AMAPOLA, crece cultivo en la SIERRA de GUERRERO

Unos 6 mil 500 kilos de goma de opio se procesaban cada año

FOTO: BERNANDINO HERNÁNDEZ /CUARTOSCURO.COM

Según un estudio del Consejo Regional de la Sierra de Guerrero (CRESIG), 26 mil hectáreas de flor de amapola eran cultivadas en el esplendor del negocio ilícito de la droga en la zona de la Sierra .

  • Cuando la flor madura se extrae un líquido que después se convierte en goma de opio para después con mezcla de determinadas sustancias químicas se obtiene heroína.
  • Unos 6 mil 500 kilos de goma de opio se procesaban anualmente en la Sierra de Guerrero. El valor de la droga, ya convertida en heroína ya en la frontera con Estados Unidos, podría llegar hasta los 800 millones de dólares.
  • Mil 257 comunidades de 14 municipios de las regiones de Tierra Caliente, Costa Grande y Zona Centro están involucradas en ese criminal negocio.
  • Según el estudio del Consejo, el 90 por ciento de los 145 mil 620 habitantes de esas comunidades se dedican a la siembra de la amapola, porque no tienen otra alternativa ante la pobreza y la falta de alternativos de cultivos y empleo.

Rigoberto Agosta González, dirigente estatal del CRESIG, dice que este estudio revela que todavía en el 2016 el precio en que vendían los productores el kilo de amapola era de 33 mil pesos.

  • Por cada hectárea sembrada sacaban 250 gramos de goma de opio. En las buenas épocas, la gente dedicada a este negocio producía hasta 6 mil 500 kilos de amapola de opio en un período de tres meses. «Les iba muy bien, pues tenían buenas ganancias», señala.
  • Pero, durante el 2017, la expansión de la venta de fentanilo entre los consumidores de Estados Unidos, que es una droga más barata porque es 50 veces más potente que la heroína y que puede ocasionar la muerte rápidamente, el precio de la amapola de opio en la Sierra de Guerrero bajó entre 4 y hasta 5 mil pesos el kilo.
  • Derivado de la baja del precio de la amapola la gente tenía almacenado su producto y además la demanda de los compradores bajó, ya que la querían comprar más barata. Eso provocó más rencillas entre la gente de la Sierra e incluso que la violencia e inseguridad saliera de control, dijo Acosta González.

Sin embargo, el dirigente del CRESIG dice que luego de que a finales del 2018 el gobierno de Estados Unidos dio a conocer que el fentanilo ha aumentado el número de fallecimientos de adictos a este fármaco, los consumidores han dejado de comprarla.

Actualmente, los adictos de ese país del Norte ya están regresando a comprar la heroína que se produce en México y eso ha generado que en la Sierra de Guerrero los productores ya la vendan actualmente entre 16 y 17 mil pesos el kilo de amapola de opio.

Cientos de familias desplazadas por la violencia, centros de salud y escuelas de educación básica cerrados así como suspensión de servicio de transporte público es lo que ha generado la inseguridad.

  • Informes de las autoridades estatales señalan que, desde el 2016, los desplazamientos de la gente se ha incrementado en pueblos de los municipios de San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Progreso, Atoyac de Álvarez, Petatlán, Tecpan de Galeana, Coahuayutla, Leonardo Bravo, Eduardo Neri y Heliodoro Castillo.
  • El 14 de noviembre del 2018, mil 800 personas de Filo de Caballos y de otras seis comunidades aledañas del Municipio de Leonardo Bravo fueron expulsados por integrantes de un grupo armado que se autodenomina Policía Comunitaria de Tlacotepec.
  • A más de dos meses de haberse desplazado de sus comunidades, la mayoría vive en la cancha de usos múltiples de chichihualco, que es la cabecera del Municipio de Leonardo Bravo. Otros, viven con sus familiares o bien están rentando una vivienda.
  • El grupo armado mantiene bajo control estas comunidades y el servicio de transporte público hacia esa parte de la Sierra se ha restablecido parcialmente.
  • Pero, los centros de salud y escuelas siguen cerradas. «Ya estamos desesperados por esta situación ya que el Gobierno no quiere sacar a esos supuestos policías comunitarios», señala Crescencio Pacheco, ex comisario de la comunidad de Los Morros.

Los comunidades seranas donde más se siembra la flor de la amapola de opio están enclavadas en municipios como Chilpancingo, Heliodoro Castillo, Tecpan de Galeana, Coyuca de Catalán y Atoyac de Álvarez.

Para Acosta González, el cultivo de la amapola ya forma parte de un proceso cultural de los habitantes de esta región. Antes de 1970, una de las actividades primarias de siembra en esa región era de la marihuana; sin embargo, en 1973, migrantes pizadores que se fueron a trabajar a los campos de Sinaloa regresaron a Guerrero y comenzaron a producir la amapola.

