Javier Lozano, quien era secretario del Trabajo hace diez años, cuando se decretó la extinción de la paraestatal, reveló que Miguel de la Madrid iba a desaparecerla, pero la emergencia del terremoto lo impidió.
- A 10 años, Javier Lozano dice que ha sido un éxito y que calderón fue valiente
- La extinción de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) hoy hace diez años “no fue una ocurrencia del presidente Felipe Calderón”, afirmó Javier Lozano Alarcón, entonces secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS).
- Incluso reveló que el presidente Miguel de la Madrid tenía planeada la desaparición de la paraestatal para el 12 de diciembre de 1985, pero las consecuencias del terremoto del 19 de septiembre de ese año lo impidieron.
- El titular de la Secretaría del Trabajo en el gobierno de Calderón Hinojosa, ariete de la desincorporación de Luz y Fuerza —fundada en tiempos de Porfirio Díaz—, afirmó que el balance de la desaparición de ese organismo descentralizado “es positivo y exitoso”.
- Lozano Alarcón ofreció, en entrevista, sus puntos de vista sobre la desaparición de la paraestatal, ocurrida bajo el cobijo de la euforia futbolera de que México había logrado su pase al Mundial de Sudáfrica 2010, al vencer 4-1 a la selección de El Salvador.
- Claro que lo hicimos un sábado por la noche, cuando la gente celebraba el triunfo de México sobre El Salvador para la clasificación al Mundial de Futbol. Fue para evitar enfrentamientos, algún conflicto; eso estuvo planeado así”, sostuvo.
- Lozano Alarcón, quien obtuvo un posgrado en comunicación política y gobernanza estratégica en la George Washington University, con la tesis precisamente sobre la extinción de Luz y Fuerza del Centro, reveló que durante dos meses y medio el gabinete de Calderón trabajó en absoluto sigilo de cómo se liquidaría a la empresa.
- También reveló que lo que llevó a Calderón a tomar la decisión de forma definitiva fue el bloqueo del Periférico Sur en ambos sentidos realizado por integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) el 4 de septiembre de 2009 por más de siete horas, a la altura de la Secretaría del Trabajo, cuando presionaban para que se le diera la toma de nota a Martín Esparza y a su Comité Ejecutivo Nacional.
Según Lozano, el paso de Calderón como titular de Energía, y por consiguiente el presidir la junta directiva de LyFC, en la administración de Vicente Fox, le dio un bagaje de cuál era la situación de esa empresa.
La verdad de las cosas, mi reconocimiento al presidente Felipe Calderón. No se dejó intimidar. Le mandó a Esparza más de una señal, a través mío; no fue atendido, creían que estábamos blofeando; creyeron que nos íbamos a atemorizar y a arrodillar ante ellos, pero no”, mencionó el exfuncionario, al enfatizar que Esparza y sus seguidores “no tenían llenadera”.
Escalón político
El balance es muy positivo, porque nos deshicimos, como Estado mexicano, de un organismo descentralizado, una empresa paraestatal totalmente ineficiente y plagada de corrupción”, expresó.
- Tales hechos no sólo son atribuibles al SME, pues “a lo largo de los años muchos de los directivos de Luz y Fuerza realmente tenían una oficina de paso hacia el siguiente escalón político, y digamos que apostaban en una suerte de casino ajeno, porque era bien fácil pedirle dinero a la Cámara de Diputados del Presupuesto de Egresos de la Federación y el subsidio para Luz y Fuerza del Centro iba creciendo año con año, por los términos del contrato colectivo de trabajo, es decir, tenían un contrato súper oneroso; el último año (2008), si no mal recuerdo, el subsidio fue de 42 mil millones de pesos, que era el doble de lo que se le daba a la UNAM de subsidio, y realmente para una ineficiencia brutal”, consideró.
- Recordó que 35% de la energía que Luz y Fuerza del Centro le compraba a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), porque no la producía directamente Luz y Fuerza, sino que la compraba en bloque a la CFE, pues perdía 35%, lo que se llamaba las pérdidas técnicas y no técnicas, diablitos y diablotes.
- Era un contrato colectivo donde no se permitían las vacantes, una jubilación anticipada, una serie de condiciones, donde conforme aumentaba la demanda (de electricidad), aumentaba también la exigencia de tener más personal y, lejos de apostar por la productividad, (LyFC) se convirtió en un barril sin fondo.
- De ahí que yo le reconozco al presidente Felipe Calderón su valentía, su sentido de pertinencia, de oportunidad, legalidad, al haber tomado esta decisión en momentos tan graves para la República, como fue 2009; baste recordar todo los que vivimos en 2009, para ver que tuvimos un Presidente congruente, que no podía estarle pidiendo más sacrificios a la gente, como aumentar el IVA de 15% a 16%, que tuvimos la influenza y al mismo tiempo estar subsidiando un organismo de estas características.
De tal manera —sigue Lozano— que el balance es muy positivo, lo que antes hacíamos con 44 mil trabajadores, ahora lo hace la CFE con 12 mil; los niveles de eficiencia en el servicio, en cuanto a conexión de nuevas instalaciones, nuevos parques industriales, almacenes, tiendas, hogares, es mucho más ágil que antes.
