El AMOR en la ERA DIGITAL ¿Sobreviviremos a las relaciones virtuales o terminaremos prefiriendo adorar a una imagen en la pantalla?

El sociólogo polaco Zygmunt Bauman escribió en 2003 el libro Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, en el que analiza las relaciones personales en el mundo actual, caracterizado —como explicó en otros títulos— por la fragilidad en la manera en que nos vinculamos en un planeta globalizado donde la falta de compromiso y de cercanía parecen ser la constante.

  • Para él, «amar significa abrirle la puerta a ese destino, a la más sublime de las condiciones humanas en la que el miedo se funde con el gozo en una aleación indisoluble, cuyos elementos ya no pueden separarse. Abrirse a ese destino significa, en última instancia, dar libertad al ser: esa libertad que está encarnada en el Otro, el compañero en el amor». Pero, ¿cómo lograrlo actualmente, cuando muchas de nuestras uniones surgen, se sostienen y hasta terminan en «lo virtual»?
  • La era digital no pasará de moda porque no es un cambio generacional, sino una transformación social, un hito histórico que está modificando la vida como la conocíamos hasta antes de que se popularizara internet con todas sus revoluciones.

El amor, al ser una emoción, no cambia por sí mismo; se va modificando, adecuando, integrando a la vivencia de hombres y mujeres que siguen invocándolo porque aún lo consideran parte esencial de la existencia.

Tampoco han cambiado los prejuicios que hay a su alrededor, aunque comienzan a sacudirse. Los movimientos feministas contemporáneos han puesto sobre la mesa este debate. Cada vez son más las mujeres que ya no están dispuestas a sostener el modelo de amor sufrido en donde ellas no son protagonistas sino personajes secundarios que se dejan llevar por la pareja. Están exigiendo respeto a sus derechos humanos y sexuales, entre ellos, al placer.

  • Eso está poniendo a revisión al amor romántico, que no tiene que ver con ser detallista y coquetón, sino con una forma de vivir los vínculos basada en el machismo existente desde hace siglos. A la par, el estudio de las llamadas «nuevas masculinidades» está liberando al hombre de muchas cadenas, pero enfrentándolo al desafío de comprender lo que sus compañeras exigen, lo que esperan y quieren.

Ellos siguen queriendo enamorarse y cada vez son más los que tratan de ubicarse en el nuevo esquema, lo cual es esperanzador aunque en estos momentos parezca que las relaciones de género no tienen pies ni cabeza.

La tecnología ha modificado la forma de ligar

  • Cada vez son menos los jóvenes que se conocen de forma casual; hoy, las redes sociales se han vuelto un filtro para conocer a los otros, al menos en apariencia, de una manera más rápida y supuestamente más completa. No obstante, el amor, y más aún el deseo, necesita del contacto físico, de lo que sucede cuando vemos a los ojos a otro ser humano y tocamos su piel. ¿Sobreviviremos a las relaciones virtuales o terminaremos prefiriendo adorar a una imagen en la pantalla?

Yo, robot

La industria del entretenimiento para adultos lo previó desde hace años: los nuevos negocios en torno al sexo y el afecto están en el mundo tecnológico. La pornografía, los juguetes sexuales, el ligue, los amoríos, el matrimonio, la monogamia, la amistad, el consumismo del amor… todo puede tener un lugar en el mundo digital.

Empresarios y diseñadores de artilugios sexuales en países como Japón, Holanda y Estados Unidos están innovando constantemente. Ya quedaron atrás las muñecas sexuales de plástico, con la boca eternamente abierta.

Lo de hoy son las que parecen una persona a la vista y al tacto, que se mueven, que hablan. Ya hay robots sexuales de ambos sexos que aún son caros, pero que con la demanda se irán abaratando. Será interesante ver cómo los seres humanos responden ante eso, si les gana la comodidad de tener un tipo de placer a su disposición o si prefieren preservar la dura pero intrigante misión de enamorarse de alguien con ideas propias.

Tinder y Grindr revolucionaron los acuerdos eróticos.

Ahora sólo se necesita dar un clic o un swipe para tener un encuentro cachondo sin compromisos, aunque todavía haya quienes buscan un amor duradero.

  • Con estas aplicaciones ganamos en libertad; ahora es momento de pensar qué hacemos con este bien poco explotado por generaciones anteriores. Plataformas como Eveeda, un portal donde mujeres casadas pueden buscar un affair, sirven para que ellas exploten esta posibilidad de así desearlo; también —y eso es importante para quienes analizamos estos temas— podrían ser punta de lanza para hablar sobre lo que hasta hoy era norma en el comportamiento erótico de los hombres frente al de las mujeres.

A fin de cuentas, sigue siendo importante cuidarse a la vez que soltarse. Vivir la experiencia del amor con curiosidad pero también con seguridad, porque en la era digital ya no debemos proteger únicamente el corazón, sino también los datos, lo cual se vuelve prioritario para poder dejarse caer en los brazos del amor en la era digital./Agencias-PUNTOporPUNTO

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