MAESTROS víctimas de AGRESIONES y AMENAZAS

La falta de garantías y de normas que velen por la seguridad de los docentes en las aulas del país

La falta de garantías y de normas que velen por la seguridad de los docentes en las aulas del país, sumado al deterioro de los valores familiares, han convertido esta actividad en todo un peligro para quienes la ejercen, pues no solo se enfrentan a alumnos violentos, también a padres que los amenazan o agreden

  • Ser profesor se ha convertido en un trabajo de alto riesgo. El respeto que en el pasado se tenía por las y los maestros se ha ido perdiendo como consecuencia de la descomposición social.
  • Ahora quienes ejercen esta profesión, son víctimas de agresiones verbales, físicas y hasta de amenazas no solo de los alumnos, también en algunos casos, de los propios padres de familia.
  • No importa el nivel escolar ni tampoco si la escuela es de gobierno o particular. Igual puede ser un agresor un niño o niña de primero que de sexto de primaria o de secundaria.
  • En entrevistas por separado, maestras de distintas escuelas, a las que se les tuvo que cambiar sus nombres por cuestiones de seguridad, describen las situaciones a las que se exponen diariamente y las amargas experiencias que han vivido junto a los riesgos a los que se enfrentan.

No hay una ley que nos ampare ni documentos que regulen la disciplina de los niños, únicamente existe un manual que se denomina “Marco para la Convivencia“, en donde en caso de que los niños lleguen a cometer alguna agresión con sus compañeros o con los maestros, la sanción más fuerte ahí señalada es que los niños presenten alguna exposición o que los papás realicen alguna actividad en beneficio de la escuela

“A pesar de que a inicio de cada ciclo escolar los padres de familia firman el reglamento de la institución y el de cada uno de los maestros, muchos padres ni siquiera leen lo que firman”, señala Claudia, quien trabaja en la escuela primaria Vicente Riva Palacio donde da clases a niños de segundo grado.

Recuerda que el año pasado tenía a una niña de siete años muy violenta, sobre todo con los demás alumnos.

  • “Rayaba los cuadernos a sus compañeros o se los rompía y por esa situación los niños no querían juntarse con ella. Un día les dice que los va a matar y al día siguiente los amenaza con unas tijeras que llevó de su casa porque no le quisieron prestar un lápiz y una goma”.
  • La niña fue retirada del salón y solamente hubo un diálogo con los papás que acusaron a los otros alumnos porque eran los que rechazaban a su hija, por lo que la situación no se resolvió de fondo.
  • Claudia también narra el caso de otra niña que llevaba a la escuela un cutter con el que se hacía cortes en los brazos.
  • “Lo hacía delante de sus compañeritos y ya le tenían miedo y fueron ellos los que me dijeron, por lo que para salvaguardar a los demás niños la tuve que retirar del salón.

Cuando la revise me di cuenta de que la niña tenía muchas cortadas en los brazos, algunas de ellas ya cicatrizadas”.

Los maestros, tanto de escuelas públicas como privadas, se enfrentan cada vez con mayor frecuencia a alumnos violentos tanto física como verbalmente

EXIGENCIA A CAMBIO DE AMENAZAS

La maestra Paola hasta hace poco trabajaba en dos primarias. Por la mañana en la escuela de gobierno Rey Tizoc y por la tarde en la escuela particular Liceo Ibero Mexicano.

Cuenta que durante los últimos diez años la situación en los colegios ha cambiado. Ahora si a los niños se les llama la atención porque no cumplen con sus tareas esto molesta a algunos padres de familia que reaccionan de forma agresiva contra los maestro

  • “Uno de los casos que más me acuerdo es el de una compañera maestra que les exigía a los alumnos que cumplieran con sus tareas y trabajos, lo que causó molestia entre algunos papás.
  • “Entonces uno de los padres que estaba en el reclusorio, al salir el niño le platica que tiene que hacer tareas, el señor se molesta y espera a la maestra afuera de la escuela para amenazarla”.
  • Otro de los casos que le tocó enfrentar fue el de un niño de tercer grado que tenía problemas de aprendizaje y que no cumplía con sus tareas.
  • “En una ocasión la maestra lo pone a leer y a hacer ejercicios individuales. Cuando ya se iban el niño se acerca a las escaleras con la maestra y la empuja.
  • “La docente rodó y se fracturó una pierna y ahí no hay nada que hacer porque una maestra no puede acusar a un niño de una agresión así porque son menores”.

Al niño no se le sancionó. Lo único que se hizo fue una constancia de hechos para proteger a la maestra, porque pudieron haberla acusado de agresión psicológica en contra del alumno.

  • “Nosotros estamos muy expuestos como maestros. Los lineamientos de la SEP son muy claros. La escuela tiene que mantener al niño pase lo que pase y no se le puede expulsar porque entonces viene derechos humanos y eso ya es una agresión psicológica al menor”, cuenta la maestra./REPORTE INDIGO-PUNTOporPUNTO

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