha pasado de un animal al ser humano) se convierta en una enfermedad de transmisión interhumana.

“Como ejemplos, tenemos el dengue o el VIH (virus de inmunodeficiencia humana), patologías que terminan siendo exclusivamente humanas. En la actualidad, no hay para dengue ningún reservorio confirmado que no sea a partir de la circulación entre humanos y mosquitos, lo mismo que para HIV entre seres humanos nada más”, detalló Orduna./Agencias-PUNTOporPUNTO

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