Los apagones son mucho menos frecuentes que antes, y, cuando hay apagones, duran mucho menos tiempo que antes. Realmente estamos mejor”, consideró.
No hubo injusticia
Eliminado el subsidio a Luz y Fuerza del Centro, dice el exsecretario del Trabajo, ese dinero se ahorra y se puede destinar a otras cosas de provecho, “de tal manera que yo me siento muy orgulloso de haber participado en ese procedimiento, porque, entre otras cosas, hay que decirlo, a los trabajadores se les otorgó la liquidación más generosa de que se tenga memoria en la desincorporación de una empresa paraestatal en México.
- No hubo injusticia alguna. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) avaló por unanimidad en el pleno el decreto de desincorporación de Luz y Fuerza y la OIT, cuyo Comité de Libertad Sindical también avaló que no se había vulnerado de manera alguna la libertad sindical”, indicó Lozano Alarcón.
- Sobre cómo se planificó la desaparición de Luz y Fuerza, que se conoció públicamente en el mismo momento del hecho, el exfuncionario federal, ahora metido a la cátedra de derecho, dijo que no se trató de un momento en el que se revisaba el contrato colectivo de trabajo o los salarios de los trabajadores; fue un momento equis del año, y que detona por un bloqueo al Periférico, a la altura de la desviación al Ajusco.
- La operación se hizo con tal nivel de planeación, ejecución y operación que nunca se fue la luz un solo minuto en esa transición, y jamás hubo un golpe, no hubo un vidrio roto, no hubo enfrentamiento, no hubo nada.
- Hubo, en cambio, un gran sigilo, una gran discreción durante dos meses por lo menos o dos meses y medio; estuvimos trabajando en el gabinete del presidente Calderón con absoluta reserva de la información”, recordó Lozano.
Apoyo unánime
Lo hicimos a partir de una arbitrariedad brutal que cometieron estos angelitos del SME: que fueron a bloquear el Periférico (el 4 de septiembre de 2009) a la altura de la Secretaría del Trabajo, para exigirme, como titular, el otorgamiento de la toma de nota para Martín Esparza y su Comité Ejecutivo Nacional, porque según ellos habían ganado con todas las de la ley y ya les teníamos que dar ese reconocimiento, aun cuando no se había vencido el plazo legal.
- Entonces, ellos fueron tan arbitrarios que tomaron un día de trabajo con camionetas de Luz y Fuerza y bloquearon el Periférico en ambo sentidos, afectando a miles de automovilistas en la Ciudad de México. Nuestra reacción fue descontarles el día, sancionarlos por el uso de vehículos oficiales para fines sindicales y, desde luego, no otorgarles la toma de nota, ni en ese momento ni después, porque, entre otras cosas, lo que se detectó fue que en su proceso electoral interno había habido un gran fraude”, relató.
- Mencionó que no solamente la ciudadanía apoyó la decisión, porque estaban hartos de los abusos de los trabajadores de Luz y Fuerza, “sino que se tuvo el respaldo de los gobernadores de la región, y mira que no eran del PAN; sin embargo, jalaron parejo, incluido Marcelo Ebrard (actualmente canciller), quien era jefe de Gobierno (de la Ciudad de México) y que no quería precisamente mucho al presidente Felipe Calderón”.
- Sostuvo que al sindicato se le había dado la oportunidad, con un convenio de productividad que firmó con el gobierno para aumentar los índices de calidad en la prestación del servicio, pero que los empleados de Luz y Fuerza no cumplieron.
- No cumplieron, y ellos pensaron que podían seguir chantajeándonos y presionando. Siempre nos decía Martín Esparza, líder del sindicato, ‘cómo quieren la negociación, con luz o sin luz; cómo quieren la negociación, bloqueados todos los accesos a la Ciudad de México o con libertad de acceso a la Ciudad de México’, así era la amenaza y el chantaje.
- Así se demostró que cuando hay un líder, como lo fue Felipe Calderón, planeación, equipo, sigilo, efectividad, eficiencia, operación, evaluación de resultados y comunicación social continua, las cosas salen bien”.
- Sobre la intención que tuvo el presidente Miguel de la Madrid de desaparecer Luz y Fuerza del Centro en 1985, Lozano Alarcón dijo que “Francisco Labastida Ochoa (excandidato presidencial en 2000), entonces secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal me confirmó que el día 12 de diciembre de 1985 iba a proceder a la extinción de Luz y Fuerza del Centro. ¿Qué los detuvo? El sismo del 19 de septiembre de 1985”.
El extitular del Trabajo sostuvo que “como secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, que ahora se pone muy exigente y muy defensor de los derechos laborales, había dicho (en 1985) que si era necesario procedería a la desaparición de garantías, en términos del 29 constitucional, ‘nos vamos a suspensión de garantías, pero nos aventamos el tiro el 12 de diciembre, día de la Guadalupana’; me lo dijo Labastida a mí. Ya luego el muy hipócrita (Bartlett) vino a reclamarnos todo, y ahora está al frente de la CFE. A ver si mantiene los niveles de eficiencia que traía antes”. /EXCELSIOR-PUNTOporPUNTO
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