  • «Los que habían ido a trabajar a Sinaloa daban la capacitación y además la semilla, pero también ellos mismos la compraban y a buen precio», expuso.
  • En la década de los ochentas, los productores decidían si en un año sembraban marihuana o la amapola, basándose en el precio en que podían vender cualquiera de ambas drogas.
  • Actualmente, la siembra y trasiego de la droga en la Sierra está controlada por grupos de la delincuencia organizada. El productor ya no es libre de vender la amapola a quien le ofrezca un buen precio, sino ahora llega el comprador y pone sus condiciones.
  • Acosta González señala que en la investigación que realizaron descubrieron que las organizaciones criminales que operan en la Sierra y que son las que compran la droga, obedecen a intereses de cárteles nacionales e incluso internacionales.

El dirigente pronosticó que en los próximos meses el precio de la goma de opio va aumentar y no descartó que el kilo puede llegar a 33 mil pesos como en el 2016. Ello provocará que la gente se aliente más a cultivar esta siembra y los problemas de violencia e inseguridad vayan en aumento.

La CRESIG intenta promover otras actividades en la Sierra como es el cultivo del maguey, el aguacate y la producción del mezcal.

Pero en esta tarea han topado con el crimen organizado que impide la expansión de cultivos lícitos. Los productores del mezcal de aguacate, por ejemplo, reciben amenazas de extorsión obligándolos a emigrar de sus comunidades.

Solo en comunidades serranas de los municipios José Azueta y Petatlán hubo un saldo de 140 personas muertas en diferentes enfrentamientos en el 2018.

Desabasto de opiacios un dolor intolerable

  • Un dolor extremo, insoportable, resultado del cáncer de columna que padece, atormenta desde que amanece hasta que termina el día a Jorge Vargas, de 65 años.
  • El sufrimiento que su enfermedad genera se agudiza con el recurrente desabasto de medicamentos elaborados con amapola. «Es muy difícil de soportar. Cuando tengo dolor, que es siempre, prefiero estar en mi cama, sin luz y no hablo con nadie.

En la cama doy vuelta para un lado, para el otro y pues es aguantar.

  • Es una situación muy difícil y a veces insoportable. Es una desgracia que no surtan, que no abastezcan de estos medicamentos», lamenta.
  • El hombre depende de metadona para paliar el dolor, pero asegura, no hay desde noviembre. «Es desesperante, es angustiante. Hay una escala donde cero es no hay dolor y 10 es insoportable. Usualmente estoy entre 9 y 10», cuenta.
  • Desde hace ocho meses, experimenta un terrible dolor en espalda que escala hasta la región pulmonar. «Me duelen las piernas, los dedos, los hombros, el cuello. A veces no puedo voltear de un lado para otro».
  • Cada vez le cuesta más trabajo caminar o agacharse. Los movimientos lentos, el arrastre de palabras y las lágrimas ilustran la magnitud de su dolor físico.
  • Ante el desabasto de medicamento que atenúe su sufrimiento, Jorge ha optado por ingerir analgésicos menos potentes, pero a dosis muy altas. «El dolor disminuye uno o dos puntos, pero jamás se quita», cuenta.

Su familia ha buscado los medicamentos en otras entidades, pero no siempre con éxito. A veces hay metadona, pero falta morfina.

El desabasto es recurrente.

  • En México, según la Comisión Lancet para el Acceso Global a los Cuidados Paliativos y Alivio del Dolor, cada año unos 229 mil pacientes fallecen con gran sufrimiento relacionado con su salud.

«El dolor es un síntoma incompatible con la vida», señala Luz Elena Oláiz, directora del Centro de Cuidados Paliativos de México.

«Incluso a una discapacidad te puedes adaptar, pero el dolor te trastorna. No hay nada más que puedas hacer», agrega.

  • Asegura que la institución de Asistencia Privada atiende también a pacientes con seguridad social, pero en sus dependencias también hay desabasto de los fármacos elaborados con amapola.
  • Alfredo Covarrubias, director general del Centro Algia para la Educación en Salud, explica que en los últimos meses se ha presentado en la gran mayoría de las entidades del País desabasto de metadona y en algunos de morfina.

«Se vuelve un penar para los enfermos estar de farmacia en farmacia tratando de conseguir el fármaco. Muchos de ellos no se pueden ni mover», comenta.

  • Los expertos coinciden en que el desabasto de morfina y opioides sucede, a nivel interno, porque existe un subregistro de la demanda real por problemas de inventarios. A veces los médicos no prescriben los fármacos por falta de conocimiento en el manejo de éstos o por temor a que se le acuse de desviarlos al mercado ilegal de drogas.
  • Aunque, ha habido mejoras desde que los cuidados paliativos se incluyeron en la ley en 2009, aún hay retos. Para la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos (ALCP), el problema es que, a nivel regional, incluido México, las políticas y legislaciones que regulan los medicamentos fiscalizados son excesivamente restrictivas.

Falta una adecuada cadena de suministro que incluya la adquisición, distribución y almacenamiento de medicamentos esenciales en cuidados paliativos, lo que dificulta el acceso.

También, falla la asignación de recursos públicos para garantizar un paquete esencial de cuidados paliativos, compuesto por medicinas controladas, dispositivos médicos y personal calificado.

Además, el alto costo de algunos medicamentos y el desconocimiento y actitudes equivocadas sobre los opioides agrave el problema. REVISTA FORMA Y FONDO- PUNTOporPUNTO

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